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Luisa Ortega , una fiscal con temple constitucional

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Luisa Ortega ha sorprendido a Venezuela por sus recientes declaraciones y es ahora una férrea oponente del régimen deMaduro al denunciar la represión de las protestas y al exigir que los manifestantes encarcelados sean juzgados en tribunales civiles, no militares , como ordenó el presidente.

Hace un mes sorprendió a todos alertando sobre la ruptura del orden constitucional y rechazando la Asamblea Constituyente convocada por el gobierno de Nicolás Maduro.

En esa oportunidad, también confirmó la muerte de un manifestante a manos de las fuerzas de seguridad y se convirtió en el primer funcionario público de importancia en reconocer el descontento social por la escasez de productos básicos.

Y este miércoles la fiscal general Luisa Ortega, volvió a chocar frontalmente con el gobierno venezolano, denunciando la existencia de “terrorismo de Estado” y declarándose dispuesta a dar la vida para defender la constitución que el actual mandatario pretende reformar.Pero no está claro por cuanto tiempo más Ortega podrá seguir siendo esa rara avis en la Venezuela de hoy día: una voz disidente al frente de una de las principales instituciones estatales del país.

Esta postura ha convertido a Ortega en la más destacada de las voces que critican a Maduro desde el propio chavismo. Pero el mismo miércoles, el Tribunal Supremo de Justicia -denunciado como “ilegítimo” por la fiscal- ordenó el congelamiento de sus cuentas bancarias y le prohibió la salida del país “por la presunta comisión de faltas graves en el ejercicio de su cargo”.

Poco antes, el mismo tribunal también había emitido dos polémicas sentencias aparentemente destinadas a minar el poder de la fiscalía y preparar el camino para una eventual destitución de Ortega.Una situación que muy pocos seguramente imaginaban cuando, al liderar la acción penal contra el líder opositor Leopoldo López, que derivó en su arresto, Ortega se confirmó como una leal seguidora de Hugo Chávez, a quien todavía acostumbra citar.

“Chavismo crítico”

Por lo pronto, la fiscal, de 59 años, se ha convertido en una suerte de ídolo de la oposición, que desde hace tres meses celebra manifestaciones en contra del presidente Nicolás Maduro, al que acusan de una deriva autoritaria. En ese tiempo se han registrado más de 80 muertos, y la fiscal fue la primera en suministrar cifras oficiales contradiciendo el discurso del gobierno en medio del actual escenario de confrontación.

ILa fiscal se ha ido separando de la postura oficial del gobierno de Nicolás Maduro.Foto: @VillegasPoljak

 

A tenor de sus palabras y de la independencia que ha mostrado, Ortega forma parte del chavismo crítico con el gobierno de Nicolás Maduro. Llegó al puesto de fiscal con el aval de Hugo Chávez en 2007 y vivió el funeral del fallecido presidente en 2013 desde primera fila. “Estuvo muy comprometida con el presidente Chávez. Por su formación de izquierdas nadie desde el gobierno puede juzgarle como una traidora ni decir que está pagada por la CIA”, le dijo en mayo a BBC Mundo el politólogo Nícmer Evans, también crítico con el gobierno desde la izquierda. Y, según Evans, su giro no responde a un viraje ideológico, pues se trata de una persona de firme convicción de izquierdas, casada con un diputado oficialista y leal al proceso revolucionario, pero también firme defensora de la Constitución de 1999.

Esa es la Carta Magna de Chávez que ahora el gobierno de Maduro desea cambiar con una Asamblea Constituyente y la que Ortega juró defender con su vida. “Es una combinación de activista política y mujer de leyes”, explicó Evans, quien conoce a la fiscal y también formó parte del gobierno de Chávez.

“Una válvula de escape”

Aunque desde el oficialismo se acusa a Ortega de traidora, sus posturas también han sido elogiadas por ser independientes.

“Es una posición muy valiente y demuestra su nivel de compromiso con el país, con la Constitución, y permite generar un debate y una válvula de escape”, le dijo en su momento a BBC Mundo Olly Millán, quien fue ministra de Economía Popular con Chávez y ahora es crítica con el gobierno.

En ese entonces Millán se refería a las declaraciones de finales de marzo en las que Ortega calificó de “ruptura del orden Constitucional” dos sentencias del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que suprimían poderes al Parlamento, controlado por la oposición. Poco después las dos sentencias, que fueron el detonante de la actual ola de protestas, se rectificaron parcialmente. Pero el momento marcó un antes y un después en la relación entre Ortega y el gobierno. Y, en esa misma conferencia, la fiscal aseguró que el Ministerio Público había constatado una tasa de 70,1 homicidios por cada 100.000 habitantes, es decir,21.752 homicidios intencionales o dolosos, confirmando así uno de los grandes problemas de Venezuela: la violencia.

Meses antes había criticado las Operaciones de Liberación del Pueblo (OLP), el plan de seguridad del Estado contra el crimen que ha generado denuncias de asesinatos extrajudiciales por parte de las fuerzas de seguridad.

Pero Ortega no se quedó allí. En una poco habitual entrevista con el diario estadounidense The Wall Street Journal calificó la Constitución actual como “insuperable” y en medio del enfrentamiento entre gobierno y oposición, afirmó: “No podemos pedir un comportamiento legal y pacífico a los ciudadanos si el Estado toma decisiones que no están de acuerdo a la ley”. También mostró su “preocupación” por que haya civiles que estén siendo juzgados por tribunales militares.

Derechos de autor de la imagenAFP
Image captionLa fiscal leyó las instrucciones de una bomba lacrimógena para dejar claro que no debe ser disparada de forma directa contra manifestantes.

“Incluso en los estados de excepción, el debido proceso es uno de los pocos derechos que no se puede suspender”, dijo Ortega el 25 de abril citando el artículo 337 de la Constitución venezolana. Y en una carta al presidente de la comisión presidencial para la Asamblea Constituyente mostró su desacuerdo con esta y su lealtad a la actual Carta Magna. “Para resolver la crisis indudable y sin precedentes que atraviesa el país, no es necesario, pertinente ni conveniente llevar a cabo una transformación del Estado en los términos que podría suponer una nueva Constitución”, escribió. Y por esos días también admitió la existencia de un profundo descontento por culpa de la escasez de productos básicos, algo que no ha reconocido el gobierno pese a la grave crisis económica que sufre el país.

“Represión”

En la conferencia ofrecida en marzo, con el simple gesto de leer este miércoles las instrucciones de una bomba lacrimógena, Ortega también dejó claro que las fuerzas del orden no las pueden usar para disparar directamente sobre manifestantes, tal y como ha denunciado la oposición.

Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl caso de la muerte de Juan Pernaleta ha sido el símbolo de los fallecidos en más de 50 días de protestas.

En esa oportunidad, usó la palabra “represión”, criticada por el gobierno, y anunció que la investigación sobre la muerte del joven manifestante Juan Pernalete confirmó que la causa del deceso fue el impacto de una bomba lacrimógena. (El gobierno defiende la tesis de que murió por el disparo de una pistola de perno, algo que supuestamente quedaba claro en un video mostrado a los medios). Y en sus declaraciones de este 28 de junio Ortega fue mucho más allá al denunciar “un terrorismo de Estado” por parte de la actual administración.

“Yo lo que creo es que tenemos un terrorismo de Estado donde se perdió el derecho a manifestar, donde son reprimidas cruelmente las manifestaciones, donde se enjuicia a civiles en justicia militar”, declaró.

“Se han producido sentencias del TSJ que además de romper el orden constitucional, ya muy maltratado, le entregan la investigación de los derechos humanos posiblemente a quienes violen los derechos humanos“, dijo de la decisión judicial que le dio a la Defensoría del Pueblo la posibilidad de hacer investigaciones penales, hasta entonces monopolio del Ministerio Público.

“Cayó en las redes de los antirrevolucionarios”

En un inicio, los miembros más altos del gobierno prefirieron eludir una crítica formal, aunque en su momento el ministro del Interior, Néstor Reverol, criticó el proceder de la fiscalía. “No ha garantizado la aplicación de la justicia”, denunció ya a finales de mayo, citando como ejemplo la liberación de unos implicados en el ataque a un domicilio en Mérida, en el oeste del país.

“Lo que profundiza la crisis política son posiciones como la de ella”, dijo también en esa oportunidad su mentor y antecesor como fiscal general, Isaías Rodríguez en una entrevista con la televisión estatal. “Le tengo mucho afecto, pero cayó en las redes de los antirrevolucionarios”, aseguró Rodríguez. “La fiscalía está ardiendo por dentro. La fiscalía no es una institución para jugar a la candelita”, dijo el exfiscal y exvicepresidente.

En esos días el diputado oficialista Pedro Carreño también la atacó en twitter. “Pena ajena da ver a Luisa Ortega nerviosa, dubitativa y llena de contradicciones, leyendo libreto no hecho por ella. JUSTIFICANDO VIOLENCIA”, escribió en mayúsculas.

Fue precisamente Carreño quien el 16 de junio le solicitó al Tribunal Supremo iniciar el proceso de remoción de la fiscal general, por “la comisión de faltas graves en el ejercicio de su cargo”, así como las medidas cautelares aprobadas el miércoles. Poco antes, el diputado oficialista también le había solicitado al TSJ una evaluación del estado mental de Ortega, a la que acusó de “no estar en sus cabales”. Y en los últimos días las descalificaciones en contra de la funcionaria se han multiplicado entre los representantes del oficialismo.

“Veo como una vulgaridad el extremismo en que ha caído el Ministerio Público y llamo a la señora Luisa Ortega, que la veo muy nerviosa y desesperada, a que vuelva al equilibrio”, declaró el pasado 22 de junio.

“Si se quiere meter en la diatriba política porque tiene aspiraciones de ser candidata presidencial de la (alianza opositora) MUD (…) tiene todos los derechos para hacerlo, pero no se puede utilizar una institución tan delicada” acusó en esa oportunidad el mandatario.

Esperanza para la oposición

Mientras sucede todo esto, la oposición jalea su postura institucional e independiente del resto de los poderes del Estados, todos afines al oficialismo excepto el Parlamento.

“Con las declaraciones de la fiscal el gobierno debe salir a pedir perdón”, dijo en mayo el líder opositor Henrique Capriles.

“Este es el verdadero golpe de Estado… ¡y sin helicóptero!”, fue, por su parte, la reacción de Jesús “Chúo” Torrealba al anuncio de las sentencias del TSJ contra la Fiscalía.

Ortega, sin embargo, no siempre fue objeto de devoción por parte de la oposición. Ella estaba al mando de la fiscalía que lideró las controvertidas acusaciones en 2014 -tras una oleada de fuertes protestas- contra estudiantes y contra el líder opositor Leopoldo López, condenado a 14 años de prisión por los delitos de instigación pública, daños a la propiedad, incendio intencional y asociación para delinquir. Pero ahora la esperanza que tienen muchos es que no sea la única voz disidente dentro del monolítico oficialismo. Aunque negros nubarrones penden sobre su futuro.

En teoría, la destitución de la fiscal sólo sería posible a través de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, pero esta fue declarada en desacato por el TSJ en otra polémica sentencia. Y el poder judicial ya fijó para el próximo 4 de julio la audiencia sobre la solicitud de antejuicio de Ortega, por lo que no está garantizado que esta vaya a poder completar su mandato, que expira en 2021.

“El papel de ella es sacar al país del bochinche de ‘estás conmigo o contra mí’ en un momento en el que se necesita que las instituciones respondan a sus objetivos”, le dijo Nícmer Evans a BBC Mundo en mayo, cuando Ortega empezaba a convertirse en una importante actriz política en la crisis de Venezuela. Pero queda por verse si lo conseguirá o, en el caso de una eventual destitución, si se convertirá en una víctima más de la convulsa política venezolana o el detonante que por fin la solucione.

Línea

(*) Este artículo del corresponsal de BBC Mundo en Venezuela, Daniel García, fue publicado originalmente el 25 de mayo de 2017 y actualizado el 29 de junio para incluir los recientes fallos del Tribunal Supremo de Justicia en contra de la fiscal Ortega así como su reacción a los mismos.

Agencias

Lo que se sabe del segundo atentado a Trump

Francisco

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EP NEW YORK | EE.UU.

Trump y la era moderna de la violencia política

En el centro de la actual erupción de violencia política se encuentra Trump, una figura que parece inspirar a la gente a lanzar amenazas o emprender acciones tanto a su favor como en su contra.

Pocos días después de que el expresidente Donald Trump difamara a los inmigrantes en televisión nacional con historias falsas sobre migrantes haitianos que comían perros, gatos y mascotas en un pueblo de Ohio, alguien empezó a amenazar con detonar bombas en escuelas, el ayuntamiento y otros edificios públicos, forzando evacuaciones y provocando una ola de miedo.

Días después, dijeron las autoridades, un hombre que se describió a sí mismo en internet como un descontento antiguo partidario de Trump se dirigió con un rifle semiautomático al campo de golf del expresidente en Florida, evidentemente con la intención de disparar. Solo se vio frustrado cuando un atento agente del Servicio Secreto le descubrió y abrió fuego primero.

Así está la situación en 2024. En menos de una semana, el que fuera comandante en jefe y pudiera serlo otra vez en el futuro, ha sido a la vez una aparente inspiración y un supuesto objetivo de la violencia política que ha ido adquiriendo cada vez más forma en la política estadounidense de la era moderna. Las amenazas de bomba y los intentos de asesinato se han convertido en parte del entorno, impactante y horrible, pero no tanto como para forzar una verdadera hora de la verdad nacional.

“Una de las cosas que más me preocupan ahora mismo es la normalización de la violencia política en nuestro sistema político. Va en aumento”, dijo en una entrevista el representante Jason Crow, demócrata por Colorado y miembro de un grupo de trabajo bipartidista que ya está investigando el intento de asesinato del 13 de julio contra Trump. “Ahora estamos en el segundo en apenas dos meses y esto solo muestra hasta qué punto esto se ha vuelto omnipresente”.

Tanto el presidente Joe Biden como la vicepresidenta Kamala Harris emitieron declaraciones condenando el más reciente incidente, pero la campaña continuó sin interrupciones. Apenas cuatro horas después de que Trump fuera conducido en caravana fuera del club de golf para su protección, su equipo financiero envió un correo electrónico a su lista de recaudación de fondos con un botón para hacer clic y hacer una donación. “¡Mi determinación solo se fortalece tras otro atentado contra mi vida!”, dijo Trump en el correo electrónico. Los correos electrónicos de recaudación de fondos de Harris también continuaron.

Trump, quien tan recientemente como el debate de la semana pasada con Harris culpó a los demócratas por el tiroteo en un mitin en Butler, Pensilvania, que hirió su oreja en julio, atribuyó el atentado del domingo al presidente y a la vicepresidenta también, argumentando que el sospechoso detenido estaba actuando en respuesta a sus ataques políticos.

“Se creyó la retórica de Biden y Harris, y actuó en consecuencia”, dijo Trump a Fox News el lunes. “Su retórica está provocando que me disparen, cuando yo soy quien va a salvar al país, y ellos son quienes están destruyendo el país, tanto desde dentro como desde fuera”.

Incluso mientras se quejaba de que los demócratas le habían convertido en blanco al calificarlo de ser una amenaza para la democracia, repetía su propia afirmación de que “son personas que quieren destruir nuestro país” y les llamó “el enemigo interno”, un lenguaje ciertamente no menos provocador que el utilizado sobre él.

De hecho, en cuestión de horas, su campaña envió por correo electrónico una lista de citas de Biden, Harris y otros demócratas atacando a Trump con frases como “una amenaza para nuestra democracia” y “una amenaza para esta nación”, sin señalar que la semana pasada, durante el debate, el expresidente dijo que “ellos son la amenaza para la democracia”.

Uno de los partidarios más prominentes y vocales de Trump llegó al punto de cuestionar por qué Biden y Harris no han sido blanco de asesinatos. “Y nadie está ni siquiera intentando asesinar a Biden/Kamala”, escribió en internet Elon Musk, multimillonario propietario de redes sociales.

Más tarde, Musk borró el mensaje y lo calificó de broma, pero la Casa Blanca respondió. “Solo se debe condenar la violencia, nunca fomentarla ni bromear sobre ella”, dijo Andrew Bates, portavoz de la Casa Blanca. “Esta retórica es irresponsable”.

La historia estadounidense ya ha estado marcada en el pasado por periodos de violencia política. Cuatro presidentes en ejercicio han sido asesinados en el cargo, y otro fue tiroteado y gravemente herido. Un expresidente también fue tiroteado y sobrevivió, y muchos otros que vivieron en la Casa Blanca han sido objetivos. Pero dos atentados contra la vida de un expresidente en el plazo de dos meses no deja de ser llamativo, especialmente en el fragor de unas elecciones en las que es uno de los principales candidatos a su antiguo cargo.

Quizás la analogía más cercana podría ser la del entonces presidente Gerald Ford, quien sobrevivió a dos intentos de asesinato en poco más de dos semanas en 1975. Pero lo más inquietante es que los intentos de asesinar a Trump recordaron para muchos a 1968, cuando Martin Luther King Jr. y Robert Kennedy fueron abatidos con dos meses de diferencia. Aquellos asesinatos se produjeron en un momento de violencia generalizada en las calles estadounidenses, en medio de una sensación de resquebrajamiento de los lazos sociales, algo que también preocupa hoy a muchos líderes.

En el centro de la actual erupción de violencia política se encuentra Trump, una figura que parece inspirar a la gente a lanzar amenazas o emprender acciones tanto a su favor como en su contra. Durante mucho tiempo ha favorecido el lenguaje de la violencia en su discurso político, animando a sus seguidores a golpear a los que interrumpen, amenazando con disparar a los saqueadores y a los inmigrantes indocumentados, burlándose de un ataque casi mortal contra el esposo de la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes y sugiriendo la ejecución de un general al que consideraba desleal.

Aunque Trump insiste en que su encendido discurso a sus partidarios el 6 de enero de 2021 no fue responsable del posterior saqueo del Capitolio, ese día se resistió a las peticiones de sus asesores y de su propia hija para que hiciera más por detener el asalto. Incluso dio a entender que la multitud podría tener razón al querer ahorcar a su vicepresidente, y desde entonces ha considerado patriotas a los atacantes, a los que podría indultar si vuelve a ser elegido.

Trump no se detiene a reflexionar sobre el impacto de sus propias palabras. La semana pasada, sus falsas acusaciones contra los inmigrantes haitianos durante su debate con Harris fueron seguidas rápidamente por amenazas de bomba que pusieron patas arriba la vida en Springfield, Ohio, y él no hizo nada para desalentarlas. Tras 33 amenazas de bomba, el gobernador de Ohio dijo el lunes que las fuerzas del orden realizarían inspecciones diarias en las escuelas de la ciudad.

A la pregunta de un periodista de si denunciaba las amenazas de bomba, respondió con evasivas. “No sé qué ha pasado con las amenazas de bomba”, dijo. “Sé que ha sido tomada por migrantes ilegales, y eso es algo terrible que ha sucedido”.

Los críticos de Trump también han empleado en ocasiones el lenguaje de la violencia, aunque no de forma tan extensa y reiterada en los más altos niveles. Los aliados del expresidente distribuyeron en internet un video recopilatorio de varios opositores a Trump diciendo que les gustaría darle un puñetazo en la cara o cosas por el estilo. Algunas de las voces más extremas en las redes sociales se burlaron o minimizaron el encuentro en el campo de golf de Florida. Los aliados de Trump a menudo denuncian lo que llaman el síndrome de enajenación Trump, la idea de que sus críticos le desprecian tanto que han perdido la cabeza.

La ira, por supuesto, ha sido durante mucho tiempo la fuerza animadora de la etapa política de Trump, tanto la ira que despierta entre sus partidarios contra sus rivales como la que genera entre sus oponentes, quienes llegan a detestarlo. Las predicciones de que pudiera replantearse eso tras escapar por muy poco de la muerte en Butler resultaron efímeras. A la mitad de su discurso de aceptación en la Convención Nacional Republicana, cinco días después, volvía a ser él mismo.

Pero es una medida de hasta qué punto la violencia política se ha convertido en parte de la cultura estadounidense moderna —no aceptada, quizás, pero cada vez más esperada— que el más reciente incidente puede no suponer más diferencia que el primero. La conmoción causada por el tiroteo de Butler se disipó con relativa rapidez cuando la atención se centró en otros acontecimientos. La conmoción de este podría durar igual de poco.

Publicado en NYT.

Peter Baker es el corresponsal jefe de la Casa Blanca para en NYT.

 

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Articulos Destacados

9/11 , 23 años entre conmemoraciones y recuerdos

Francisco

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EP NEW YORK | 9/11 | 23 años de los atentados terroristas

Por : Gustavo Lugo | Manhattan

Hoy miercoles 11 de septiembre se celebra el 23 aniversario  del atentado a las torres gemelas en Nueva York en el 2001, honrando en la memoria de las víctimas en un acto de recordación que reune a líderes, mandatarios y a los seres queridos de quienes perdieron la vida en aquel trágico día.

la conmemoración como todos los años es en la Plaza del Memorial donde todas las familias se reúnen para leer los nombres de las casi tres mil personas que perdieron la vida en el atentado, ademas también del primer atentado terrorista del 26 de febrero de 1993″, explicó Isaac Pacheco, portavoz Museo y Memorial 11 de Septiembre.

Veintitres años después, el recuerdo de las víctimas del 11-S sigue vivo, y honramos no solo a quienes murieron aquel día, sino también a quienes fallecieron más tarde por las consecuencias de los ataques. con de la lectura de los nombres, los momentos de silencio y el tradicional tributo de las luces, el museo conmemorativo del 11 de septiembre ha incluido una experiencia digital gratuita para las personas que no pueden asistir en persona la cual puedes acceder por internet.

Entre la celebracion tambien incluye la icónica instalación de arte conmemorativa Tribute in Light regresando un año más visible en un radio de 60 millas alrededor del bajo Manhattan desde el anochecer del 11 de septiembre hasta el amanecer del 12 de septiembre para conmemorar el 23º aniversario del 11 de septiembre.

Estos haces de luz gemelos, que evocan las Torres Gemelas originales, se han convertido en un elemento esencial de cómo la ciudad de Nueva York siempre recuerda la resiliencia de nuestra ciudad frente a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y a todos los que perdieron la vida. La plaza en memoria del 11 de septiembre se abre al público a las 3 pm. el 11 de septiembre  y permanecerá abierta hasta la medianoche para que visitantes de toda la ciudad y de todo el mundo puedan ver la instalación desde este lugar sagrado de recuerdo y aprendizaje.

“Asegurar que todos los neoyorquinos recuerden a aquellos que perdimos el 11 de septiembre es importante para nosotros en Con Edison”, dijo el presidente de Con Edison, Matthew Ketschke. “Durante más de 200 años hemos sido la columna vertebral silenciosa de la ciudad de Nueva York y estamos agradecidos por la oportunidad de rendir homenaje a esta ciudad y a las Torres Gemelas a través de Tribute in Light”.

“El 11 de septiembre, el mundo vuelve sus ojos hacia la ciudad de Nueva York, donde las luces que atraviesan nuestro horizonte simbolizan nuestra memoria colectiva y nuestra fuerza inquebrantable”, dijo el asambleísta de Nueva York Charles Fall. “Es nuestro deber solemne garantizar que estas luces Continuen brillando cada año, honrando las vidas que perdimos y la resiliencia que define nuestra ciudad”.

Tribute in Light se presentó por primera vez seis meses después del 11 de septiembre en marzo de 2002, mientras continuaban los esfuerzos de rescate, recuperación y ayuda en la Zona Cero. La instalación consta de ochenta y ocho bombillas de xenón de 7.000 vatios montadas en dos cuadrados de 48 pies, haciéndose eco de la forma y orientación de las Torres Gemelas originales. Las luces están hechas a medida por Space Cannon y la instalación es producida anualmente por Michael Ahern Production Services (MAPS).

El Museo y Memorial del 11 de septiembre es la principal institución del país que se ocupa de explorar el 11 de septiembre, documentar su impacto y examinar su importancia continua. Esta misión se avanza a través de la conmemoración, la educación y la inspiración. Ubicado en ocho de los 16 acres del sitio del World Trade Center, el Museo y Memorial del 11 de septiembre recuerda y honra las 2,938 vidas perdidas el 11 de septiembre de 2001 y el 26 de febrero de 1993.

A través de exhibiciones, una amplia variedad de programas y Durante los eventos conmemorativos, el Museo y Memorial del 11 de septiembre busca educar al público sobre las consecuencias del terrorismo y su impacto en individuos y comunidades. Al preservar y compartir historias de resiliencia, compasión y coraje, el Museo y Memorial del 11 de septiembre espera inspirar a las personas a construir un mundo más compasivo y seguro. Los programas del Museo y Memorial del 11 de septiembre son posibles, en parte, gracias al Consejo de las Artes del Estado de Nueva York con el apoyo de la Oficina del Gobernador y la Legislatura del Estado de Nueva York.

Hoy el mundo entero como todos los años pondra sus ojos en la zona cero, para recordar y honrar la memoria de las victimas.

 

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Agencias

Economía , migración y aborto en primer debate presidencial

Francisco

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EP NEW YORK | DEBATE PRESIDENCIAL EE.UU. 2024

En los debates presidenciales de Estados Unidos suele importar tanto el fondo como la forma. Un sutil gesto o un ataque contundente, una palabra bien elegida o un desliz en una frase pueden determinar quién resulta ganador.

Y en el de este martes, el primero —y tal vez único— entre la candidata demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump en la ruta hacia las elecciones del 5 de noviembre , no quedó mucho lugar a la duda.

A apenas 57 días de la cita en las urnas, en vísperas de que se inicie el voto anticipado en muchos estados y empatados como los muestran las encuestas de intención de voto, quedaba poco margen para el error.

Y con su afilada intervención, Harris logró disipar las preocupaciones de larga data sobre sus habilidades para hablarle al público que comenzaron con su fallida candidatura a la Casa Blanca de 2020, y sólo se agudizaron por su torpeza en algunas entrevistas en los últimos años.

Era, además, su oportunidad para desgranar sus propuestas y darse a conocer, y no la desaprovechó.

Mientras, Trump se agarró a su conocido estilo combativo, tratando de sortear los ataques de la antigua fiscal general de California, y demostrar que durante el gobierno controlado por los demócratas la situación del país ha empeorado.

Era el séptimo debate presidencial para él desde que se estrenara en 2016, el primero para ella. En el debate anterior, el de junio, el contendiente era aún Joe Biden, pero su mal desempeño le costó la postulación.

Antes de este martes, Trump y Harris nunca se habían encontrado frente a frente, ni dirigido el uno al otro en directo. De hecho, la única vez en que habían compartido espacio fue cuando la demócrata, siendo senadora por California, siguió el discurso del Estado de la Unión del entonces presidente desde la galería del Capitolio.

Ahora, en los 90 minutos que debatieron, a apenas unos metros el uno del otro, no se alejaron mucho de las previsiones de los expertos.

Economía, migración, aborto

La economía, principal preocupación de la mayoría de estadounidenses, fue el tema que abrió el debate y acaparó buena parte de los intercambios entre los candidatos.

Trump además centró sus esfuerzos en criticar la política de inmigración del presidente Joe Biden y, por extensión, el rol de Harris en ella.

“Soy la única en este escenario que ha procesado a traficantes de personas”, contestó con contundencia ella. Y responsabilizó a Trump de bloquear un intento de solucionar la crisis fronteriza, al “matar” un proyecto de ley bipartidista enfocado a ello.

“¿Saben qué pasó? Donald Trump llamó por teléfono a algunas personas en el Congreso y les dijo que se deshicieran del proyecto de ley. ¿Por qué? Porque prefería su candidatura a solucionar un problema”.

Uno de los moderadores le preguntó entonces al republicano cómo planea, de ganar las elecciones, llevar a cabo la deportación masiva que ha prometido.

“¿Cómo piensa deportar a 11 millones de indocumentados?”, planteó David Muir, quien adquirió un papel activo a lo largo del debate, corrigiendo a Trump y aclarando afirmaciones de este en varias ocasiones.

El republicano volvió entonces a su ya conocido discurso sobre la inmigración, a insistir en la necesidad de cerrar la frontera ante millones de personas procedentes “de todo el mundo” que tratan de cruzarla, de ciudades estadounidenses que ya parecen “Venezuela en esteroides“.

“Ella y su partido han destruido este país”, zanjó, mientras la vicepresidenta lo miraba fijamente, algo que hizo durante todo el debate.

Por su parte, Harris contraatacó recordando las cuentas pendientes de su contrincante con la justicia, mientras Trump argumentaba que es un intento de los demócratas de usar el sistema judicial contra él para ganar las elecciones.

Acalorado fue también el intercambio sobre uno de los caballos de batalla de Harris: los derechos reproductivos.

“No estoy a favor de una prohibición [federal del aborto], pero no importa, porque ahora son los estados los que están decidiendo”, insistió Trump, después de que se le preguntara que aclarase su postura ante la interrupción del embarazo.

La política exterior, en especial la invasión de Rusia a Ucrania y la guerra de Israel en Gaza, fue otro de los grandes temas de la noche.

“Si Harris gana, en dos años no existirá Israel”, fue una de las frases más llamativas de Trump sobre el primero de los conflictos. “Si por Trump fuera, Putin estaría ahora sentado en Kyiv”, dijo Harris sobre el segundo.

¿Se traducirá en votos?

No es casualidad que se eligiera Filadelfia para el cara a cara organizado por la cadena ABC. Es la principal ciudad de Pensilvania , el más importante de los llamados estados péndulo.

Debido a cómo está conformado el sistema electoral estadounidense, son estos estados, también llamados visagra, los que acaban dando la victoria en las urnas. Para estas elecciones son también clave Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Míchigan, Nevada y Wisconsin, pero ninguno más que Pensilvania.

Ningún demócrata ha llegado a la Casa Blanca sin ganar en Pensilvania desde 1948.

Los votantes rompieron una racha de seis victorias demócratas en el estado cuando se decantaron por Trump en 2016, aunque en 2020 volvieron a decantarse por el Partido Demócrata y apoyar a Joe Biden.

“Dicen que ‘si ganas en Pensilvania, vas a ganar todo'”, proclamó Trump hace unas semanas durante un mitin en Wilkes-Barre, otra ciudad de ese estado.

Ahora habrá que ver si lo visto en la noche de este martes en el National Constitution Center de Filadelfia se traduce en votos, especialmente en los del reducido porcentaje de indecisos (en torno al 8%) que es fundamental para ver de qué lado quedará la balanza.

Agencias.

 

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