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Posconflicto “encocado” y el descubrimiento del agua tibia en Colombia

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La mentalidad de seguir combatiendo con esa propaganda negra, evidencia problemas del Estado inoperante; no hay carreteras para sacar las toneladas de plátano, cacao, u otros, pero si sobran las facilidades al transporte de hojas de coca o sus destilados ya en proceso, necesariamente beneficiados lejos de los puntos de consumo y mercadeo por la clandestinidad que eso exige.


El posconflicto encocado: Descubrieron el agua tibia
Por Gabriel Ángel Ardila/ Colombia

No tenemos partido en eso de reinserción o post conflicto. Pero pensar en sus desafíos lleva por fuerza al planteo de una estrategia que lea primero las realidades de las gentes comprometidas en ese trance. Fallan quienes están comprometidos en esa tarea de la reconciliación poniendo sobre la mesa sus interpretaciones y diagnósticos formulados desde la mesa de la oficialidad que tanto ha fallado en todos los procesos de la guerra. Nuestra opinión como diplomados de la Cátedra de Paz: su desconocimiento obliga a leer a la “contra parte”.

Es una verdadera combinación de formas de lucha, lo que habrá de aplicarse para vislumbrar un horizonte y determinar acciones reales o abrigar una nueva esperanza. La visión de los combatientes es importante para la solución, por haber estado activando los detonadores de violencia evidente por todas partes y no permiten un margen de operación hacia resolver en algo los desafíos del conflicto armado.

¡Combinar las formas de lucha! ¡Desde el otro bando de los guerreros! Es una manera distinta de atender los desafíos: Practicar la lógica de ellos para seguir adelante mientras esto se pacifica: lo han venido haciendo con la propaganda a los cultivos de coca, para desencadenar la generosa ayuda de la oficialidad en subsidio a siembras… obteniendo generosas donaciones extrajeras que no sospechaban su destinación en ¡Más coca!

Lamentablemente, y no lo sostenido por agentes de esos programas, supuestamente centrados en plátano, cacao y otros. Pero a los receptores de subsidios por sustitución les llega es el mensaje de que si los encuentran con sembrados de coca, así si los ayudarán más para llevar arroz, panela, sal y otros víveres indispensables a la mesa de los colonos y los sobrevivientes de sectores alejados del destino de esos productos para hacer mercado, una vez sean cosechados.

Es nula la comprobación del uso de créditos o subsidios al desmonte de coca. Los agentes del Estado no están en el lugar, no los dejan arrimar o temen ir por allá. Y a los llamados líderes sociales que pisan o cultivan eso, los amenazan y asesinan por contradecir o significar amenaza a esos intereses. Creyendo en el usuario o desmovilizado, son engañados en la destinación de los recursos que han disparado los cultivos ilícitos al nivel denunciado desde entes y organismos internacionales. Descubrieron el agua tibia.

La mentalidad de seguir combatiendo con esa propaganda negra, evidencia problemas del Estado inoperante; no hay carreteras para sacar las toneladas de plátano, cacao, u otros, pero si sobran las facilidades al transporte de hojas de coca o sus destilados ya en proceso, necesariamente beneficiados lejos de los puntos de consumo y mercadeo por la clandestinidad que eso exige.

La complejidad del proceso desborda la llamada buena fe y los principios de la negociación, que está muy lejos de aclimatar la paz y va muy profundamente en el sentido del negocio que enriquece al narcotráfico y en todo eso navega como pez en el agua ¡el delito! En sus turbios engaños y los agentes de la oficialidad no es que demuestren ninguna intención de enderezar todo eso. ¿Habrá inocencia ahí? Y desde Naciones Unidad, la CEE y países cooperantes ¿qué opinarán?

gardila250@gmail.com


 Gabriel Angel Ardila/ escritor y periodista 
 

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