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9-11 , dieciseis años de turismo y reconstrucción bajo la sombra del acoso antiinmigrante

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EP /New York / Sin duda , éstos largos años de reconstrución trajeron paradógicamente un gran beneficio ecómico para Estados Unidos y especialmente para Nueva York que atrajo y duplicó del mismo modo el turismo internacional. Para quienes  conocieron y visitaron las torres gemelas o el World Trade Center del Bajo Manhattan era inverosímil imaginar que dos enormes moles de cemento hubiesen sido derribadas por terroristas suicidas. Un hecho que sin  lugar a dudas y en el trasfondo de los neoyorquinos  aún produce dolor y resquemor porque las significativas paralelas eran como “la niña de sus ojos”. Un orgullo que se desplomó  junto a los sistemas de seguridad de un acontecimiento que , además , cambió los conceptos de invulnerabilidad y puntualizó al terromismo como pieza clave del nuevo enemigo a vencer.

Pero hablando de realidades en  la hoy llamada <<zona cero>> una fría y escalofriante corriente de aire y algo “raro” se siente en el enorme cuadrante que ha eregido una torre simbólica llamada the tower freedom (torre de la libertad) , relatan cientos de turista dentro de los miles visitantes que mensualmente pagan por ver el museo de hierros retorcidos y la exhuberante  y polémica  estación del tren en forma de paloma que tuvo un ridículo sobrecosto para la ciudad. Dos lagos o piscinas con inscripciones de las víctimas , adornan solemnemente el lugar que poco a poco ha ido retirando parte del equipo pesado utilizado en las tres partes fundamentales señaladas del WTC .

Dieciseis años y una transición política que aquejan a la Gran Manzana y a la ciudad de los rascacielos con problemas de desempleo heredado por la crisis económica del 2008 cuando colapsó el sistema financiero y hubo la crisis de vivienda generada por los bancos. Geoge Bush deja un país enfrentado al terrorismo luego de culpar y atacar a Irak como directos responsables de los atentados del 9-11.

Posteriosmente llega Obama , el carismático presidente afroamericano para calmar las aguas turbias e inyecta esperanza e ilusiones  y promete empleo y un estruendoso sistema de salud asoma como el “ave fénix” para todos los estadounidenses. Aquí la clase media logra rebustecerse en medio de temores políticos debido al freno fiscal que mantuvo el ojo puesto en los terroristas. Pero Barack Obama logra vencer esa desconfianza y Nueva York y otras ciudades donde se concentra la mayor parte de Latinos e hispanos , “empujan” a través de la inmigración la nueva economía informal. Y para ello , logra instalar tímidamente un programa de nuevos horizontes para millones de indocumentados e ilegales.

De cierto modo Obama se cobvirtió en el benefactor para que millones de “soñadores” alcanzaran el mezquino sueño americano con el plan DACA o los “dreamers” (programa que evita la deportación de los menores de edad traídos ilegalmente por sus padres) muy a pesar que las mismas organizaciones culpaban que durante ésta administración se habían deportado más inmigrantes comparado con Bush , Clinton , ect. Pero por fortuna todo salió a pedir de boca y los soñadores alcanzaron la universidad y se sienten tan “americanos” como los mismos estadounidenses.

Pero desafortunadamente no todo fue color de rosa , del sueño hubo que levantarse en menos de lo que canta el gallo porque con la llegada de Donal Trump al poder , el cantar es a otro precio. Llega la inquisición y perturba el status quo de Obama y se empieza a escribir otra página para los neoyorquinos , estadounidenses y por supuesto para los inmigrantes. Amenazas de deportación acelera el palpitar de los indocumentados y en tan solo seis meses surgen mecanismos políticos para contrarrestrar la supremacía de Trump: surgen las “ciudades santuario”

El Alcalde de Nueva York Bill De Blasio y otros alcaldes de  ciudades donde el trabajo de los inmigrantes ha sido parte fundamental de sus economías , inician una férrea lucha para proteger los derechos de los indocumentados. En el caso del 9-11 , por ejemplo , donde miles de inmigrantes voluntarios ayudaron a las labores de limpieza y reconstrución de la zona cero de Manhattan _sólo para poner un ejemplo_  expusieron su salud y sus vidas y hoy son víctimas de la persecución de las nuevas políticas antimigratorias deTrump. Aunque los héroes son reconocidos por su bondad y buen corazón la ley no otorga perdón migratorio ni otorga “papeles” , salvo exepciones , deberían por lo menos considerar la parte humana.

Pero no. Trump es un xenófobo antiinmigrante y “supremacista blanco” que indulta a quienes persiguen y cazan hispanos.

Éste es el panorama actual de la Nueva York que valora y protege a la comunidad inmigrante que en dieciseis años sigue poniendo un granito de arena en la economía informal ., en la construcción de los nuevos edificios que le han cambiado la cara a la ciudad ., los que cultivan la tierra ., los que limpiam los edificios y cuidan perros y vigilan los bienes de los ricos y clase media. Una comunidad que no se resigna al embate y la persecución. Al contrario , mientras en los estados supremacistas los buscan y deportan , Nueva York les abre las puertas pese a las presiones económicas amenazantes de Washington y Trump contra las ciudades santuario.

9-11 “we will never forguet” , un odio antimusulman incrustado dentro de una sociedad que a Dios ruega , pero con el mazo pega.

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