EP New York/ agencias/ La polémica decisión de Trump sobre Jerusalén pone en evidencia una vez más la crisis de las políticas internacionales de EE.UU. no sólo con su eterno enemigo ruso sino también con europa y oriente medio. Así lo ha dejado saber recientemente el presidente palestino Mahmoud Abbas , al afirmar que Estados Unidos está “desacreditado” y su país no discutirá con la nación norteamericana ningún plan de paz. Pero no sólo fue una reacción de rechazo y repugnancia de palestina , las Naciones Unidas han rechazado la decisión unilateral del líder estadounidense al declarar a Jerusalén capital de Israel. Al mismo tiempo, Abas ha excluído rotúndamente de la mesa de negociaciones de paz al principal mediador de los últimos años.
Donald Trump y el presidente palestino Mahmoud Abbas
ONU rechaza decisión
La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó este jueves una resolución en rechazo a la decisión del gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel. La moción no vinculante fue aprobada con 128 votos a favor, 9 en contra y 35 abstenciones. Además, hubo 21 países que no asistieron a la reunión. La resolución fue discutida en una sesión de emergencia de la Asamblea General de la ONU, propuesta por Turquía y Yemen en el nombre de los países árabes y musulmanes.
El texto no hace mención expresa a Estados Unidos, sino que reafirma que el estatus final de Jerusalén debe ser acordado a través de negociaciones y que cualquier decisión adoptada fuera de ese marco es “nula”, no tiene efectos legales y debe ser rescindida.
El texto es similar al de una resolución discutida esta semana por el Consejo de Seguridad de la ONU que contaba con el respaldo de 14 de los 15 miembros de ese órgano, pese a lo cual no pudo ser aprobada porque Estados Unidos aplicó su derecho de veto.
Estados Unidos es junto a China, Rusia, Reino Unido y Francia, uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, condición que le otorga la potestad de vetar las decisiones de ese órgano de la ONU.
El bloqueo de la decisión del Consejo de Seguridad llevó a sus promotores a presentarla ante la Asamblea General de la ONU, donde no existe derecho de veto.
El centro de la polémica
El pasado 6 de diciembre, Donald Trump anunció la decisión de su gobierno de trasladar su embajada desde Tel Aviv a Jerusalén y reconocer oficialmente a esta ciudad como la capital de Israel.
El mandatario estadounidense aseguró que esa decisión no prejuzgaba sobre lo que israelíes y palestinos pudieran acordar posteriormente en sus negociaciones de paz y que simplemente se trataba del reconocimiento de la realidad, toda vez que el gobierno de Israel tiene su sede en Jerusalén, adonde han acudido a su encuentro durante décadas los mandatarios estadounidenses que visitan el país.
Esta semana Trump manifestó su malestar ante la posibilidad de que la Asamblea General aprobara la resolución en contra de la decisión estadounidense y sugirió que Washington podría tomar represalias contra los países que apoyaran esa moción.
La embajadora de Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, rechazó este jueves la resolución de la Asamblea General de la ONU señalando que consideraba ofensivo que otros países condenaran a Washington por ejercer lo que considero como un derecho soberano: decidir donde abre sus embajadas.
Un golpe a Trump
Análisis de Gerardo Lissardy, corresponsal de BBC Mundo en la ONU
Esta resolución es uno de los mayores golpes que Trump ha recibido en el escenario internacional desde que es presidente.
La gran diferencia de votos mostró con una nitidez poco común el nivel del rechazo global a la decisión de Trump sobre Jerusalén: hasta aliados clave de Washington, como el Reino Unido, apoyaron la moción.
Y el hecho de que el propio Trump haya amenazado el día anterior con cortar la ayuda económica de EE.UU. a los países que votasen en su contra tan solo aumenta el reto que le lanza la ONU.
Es probable que en la práctica nada cambie demasiado de inmediato: la resolución de la Asamblea General no es vinculante y EE.UU. avisó que mantendrá la decisión de mudar su embajada a Jerusalén.
Pero, al menos a nivel simbólico en este tema, el presidente de Estados Unidos luce menos como un líder global y más como alguien a contramano de lo que quiere buena parte del mundo.
Una navidad agridulce para los palestinos en medio de protestas
Los palestinos se preparaban el domingo para celebrar la Navidad en Belén, la ciudad cisjordana en la que según la tradición cristiana nació Jesús, en medio de protestas por la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de declarar a Jerusalén como la capital de Israel.
Funcionarios del Vaticano cruzaron un retén militar israelí desde Jerusalén antes de la misa de medianoche en la Basílica de la Natividad, construida sobre el lugar donde según la tradición nació Jesús de Nazaret.
Cientos de lugareños y visitantes extranjeros se reunieron en la adyacente Plaza del Pesebre, mientras varios niños exploradores palestinos que tocaban la gaita desfilaban ante un árbol de Navidad.
Además las tradicionales decoraciones por la festividad, este año había una pancarta en protesta por la declaración de Trump sobre Jerusalén.
El alcalde Anton Salman dijo esperar que esta Navidad sea especialmente festiva, “porque queremos mostrar a la gente que somos personas que merecemos la vida, que merecemos nuestra libertad, que merecemos nuestra independencia y que merecemos a Jerusalén como nuestra capital”.