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¿Habrá una segunda oleada de “coronavirus? ¿Habrá una epidemia más fuerte y destructiva?

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EP New York/agencias

El coronavirus ni se está debilitando ni se está volviendo más virulento

Washington/ Sigue mutando el coronavirus SARS-CoV-2? ¿Se está atenuando? ¿Habrá una segunda oleada? ¿Son preocupantes los rebrotes en China, Irán, Alemania o España? El microbiólogo español Ignacio López-Goñi nos ayuda a contestar estas y otras preguntas y afirma: “el virus ni se está debilitando ni se está haciendo más virulento”.

“No hay datos, por el momento, que así lo corroboren. El coronavirus que causa la enfermedad de la covid-19 ni se está debilitando ni se está haciendo más virulento”, apunta a Efe este catedrático de Microbiología en la Universidad de Navarra (norte de España), quien advierte: “el virus sigue ahí, no hemos vencido a la pandemia”.

PREGUNTA: ¿Se siguen secuenciando genomas del SARS-CoV-2?

RESPUESTA: Sí, se han secuenciando y publicado más de 7.000 genomas aislados de todo el mundo y cada día se secuencian cientos más. Esto permite conocer en tiempo real cómo está cambiando el coronavirus y saber cómo ha sido y está siendo su distribución por el planeta. Se van tomando muestras de personas infectadas a lo largo del tiempo, por ejemplo en España; se aisla el virus, se secuencia y se comparan los genomas de distintos aislamientos. Así puedes rastrear cómo se ha ido moviendo el virus, a partir de las mutaciones que se van detectando.

P: ¿Y qué conclusiones se han sido sacando?

R: El coronavirus obviamente muta, todos lo hacen. Los virus viven mutando; en virología se suele hablar de “nubes mutantes”. Hay virus que cambian con una velocidad enorme y los campeones de la variabilidad son el virus de la gripe o el VIH. Este coronavirus no lo es tanto porque tiene una proteína capaz de reparar los errores o mutaciones que puedan ocurrir durante su replicación. El SARS-CoV-2 es relativamente estable, muta, se pueden ver mutaciones, pero tiene cierta estabilidad que es común en los coronavirus.

P: ¿Qué implicaciones tiene esa relativa estabilidad?

R: Esto no es ni bueno ni malo y lo que pone de manifiesto es que se pueden detectar mutaciones puntuales en muchas zonas del genoma del virus pero estas, según los datos que tenemos en este momento, no están teniendo ningún efecto en la biología del virus, en su virulencia, por ejemplo.

P: Entonces, ¿el SARS-CoV-2 se debilita o no lo hace?

R: El virus ni se está debilitando ni se está haciendo más virulento, no tenemos evidencias en este momento. No hay datos que así lo corroboren. Tampoco hay cepas más o menos virulentas.

Cuando hablamos de mutaciones (variaciones) podemos pensar que siempre es malo, que el virus muta para hacerse más virulento, pero no tiene por qué ser así. Lo habitual es que cuando un virus pasa de una especie animal a otra, al principio exista una alta frecuencia de mutaciones, pero con el tiempo el virus se adapta a su nuevo hospedador -en este caso los humanos-.

Por tanto, se puede esperar, incluso, que en este proceso de adaptación el virus vaya perdiendo virulencia, pero esto suele ser un proceso lento que dura muchos meses. En el tiempo que lleva el SARS-CoV-2 no se ha visto aún si va hacia ese proceso de adaptación al hospedador. Una cosa es que disminuya la curva epidémica -pacientes dados de alta, menos fallecimientos, consecuencias del confinamiento, etc- y otra la biología del virus.

P: ¿Habrá una segunda oleada de la pandemia?

R: Certezas no hay, no lo sabemos, pero sí se pueden hacer estimaciones. Podemos ver lo que pasó en otras pandemias, en concreto en las tres de gripe del siglo XX. En las de 1918, 1957 y 1968 las segundas y terceras oleadas fueron peores que las primeras, pero sabemos que este coronavirus no es como el virus de la gripe. Que haya segundas oleadas más fuertes es una posibilidad, pero no lo sabemos a ciencia cierta.

Otra posibilidad es que sigan existiendo olas recurrentes más o menos intensas durante un par de años. Y una tercera opción es que se den pequeños rebrotes sin un patrón claro. Y que quizás acabe siendo un virus estacional que aparezca los inviernos, lo cual tampoco es buena noticia porque se sumaría a la lista de virus respiratorios que ya sabemos que dan problemas y, si coincide además con la gripe normal, sería un inconveniente.

P: Hay rebrotes ya en China, Irán, Alemania, España. ¿Preocupantes?

R: Sí. Estos rebrotes nos indican que no hemos vencido a la pandemia. El virus lo hemos controlado con el confinamiento, pero está ahí, por eso son tan importantes las medidas que cada persona pueda implementar para evitar contagios y el rastreo del virus, que depende de las autoridades sanitarias.

Los rebrotes son preocupantes en el sentido de que muestran que el virus no se ha extinguido. Pongo un símil: cuando hay un incendio forestal lo podemos apagar, pero no está extinguido totalmente. Puede quedar algún foco que, aunque pequeño, con un poco de viento avive el fuego. Por eso siempre se deja un retén de bomberos vigilando. Ahora, es fundamental seguir vigilantes y rastrear los posible rebrotes, ir por delante del virus, no como hemos ido hasta ahora.

P: En cuanto a la transmisión, ¿hay novedades de cómo lo hace?

R: Seguimos igual, aunque se han ido publicando diversos estudios sobre la distancia a la que caen al suelo las gotitas que expulsamos al toser o estornudar (la mayor parte lo hacen en uno o dos metros, aunque las más pequeñas pueden permanecer y extenderse más), o sobre cuánto tiempo permanece el virus en espacios cerrados al hablar. No obstante, aún hay ciertas dudas sobre cómo se comporta el virus, pero lo que sí se confirma una y otra vez es la necesidad del uso de mascarillas.

Y otra cosa. Ya no se habla tanto de supercontagiadores como de eventos supercontagiadores. Hay cuatro factores que influyen en la aparición de brotes: sitios cerrados, con mucha gente y con personas en contacto cercano; el cuarto factor es el tiempo. Cuanto más tiempo pases en un lugar así, mayor será la posibilidad de contagio. Por tanto, mejor un espacio abierto que cerrado, mejor bien ventilado que no, mejor estar poco tiempo, mantener la distancia y siempre con la mascarilla. (EFE)

Agencias

Corte Suprema de EE.UU. pone fin a TPS para venezolanos

Francisco

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EP NEW YORK | FL NEWS | TPS

El 19 de mayo , la Corte Suprema permitió al gobierno de Donald Trump retirar, por el momento, la protección a casi 350.000 migrantes venezolanos a los que se había permitido permanecer en Estados Unidos sin riesgo de deportación en virtud de un programa conocido como Estatus de Protección Temporal.

La escueta orden de la corte no estaba firmada ni explicaba sus razones, algo habitual cuando los jueces se pronuncian sobre solicitudes de emergencia. No se incluyó el conteo de votos, aunque la jueza Ketanji Brown Jackson señaló que habría denegado la solicitud del gobierno.

Los jueces anunciaron que permitirían que el gobierno de Trump pusiera fin a las protecciones hasta que se apelara el caso, lo que potencialmente podría permitirle continuar con las deportaciones. Sin embargo, los jueces también aclararon que mantendrían la capacidad de los migrantes de presentar recursos legales en algunas instancias, como si el gobierno intentaba cancelar sus permisos de trabajo.

En un caso distinto, los jueces criticaron el viernes al gobierno de Trump por tratar de dar solo un día de notificación a un grupo diferente de migrantes venezolanos en Texas que había estado tratando de deportar con los poderes expansivos de la Ley de Enemigos Extranjeros, una legislación de tiempos de guerra del siglo XVIII. La gestión de Trump ha acusado a ese grupo de migrantes de ser miembros de la violenta banda Tren de Aragua.

La orden del lunes afecta a un grupo mucho más amplio de venezolanos que viven actualmente en Estados Unidos de forma legal bajo los términos de un programa de la era Biden.

La corte ha visto inundada con solicitudes derivadas del bombardeo de órdenes ejecutivas del presidente Trump, muchas de ellas buscando suspender o limitar fallos de tribunales que bloquean la agresiva agenda del gobierno, especialmente en materia de migración.

Ahilan Arulanantham, un abogado que representa a los migrantes que desafían al gobierno de Trump, calificó la decisión de la corte de “en verdad terrible”, especialmente porque fue anunciada “en una orden de dos párrafos sin ningún razonamiento”.

“Se trata de la mayor acción individual de privación de la condición de migrante a un grupo de no ciudadanos en la historia moderna de Estados Unidos”, dijo Arulanantham. “El impacto humanitario y económico de la decisión de la corte se sentirá de inmediato, y repercutirá por generaciones”.
<span;>Este caso comenzó en febrero, cuando Kristi Noem, la secretaria de Seguridad Nacional, puso fin a una prórroga de 18 meses del Estatus de Protección Temporal que el gobierno de Joe Biden había concedido a los venezolanos. Las personas afectadas por el cambio presentaron una demanda, alegando que la medida violaba los procedimientos administrativos y estaba motivada por prejuicios raciales.

En marzo, el juez Edward M. Chen, del Tribunal Federal de Distrito de San Francisco, bloqueó los esfuerzos del gobierno por eliminar las protecciones mientras el caso avanzaba. Dijo que los demandantes habían demostrado que tenían probabilidades de éxito al demostrar que las acciones de Noem “no estaban autorizadas por la ley, eran arbitrarias y veleidosas, y estaban motivadas por una animadversión inconstitucional”.

Chen consideró que poner fin a la iniciativa causaría daños irreparables “a cientos de miles de personas cuyas vidas, familias y medios de subsistencia resultarían gravemente trastornados, costaría a Estados Unidos miles de millones en actividad económica y perjudicaría la salud y la seguridad públicas en comunidades de todo el país”.

El Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de Estados Unidos rechazó la petición del gobierno de suspender el fallo de Chen.

El programa de Estatus de Protección Temporal, promulgado por el Congreso y convertido en ley por el presidente George H. W. Bush, permite a los migrantes de naciones que han sufrido desastres nacionales, conflictos armados u otras inestabilidades extraordinarias vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos.

Trump ha intentado poner fin a las protecciones del programa, en un intento de cumplir su promesa electoral de deportar a millones de migrantes. Sus esfuerzos pretendían cancelar las protecciones para casi 350.000 personas a principios de abril, y para cientos de miles más a finales de este año.

En la solicitud de emergencia hecha por el gobierno, D. John Sauer, el procurador general, escribió que la ley por la que se creó el programa prohibía expresamente que los tribunales cuestionaran las decisiones del poder ejecutivo. Una disposición de la ley decía que no había “revisión judicial de ninguna determinación” relativa a “la designación o la terminación o prórroga de una designación de un Estado extranjero”.

Los abogados de los impugnadores respondieron que la ley que creó el programa limitaba estrictamente las terminaciones anticipadas de las protecciones, y añadieron que la acción de Noem no estaba autorizada por la ley. “En ninguna parte de la ley se concede a la secretaria autoridad para anular o rescindir una prórroga”, escribieron.
Añadieron que el planteamiento de Sauer “dejaría a los tribunales federales sin poder para detener incluso acciones flagrante e ilegalmente arbitrarias de las agencias, ya sea para restringir el Estatus de Protección Temporal o para ampliarlo”.

La Corte Suprema ha recibido otras solicitudes de emergencia relacionadas con las políticas migratorias de Trump. En una de ellas, el gobierno pidió a los jueces que le permitieran seguir adelante con un plan para revocar las protecciones contra la deportación de migrantes de cuatro países en crisis, en virtud de un programa conocido como libertad condicional humanitaria.

En otra, la corte ordenó al gobierno que facilitara el regreso de Kilmar Armando Abrego Garcia, quien había sido enviado por error a El Salvador, donde aún permanece.

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Agencias

humildad y sencillez sobre el privilegio , legados de Mujica destaca la ONU

Francisco

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EP NEW YORK | FLORIDA NEWS | LATINOAMÉRICA

Guterres recuerda a un Mujica que gobernó con humildad y sencillez sobre el privilegio

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, lamentó este martes la muerte del expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica, de quien destacó su forma de gobernar “con humildad, eligiendo la sencillez sobre el privilegio”.

“Será recordado no solo por su firme compromiso con la justicia social, la igualdad y la solidaridad, sino también por la forma profundamente humana en que encarnó esos valores”, aseguró en un comunicado Guterres.

“Gobernó con humildad, eligiendo la sencillez sobre el privilegio, y nos recordó -con sus palabras y su ejemplo- que el poder debe ejercerse con responsabilidad y compasión”, añadió.

Guterres también destacó que como líder latinoamericano, “defendió el diálogo y el multilateralismo, encarnando los valores que están en el corazón de la Carta de las Naciones Unidas y aportando su autoridad moral a la causa de la paz y los derechos humanos”.

Mujica, que presidió Uruguay entre 2010 y 2015, falleció este martes a los 89 años en Montevideo, un año después de que le descubrieran un tumor maligno en el esófago.

EFE

 

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Agencias

Fin del “romance político” de Trump y Musk

Francisco

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EP NEW YORK | FLORIDA NEWS| EE.UU.

La asociación entre el presidente de Estados Unidos y el hombre más rico del mundo está terminando. Hay un claro perdedor en la ruptura de este romance, y es Elon Musk.

Cayó en desgracia con tanta facilidad como ascendió. Como un Ícaro barato, se arriesgó demasiado, nunca entendió los riesgos y voló demasiado cerca del Sol. Envuelto en el halo de su superestrellato en las redes sociales, se cegó ante la realidad de su situación hasta que fue demasiado tarde.

Musk ya firmó varios contratos federales lucrativos y podría conseguir muchos más, pero abandona Washington con su reputación de genio en todos los frentes —una reputación en la que confiaba para aumentar la cotización de las acciones de su empresa y conseguir inversores para sus ideas ambiciosas— seriamente dañada. En su momento fue comparado con el superhéroe de Marvel Tony Stark, ahora es cada vez más impopular. Muchos de los que solían ser propietarios orgullosos de sus coches eléctricos Tesla los están vendiendo o pegando notas de disculpas en sus parachoques. Las ventas han caído.

Musk no es el primer empresario rico que se traslada a Washington: los millonarios de la >Gilded Age< o Edad Dorada, sombrero de copa en mano, se concentraban en ganar el favor del Senado, donde se hacían las leyes y se determinaban los aranceles. Con la economía en crisis, el >New Deal< y la llegada de una guerra mundial, la Casa Blanca empezó a desempeñar un papel mucho más importante en la dirección de la economía, y los hombres de negocios le prestaron más atención. Decenas de esos millonarios llegaron a la capital; otros se incorporaron al gabinete. Sin embargo, con independencia de cuándo o en qué puesto trabajaran, se regían por las normas de Washington, asumiendo responsabilidades bien definidas y limitadas y, en su mayor parte, permaneciendo fuera de la vista del público.

Musk rompió con esa tradición. Nadie iba a callarlo ni controlarlo. Estaba en la Casa Blanca con su hijo de 4 años a hombros, en el escenario de un mitin de la Conferencia de Acción Política Conservadora para promover su cruzada de reducción de costos con una motosierra. Él y sus ayudantes del Departamento de Eficiencia Gubernamental sembraron el caos en Washington al bloquear los sistemas informáticos de funcionarios, acceder a datos personales de ciudadanos privados e identificar a empleados públicos que consideraban prescindibles.

Al inicio, el presidente Donald Trump pareció respaldar todas las medidas de reducción de costos de su asesor poco ortodoxo y en las redes sociales declaró que él y su gabinete estaban “EXTREMADAMENTE FELICES CON ELON”. Pero entonces Musk violó la regla cardinal de Trumplandia al atreverse a criticar las políticas y los nombramientos del presidente, no solo una o dos veces, sino, notablemente, de manera consistente.

Usó su plataforma X para burlarse de un anuncio de la Casa Blanca según el cual Sam Altman, el directivo de inteligencia artificial más importante y su archienemigo, y otros iban a invertir 100.000 millones de dólares en centros de datos y en generar la electricidad necesaria para alimentar los programas de IA. Musk dijo en una entrevista que el Seguro Social era “el mayor esquema Ponzi de todos los tiempos”, ignorando el hecho de que el presidente se había comprometido a no recortar ese gasto. Incluso discrepó del triunfal anuncio del “Día de la Liberación” de Trump sobre nuevos y radicales aranceles.

Sus ataques y su falta de remordimiento al recortar de manera drástica el gasto federal y despedir a decenas de miles de empleados públicos erosionaron su popularidad. Enfureció a miembros del gabinete al criticarlos en público, desacatar su autoridad y al negarse a reconocer la cadena de mando de la Casa Blanca.

Su reinado llegó a su fin el Día de los Inocentes, cuando los 20 millones de dólares que donó para elegir a un republicano respaldado por Trump para un puesto vacante en la Corte Suprema de Wisconsin resultaron contraproducentes al animar a ir a las urnas a más demócratas que republicanos. Ya no era posible ignorar la realidad de que el hombre más rico del mundo se había convertido en un lastre político. Al día siguiente de la debacle de Wisconsin, Politico informó que el presidente había “comunicado a su círculo íntimo” que Musk “se retiraría en las próximas semanas de su cargo actual”. A mediados de abril, Trump sugirió el cada vez menor aprecio a Musk cuando sustituyó a su elección para comisionado en funciones del IRS por el candidato favorito del secretario del Tesoro, Scott Bessent.

El 22 de abril, Musk anunció que iba a reducir su trabajo en el gobierno para poder dedicar más tiempo a Tesla, que para entonces tenía tantos problemas que surgieron informes de que el consejo estaba considerando sustituirlo como director ejecutivo. (La empresa negó la afirmación). La realidad que golpeó las encuestas de Wisconsin golpeó aún más a su empresa automovilística: las ventas cayeron un 20 por ciento en el primer trimestre de 2025 en comparación con el año anterior; las ganancias cayeron un 70 por ciento. El llamativo y poco práctico Cybertruck que había ensalzado resultó ser un fracaso. Mientras tanto, Tesla está perdiendo con rapidez una parte del mercado frente al fabricante chino BYD y otros fabricantes establecidos de automóviles.

Eso no quiere decir que los demás intereses empresariales de Musk —en particular su empresa de lanzamiento de cohetes, SpaceX, y su unidad de satélites, Starlink— estén siendo afectados. SpaceX está a punto de ganar miles de millones de dólares con contratos gubernamentales. El gobierno de Trump ya ha despejado el camino para que Starlink pueda optar al estímulo gubernamental de 42.000 millones de dólares a la conexión de banda ancha rural e incluso ha animado a otros países deseosos de reducir los aranceles estadounidenses a hacer negocios con Starlink. Pero lo más probable es que tales ayudas se hubieran producido si Musk no se hubiera unido al gobierno de Trump.

La lección que hay que aprender aquí es que en el sistema de gobierno estadounidense no hay lugar para un copresidente no elegido. Aunque las elecciones suelen dar resultados que no esperamos ni deseamos, hace tiempo que demostramos estar mejor con un gobierno compuesto por cargos electos y nombramientos de alto nivel que han pasado por el proceso de confirmación exigido por la Constitución. Musk pensó que podía ser una excepción. Y esa fue su perdición.

Publicado en NYT

 

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