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Agencias

Nuevo enfoque político en elecciones de latinoamérica

Francisco

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EP New York | Latinoamérica | Elecciones

4 conclusiones de las elecciones en Ecuador y Guatemala

A los “outsiders” les fue mejor de lo esperado, lo que subraya la volatilidad de la política latinoamericana. A los candidatos que llamaron a emular las medidas enérgicas contra el crimen de El Salvador no les fue bien.

El domingo, Ecuador y Guatemala celebraron elecciones que dejaron en evidencia algunas tendencias cruciales en América Latina como los esfuerzos anticorrupción, la creciente importancia de los votantes jóvenes y los llamados a emular las medidas enérgicas contra el crimen de El Salvador.

En Ecuador, donde el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio este mes ensombreció la campaña, una política de la izquierda tradicional, Luisa González, se enfrentará en una segunda vuelta a Daniel Noboa, el heredero de una familia adinerada conocida por su imperio bananero.

Y en Guatemala, el activista progresista y anticorrupción Bernardo Arévalo ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de manera aplastante contra una ex primera dama, Sandra Torres, asestando así un golpe al establishment político conservador del país.

Debido a las preocupaciones latentes sobre la erosión del Estado de derecho y la influencia cada vez mayor de las bandas narcotraficantes en diferentes partes de América Latina, la votación fue observada de cerca en busca de señales de lo que podrían significar los resultados.

A continuación, presentamos algunas conclusiones clave.

La delincuencia no fue el único tema en la mente de los votantes

Ecuador y Guatemala enfrentan una variedad de retos diferentes, y aunque las dificultades para gobernar de manera efectiva en ambos países son bien conocidas, los nuevos líderes tendrán que lidiar con tener bajo control el crimen organizado y crear oportunidades económicas para mantener a sus ciudadanos en casa y evitar que emigren.

La estrella del momento en la escena política de América Latina es el presidente populista conservador de El Salvador, Nayib Bukele, debido a su éxito en el uso de tácticas de línea dura para sofocar la violencia de las pandillas, incluidos arrestos masivos que afectaron a miles de personas inocentes y erosionaron las libertades civiles. Pero las expectativas de que los entusiastas de las tácticas de Bukele sobre el crimen tendrían un camino fácil hacia la victoria se desvanecieron tanto en Ecuador como en Guatemala.

“Es notable que en ninguno de los dos casos les haya ido bien a los admiradores descarados de las políticas severas de Nayib Bukele contra las bandas criminales en El Salvador”, dijo Michael Shifter, miembro principal de Diálogo Intermericano, una organización de investigación con sede en Washington.

A pesar de la conmoción generada por el asesinato de Villavicencio, los candidatos explícitamente anticrimen en Ecuador dividieron su porción de los votos. A Jan Topic, quien se alineó estrechamente con Bukele, le fue mal a pesar de haber subido en las encuestas tras el asesinato.

“Hizo una campaña de un solo tema que, en su mayoría, se enfocó en la seguridad”, dijo Risa Grais-Targow, directora para América Latina de Eurasia Group, sobre Topic. “Pero los votantes tienen otras preocupaciones, como las relacionadas con la economía”.

De manera similar, en Guatemala —donde crecían los temores de un descenso hacia el autoritarismo— la promesa de Torres de implementar políticas al estilo de Bukele no logró ganar mucho impulso. En cambio, su rival , Arévalo ,  la puso a la defensiva debido a que había pasado un tiempo bajo arresto domiciliario en relación con cargos de financiamiento ilícito de campañas.

También influyeron en el resultado las maniobras de la autoridad electoral de Guatemala para simplemente descalificar a los candidatos que se consideraron amenazas al orden establecido.

Uno de los candidatos expulsados de la contienda antes de la primera vuelta en junio fue Carlos Pineda, un outsider que buscaba replicar las medidas enérgicas contra el crimen de Bukele. La descalificación de Pineda y otros le abrió un camino a Arévalo, otro candidato independiente cuyas propuestas para combatir el delito son más matizadas.

Los votantes jóvenes influyen en las elecciones

En un grado notable, los resultados electorales en Ecuador y Guatemala dependieron de las decisiones de los votantes jóvenes. En Ecuador, Noboa, un empresario de 35 años, neófito de la política, estaba en los últimos lugares de las encuestas hasta hace apenas unas semanas.

Pero aprovechando el apoyo de los jóvenes mientras se presentaba como un candidato independiente, Noboa se abrió camino inesperadamente hacia la segunda vuelta con cerca del 24 por ciento de los votos. (El reconocimiento de su apellido también podría haber ayudado; su padre, Álvaro Noboa, uno de los hombres más ricos de Ecuador, se postuló a la presidencia en cinco oportunidades).

En Guatemala, el país más poblado de América Central, Arévalo, de 64 años, también se benefició del apoyo de los jóvenes, especialmente en las ciudades, quienes se sintieron atraídos por sus llamados a poner fin a la persecución política de activistas de derechos humanos, ambientalistas, periodistas, fiscales y jueces.

Arévalo también mostró una postura más moderada sobre temas sociales. Aunque dijo que no buscaría legalizar el aborto o el matrimonio igualitario, dejó claro que su gobierno no permitiría la discriminación contra las personas por su orientación sexual.

Esa postura, algo novedosa en Guatemala, contrastó en gran manera con la de Torres, quien seleccionó a un pastor evangélico como su compañero de fórmula y empleó un insulto contra personas homosexuales en la campaña electoral para referirse a los simpatizantes de Arévalo.

La izquierda va en diferentes direcciones

Guatemala y Ecuador ofrecieron visiones contrastantes de la izquierda en América Latina.

Dentro del panorama político tradicionalmente conservador de Guatemala, Arévalo, quien critica gobiernos de izquierda como el de Nicaragua, a menudo es descrito como un progresista. En ese sentido se parece más a Gabriel Boric, el presidente joven y moderado de Chile, que a los agitadores de otras zonas de la región.

El partido de Arévalo, Movimiento Semilla, el cual se formó tras las protestas anticorrupción en 2015, también es diferente a cualquier otro movimiento surgido en Guatemala durante las últimas décadas. Semilla llamó la atención por realizar una campaña austera y de principios, dejando claras sus fuentes de financiamiento, a diferencia del financiamiento opaco que prevalece en otros partidos. Otra fuente de inspiración para Semilla es el Frente Amplio de Uruguay, un partido de centro izquierda moderado y democrático.

“Arévalo es un demócrata de pies a cabeza”, aseveró Will Freeman, miembro de estudios latinoamericanos del Consejo de Relaciones Exteriores.

González, en contraste, proviene de un sector diferente de la izquierda latinoamericana, caracterizado en el caso de Ecuador por poner a prueba los controles y equilibrios democráticos, dijo Freeman. Es partidaria de Rafael Correa, un expresidente ecuatoriano que sigue siendo una fuerza dominante en la política del país a pesar de tener seis años fuera del poder.

Correa, quien vive en Bélgica tras huir de una sentencia de prisión de ocho años por violaciones en el financiamiento de campañas, conserva una base sólida que oscila entre el 20 y el 30 por ciento del electorado.

En gran medida, ese apoyo es resultado de la “nostalgia de ese momento de bienestar que hubo durante la era de Correa”, dijo Caroline Ávila, analista política en Ecuador.

La imprevisibilidad marcó las contiendas

Las elecciones tanto en Ecuador como en Guatemala destacaron una tendencia regional más general: la incertidumbre y volatilidad de la política latinoamericana.

En ambos países, las encuestas fallaron en captar desarrollos cruciales. En Ecuador, donde Topic capitalizó las consecuencias del asesinato de Villavicencio, Noboa se abrió camino para pasar a la segunda vuelta.

Y en Guatemala, Arévalo, un candidato académico que a veces lee sus discursos y carece de las habilidades oratorias de sus rivales, no fue visto como una amenaza por establishment hasta que logró pasar a la segunda vuelta.

Hoy, con su aplastante victoria, Arévalo obtuvo más votos que cualquier otro candidato desde que se restauró la democracia en Guatemala en 1985.

Ese es un escenario que incluso muchos miembros del propio partido de Arévalo no vieron venir.

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Simon Romero y Jody García reportaron desde Ciudad de Guatemala y Genevieve Glatsky desde Bogotá, Colombia.

Publicado en NYT | Política y democracia

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Agencias

Trump y los primeros nombramientos temerarios

Francisco

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EP NEW YORK | EE.UU.

EE.UU. / Donald Trump ha demostrado de innumerables maneras que no es apto para la presidencia, pero una de las más claras es la compañía con la que se rodea: figuras marginales, teóricos de la conspiración y aduladores que anteponen lealtad a él por encima de todo. Esta semana, una serie de nombramientos para el gabinete por parte de Trump mostraron de la forma más cruda posible los peligros potenciales que entraña su dependencia a su círculo de allegados.

Para tres de los puestos más importantes y de mayor rango del país, Trump dijo que nombraría a leales sin cualificaciones discernibles para sus trabajos, personas manifiestamente inapropiadas para puestos cruciales de liderazgo en la aplicación de la ley y la seguridad nacional.

Lo más irresponsable fue su elección para fiscal general. Para ocupar el puesto de máximo responsable de la aplicación de la ley del país, el presidente electo dijo que nombraría al representante por Florida Matt Gaetz. Sí, ese Matt Gaetz.

El mismo que pidió la abolición del FBI y de todo el Departamento de Justicia si no dejaban de investigar a Trump. El que estuvo entre las voces más audibles del Congreso en negar los resultados de las elecciones de 2020, quien dijo que estaba “orgulloso del trabajo” que él y otros negacionistas hicieron el 6 de enero de 2021, y quien elogió a los alborotadores del Capitolio como “estadounidenses patriotas” que no tenían intención de cometer actos de violencia. Aquel cuya maniobra para desbancar al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, en 2023 paralizó el liderazgo de su propio partido en la Cámara durante casi un mes.

Gaetz, quien presentó su carta de renuncia al Congreso el miércoles después de que se anunciara su nominación, fue objeto de una investigación federal sobre tráfico sexual que duró años y que condujo a una condena de 11 años de prisión para uno de sus socios, aunque él negó cualquier participación. El Departamento de Justicia cerró esa investigación, pero el Comité de Ética de la Cámara de Representantes sigue investigando las acusaciones de conducta sexual inapropiada, consumo de drogas ilícitas, aceptación indebida de regalos y obstrucción de las investigaciones gubernamentales sobre su conducta. McCarthy, el expresidente de la Cámara, culpó a Gaetz por su destitución, con el argumento de que Gaetz “quería que detuviera una denuncia de ética porque tuvo relaciones con una joven de 17 años”

Este es el hombre que Trump ha seleccionado para dirigir la agencia de 115.000 personas que ha calificado como la más importante del gobierno federal, un puesto cuya función de hacer cumplir la ley podría causar más problemas a cualquier presidente con intenciones corruptas. Incluso para Trump, fue una asombrosa demostración de su desprecio por la competencia básica y la experiencia gubernamental, y de su deber de dirigir el poder ejecutivo de forma sobria y patriótica. Ahora corresponderá al Senado decir que ha ido demasiado lejos y rechazar este nombramiento.

La lista de nombramientos de Trump apenas está comenzando, pero ya incluye otros dos no cualificados que anunció esta semana: la exrepresentante Tulsi Gabbard para directora de inteligencia nacional y Pete Hegseth para secretario de Defensa.

Gabbard, quien anteriormente representó a Hawái en la Cámara de Representantes y aparece regularmente en Fox News, no solo carece de experiencia en agencias de inteligencia, sino que reiteradamente ha adoptado posturas directamente opuestas a la política exterior estadounidense y a los intereses de seguridad nacional. En varias ocasiones se ha puesto del lado de figuras autoritarias como el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el presidente de Siria, Bashar al-Assad.

Hegseth, copresentador del programa >>Fox & Friends<< , quizá esté aún menos cualificado, dada la gravedad —por no hablar del presupuesto— del cargo que asumiría. Goza de cierto apoyo entre los miembros de las fuerzas armadas y los veteranos, pero aparte de haber servido dos veces como soldado de infantería del ejército en Irak y Afganistán, así como un tiempo en Guantánamo, Hegseth no tiene experiencia en el gobierno o la defensa nacional.

“Nunca ha dirigido una gran institución, mucho menos una de las más grandes y rígidas del planeta”, escribió el miércoles el consejo editorial de The Wall Street Journal. “No tiene experiencia en el gobierno fuera del ámbito militar, y no es un riesgo menor que la burocracia se lo coma vivo”. La consejo continuó calificando a Hegseth como un “guerrero cultural” en un momento en que hay asuntos de seguridad mucho más importantes en las que el Pentágono debe centrarse.

No es nada seguro que Hegseth pueda siquiera obtener las autorizaciones de seguridad necesarias para el trabajo. Dijo que fue uno de la decena de miembros de la Guardia Nacional retirados del servicio en la toma de posesión del presidente Biden en 2021 debido a preocupaciones de que fuera un extremista, posiblemente por un tatuaje que lleva y que es popular entre los supremacistas blancos.

Estas son algunas de las funciones más importantes del gobierno: proteger al país de amenazas militares y terroristas, investigar conspiraciones criminales nacionales y procesar miles de delitos federales cada año. Sin embargo, para ocuparlas Trump ha recurrido a personas cuya única elegibilidad para el cargo es una aparente disposición a decir sí a todas sus exigencias.

Gaetz, en particular, se ha unido a Trump para expresar su compromiso de vengarse de cualquiera que considere que le ha hecho daño. Trump comenzó su campaña diciendo “soy tu retribución” y Gaetz no transmite nada más que eso. No tiene nada que hacer al frente de una agencia cuya función es combatir el crimen, el fraude, las violaciones de los derechos civiles y las amenazas a la seguridad nacional, entre otras muchas cosas.

En el primer mandato de Trump, el departamento estaba protegido por fiscales de carrera y otros funcionarios públicos que entendían que su obligación primordial era cumplir con los dictados de la Constitución, no con los caprichos del presidente. Pero Trump ha prometido purgar a gente así de su segundo gobierno.

La posibilidad de nombramientos extremos como estos fue la razón por la que la Constitución otorga al Senado el derecho a negar su consentimiento a los deseos de un presidente. La semana pasada, los republicanos ganaron el control de la cámara. Ahora se enfrentarán a una prueba inmediata: ¿defenderán el poder legislativo y el sistema estadounidense de pesos y contrapesos? Dos senadoras republicanas, Lisa Murkowski, de Alaska, y Susan Collins, de Maine, ya han expresado un fuerte escepticismo sobre el nombramiento de Gaetz, y otras han declinado expresar su apoyo.

Está claro que Trump espera que el Senado simplemente se dé la vuelta e ignore sus responsabilidades. Quiere convertir a los líderes de las principales agencias importantes en sus adjuntos, rehaciendo el gobierno federal en un organigrama de Trump Inc. totalmente subordinado a él. Recientemente exigió que el Senado le diera la capacidad de hacer nombramientos en receso, una forma de eludir el proceso de consentimiento del Senado cuando la cámara se suspende durante 10 días o más.

Incluso los senadores republicanos se negaron a acceder a esa exigencia durante su primer mandato, para preservar su papel constitucional, y el miércoles los republicanos del Senado votaron para rechazar como su líder a Rick Scott, senador por Florida, quien dijo que no tendría ningún problema en permitir los nombramientos en receso. En cambio, eligieron al senador por Dakota del Sur John Thune, quien es mucho más probable que defienda el derecho de su cámara a negar el consentimiento de las nominaciones del presidente.

En el segundo mandato de Trump, los senadores se enfrentarán de inmediato a una serie de nombramientos extremos aún peores que los del primer mandato. Eso hace aún más importante que preserven la capacidad de decir no.

PUBLICADO EN N.Y.T.

 

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Agencias

Donald Trump regresa a la Casa Blanca

Francisco

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EP NEW YORK  | ELECCIONES EE.UU

Donald Trump ha ganado las elecciones y para derrotar a la vicepresidenta Kamala Harris apeló al temor a los migrantes y a las inquietudes económicas. Su triunfo señala la llegada de aislacionismo, aranceles y ajuste de cuentas.

El triunfo de Donald Trump ante Kamala Harris culmina una turbulenta e histórica campaña que incluyó dos intentos de asesinato en su contra.

Los republicanos tomaron el control del Senado de Estados Unidos y luchaban por mantener su mayoría en la Cámara de Representantes, lo que produciría un pleno republicano en el Congreso junto al presidente electo, Donald Trump, en la Casa Blanca.

Donald Trump fue elegido 47mo presidente de Estados Unidos el miércoles, un regreso extraordinario para un expresidente que se negó a aceptar la derrota hace cuatro años, provocó una insurrección violenta en el Capitolio, fue condenado por delitos graves y sobrevivió a dos intentos de asesinato.

Donald Trump avanzó con la promesa de derribar el statu quo estadounidense para hacerse con la presidencia una segunda vez, sobreviviendo a una condena penal, imputaciones, la bala de un asesino, acusaciones de autoritarismo y un cambio inédito de oponente para concretar un notable regreso al poder.

La victoria de Trump corona el sorprendente regreso de un hombre que fue acusado de conspirar para revertir las últimas elecciones, pero que aprovechó las frustraciones y temores por la economía y la migración ilegal para derrotar a la vicepresidenta Kamala Harris.

Sus planes provocadores para trastocar el sistema político del país lograron apelar a decenas de millones de votantes que temían que el sueño americano se alejara más de su alcance y que recurrieron a Trump como un defensor contra el >establishment< gobernante y la clase experta de élites.

En un país profundamente dividido, los votantes se volcaron a la promesa de Trump de cerrar la frontera sur prácticamente por cualquier medio, de resucitar la economía con aranceles al estilo decimonónico que restaurarían la manufactura estadounidense y de liderar una retirada de las situaciones complejas internacionales y los conflictos globales.

Ahora, Trump fungirá como el presidente número 47 cuatro años después de abandonar a regañadientes el cargo como el mandatario número 45, el primer político desde Grover Cleveland a fines del siglo XIX en perder la reelección a la Casa Blanca para luego postularse de nuevo con éxito.

A la edad de 78 años, Trump se convierte en el hombre de mayor edad en haber sido elegido presidente, al romper el récord del presidente Joe Biden, cuya competencia mental Trump ha atacado.

Su victoria inaugura una era de incertidumbre para la nación.

Para aproximadamente la mitad del país, el auge de Trump presagia un giro sombrío para la democracia estadounidense, cuyo futuro ahora dependerá de un hombre que ha hablado abiertamente de socavar el Estado de derecho.

Trump ayudó a inspirar un ataque al Capitolio en 2021, ha amenazado con mandar presos a sus adversarios políticos y ha sido denunciado por sus excolaboradores como fascista. Para sus seguidores, las provocaciones de Trump se convirtieron en puntos fuertes más que escollos.

En un discurso de victoria en West Palm Beach, Florida, Trump declaró que era el líder del “más grande movimiento político de todos los tiempos”.
“Superamos obstáculos que nadie creía posibles”, dijo, y añadió que asumiría el cargo con un “mandato sin precedentes y poderoso”.

Parecía que Trump tenía dos contiendas que ganar este año.

Primero se impuso ante Biden, que abandonó la campaña luego de un desempeño titubeante en el debate que suscitó dudas sobre la capacidad del presidente para ocupar el cargo otros cuatro años. Luego derrotó a Harris en una campaña cáustica de 107 días que resultó un calvario desagradable, amargo y lleno de insultos. Trump puso en duda la identidad racial de Harris en un momento y con frecuencia denigró su inteligencia. Chocaron a causa de puntos de vista radicalmente divergentes no solo sobre los asuntos del país, sino también de la misma naturaleza de la democracia.

Trump sistemáticamente ha intentado socavar algunos de los principios fundamentales del país, al erosionar la confianza en la prensa independiente y el sistema judicial, así como sembrando dudas sobre las elecciones libres y justas. Se ha negado a aceptar su derrota hace cuatro años, asegurando falsamente hasta el día de hoy que se le despojó de un segundo mandato en 2020. En lugar de obstaculizar su ascenso, su negacionismo prendió en un Partido Republicano rehecho por él.

Ahora, Trump ha prometido un rediseño radical del gobierno estadounidense, impulsado por sus promesas de “retribución” y de erradicar a los opositores internos que él considera “el enemigo interno”. Ha jurado supervisar la mayor ola de deportaciones de la historia de EE. UU., insinuado que desplegará tropas al interior del país, propuesto amplios aranceles y defendido en gran medida la mayor consolidación de poder en la historia de la presidencia estadounidense.

Con información de agencias

 

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Agencias

Comediante Tony Hinchcliffe llama “isla de basura” a Puerto Rico en campaña de Trump

Francisco

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EP NEW YORK. | Campaña EE.UU. 2024

Por Gustavo Lugo | SDP

A poco dias de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, en el emblemático Madison Square Garden en el corazon de Manhattan y que contó con la presencia de donantes importantes en la campaña de Trump como Elon Musk, el humorista Tony Hinchcliffe hizo comentarios considerados racistas sobre latinos, judíos y afroamericanoss,  las palabras que pronunció el domingo el comediante durante un acto de campaña de Donald Trump en Nueva York, desatando una ola de indignación y repudio entre los puertorriqueños, tanto dentro como fuera de la isla.

“Hay una isla flotante de basura en medio del océano en este momento. Creo que se llama Puerto Rico”.

Los comentarios de Tony Hinchcliffe fueron condenados desde el partido democrata, cuando falta poco más de una semana para las elecciones presidenciales en EE.UU., teniendo encuenta que más de 5 millones de personas de origen puertorriqueño tienen derecho al voto.

La desagradable broma fue inmediatamente criticada por la campaña de Kamala Harris, que se enfrenta con Trump para ganarse el apoyo de las comunidades puertorriqueñas en Pensilvania y otros estados clave. La superestrella de la música Bad Bunny respaldó a Harris poco después de la aparición de Hinchcliffe.

Bad Bunny la estrella del rap y uno de los artistas más reproducidos del mundo respaldó a Harris poco después de la aparición de Hinchcliffe. Otros, como Jennifer López y el cantante Ricky Martin, compartieron el clip como parte de publicaciones que instaban más abiertamente a la gente a votar por ella.

La congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez y el candidato a vicepresidente Tim Walz no tardaron en expresar su descontento. En una transmisión en redes sociales, Ocasio-Cortez, quien tiene raíces puertorriqueñas, señaló que estos comentarios son “un reflejo de lo que realmente piensan de cualquiera que gane menos dinero que ellos”. Por su parte, el gobernador de Minnesota reaccionó: “¿Quién es ese imbécil?”.

Desde la Isla del Encanto, El gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, manifestó su indignación e instó a la comunidad puertorriqueña a mantenerse firme y demostrar su fortaleza tanto en las urnas como en su vida cotidiana.

En redes sociales, apuntó contra el comediante y dijo: “Basura es lo que salió de la boca de Tony Hinchcliffe, y todos los que lo aplaudieron deberían estar avergonzados de sí mismos por faltarle el respeto a Puerto Rico de esta manera”.

Las tivias críticas también llegaron desde el interior del propio Partido Republicano, pero el reloj no se detiene y el dia de la eleccion esta a la vuelta de la esquina

 

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