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Juez ordena liberación inmediata de inmigrante ecuatoriano

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EP New York/ agencias/ Después de todo y en medio de la angustia y desesperanzas de miles de familias que están siendo separadas por las políticas migratorias de “cero tolerancia” , un inmigrante ecuatoriano logra convencer a las autoridades que lo de ICE (U.S. Inmigration and Customs Enforcement) << el servicio de inmigración y control de aduanas de US>> requiere de revisiones mucho más complejas y más allá del simple estatus migratorio. Lo de Pablo Villavicencio ha sido un caso típico de la intolerancia y racismo que promueve el actual gobierno republicano de Donald Trump.

Por fortuna el arresto de Pablo paradógicamente caló en la parte sensitiva del conflicto migratirio que vive Estados Unidos. De la que poco se habla y se omite en los juicios despectivos específicamente hacia los latinos. Un juez de Nueva York que investigó el caso de éste noble trabajador inmigrante ecuatoriano no encontró causa alguna para deportarlo pues consideró que lo único “malo” que hacía Pablo era trabajar dignamente como repartidor de piza para sustentar sus dos hijas nacidas en EEUU y amar a su esposa de origen estadounidense. Luego entonces, se preguntó: ¿Cómo puede un juez y las leyes de éste país no considerar las buenas acciones que hacen los inmigrantes y sólo se enfocan en el mero estatus migratorio?

Aunque sólo es un caso aislado de miles que aún no encuentran eco de situaciones similares , la suspensión temporal de deportación de Pablo, abre una ventana para que las autoridades migratorias consideren la parte social y moral del conflicto. La unión familiar, los hijos , pero sobre todo, la honestidad y bondad conque miles de inmigrantes hispanos emprenden dia a dia para honrar y acoger a un país que _con la punta del pié_ desconoce el sacfificio y pundonor de los mas de 10 millones de inmigrantes en los Estados Unidos.

Ésta es la reseña informativa del caso Pablo Villavicencio

Un juez ordenó el martes la liberación inmediata de un inmigrante ecuatoriano que fue detenido con fines de deportación luego de que entregó una pizza en una instalación del Ejército de Estados Unidos en Brooklyn.

“Aunque permaneció en Estados Unidos de forma ilegal y actualmente está sujeto a una orden final de deportación, ha sido un ciudadano ejemplar”, escribió el juez de distrito Paul Crotty sobre el ecuatoriano Pablo Villavicencio.

El juez neoyorquino dijo que Villavicencio, quien estaba detenido en una cárcel de Nueva Jersey, puede quedarse en Estados Unidos mientras agota su derecho de intentar obtener un estatus legal. El ecuatoriano solicitó permanecer en Estados Unidos luego de que se casó con una ciudadana estadounidense, con quien tiene dos niñas.

El juez mencionó a las menores y dijo que son ciudadanas estadounidenses.

“No tiene antecedentes penales”, escribió el juez. “Ha pagado sus impuestos. Ha trabajado de manera diligente para mantener a su familia”.

El gobierno federal, que había querido que el caso se trasladara de Nueva York a Nueva Jersey, no ha comentado sobre la decisión del juez.

El abogado Gregory Copeland, quien representa a Villavicencio, dijo que sus abogados esperaban que fuera liberado el martes por la noche. La esposa del ecuatoriano indicó que estaba en su casa ubicada en Hempstead esperando un automóvil que la llevará al centro de detención, donde se reunirá con su esposo y los abogados.

Adriene Holder, abogada a cargo del fuero civil en Legal Aid Society, dijo que “el derecho, la humanidad y la moralidad” prevalecieron y que la familia Villavicencio al fin “ha recibido una dosis crucial de alivio de su pesadilla de 53 días”.

“Esta decisión debería servir como una reprimenda contra el gobierno del presidente Trump y su cruzada despiadada de separar a las familias” migrantes, indicó Holder en un comunicado.

El juez emitió el fallo después de escuchar argumentos el martes, cuando puso en aprietos a un abogado del gobierno sobre el esfuerzo de las autoridades de inmigración para hacer cumplir una orden de deportación de 2010 y cuestionó la necesitad de detener y deportar rápidamente a Villavicencio, de 35 años.

“¿Hay algún concepto de justicia aquí o sólo estamos haciendo esto porque queremos?”, preguntó el juez. “¿Por qué queremos aplicar la orden? No hace ninguna diferencia respecto a los problemas más grande que enfrenta el país”.

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La periodista de The Associated Press Claudia Torrens contribuyó a este despacho.

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