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“Donde los hombres llevaban sombrero” : Iñaki Martínez, de la política a la literatura

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ENTREVISTA A IÑAKI MARTÍNEZ, ESCRITOR Y AUTOR DE LA NOVELA DONDE LOS HOMBRES LLEVABAN SOMBRERO

 “América Latina está claramente estancada en comparación con los Estados Unidos y Europa”

 “La revolución cubana fue un hito transcendental”


 por Ricardo Angoso

Abandonó la política a merced de su nunca ocultada vocación literaria. Vivió en Colombia algún tiempo y ejerció aquí de “embajador” del gobierno vasco. Ahora, ya bajo sus nuevos ropajes de escritor sin más apellidos, nos presenta su última novela, Donde los hombres llevaban sombrero, y regresa, como tantos otros creadores antes, a la idealizada y quizá perdida para siempre capital cubana, La Habana. Ha sido finalista del prestigioso Premio Nadal, de España, y su nombre nos deparará en el futuro seguras sorpresas literarias.


Ricardo Angoso: ¿Cómo diste ese cambio desde la política, o la actividad pública, hasta la literatura?

Iñaki Martínez: Yo he escrito siemre, ha sido una actividad constante en mi vida desde muy joven, desde los catorce años creo que comencé, y tengo varios novelas escritas no publicadas, relatos cortos, lo hacía para mí y sin la intención de publicar. Luego, con la edad, decidí interesarme en ir más allá e incluso publicar para someterme al escrutinio de los demás. Publiqué, en primer lugar, Arresti, que fue mi primera novela y luego La ciudad de la mentira, con la que quedé finalista del Premio Nadal y ahora esta última, Donde los hombres llevaban sombrero, que apareció recientemente.

R.A.:¿A qué se debe esa gran atracción que tiene para los escritores españoles Cuba y más concretamente La Habana?

I.M.:Yo creo que conozco bien ciudad de La Habana y tengo allá amigos, a los que visito con frecuencia. Creo que voy a La Habana una vez al año y voy cuando se me presenta la ocasión. Me llama la atención muchas cosas de Cuba, como creo que a muchos españoles también les sucede lo mismo por la historia del país y de la propia ciudad de La Habana. En la memoria colectiva de muchos españoles siempre está presente La Habana, eso es cierto. Y me llama mucho la atención, en segundo lugar, porque creo que la revolución cubana es uno de los grandes hitos del siglo XX. Aunque algunos simpaticen o no con el evento, hay que reconocer que la revolución cubana es un hito transcedental. Luego La Habana reúne, en esos años en los que yo sitúo la novela, a principios de los años cincuenta, justamente antes de la revolución cubana, todos los elementos para conformar el tipo de novela que yo escribo. En esos años, Batista acababa de dar el golpe de Estado y los rebeldes liderados por Fidel Castro iban tomando posiciones para más tarde, en 1959, tomar el poder. Los gansteres de los Estados Unidos se habían adueñado en cierta medida de la ciudad y estaban acaparando, con la inestimable ayuda de Bastista, una gran parte de los negocios, como los hoteles, las grandes salas de fiesta, las drogas y los casinos. Eran los dueños de la ciudad. Y para los personajes de mi anterior novela me pareció que ese marco era el adecuado para el desarrollo de la trama y que prosiguieran en La Habana sus aventuras.

R.A.: Aparte de esa atracción literaria por las Américas, también, por razones biográficas, siempre has tenido relación con ese continente, ¿me podría contar algo más de ese vínculo?

I.M.: Siempre he tenido relación con el continente por razones familiares. Yo nací en Guatemala y mi madre es panameña. Luego he vivido entre El Savador y Nicaragua entre 1980 y 1985, también he viajado mucho por el continente y creo conocerlo más o menos en profundidad. Fui asesor de la guerrilla salvadoreña y pasé allá cinco años. Latinoamérica es mi segunda casa y me siento muy comodo en esas tierras.

R.A.:¿Qué sentido había en esta novela, tenía alguna finalidad?

I.M.:Mi novela es una novela que pretende entretener a los lectores. Yo sigo los consejos del gran escritor Pío Baroja, renglón por renglón, cuando decía que la obligación del escritor, del novelista, es entretener a los lectores. Luego yo también me entretengo mucho escribiendo novelas y desarrollando estas historias de espionaje e íntriga. Esa era, en definitiva, la finalidad de la novela, habiendo tenido, además, la suerte de haber dado con una buena editorial que me publica y que las cosas, en cierto sentido, están funcionando.

EVOLUCIÓN DE AMÉRICA LATINA

R.A.:Como observador de América Latina y sus procesos, ¿cómo la ves hoy?

I.M.: Pues mal, mucho peor que hace quince o veinte años. No voy a decir que un deterioro vertiginoso pero creo que las condiciones de vida de la gente no mejoran y eso se nota en la calle. Las cifras macroeconómicas mejoran en algún momento para a renglón seguido desplomarse y se desploman desde el punto de vista de la vida de los ciudadanos de a pie, que viven en unas pésimas condiciones. Veo que los grandes males de la vida en América Latina siguen pesando en la mayor parte de los países y que la corrupción sigue siendo la tónica dominante sin que este flajelo sea combatido como debiera ser. Se dan algunas buenas noticias, como por ejemplo que un buen número de expresidentes latinoamericanos estén siendo enjuiciados o están en la cárcel, o están siendo investigados por asuntos de corrupción, mostrando que la justicia está empezando a funcionar. Pero tampoco soy muy optimista con respecto al final de todos estos procesos. La sanidad pública sigue siendo un desastre en la mayoría de los países de América Latina. Entonces, con una perspectiva hace diez, quince o veinte años, observo que las condiciones de vida de los ciudadanos latinoamericanos es mucho peor o no ha mejorado en términos cualitativos con el paso del tiempo. Las familias están completamente endeudadas y llegan a fin de mes a dudas penas, cuando llegan y buena parte de sus escasos ingresos son para pagar las deudas que tienen con las grandes financieras y los bancos. Es decir, no soy muy optimista con respecto al momento actual y tampoco buenas perspectivas de evolución a futuro.

R.A.:¿Quieres decir que América Latina está estancada?

I.M.: América Latina claramente está estancada, mientras que, por ejemplo, los Estados Unidos están funcionando muy bien, aun con las grandes diferencias sociales de siempre. Europa está despegando, saliendo de la crisis y el deseempleo se va reduciendo. Asia va con un bolido, a un buen ritmo de crecimiento. Y, sin embargo, en América Latina ocurre algo misterioso y persiste en ese estancamiento al que nos referíamos antes.

R.A.:¿Qué piensas de la situación que atraviesa Venezuela?

I.M.:Es una situación terrible, desde luego, y parece que es una mafia la que se ha enquistado en el poder y no lo suelta.

ENTRE EUSKADI Y CATALUÑA

R.A.:¿Qué te has encontrado en Euskadi después de tu regreso de las Américas?

I.M.: Una sociedad muy tranquila desde el fin de ETA. La sociedad vasca hoy es una sociedad tranquila y serena. Veo, además, que la sociedad vasca está dispuesta a repasar lo que ha ocurrido con los ojos muy abiertos y con un sentido muy crítico.Incluso sectores del País Vasco que hasta hace muy poco eran muy renuentes a hacer examen introspectivo de lo que había ocurrido en la sociedad vasca, porque en definitiva había que saldar cuentas con uno mismo, como la sociedad nacionalista vasca moderada, que no justificaban la violencia pero la veían como algo normal debido a ciertas condiciones “ambientales”, ahora ya no conviven con ese discurso. En estos momentos la mayor parte de la sociedad vasca comparte la lectura crítica con respecto a la época anterior y hay fenómenos que así lo atestiguan como la novela Patria, que ha supuesto un hito en toda España y también en Euskadi. Pero hay otros fenómenos que dan muestra de ese estado de cosas en una sociedad muy dispuesta a examinar su pasado desde un punto de vista crítico y ese va a ser muy beneficioso para todos, claro está.

R.A.:¿Y cómo observas la crisis de Cataluña?

I.M.: Con mucha decepción. Pienso que una sociedad que en tiempos fue vanguardia en numerosos aspectos y siempre a la cabeza de la vida cultural en el país, ahora me encuentro que es una sociedad donde se han creado unas trincheras artificiales que solamente dividen y no generan nada positivo. Esas trincheras han generado lo peor que le puede ocurrir a una sociedad y es que se haya generado una fractura social absoluta, algo que nunca pasó en Cataluña que era una de las sociedades mejor articuladas de España. Es decir, están dividiendo al país, y lo han conseguido en cierta medida, en dos sectores irreconciliables a corto y mediano plazo, con lo cual tenemos crisis española y catalana para muchos años. Además, el problema de los dirigentes catalanes es que están rozando el fanatismo. Otra cosa son las soluciones políticas que se le quieran dar a este conflicto, que siempre son difíciles, pero es inadmisible este nivel de fanatismo al que están llegando algunos al entender las posiciones del contrario y del adversario. Por ejemplo, Puigdemont se ha convertido en una suerte de líder carlista a su manera y se ven situaciones que recuerdan mucho al caudillismo latinoamericano en su peor expresión de la palabra. La discusión ya no es de carácter político sino que se reduce al estás con nosotros o estás contra nosotros y es algo, sinceramente, que no tiene sentido en el siglo XXI. Lo veo, francamente, muy mal, no sabemos como acabará esta crisis. ¿Qué sentido tienen esas adhesiones inquebrantables a un caudillo, donde pueden terminan? Recuerdan mucho, desde luego, a aquellas adhesiones inquebrantables al caudillo, a Franco, que demandaban los seguidores del régimen franquista en su momento. Y lo de Puigdemont, sinceramente, me suena a eso, ya no se discuten cuestiones políticas, sino a adhesiones a caudillos sin discusión alguna.

R.A.:¿Cómo ves el panorama cultural en España?

I.M.: Yo sigo siendo optimista con respecto a España porque así como somos malos para la convivencia y tenemos un problema de origen que no sabemos convivir que se traduce en todos esos problemas políticos que siempre tenemos encima de la mesa, desde el punto de vista artístico y cultural sigue siendo un país de genios con grandisimos talentos.Se está escribiendo mucho, surgen grandes narradores, buenos narradores, gente joven con talento y en el ámbito de las artes plásticas, también. Yo, en ese sentido, tengo mucha confianza en España porque creo que somos un país con grandes talentos.


Otros temas de Ricardo Angoso: Jair Bolsonaro , ¿otro Hitlre? ¿O un simple Trump a la brasilera?

 

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