Nuestra democracia es tan débil y en permanente decadencia, que la sumatorias de los electores no llegan muchas veces ni a un tercio de la población apta para sufragar, porque no hay credibilidad, confianza ni respeto por los partidos y sus candidatos.
Por: LUIS CARLOS LOZANO OSPITIA
Abogado, escritor y columnista
Los partidos políticos en Colombia están cayendo a pedazos, sin ideologías, sin principios, sin ética y sin moral, ya los partidos tradicionales el liberal como el conservador que muchos de la vieja guardia, sacaron pecho y otros ofrendaron sus vidas en su defensa; hoy en día es una vergüenza nacional, han enterrado sus principios y sus ideologías, para cada elección parlamentarias y presidencias, cambian de carpa política, como cambia la mente a un lunático, se dejan arrastran para donde haya mayor corriente o se refugian al árbol que más le de sombra, olvidando el génisis de sus partidos e irrespetando a sus electores.
Los partidos tradicionales como otros nuevos, están hecho trizas, están en franca crisis, que deben amangualarse, arrodillasen y venderse a otros sectores politiqueros, que fueron sus contradictores o acérrimos enemigos, para subsistir por ende recibir sus prebendas a su lucro personal.
Para que haya una verdadera democracia, debe existir mayor participación del pueblo para elegir a sus representantes o gobernantes, además que haya opciones serias y organizadas de partidos políticos de diferentes corrientes ideológicas de: centro, de izquierda y de derecha. De lo contrario se forja una reprochable dictadura, o peor una vulgar anarquía; siendo así los debates como sus programas son de pobreza absoluta, donde el control político seria nulo, y los mandatarios maquiavélicos.
Nuestra democracia es tan débil y en permanente decadencia, que la sumatorias de los electores no llegan muchas veces ni a un tercio de la población apta para sufragar, porque no hay credibilidad, confianza ni respeto por los partidos y sus candidatos.
Mientras no se cambie el modelo de hacer política, basados en mentiras, difamaciones, amenazas, sobornos, incumplimiento de la ejecución de programas sociales, de fortalecer a la educación, a la salud, al campo de la investigación, al trabajo formal etc.
E nuestro país no dejara de crecer la violencia, la pobreza, la desigualdad, tenemos que mentalizar al gobernante, que el poder no es para enriquecerse ilícitamente, volverse un dictador ni vender a pedazos la patria. Valga recordar la frase del filósofo: “La política es el arte de servir”
Este es uno de los muchos conceptos que acuñó Aristóteles, en su obra titulada, precisamente, “Política”. Pero también, la forma de entender y hacer política, tiene que ver con dotar al pueblo de los mecanismos necesarios para resolver los problemas que surgen en una sociedad civilizada, y que tiene que ver con la esencia misma de la organización social de los pueblos y sus ciudadanos, desde tiempos ancestrales.
La política está determinada, como laCiencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas, especialmente de los estados. Para el caso nuestro, la política se ha vuelto sinónimo de corrupción, enriqueciendo ilícito, de opresión, de violencia, desigualdad etc.