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El futuro de Colombia más allá del proceso de paz en la perpectiva de Iván Duque

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ENTREVISTA AL SENADOR DEL CENTRO DEMOCRÁTICO IVÁN DUQUE

Con apenas 41 años, Iván Duque es uno de los cinco candidatos oficiales del Centro Democrático y Senador de la República de Colombia por esta misma fuerza política. Abogado de formación, se ha desempeñado como asesor principal por Colombia en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y también ha trabajado como funcionario en el Ministerio de Hacienda de su país. Se dice que es un “fichaje” del expresidente Alvaro Uribe y que es su favorito para las primarias que celebrará su partido en este año. ¿Será así?

por Ricardo Angoso

ricky.angoso@gmail.com

@ricardoangoso

TITULARES:

“Yo creo que la verdadera paz en un país se construye imponiendo a los criminales la legalidad. Y aquí, en Colombia, lo que estamos viendo es lo contrario”

 “La agenda nacional fue abandonada y los asuntos económicos no fueron atendidos en profundidad. La salud, la educación y la innovación, junto otros grandes desafíos, fueron abandonados y el país retrocedió claramente en numerosos campos”

 “Hoy en día seguimos sin conocer la suerte de más 400 secuestrados por las FARC y que están reportados por numerosas organizaciones de víctimas. Muchos de esos secuestrados, seguramente, fueron asesinados y después desaparecieron sin dejar rastro para siempre”

 “Siento vergüenza como colombiano por la actitud de Santos hacia Venezuela”


Ricardo Angoso: ¿Qué opinión le merece el desarrollo del proceso de paz entre el ejecutivo colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)?

Iván Duque: A mí me parece que la paz de un país no se puede construir con la firma de un papel ni menos haciendo concesiones a los criminales. Ni tampoco avalando la impunidad de los terroristas. Yo creo que la verdadera paz en un país se construye imponiendo a los criminales la legalidad. Y aquí, en Colombia, lo que estamos viendo es lo contrario, es decir, que los responsables de numerosos delitos y actos criminales no van a tener las penas que realmente merecerían en un Estado de derecho. En segundo lugar, vamos a ver como el narcotráfico se va a convertir en un delito amnistiable, tal como ahora está ocurriendo. Y, en tercer lugar, vamos a asistir a un florecimiento de “industria” del narcotráfico, ya que los propios acuerdos con las FARC han dejado la puerta para que la erradicación de los cultivos de coca sea voluntaria y no obligatoria.

Luego, creo, se han cometido graves errores al dejar en la impunidad a numerosos líderes de esta organización terrorista que han cometido delitos de lesa humanidad y que podrán optar, incluso, a cargos públicos. Van a optar a cargos de elección popular sin haberse siquiera presentado ante la justicia colombiana. Todos esos elementos a los que me he referido antes, los hemos criticado y espero que algún día podamos hacer las modificaciones urgentes que los acuerdos de paz requieren.

Sobre el tema de las armas, el presidente Juan Manuel Santos habló de unas 14.000 en poder de las FARC, aunque históricamente siempre se manejó un número mayor. Yo, como candidato presidencial, he planteado que si se encuentran armas o almacenes todavía en manos de las FARC pero escondidos y sin haber sido entregados, los cabecillas de esta organización deben perder todos los beneficios de los que gozan ahora por haber mentido al pueblo colombiano. También me hubiera gustado que las Naciones Unidas hubieran supervisado con mayor insistencia las armas y su procedencia, en el sentido de que se hubieran indagado en los seriales y comprobar la procedencia de esas armas, ya que creo que muchas de ellas proceden de Venezuela, más concretamente entregadas durante la larga dictadura de Chávez y después con Maduro a las FARC. No se han entregado los arsenales numerados y especificando su procedencia, tampoco las rutas del narcotráfico que manejaban y manejan las FARC. Amén de todas estas consideraciones, que darían pie para poner suficientes objeciones a los acuerdos firmados, tampoco se ha producido un arrepentimiento de este grupo armado ante la sociedad colombiana, a la que creo que, cuando menos, deberían pedirle perdón.

R.A.: Lo que más preocupa, creo, es que la trama ligada al narcotráfico no se desactivó, ¿no piensa igual?

I.D.: Es correcto. Las FARC, como han pretendido algunos negociadores del gobierno, no es una organización que haya estado en política con las armas, sino que se han dedicado en lo últimos años a sembrar el terror en el pueblo colombiano. Las FARC están en deuda con el pueblo colombiano por todos estos años en los que cometieron terribles masacres, secuestros, crímenes, extorsiones y muchos más delitos. Incluso hoy en día seguimos sin conocer la suerte de más 400 secuestrados por las FARC y que están reportados por numerosas organizaciones de víctimas. Muchos de esos secuestrados, seguramente, fueron asesinados y después desaparecieron sin dejar rastro para siempre, tratando, de esta forma, de ocultar los crímenes perpetrados. El país debe de conocer la verdad sobre estas atrocidades cometidas por las FARC, es una obligación moral conocer lo que ocurrió con estas víctimas. Yo creo que a la larga esos crímenes serán encausados por la Corte Penal Internacional u otros países que invocando la jurisdicción penal internacional juzgen esos delitos a los que me he referido y de los que sus máximos responsables son los cabecillas de las FARC hoy en la calle gracias a la impunidad que se les ha otorgado tras no haber sido juzgados por la justicia colombiana.

R.A.:Muchos piensan que el proceso de paz fue utilizado como una cortina de humo para ocultar los graves problemas que atraviesa el país, como la crisis económica, ¿qué opinión tiene al respecto?

I.D.: Yo creo que este gobierno, y más concretamente el presidente Santos, abandonó todas sus obligaciones en estos siete años para hacer frente a los problemas que tenía Colombia, en mayor medida porque estaban atendiendo las demandas y los reclamos que les exigían las FARC. La agenda nacional fue abandonada y los asuntos económicos no fueron atendidos en profundidad. La salud, la educación y la innovación, junto otros grandes desafíos, fueron abandonados y el país retrocedió claramente en numerosos campos.

Este año, por ejemplo, en el primer trimestre hemos tenido el peor crecimiento económico en años, la confianza inversionista está por los suelos, los consumidores consumen poco o nada y el país, poco a poco, va perdiendo el optimismo ante la situación, a causa del desgobierno generado por Santos. Por nuestra parte, nosotros, desde el Centro Democrático, le estamos proponiendo al país una agenda clara de defensa de la legalidad, poniendo especial énfasis en una mayor atención en asuntos clave como salud, educación e inequidad, aspectos absolutamente desatendendidos por este gobierno. Hace falta esa agenda económica que haga realidad un capitalismo emprendedor y que, a su vez, haga posible que los beneficios generados sean empleados en el desarrollo de los más vulnerables de la sociedad. Además, creo que es muy importante apostarle a la innovación y al medio ambiente de tal forma que se genere riqueza teniendo en cuenta criterios de sostenibilidad en esa materia tan importante para la sociedad.

R.A.:¿Qué soluciones tiene usted para atajar la corrupción, ese gran flajelo de Colombia?

I.D.: Uno de los problemas es que donde hay un monopolio de la información hay un gran riesgo de corrupción. En el caso colombiano, yo he planteado abiertamente que es  necesario incrementar los niveles de transparencia y aplicar, por ejemplos, criterios más serios en lo que es la contratación directa, que debe reducirse a la mínima expresión y en casos de emergencia manifiesta. En segundo lugar, debe ser desmontandos los carteles de únicos proponentes que se están organizando en torno a la obra pública. Tercera medida: los dueños, gestores y empresas que hayan corrompido alguna vez a algún funcionario colombiano no podrán volver a trabajar con el Estado de ninguna de las formas. Y como cuarta media planteamos claramente que funcionarios que reciban coimas o sobornos no podrán volver a trabajar en la administración de por vida sin ningún miramiento ni perdón. Otro asunto importante es el de los candidatos y sus campañas; creo que es fundamental que los candidatos a cualquier cargo público se hagan responsables de los dineros que reciben en sus campañas, antes y después de las mismas. Tiene que haber un control sobre esas campañas y deben de tener un financiamiento público para determinados cargos. Finalmente, creo que es muy importante que todos los cargos públicos estén sujetos a dos mandatos como máximo en cada cargo de elección popular.

R.A.: La sociedad colombiana está hastiada de sus políticos y de la política en general, ¿tiene el Centro Democrático una oferta diferenciada del resto de los partidos o es más de lo mismo?

I.D.: Yo hago parte de esos millones de colombianos que estamos cansados de la política tradicional y la prueba de ello es que yo no soy un político tradicional. He entrado en la política para tratar de hacer un trabajo diferente con valores, principios y proyectos en permanente diálogo con la ciudadanía. Y hoy estoy convencido que los colombianos quieren una política totalmente distinta que no se base en las clientelas, en los favores, en los abolengos tradicionales, sino que permitan que surgan unos nuevos líderes políticos. También es importante que todos los colombianos tengan cabida en el sistema superando esos anacronismos de la izquierda y la derecha. Una nueva clase política diferenciada de la anterior  debe tener unos principios y valores firmes, tal como defendemos nosotros. Nuestra candidatura, creo, tiene esos planteamientos claros y se los presenta al pueblo colombiano. Nuestros ejes pasan por la defensa de la legalidad, por el desarrollo de una política de equidad, por fomentar el emprendimiento, que permita tener un sector privado pujante, y una visión innovadora al frente de las iniciativas públicas y privadas sin perder la sostenibilidad, tanto en lo social como en lo ambiental. Nuestra oferta pasa por que todos los colombianos tengan cabida en un gran proyecto nacional sin exclusiones y basado absolutamente en la legalidad.

R.A.: Veo una gran confusión de cara a las próximas elecciones, hay muchos candidatos y una gran división, ¿se atrevería a profetizar en qué quedaría una hipotética segunda vuelta?

I.D.: Yo no soy bueno para hacer cábalas, lo que si le digo es que estamos trabajando con toda la convicción y entereza para que Iván Duque sea el próximo presidente de todos los colombianos.

R.A.:¿En qué se diferencia su candidatura de la resto de los precandidatos a las próximas elecciones?

I.D.: Yo no desacredito nunca el producto de los demás para vender mi producto. Pretendo presentar al país una visión integral para hacer frente a los desafíos que tiene ante sí Colombia. Se trata de que seamos capaces de pasar la página de la vieja política y tomar el rumbo hacia una Colombia más moderna. Hay que ser capaces de pasar esa página también en lo económico, que se resume en que producimos pocos productos y la economía colombiana no se ha diversificado ni ha sido capaz de generar empleo. Pero para ese cambio,  hay que ser capaces de apostar a la innovación y  a las nuevas tecnologías.

Son muchas las cosas que hay que cambiar. Tenemos que hacer posible que la equidad sea una realidad que permita la expansión de la clase media para permitir a todos los colombianos construir su propio proyecto de vida. Entonces, mi diferenciación con respecto a los demás candidatos es bien clara y hemos presentado un libro con 162 propuestas que le hacemos al país. Somos la única candidatura que ha sido capaz de presentar ese programa tema por tema con las propuestas bien definidas. Nuestras propuestas son claras, financiables, precisas y prácticas para que los colombianos puedan conocer bien nuestro proyecto de país. Le apostamos al futuro, al cambio para Colombia.

R.A.: Por cierto, ¿hemos pasado la página de las FARC o hay riesgos ante el futuro?

I.D.: La página de las FARC no se puede pasar cuando se le han dado tantas concesiones a los terroristas. Por ello, para realmente pasar la página necesitamos que en el país haya justicia, que se persiga efizcamente al narcotráfico, que la erradicación y sustitución de los cultivos de coca sea algo obligatorio y no voluntario. Para pasar la página necesitamos también que en este país se elimine la corrupción de nuestra vida pública de una vez por todas, que se persiga eficazmente el tráfico de drogas y que se combata efizcamente el crimen. Queremos pasar página de muchas cosas, pero tenemos que trabajar y ser capaces de explicar a los colombianos nuestra propuesta política de cambio.

R.A.:¿Cómo examina la penosa situación por la que atraviesa Venezuela?

I.D.: Es triste ver a un presidente de Colombia que hace años escribía columnas sobre Venezuela, en el sentido de que no podíamos quedarnos de brazos cruzados ante la dictadura que se avecinaba en el país, hoy, ese mismo presidente, Santos, es un cómplice de lo que está ocurriendo en esa nación porque no ha tenido la gallardía y el valor de denunciar los atropellos de un sátrapa contra un pueblo que está pidiendo democracia y libertad en las calles. Colombia no puede ser indiferente ante lo que está ocurriendo en Venezuela y no se puede quedar en la diplomacia de salón.

Necesitamos que haya una gran cruzada internacional contra un régimen de esas características. La comunidad internacional, como ya hizo en otras situaciones parecidas, debe de actuar para poner fin a una dictadura que utiliza indiscriminadamente la fuerza contra su pueblo todos los días; es una situación inadmisible que requiere una acción internacional urgente. En Venezuela se ha producido detenciones masivas, se aplican las torturas contra los disidentes, se persigue a civiles indefensos y el país se ha convertido una inmensa cárcel. Por todo lo que está ocurriendo, he presentado una demanda ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional contra Nicolás Maduro que ha sido firmada por otros 75 senadores y representantes colombianos. Ya estamos buscando el respaldo internacional a esa iniciativa, que ha recibido apoyos en Chile, y esperemos que poco a poco seamos capaces de que se dé un verdadero cambio en Venezuela que permita la expresión democrática y libre de su pueblo.

R.A.:¿No le llama la atención el silencio de Santos cuando ya muchas figuras de la izquierda, como Pepe Múgica o Felipe González, condenan a la dictadura de Maduro?

I.D.:Me parece que el silencio nos hace cómplices. Si Santos permanece en silencio, con esa diplomacia de salón a la que me refería antes, viendo como un dictador oprime y tortura a su pueblo a mí me da vergüenza como colombiano porque históricamente ambos pueblos, ambas naciones, han estado muy unidas. Me da vergüenza porque si uno mira para atrás ve que hubo grandes líderes colombianos que se enfrentaron y atacaron a las dictaduras más brutales, mientras que hoy la realidad es bien distinta y Colombia mira para otro lado ante el sufrimiento del pueblo venezolano. Otra cosa que me da vergüenza es que Colombia permanezca en Unasur porque si esa organización no es capaz de que Venezuela cumpla con sus obligaciones democráticas, yo creo que nosotros no pintamos nada ahí sentados y deberíamos irnos. Me da vergüenza lo que ha hecho el presidente Santos con Venezuela, me duele profundamente como colombiano. Se trata, en definitiva, de defender los valores y los principios democráticos frente a la tiranía que encarna Maduro, de defender la Carta Democrática Interamericana que firmó Colombia junto con otros países democráticos del continente, ni más ni menos.

Otros temas y entrevistas de Ricardo Angoso 

 

Agencias

EE.UU. incluye a Petro y sus aliados en la “lista clinton”

Francisco

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EP NEW YORK | FLORIDA NEWS | COLOMBIA

Según publica hoy el diario N.Y.T. , EE. UU.  ha decidido incluir en la “lista clinton” a Gustavo Petro, presidente de Colombia a su familia y a Benedetti uno de los más cercanos políticos del mandatario colombiano.

De acuerdo a informes preliminares , El Departamento del Tesoro de Estados Unidos había anunciado que la sanción a Petro y a sus aliados se basaba en que el dirigente del partido (colombia humana)  había permitido el fortalecimiento de grupos narcotraficantes en la producción de drogas desde en 2022 cuando llegó a la presidencia.

Pero , de acuerdo al nyt las sanciones económicas contra el presidente  Gustavo Petro son producto de  las críticas que el líder izquierdista hizo a las acciones militares del gobierno de Donald Trump en el Caribe.

Washington también dijo que sancionaba a la esposa de Petro, a un hijo y a un antiguo aliado político, quien ahora es ministro del Interior de Colombia , Armando Benedetti.

Este tipo de sanciones suelen reservarse a personas acusadas de delitos graves relacionados con el narcotráfico y de violaciones de los derechos humanos , cita el medio neoyorquino.

Petro, un líder político de izquierda, es uno de los pocos dirigentes de América Latina que han criticado abiertamente la decisión de Trump de bombardear barcos en los que viajan personas que, según el gobierno estadounidense, son narcotraficantes. Los bombardeos han causado la muerte de decenas de personas, y Petro ha dicho que entre ellas había colombianos y ha acusado a Estados Unidos de cometer asesinatos.

Trump ha respondido al calificar a Petro como “líder ilegal del narcotráfico” y dijo que le cortaría la ayuda a Colombia. Se destinaron unos 377 millones de dólares a Colombia en el año fiscal 2024, según el Servicio de Investigación del Congreso. Aproximadamente un tercio de ese dinero se destina a la aplicación de la ley y al control de estupefacientes.

El anuncio de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro estadounidense, conocida como OFAC, congela todos los activos estadounidenses en poder de las personas sancionadas y bloquea a los ciudadanos estadounidenses para que no hagan negocios con ellas.

El cultivo de coca, producto base de la cocaína, ha aumentado desde que Petro asumió el poder en 2022. También se elevó bajo el mandato de su predecesor, Iván Duque, conservador y aliado cercano de los republicanos en Washington.

El Departamento del Tesoro acusó a Petro de proporcionar “beneficios” a “organizaciones narcoterroristas” y señaló que Colombia estaba “incumpliendo de manera demostrable” sus responsabilidades en materia de control de drogas. El comunicado afirma que Petro se ha aliado con Nicolás Maduro, el autócrata de Venezuela.

Es de recordar que Petro, exmiembro de un grupo rebelde que se desmovilizó en 1990, conocido como M-19 , se dio a conocer en la política colombiana al exponer y denunciar los vínculos entre narcotraficantes y políticos de su país.

Durante mucho tiempo, Petro ha criticado el enfoque de Washington en la lucha contra las drogas en América Latina, y es partidario de una estrategia que se centre más en el desarrollo rural —dándoles a los campesinos que cultivan coca otras oportunidades— que en grandes acciones militares.

En sus discursos, suele responsabilizar parcialmente a los consumidores estadounidenses de cocaína de la violencia que el narcotráfico ha traído a su país. Y utiliza la misma palabra que Trump —“veneno”— para hablar de la cocaína.

Sus críticos de la derecha colombiana han dicho que su enfoque de las drogas es demasiado blando y ha permitido el crecimiento de la industria.

En respuesta al anuncio de sanciones del viernes, Petro dijo en X que su lucha de décadas contra las drogas solo le había traído el castigo de una sociedad a la que había intentado impedir que consumiera cocaína. “Toda una paradoja”, dijo. “Pero ni un paso atrás y jamás de rodillas”.

Los otros sancionados son la esposa de Petro, Verónica Alcocer; uno de sus hijos, Nicolás Petro; y su ministro del Interior, Armando Benedetti.

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Agencias

Una reflexión en tiempos de tensión diplomática

Francisco

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EP NEW YORK | OPINIÓN

Por Gabriel Ángel Ardila

A propósito de la tensa relación entre Colombia y EE.UU.

Más allá del impasse:


En tiempos de tensión diplomática, cuando los titulares se centran en desacuerdos entre gobiernos, conviene recordar que las relaciones entre países no se sostienen únicamente en acuerdos políticos, sino en los vínculos humanos, culturales y académicos que se han tejido durante décadas.

En 1983, tuve el privilegio de representar a El Espectador en un programa internacional que vinculaba a la Beca Fulbright, el USDA y Columbia University. Por delegación directa de don Guillermo Cano Isaza, compartí experiencias con colegas colombianos y delegaciones de otros países, visitamos organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo, y escribimos sobre economía, cooperación y desarrollo.

Hoy, esa memoria se vuelve urgente. No solo porque los archivos que podrían respaldar eso fueron destruidos por la violencia que azotó a El Espectador, sino porque el clima actual entre Colombia y Estados Unidos amenaza con debilitar los mismos puentes que nos permitieron aprender, dialogar y crecer juntos por tanto tiempo.

No se trata de ignorar las diferencias políticas sino reconocer que los intercambios culturales y académicos —como Fulbright, las pasantías, los convenios universitarios— son espacios donde se cultiva el respeto mutuo, la comprensión profunda y la cooperación sin subordinación.

Por eso, propongo que este impasse sea una oportunidad para renovar esos lazos. Que se convoque a una mesa binacional de intercambio cultural, donde periodistas, académicos, artistas y estudiantes de ambos países puedan compartir experiencias, construir propuestas y defender el valor de la autonomía con dignidad. Es la hora de la diplomacia de verdad.

Porque si algo aprendimos en esos años —y lo seguimos aprendiendo hoy— es que el conocimiento compartido no amenaza la soberanía: ¡La fortalece!

 

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Agencias

Trump llama “narcotraficante” a Petro y corta ayuda a Colombia

Francisco

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EP NEW YORK | FLORIDA NEWS

COLOMBIA

PALM BEACH, Florida, EE.UU. — El presidente Donald Trump afirmó el domingo que reducirá la ayuda de Estados Unidos a Colombia porque el líder del país “no hace nada para detener” la producción de drogas, en lo que es la última señal de fricción entre Washington y uno de sus aliados más cercanos en América Latina.

En una publicación en redes sociales, Trump se refirió al presidente colombiano Gustavo Petro como “un traficante de drogas ilegal” que tiene “baja calificación y es muy impopular”. Advirtió que Petro “mejor cierre” las operaciones de drogas “o Estados Unidos las cerrará por él, y no se hará de manera amable”.

Trump, mientras estaba en su resort de Mar-a-Lago en Florida, escribió en su plataforma Truth Social que Petro está “alentando fuertemente la producción masiva de drogas, en grandes y pequeños campos” en toda Colombia, que el presidente republicano escribió como Columbia. “Petro no hace nada para detenerlo, a pesar de los pagos y subsidios a gran escala de los EE.UU. que no son más que un robo a largo plazo”, escribió Trump.

“A PARTIR DE HOY, ESTOS PAGOS, O CUALQUIER OTRA FORMA DE PAGO, O SUBSIDIOS, YA NO SE HARÁN A COLUMBIA”, escribió Trump. También dijo que Petro tenía “una boca fresca hacia Estados Unidos”.

Más temprano el domingo, Petro acusó al gobierno de Estados Unidos de asesinato y exigió respuestas tras el último ataque estadounidense en aguas del Caribe. Estados Unidos dijo el sábado que estaba repatriando a Colombia y Ecuador a dos sobrevivientes de ese ataque, el sexto desde principios de septiembre. Al menos 29 personas han muerto en ataques que Estados Unidos ha dicho que están dirigidos a presuntos narcotraficantes.

Con información de AP

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