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La teoría del “Cisne Negro” y el impeachment contra Donald Trump

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EP New York/ opinión

La teoría del Cisne Negro fue desarrollada por Nicholas Taleb en su libro “El Cisne Negro (2010) en el que intenta explicar “los sesgos psicológicos que hacen a las personas individual y colectivamente ciegas a la incertidumbre e inconscientes al rol masivo del suceso extraño en los asuntos históricos”.

Por: German Gorraiz López-analista

En efecto, nuestra mente es capaz de secuenciar únicamente fragmentos de la secuencia total del inmenso genoma del caos, con lo que inevitablemente recurrimos al término “efecto mariposa” para intentar explicar la vertiginosa conjunción de fuerzas centrípetas y centrífugas que terminarán por configurar el puzzle inconexo del caos ordenado que se está gestando y que tendría su plasmación en la famosa frase del iconoclasta John Kenneth Galbraiht :

”Hay dos clases de economistas: los que no tenemos ni idea y los que no saben ni eso”. El citado” efecto mariposa” trasladado a sistemas complejos como la Bolsa de Valores, tendría como efecto colateral la imposibilidad de detectar con antelación un futuro mediato pues los modelos cuánticos que utilizan serían tan sólo simulaciones basadas en modelos precedentes (Teoría de la Inestabilidad financiera de Minsky), con lo que la inclusión de tan sólo una variable incorrecta o la repentina aparición de una variable imprevista (léase el impeachment contra Donald Trump) provoca que el margen de error de dichos modelos se amplifique en cada unidad de tiempo simulada hasta exceder incluso el límite estratosférico del cien por cien, de lo que sería paradigma el próximo estallido de la actual burbuja bursátil, cumpliéndose una vez más la máxima de Keynes: “Los mercados pueden permanecer irracionales más tiempo del que tú puedes permanecer solvente”.

Génesis de la actual burbuja bursátil

La burbuja actual sería hija de la euforia de Wall Strett (y por extrapolación del resto de bolsas mundiales) tras las políticas monetarias de los grandes bancos centrales mundiales que han inundado los mercados con centenares de miles de millones de dólares y euros con la esperanza de relanzar la economía, más aún cuando las colocaciones sin riesgo ( deuda de EEUU o de Alemania) no retribuían nada a los inversionistas : La desconexión con la realidad por parte de los inversores les llevaría a justificar la exuberancia irracional de los mercados, creándose un mundo virtual de especulación financiera que nada tendría que ver con la economía real (windhandel o negocio del aire) y que les lleva a extrapolar las rentabilidades actuales como un derecho vitalicio. Ello unido a la pérdida de credibilidad de las agencias de calificación como Moody’s al no haber predicho la crisis del 2002 y a la ausencia de control por parte de los reguladores, habría coadyuvado a que el mercado permaneciera insensible al recorte de rating de las compañías que cotizan en la bolsa y a los avisos de la Fed que por boca de su Presidenta Yanet Ellen habría advertido que “las valoraciones de las bolsas y los mercados de bonos son muy altas y que existen riesgos potenciales en ambos mercados”.

Así, la certeza racional de la total retirada por la Fed de sus medidas de estímulo a la economía estadounidense deberían hacer que los inversionistas se vayan distanciado progresivamente de los activos de renta variable y que los bajistas se alzaran con el timón de la nave bursátil mundial. Sin embargo, el proceso especulativo impulsa a comprar con la esperanza de sustanciosas ganancias en el futuro, lo que provoca una espiral alcista alejada de toda base factual y el precio del activo llega a alcanzar niveles estratosféricos hasta que la burbuja acaba estallando (crash) debido a la venta masiva de activos y la ausencia de compradores, lo que provoca una caída repentina y brusca de los precios hasta límites inferiores a su nivel natural (crack).

¿Será el Impeachment contra Donald Trump el cisne negro del 2020?

Un inversor está dispuesto a pagar un precio por una acción si le reporta dinero en el futuro, por lo que el valor de dicha acción es el total de flujos esperados pero el nivel suelo de las Bolsas mundiales, (nivel en el que confluyen beneficios y multiplicadores mínimos), se situaría a años-luz de los niveles actuales debido al riesgo de estancamiento económico secular que presentan las principales economías mundiales. Sin embargo, debido al “efecto Trump” los inversores de EEUU estaban instalados en la euforia tras superar el techo ionosférico de los 28.000 puntos en el Dow Jones, (rememorando el boom bursátil de los años 20, preludio del crack bursátil de 1.929), por lo que son incapaces de percibir el vértigo de la altura pero la sombra del impeachment que planea sobre Donald Trump (cisne negro), provocará que los grandes inversores sientan por primera vez el mal de la altura que les llevará a reducir su exposición al riesgo con el consecuente efecto bajista en las cotizaciones de las acciones.

Además, la inflación en EEUU acelerará las próximas subida de tipos de interés del dólar haciendo que los inversionistas se distancien de los activos de renta variable y que los bajistas se alcen con el timón de la nave bursátil mundial, derivando en una psicosis vendedora que terminará por desencadenar el estallido de la actual burbuja bursátil. Dicho crash bursátil tendrá como efectos benéficos el obligar a las compañías a redefinir estrategias, ajustar estructuras, restaurar sus finanzas y restablecer su crédito ante el mercado (como ocurrió en la crisis bursátil del 2000-2002) y como daños colaterales la ruina de millones de pequeños inversores todavía deslumbrados por las luces de la estratosfera, la inanición financiera de las empresas y el consecuente efecto dominó en la declaración de quiebras.

Un inversor está dispuesto a pagar un precio por una acción si le reporta dinero en el futuro, por lo que el valor de dicha acción es el total de flujos esperados pero el nivel suelo de las Bolsas mundiales, (nivel en el que confluyen beneficios y multiplicadores mínimos), se situaría a años-luz de los niveles actuales debido al riesgo de estancamiento económico secular que presentan las principales economías mundiales. Sin embargo, debido al “efecto Trump” los inversores de EEUU estaban instalados en la euforia tras superar el techo ionosférico de los 28.000 puntos en el Dow Jones, (rememorando el boom bursátil de los años 20, preludio del crack bursátil de 1.929), por lo que son incapaces de percibir el vértigo de la altura pero la sombra del impeachment que planea sobre Donald Trump (cisne negro), provocará que los grandes inversores sientan por primera vez el mal de la altura que les llevará a reducir su exposición al riesgo con el consecuente efecto bajista en las cotizaciones de las acciones.

Además, la inflación en EEUU acelerará las próximas subida de tipos de interés del dólar haciendo que los inversionistas se distancien de los activos de renta variable y que los bajistas se alcen con el timón de la nave bursátil mundial, derivando en una psicosis vendedora que terminará por desencadenar el estallido de la actual burbuja bursátil. Dicho crash bursátil tendrá como efectos benéficos el obligar a las compañías a redefinir estrategias, ajustar estructuras, restaurar sus finanzas y restablecer su crédito ante el mercado (como ocurrió en la crisis bursátil del 2000-2002) y como daños colaterales la ruina de millones de pequeños inversores todavía deslumbrados por las luces de la estratosfera, la inanición financiera de las empresas y el consecuente efecto dominó en la declaración de quiebras.

 

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Ucrania: El Caballo de Troya de la OTAN

Francisco

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EP NEW YORK. | UCRANIA

Por: Nikolás Stolpking

La entrada en escena del Oreshnik, ha dejado a la OTAN, EE. UU., Unión Europea desatados; están vueltos locos. Unos están discutiendo posibles “ataques preventivos” en territorio ruso, otros están proponiendo “devolverles” a Ucrania las armas atómicas que supuestamente les fueron “arrebatadas”, otros están llamando a las empresas para que se “preparen para la guerra”, otros quieren ampliar la red de bunkers, etc. ¿Qué otros delirios tendremos que masticar?

–¡Calma! ¡Calma! ¡Que no panda el cúnico!, diría el Chapulín Colorado. Es simplemente que si sigues provocando al Oso, te va a llegar un avellano. Bien, prosigamos.

Después del lanzamiento ruso del misil balístico Oreshnik, sin carga nuclear, sobre territorio ucraniano, como respuesta a los ataques con misiles ATACMS y Storm Shadow sobre territorio ruso, uno tendería a pensar que los responsables occidentales, como mínimo, tendrían que pensarlo muy bien antes de nuevamente “autorizar” a Ucrania el lanzamiento de misiles balísticos tácticos sobre territorio ruso. Pero, como se ha visto en estos últimos días, no ha sido el caso. Y no es de extrañar, en todo caso. A EE. UU., Gran Bretaña o a la Unión Europea no les importa, en absoluto, el destino de Ucrania. Lo único que les importa  es defender los intereses del propio EE. UU.

Estamos hablando, además, de la entrada en escena de nuevas tecnologías en el campo de batalla que podrían marcar la diferencia. El Oreshnik, un misil balístico con velocidad hipersónica (3,3 a 4 km/s); puede portar ojivas nucleares; difícil de detectar e imposible de interceptar por los actuales sistemas de defensa antimisiles estacionados en Europa; y su alcance podría llegar a los 5,500 kilómetros. O sea, podría alcanzar a toda Europa en menos de 20 minutos.

Vladimir Putin fue claro al señalar que las pruebas de los nuevos sistemas de misiles en el campo militar proseguirían si la amenaza a la seguridad de Rusia persistían: “Consideramos que tenemos el derecho a utilizar nuestras armas contra objetivos militares de aquellos países que permiten el uso de sus armas contra nuestros objetivos, y en caso de una escalada de acciones agresivas, responderemos con la misma decisión y de la misma manera”.

Lo razonable, en una situación así, es que se quiera desescalar el conflicto, ¿no?, pero sucede todo lo contrario: se desea seguir escalando.

Quizá haya llegado el momento para reflexionar y aceptar la derrota de Ucrania y su titiritero (OTAN) ante la determinación de Rusia. Que podría ser muy fácil en teoría, pero que bastaría con que el titiritero empezara a abandonar a Ucrania. Pero pareciera que el Bloque Occidental Capitalista estuviera lejos de reflexionar y aceptar los nuevos cambios tectónicos que se están desarrollando en el mundo.

Proseguir la escalada, no hace más que hacer daño a la propia Ucrania, que no sabemos aún cómo habrá de quedar conformada, terminado el conflicto. Pero de que quedará más pequeña (Ucrania), quedará más pequeña.

La OTAN, lo mejor que podría hacer sería convencer a los líderes ucranianos de que al juego hay que ponerle fin; que ahora hay que conducir hacia el terreno de las negociaciones. Pero, en la práctica, vemos todo lo contrario. Pareciera que existiera más interés en proseguir el conflicto por parte de las potencias Occidentales que de la propia Ucrania.

Seguir con el juego ante el nuevo escenario es suicida. ¿Qué disparates están pensando? ¿“Entregar armas nucleares a Ucrania”? ¿“Autorizar a Ucrania más lanzamientos de misiles en territorio ruso”? ¿“Ataques preventivos sobre Rusia”? ¿“Nuevos sistemas de defensa anti-misiles”? ¿“Envío de tropas militares OTAN hacia Ucrania”? ¿Acaso no se ha entendido bien el mensaje que plantó en las cabezas el Oreshnik?

¿Cómo Rusia podría hacer entender a Occidente?

Porque pareciera que Occidente no quisiera entender la seriedad del asunto. Occidente sigue con el mismo entusiasmo, o más, como cuando comenzó a “apoyar” a Ucrania. Y Rusia sigue con la misma estrategia de la Operación Militar Especial (SVO) sobre Ucrania. Occidente y su “ayuda” a Ucrania, no tiene visos de querer parar por el momento, al contrario, tiene sumo interés porque prosiga. Porque, entiéndase bien, EE. UU. y aliados no quieren perder sus posiciones privilegiadas en el tablero.

EE. UU. y aliados (OTAN)  deberían aceptar el nuevo terreno de juego. No están para seguir jugando a escalar. Lo más razonable que pueden hacer es aceptar la nueva realidad, e incluso la disolución de la OTAN. Porque… ¿Qué razón tiene de existir una estructura político-militar al no poder brindar protección a Europa ante las nuevas tecnologías militares en manos de Rusia? El Oreshnik ha dejado a la OTAN como un chiste.

Pero la OTAN no deja de sorprender: desde el comienzo de la SVO los países que conforman la OTAN corrieron a mandar “ayuda” a Ucrania. Primero eran cosas tales como cascos y municiones, después misiles anti-tanque y misiles anti-aéreo, pero, como Ucrania poco avanzaba en el campo de batalla, la “ayuda” evolucionó a misiles tácticos de largo alcance (ATACMS), lanzacohetes múltiples HIMARS, tanques, aviones, etc. Pero como los ucranianos seguían sin avanzar significativamente en el campo de batalla y, además, se encontraron con un déficit sustancial de soldados, ¿cuál fue la idea “brillante” que se les ocurrió? Golpear e incursionar en territorio ruso; y ahora golpear con misiles ATACMS y Storm Shadow. Siendo que, estos últimos, como ya se ha señalado cientos de veces, no-pueden-ser-operados-sin-el-apoyo-de-especialistas-extranjeros (no-ucranianos).

¿Qué vendría después? La respuesta rusa: el lanzamiento del misil balístico hipersónico Oreshnik sobre un complejo militar ucraniano. Con el mensaje adjunto de que la próxima vez podría llegar más lejos y que podría llevar ojivas más dañinas si se insistiera en atacar territorio ruso con los misiles de largo alcance. ¿Cuál ha sido la respuesta de la OTAN en estos últimos días? Algo de no creer: intensificar más los ataques con sus propias armas en territorio ruso.

Acá ya no se trata de Ucrania. Ucrania pasó a ser un producto, un títere, que se sigue vendiendo en los Medios, pero que no tiene valor alguno. Ucrania simplemente se ha convertido en un caballo de Troya moderno que es arrastrado por la OTAN. Ucrania es únicamente un medio. Y Rusia lo sabe.

¿Qué mejor que instalar en el imaginario colectivo que Ucrania es un “indefenso” al cual hay que “ayudar” frente a un “invasor” gigante, “imperialista”, que quiere “expandir” su territorio? Los Medios occidentales no te dirán que la OTAN está en suelo ucraniano apretando el gatillo, te dirán que están “proporcionando instrucciones”, “proporcionando datos”, “proporcionando permiso”, “proporcionando armas para la autodefensa”.

Si Ucrania es el caballo de Troya de la OTAN, ¿por qué dejar que camine el artefacto? ¿Por qué no apagar el artefacto de una vez por todas? ¿Por qué no desarmar el artefacto, paso a paso? ¿Qué podría hacer la OTAN con un artefacto inservible?

Rusia simplemente debe ir por el caballo de Troya.

¿Qué otras sorpresas en el ámbito tecnológico-militar sacará a la luz Rusia? ¿La nueva realidad militar podrá lograr poner en pausa a Occidente?

Níkolas Stolpkin

Análisis internacional – Geopolítica – Crítica – Opinión – Pensamiento

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Agencias

Trump y los primeros nombramientos temerarios

Francisco

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EP NEW YORK | EE.UU.

EE.UU. / Donald Trump ha demostrado de innumerables maneras que no es apto para la presidencia, pero una de las más claras es la compañía con la que se rodea: figuras marginales, teóricos de la conspiración y aduladores que anteponen lealtad a él por encima de todo. Esta semana, una serie de nombramientos para el gabinete por parte de Trump mostraron de la forma más cruda posible los peligros potenciales que entraña su dependencia a su círculo de allegados.

Para tres de los puestos más importantes y de mayor rango del país, Trump dijo que nombraría a leales sin cualificaciones discernibles para sus trabajos, personas manifiestamente inapropiadas para puestos cruciales de liderazgo en la aplicación de la ley y la seguridad nacional.

Lo más irresponsable fue su elección para fiscal general. Para ocupar el puesto de máximo responsable de la aplicación de la ley del país, el presidente electo dijo que nombraría al representante por Florida Matt Gaetz. Sí, ese Matt Gaetz.

El mismo que pidió la abolición del FBI y de todo el Departamento de Justicia si no dejaban de investigar a Trump. El que estuvo entre las voces más audibles del Congreso en negar los resultados de las elecciones de 2020, quien dijo que estaba “orgulloso del trabajo” que él y otros negacionistas hicieron el 6 de enero de 2021, y quien elogió a los alborotadores del Capitolio como “estadounidenses patriotas” que no tenían intención de cometer actos de violencia. Aquel cuya maniobra para desbancar al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, en 2023 paralizó el liderazgo de su propio partido en la Cámara durante casi un mes.

Gaetz, quien presentó su carta de renuncia al Congreso el miércoles después de que se anunciara su nominación, fue objeto de una investigación federal sobre tráfico sexual que duró años y que condujo a una condena de 11 años de prisión para uno de sus socios, aunque él negó cualquier participación. El Departamento de Justicia cerró esa investigación, pero el Comité de Ética de la Cámara de Representantes sigue investigando las acusaciones de conducta sexual inapropiada, consumo de drogas ilícitas, aceptación indebida de regalos y obstrucción de las investigaciones gubernamentales sobre su conducta. McCarthy, el expresidente de la Cámara, culpó a Gaetz por su destitución, con el argumento de que Gaetz “quería que detuviera una denuncia de ética porque tuvo relaciones con una joven de 17 años”

Este es el hombre que Trump ha seleccionado para dirigir la agencia de 115.000 personas que ha calificado como la más importante del gobierno federal, un puesto cuya función de hacer cumplir la ley podría causar más problemas a cualquier presidente con intenciones corruptas. Incluso para Trump, fue una asombrosa demostración de su desprecio por la competencia básica y la experiencia gubernamental, y de su deber de dirigir el poder ejecutivo de forma sobria y patriótica. Ahora corresponderá al Senado decir que ha ido demasiado lejos y rechazar este nombramiento.

La lista de nombramientos de Trump apenas está comenzando, pero ya incluye otros dos no cualificados que anunció esta semana: la exrepresentante Tulsi Gabbard para directora de inteligencia nacional y Pete Hegseth para secretario de Defensa.

Gabbard, quien anteriormente representó a Hawái en la Cámara de Representantes y aparece regularmente en Fox News, no solo carece de experiencia en agencias de inteligencia, sino que reiteradamente ha adoptado posturas directamente opuestas a la política exterior estadounidense y a los intereses de seguridad nacional. En varias ocasiones se ha puesto del lado de figuras autoritarias como el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el presidente de Siria, Bashar al-Assad.

Hegseth, copresentador del programa >>Fox & Friends<< , quizá esté aún menos cualificado, dada la gravedad —por no hablar del presupuesto— del cargo que asumiría. Goza de cierto apoyo entre los miembros de las fuerzas armadas y los veteranos, pero aparte de haber servido dos veces como soldado de infantería del ejército en Irak y Afganistán, así como un tiempo en Guantánamo, Hegseth no tiene experiencia en el gobierno o la defensa nacional.

“Nunca ha dirigido una gran institución, mucho menos una de las más grandes y rígidas del planeta”, escribió el miércoles el consejo editorial de The Wall Street Journal. “No tiene experiencia en el gobierno fuera del ámbito militar, y no es un riesgo menor que la burocracia se lo coma vivo”. La consejo continuó calificando a Hegseth como un “guerrero cultural” en un momento en que hay asuntos de seguridad mucho más importantes en las que el Pentágono debe centrarse.

No es nada seguro que Hegseth pueda siquiera obtener las autorizaciones de seguridad necesarias para el trabajo. Dijo que fue uno de la decena de miembros de la Guardia Nacional retirados del servicio en la toma de posesión del presidente Biden en 2021 debido a preocupaciones de que fuera un extremista, posiblemente por un tatuaje que lleva y que es popular entre los supremacistas blancos.

Estas son algunas de las funciones más importantes del gobierno: proteger al país de amenazas militares y terroristas, investigar conspiraciones criminales nacionales y procesar miles de delitos federales cada año. Sin embargo, para ocuparlas Trump ha recurrido a personas cuya única elegibilidad para el cargo es una aparente disposición a decir sí a todas sus exigencias.

Gaetz, en particular, se ha unido a Trump para expresar su compromiso de vengarse de cualquiera que considere que le ha hecho daño. Trump comenzó su campaña diciendo “soy tu retribución” y Gaetz no transmite nada más que eso. No tiene nada que hacer al frente de una agencia cuya función es combatir el crimen, el fraude, las violaciones de los derechos civiles y las amenazas a la seguridad nacional, entre otras muchas cosas.

En el primer mandato de Trump, el departamento estaba protegido por fiscales de carrera y otros funcionarios públicos que entendían que su obligación primordial era cumplir con los dictados de la Constitución, no con los caprichos del presidente. Pero Trump ha prometido purgar a gente así de su segundo gobierno.

La posibilidad de nombramientos extremos como estos fue la razón por la que la Constitución otorga al Senado el derecho a negar su consentimiento a los deseos de un presidente. La semana pasada, los republicanos ganaron el control de la cámara. Ahora se enfrentarán a una prueba inmediata: ¿defenderán el poder legislativo y el sistema estadounidense de pesos y contrapesos? Dos senadoras republicanas, Lisa Murkowski, de Alaska, y Susan Collins, de Maine, ya han expresado un fuerte escepticismo sobre el nombramiento de Gaetz, y otras han declinado expresar su apoyo.

Está claro que Trump espera que el Senado simplemente se dé la vuelta e ignore sus responsabilidades. Quiere convertir a los líderes de las principales agencias importantes en sus adjuntos, rehaciendo el gobierno federal en un organigrama de Trump Inc. totalmente subordinado a él. Recientemente exigió que el Senado le diera la capacidad de hacer nombramientos en receso, una forma de eludir el proceso de consentimiento del Senado cuando la cámara se suspende durante 10 días o más.

Incluso los senadores republicanos se negaron a acceder a esa exigencia durante su primer mandato, para preservar su papel constitucional, y el miércoles los republicanos del Senado votaron para rechazar como su líder a Rick Scott, senador por Florida, quien dijo que no tendría ningún problema en permitir los nombramientos en receso. En cambio, eligieron al senador por Dakota del Sur John Thune, quien es mucho más probable que defienda el derecho de su cámara a negar el consentimiento de las nominaciones del presidente.

En el segundo mandato de Trump, los senadores se enfrentarán de inmediato a una serie de nombramientos extremos aún peores que los del primer mandato. Eso hace aún más importante que preserven la capacidad de decir no.

PUBLICADO EN N.Y.T.

 

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Agencias

Donald Trump regresa a la Casa Blanca

Francisco

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EP NEW YORK  | ELECCIONES EE.UU

Donald Trump ha ganado las elecciones y para derrotar a la vicepresidenta Kamala Harris apeló al temor a los migrantes y a las inquietudes económicas. Su triunfo señala la llegada de aislacionismo, aranceles y ajuste de cuentas.

El triunfo de Donald Trump ante Kamala Harris culmina una turbulenta e histórica campaña que incluyó dos intentos de asesinato en su contra.

Los republicanos tomaron el control del Senado de Estados Unidos y luchaban por mantener su mayoría en la Cámara de Representantes, lo que produciría un pleno republicano en el Congreso junto al presidente electo, Donald Trump, en la Casa Blanca.

Donald Trump fue elegido 47mo presidente de Estados Unidos el miércoles, un regreso extraordinario para un expresidente que se negó a aceptar la derrota hace cuatro años, provocó una insurrección violenta en el Capitolio, fue condenado por delitos graves y sobrevivió a dos intentos de asesinato.

Donald Trump avanzó con la promesa de derribar el statu quo estadounidense para hacerse con la presidencia una segunda vez, sobreviviendo a una condena penal, imputaciones, la bala de un asesino, acusaciones de autoritarismo y un cambio inédito de oponente para concretar un notable regreso al poder.

La victoria de Trump corona el sorprendente regreso de un hombre que fue acusado de conspirar para revertir las últimas elecciones, pero que aprovechó las frustraciones y temores por la economía y la migración ilegal para derrotar a la vicepresidenta Kamala Harris.

Sus planes provocadores para trastocar el sistema político del país lograron apelar a decenas de millones de votantes que temían que el sueño americano se alejara más de su alcance y que recurrieron a Trump como un defensor contra el >establishment< gobernante y la clase experta de élites.

En un país profundamente dividido, los votantes se volcaron a la promesa de Trump de cerrar la frontera sur prácticamente por cualquier medio, de resucitar la economía con aranceles al estilo decimonónico que restaurarían la manufactura estadounidense y de liderar una retirada de las situaciones complejas internacionales y los conflictos globales.

Ahora, Trump fungirá como el presidente número 47 cuatro años después de abandonar a regañadientes el cargo como el mandatario número 45, el primer político desde Grover Cleveland a fines del siglo XIX en perder la reelección a la Casa Blanca para luego postularse de nuevo con éxito.

A la edad de 78 años, Trump se convierte en el hombre de mayor edad en haber sido elegido presidente, al romper el récord del presidente Joe Biden, cuya competencia mental Trump ha atacado.

Su victoria inaugura una era de incertidumbre para la nación.

Para aproximadamente la mitad del país, el auge de Trump presagia un giro sombrío para la democracia estadounidense, cuyo futuro ahora dependerá de un hombre que ha hablado abiertamente de socavar el Estado de derecho.

Trump ayudó a inspirar un ataque al Capitolio en 2021, ha amenazado con mandar presos a sus adversarios políticos y ha sido denunciado por sus excolaboradores como fascista. Para sus seguidores, las provocaciones de Trump se convirtieron en puntos fuertes más que escollos.

En un discurso de victoria en West Palm Beach, Florida, Trump declaró que era el líder del “más grande movimiento político de todos los tiempos”.
“Superamos obstáculos que nadie creía posibles”, dijo, y añadió que asumiría el cargo con un “mandato sin precedentes y poderoso”.

Parecía que Trump tenía dos contiendas que ganar este año.

Primero se impuso ante Biden, que abandonó la campaña luego de un desempeño titubeante en el debate que suscitó dudas sobre la capacidad del presidente para ocupar el cargo otros cuatro años. Luego derrotó a Harris en una campaña cáustica de 107 días que resultó un calvario desagradable, amargo y lleno de insultos. Trump puso en duda la identidad racial de Harris en un momento y con frecuencia denigró su inteligencia. Chocaron a causa de puntos de vista radicalmente divergentes no solo sobre los asuntos del país, sino también de la misma naturaleza de la democracia.

Trump sistemáticamente ha intentado socavar algunos de los principios fundamentales del país, al erosionar la confianza en la prensa independiente y el sistema judicial, así como sembrando dudas sobre las elecciones libres y justas. Se ha negado a aceptar su derrota hace cuatro años, asegurando falsamente hasta el día de hoy que se le despojó de un segundo mandato en 2020. En lugar de obstaculizar su ascenso, su negacionismo prendió en un Partido Republicano rehecho por él.

Ahora, Trump ha prometido un rediseño radical del gobierno estadounidense, impulsado por sus promesas de “retribución” y de erradicar a los opositores internos que él considera “el enemigo interno”. Ha jurado supervisar la mayor ola de deportaciones de la historia de EE. UU., insinuado que desplegará tropas al interior del país, propuesto amplios aranceles y defendido en gran medida la mayor consolidación de poder en la historia de la presidencia estadounidense.

Con información de agencias

 

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