Colombia

“Drogas , carteles y juicios” , entre el beneficio y la condena

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EP New York/opinión

Qué le interesa en realidad a la justicia de EE.UU. Condenar el delito , recuperar el dinero y propiedades de los narcotraficantes ó controlar el negocio de las drogas y los carteles.

En los últimos años las políticas antidrogas de los Estados Unidos ha dado un giro en materia judicial y los mecanismos y convenios de extradición parecieran flexibilizar y acondicionar las condenas conforne a los intereses económicos , a los bienes y propiedades adquiridas por los narcotraficantes y carteles y por la influencia política como acontece actualmente en Colombia con el caso del ex guerrilleo de las Farc , “Santrich” y otros ex combatientes protegidos por la JEP(Justicia especial para la paz), creada por J.M. Santos.

A éstas instancias criminales se le ha anexado otro ingrediente delictivo e igualmente protegido por los gobiernos como la “corrupción” política (desvíos de dinero , blanqueo , lavado , ect) que también es negociable con la figura judicial (extinción de dominio). En ambos casos los juicios y condenas están supeditados a todos estos intereses  y a la colaboración [cartel de los sapos] , con la justicia.

El reciente juicio a Joaquín “el chapo” Guzmán líder del cartel de  Sinaloa en México, por parte de la Corte de Nueva York , se negoció de todo un poco. Desde bienes , contactos , propiedades y el involucramiento de políticos y militares. Y la mayoría del juicio tuvo como punto de enlace , los testimonios de narcos colombianos que cumplen condenas en los Estados Unidos y cuya presencia en las cortes sirvió para reducir o negociar sus condenas y ,de paso , contribuir con las nuevas rutas del trasiego de las drogas y las nuevas conexiones de los carteles de bajo perfil en suramérica.

En este orden de ideas , lo que se observa es que el negocio de la coca , principal activo de los narcotraficantes , nunca acabará. Al contrario , los barones de la droga han entendido el mecanismo judicial a sabiendas que el sometimiento a la justicia (con extradición incluída) puede oscilar entre dos , cinco o un máximo de 10 años , mientras “otros” también de bajo perfil) continùa con el gran negocio. Algo similar ocurre con la condena de los políticos corruptos que saben que si se roban , por ejemplo, 5 mil millones de pesos , devuelven 2 mil millones y terminan en la “casa por cárcel” . El gran negocio de la corrupción.

A diferencia de los primeros capos extraditados y condenados a cadena perpetua o a condenas de 30 años (Carlos Lehder-Los Rodríguez Orejuela-Fabio Ochoa,ect) por similares o peores crímenes como los de hoy , los narcos modernos no sólo sofisticaron el envío de la mercancía blanca por medios submarinos , también aprendieron que “sapear” y devolver parte de lo ilícito es la fórmula para la rebaja de penas y con grandes posibilidades de expandir el negocio. Tal vez , ese es el punto de discordia de la extradición de Santrich: “que el invidente abra la boca”. Un temor que tiene en vilo al expresidente Santos y que de cierto modo podría explicar como de 42 mil hectáreas de siembra de coca se pasó a más de 200 mil , aumentando la producción y distribución.

Pero volviendo a la aplicación de la justicia estadounidense para los narcotraficantes y carteles , no hay duda que mientras el interés económico y político prime sobre la idea de erradición y control sobre la venta y consumo _a no ser que la legalización sea otra opción como lo fue el alcohol y el tabaco en su momento_ la humanidad seguirá expuesta al flagelo de consumo de droga más impactante del presente siglo , sin contar por supuestos las guerras y asesinatos de las bandas y carteles por el control de la producción y venta del “oro blanco” más codiciado de los narcotraficantes.

Por último y no menos importante y producto de estos juicios rápidos fundamentados en beneficios y colaboración con la justicia , es el retorno de los narcotraficantes a sus países de origen. En Colombia , por ejemplo, el seguimiento de las personas que regresan luego de cumplir sus condenas , es nulo a no ser que exista algún delito pendiente con la fiscalía.

En 2018 el entonces vicepresidente de la República, general (r) Óscar Naranjo, advirtió que el aumento en la violencia entre bandas criminales en ciudades como Cali y Medellín se debería a que algunos de estos extraditados regresaron a retomar sus negocios ilegales. 

Un investigador judicial explicó a La (W Radio) que algunas de estas personas, cuando regresan, lo primero que hacen es buscar las caletas con dinero en efectivo que dejaron en sus propiedades y de las cuales solo ellos mismos conocen su ubicación. Estas caletas, por ejemplo, no son reportadas a la DEA o a la justicia de Estados Unidos cuando hacen los acuerdos para rebajas de pena en ese país, sino que ante los norteamericanos entregan bienes e información sobre la organización que manejaban. 

Según reportes judiciales en los últimos años han sido deportados de EE.UU , ,luego de cumplir sus condenas , mas de 200 colombianos. Ésta semana , por ejemplo, el departamente de migración ha informado la llegada de 70 colombianos deportados de Estados Unidos entre los que se destacan Jair Sánchez Hernández  “mueble fino” y Andrés López alias “Florecita”, publica el Tiempo de Bogotá.

Una dura realidad que en términos de control y erradicación es inversamente proporcional a los cientos de toneladas que llegan a los principales puertos del mundo ante el único interés de colaborar con la justicia estadounidense para recuperar parte de los bienes de los narcotraficantes. 

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