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Nueva York , coronavirus y crisis hospitalaria

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EP New York/opinión

Ayer se indicó que según una nueva guía para médicos que responden a urgencias, las víctimas de infarto en ‘La Gran Manzana’ cuyo corazón no pueda reiniciarse en el lugar en el que fueron afectados, se quedarán allí, en lugar de ser llevadas a hospitales para nuevos intentos de rescate

Por: Francisco Cardona/editor

Los habitantes de Nueva York completamos dos semanas de confinamiento parcial y una cuarentena cumplida a medias pese al constante anuncio preventivo de las autoridades y a la real y difícil situación de alarma que se vive en la ciudad. Día y noche resuenan las sirenas de las ambulancias que no dan abasto con la pandemia del coronavirus que ha colapsado prácticamente el sistema de salud por falta de elementos sustanciales como respiradores y mascarillas. Incluso , la policía y el FBI allanaron un edificio que acaparaba cientos de cajas de tapabocas que iban a ser vendidos ilegalmente en medio de la necesidad.

La confusión de los neoyorquinos para definir los trabajos esenciales tal como ordenó el Gobernador Cuomo ha sido otro dilema grave. Desde que se implantó el sistema a finales de marzo en pleno auge del virus , las empresas y trabajadores no definieron un patrón a seguir , por ejemplo , los restaurantes no deberían atender directamente al público sino mediante pedidos y entregas , pero se ven algunos locales atendiendo pedidos con clientes afuera <<sin guardar la distancia requerida>> esperando para entrar. Los talleres de mecánica , montallantas y negocios ‘no esenciales’ como misceláneas , continúan abiertos y las personas caminan por las calles sin inmutarse de la situación.

Básicamente lo relacionado a la salud y a la alimentación son los sitios que deben atender esas necesidades las 24 horas si es posible. A decir verdad , las determinaciones tomadas por el coronavirus está beneficiando a pocos y perjudicando a la mayoría de trabajadores informales. Los del día a día , los que , incluso, habiendo pagando impuestos , no se beneficiarán del bono económico del gobierno federal de $1.200 dol. Para ellos la condena de ser inmigrantes ilegales es , en el peor de los casos , otra pandemia de hambre , necesidad y horror por una enfermedad que no discrimina raza , color y riqueza y que acecha en cada rincón de los cinco condados de la ciudad.

Pero , lo peor  está por venir , dice el mismo presidente Trump , quien más preocupado está por su reelección y asuntos políticos que por la crisis sanitaria del país como describe el artículo del sociólogo y periodista Ricardo Angoso publicado por EP NewYork sobre ésta inverosìmil coyuntura mundial. Aunque hace una semana en medio de contradicciones el magnate apostó por una cuarentena urgente para Nueva York , el gobernador Andrew Cuomo se opuso rotúndamente por el daño económico que acarrearía a la metrópoli ,  como si no fueran suficiente los despidos de empleados que suman el millar en todo Estados Unidos. Hasta para ordenar los elementos médicos esenciales para atacar el virus ha sido una contradicción burocrática de ambas partes.

Así está hoy la gran mole de cemento , la ciudad de los rascacielos que ya casi empata y supera la crisis del 9/11 en muertes y pandemia. La ciudad turística por excelencia , fría y opaca por las inusuales temperaturas de la primavera ,  escenifica un cuadro dantesco donde cada mañana los escazos incrédulos e inmunes trabajadores , que se creen esenciales , salen impávidos con improvisadas mascarillas y guantes a enfrentar el monstruo invisible del coronavirus que ha cobrado la cifra de casi 3000 decesos y 100 mil contagios hasta ayer. Pero aún así y pese a las estadísticas que hablan de “picos” de la pandemia , predicando por más muertes venideras , el neoyorquino común no sabe lo que es guardar distancia y mucho menos cómo reaccionar ante semejante amenaza.

En otro aspecto más escénico pero inusual , El Empire State Building , un emblema de la ciudad , alumbra intermitente , cada noche , como faro , un rojo vivo y puro en señal de alerta como en tiempos de guerra. Signo de malos tiempos , de los que táxitamente describe un final no decoroso pero con la esperanza de que “al final del túnel” indique el verde que añora el mundo entero y que aflore los nuevos tiempos porque de aquí en adelante habrá indiscutiblemente un nuevo orden económico y social. Tendremos que acostumbrarnos a los aparatos electrónicos cada vez que crucemos la línea higiénica que indique que estamos sanos para ejercer nuestro trabajo.

Así le currió a Fernando Santana , un trabajador de Amazon , en Manhattan , quien  , al tratar de llegar a tiempo a su trabajo ,  aceleró unos cuantos pasos produciéndole una tos inesperada la cual fue objeto de examinación y conjetura sobre el coronavirus. Así va ser la vida después de la pandemia: controles para descartar cualquier enfermedad , máscaras de colores para discriminar a personas contagiadas y una distancia “a metros” para evitar el contagio.

No sabemos con exactitud cuántos amigos y desconocidos serán víctimas del virus del siglo XXI y cómo reaccionaremos a las graves consecuencias posteriores y cómo vamos a lidiar con el desempleo inminente que según la OIT y ONU oscila entre 20 y 25 millones de desempleos que arrojará el coronavirus , pero lo que si sabemos con certeza es que la pandemia es real , el virus es una realidad que debe preocuparnos lo cual debemos hacer uso de la mejor opción de quedarnos en casa. La publicación de un video hace una semana de un transeunte frente al hospital de Brooklyn quien lloró al ver la cantidad de muertos que sacaban en montacargas hacia un vehículo refrigerador fue escalofriante y espantoso.

“This Is for real…this is real bro” se escucha en la toma mientras en medio de lágrimas aconsejaba que nos quedáramos en casa. Igual ha ocurrido en el hospital Elmhurst de Queens y en los abarrotados centros hospitalarios del Mont Sinai de la ciudad , conforme a informes de prensa.

Las acostumbradas conferencias de prensa del gobernador sobre la crisis médica y hospitalaria son desalentadoras y graves. Ayer se indicó que según una nueva guía para médicos que responden a urgencias, las víctimas de infarto en ‘La Gran Manzana’ cuyo corazón no pueda reiniciarse en el lugar en el que fueron afectados, se quedarán allí, en lugar de ser llevadas a hospitales para nuevos intentos de rescate debido a la saturación en los hospitales. Igual sucederá con las cirugías pendientes y otro tipo de enfermedades comunes.

En sumo y de acuerdo al escritor y periodista estadounidense Noam Chomsky la pandemia del coronavirus es “una situación muy grave. Y no hay credibilidad en la afirmación de que el virus se propagó deliberadamente”, dijo en una entrevista en el diario italiano  Il Manifesto.

Para el lingüista, filósofo y politólogo, hay tres problemas que enfrenta el mundo frente a la pandemia: “No tenemos ni idea de cuántos casos hay realmente”, “el asalto neoliberal ha dejado a los hospitales sin preparación” y que “esta crisis es el enésimo ejemplo del fracaso del mercado, al igual que lo es la amenaza de una catástrofe medioambiental”.

Por lo demás , entre fake news , memes , oraciones y chistes , medio mundo vive confinado y estupefacto al vaiven de suposiciones y supersticiones asumiendo ideologías apocalípticas y discurriendo entre teorías subliminales que sólo aumentan más el pánico. Todo “sabio e intelectual” dice tener la varita mágica para enderezar la irracional y cruel humanidad. Hablan de razones de la crisis como si fuecen plagas egipcias mientras otros anti conspiradores subrayan la gran oportunidad de los seres humanos para resarcirse frente al daño global y terrenal que , a la postre, han sido los beneficiados del coronavirus y la cuarentena.


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