El problema de los asesinatos en EEUU no son las armas ; es la gente. Pero por qué la gente tiene tantas armas?

EP New York / opinión/ Cada vez se agudiza más y más el tema de las armas en Estados Unidos. Los asaltos y asesinatos de los ‘lobos solitarios’ prácticamente le han usurpado el puesto al terrorismo. El tema es complejo y contradictorio porque las consideraciones políticas y civiles son admisibles desde el punto de vista del gusto y la afinidad de los estadounidenses por las armas amparados en una enmienda constitucional , al punto de enfatizar que el problema no son las armas sino las personas que las usan dentro del concepto de una enfermedad mental y sin el debido control judicial.

Un estudio comparativo reciente en 171 países publicado en EP internacional , por Adam Lankford de la Universidad de Alabama , por ejemplo , demostró  , que el 31% de las matanzas entre 1966 y 2012 se había producido en suelo estadounidense por encima de similar situación de otros países como Yemen, Suiza, Finlandia y Serbia que son los países con más armas per cápita y que en el estudio figuran entre los 15 con más tiroteos”, explica el académico.

Es decir , si éstas cifras no son tan vehementes como para pensar y revisar que se requiere un cambio de base en la enmienda que ‘protege’ el uso legal de las armas en la población civil , más aún cuando se han incrementado los asesinatos contra niños y adolescentes en las escuelas , es porque ni el gobierno pretende cambiar la ley ni la gente desea renunciar a comprarlas , tenerlas y portarlas.

Tras cada matanza se repite una secuencia similar: conmoción nacional, incredulidad en medio mundo y subida de ventas. Cada estado aplica la segunda enmienda a su manera, fiel reflejo de la diversidad estadounidense: los hay muy permisivos, como Arizona, donde uno puede llevar su arma a la vista sin necesidad de permisos incluso de bares, a California, donde por ejemplo están prohibidos los rifles de asalto.

Dice Scott Porter , coleccionista de armas en Lousiana , que son tantas las armas que ya hay en los hogares que es muy difícil dar marcha atrás. El viernes, después de las muertes de los adolescentes en Florida, veía más viable cortar la compra de munición a la gente con problemas. Nikolas Cruz tenía un AR-15, el llamado rifle de América, de forma perfectamente legal , explica la analista Amanda Mars , corresponsal de EP Internacional en Washington.

Y es que hay razones para entender que es un asunto político tan grave que siempre encuentra cortapisas en el congreso fundamentados en la misma tendencia del ‘gusto y admiración’ por las armas. Por ello es que Estados Unidos , que poblacionalmente tiene menos del 5% de la población mundial,  posee más del 40% de las armas de uso civil del planeta. Estadísticamente asombra a los directos afectados y las organizaciones de derechos humanos pero no así a demócratas y republicanos que centran la problemática en el “estado mental” de los asesinos sosteniendo el sentido de culpa hacia la ineficaz vigilancia del Bureau federal de investigaciones (FBI).

Pero ,básicamente, por qué los estadounidenses compran y coleccionan armas? Y qué otras razones hay de fondo para pensar que se ha convertido en una necesidad?

George L. Lyon , instructor y abogado proarmas en washington , dice: “Nunca sabes lo que va a pasar y no puedes llevar contigo a un policía, pesa demasiado. Un arma de fuego es como un extintor de incendios. Normalmente, no necesitas un extintor de incendios hasta que lo necesitas de veras; es lo mismo con un arma. No esperas a que haya un incendio y entonces te vas a comprar un extintor, porque es demasiado tarde”, explica.

¿Quién es Nikolas Cruz el supremacista blanco que acabó con la vida de 17 adolescentes?

No obstante éstas razones expuestas , lógicas dentro del panorama de inseguridad que se vive en EEUU y el mundo , pero letales por el uso indiscriminado y legal , todavía distan años luz para que aflore una solución radical. Primero porque es el negocio más lucrattivo del país y segundo por la actual coyuntura política que vive la nación dividida y polarizada en la solución de conflictos vitales como la inmigración ; el racismo y la crisis económica.

¿Cuántos inocentes tendrán que dar sus vidas sólo porque a los norteamericanos les gustan las armas?

¿Cuántos serán declarados enfermos mentales por cometer infames asesinatos a sangre fría so pretexto de amparar una enmienda constitucional?

Es totalmente incierto pero lo único real e inverosímil es que paradógicamente aún no se cumplen tres días desde la matanza de Parkland, Florida y parece que que no hubiese pasado nada. Es sábado y no han pasado 72 horas desde que Nikolas Cruz mató a tiros de fusil a 17 personas, en su mayoría alumnos de la escuela Stoneman Douglas, y el estado ya está celebrando uno de los grandes eventos armamentísticos del año. Es el Florida Gun Show (el espectáculo de armas de Florida), que sus promotores promocionan con ambiciosos reclamos publicitarios.

Adultos y niños disfrutarán un enorme despliegue de armas de fuego, munición, cargadores, cuchillos y mucho más”. La feria tiene lugar en un gran edificio de Miami, a apenas una hora escasa en auto del centro educativo que acaba de ser escenario de una de las peores matanzas de la historia reciente de Estados Unidos. Increíble pero cierto y así es la “doble moral” de éste país donde un adolescente no puede comprar cigarrillos y cervezas pero sí tiene derecho a comprar un arma en medio del dolor de 17 familias que lloran y entierran a sus hijos y amigos.

Sobre la Asociación Nacional del Rifle (NRA) , que controla las armas  e influye en el gobierno , podemos decir que es uno de los lobbies más poderosos de América. Tiene cinco millones de miembros y nació como una organización lúdica y de apoyo a las armas en 1871, pero es conocida en el mundo por su actividad como grupo de presión, muy posterior y tremendamente exitosa.

Para influir en Washington hace falta mucho dinero. La NRA gastó 30 millones de dólares (24 millones de euros) en impulsar la candidatura de Donald Trump a la Casa Blanca, tanto con anuncios de apoyo al republicano como de publicidad negativa contra su rival, según el Center for Responsive Politics.