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EE.UU. vs China , una guerra comercial más allá de Huawei y la tecnología

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EP New York/Economía mundial

El Muro Digital Occidental

Por: Nikolas Stolpkin

Si en su momento China tuvo preocupación por su seguridad nacional con respecto a la influencia tecnológica-cultural de Occidente, vetando a algunas aplicaciones, redes sociales y medios de comunicación digitales, lo que hoy estamos presenciando por parte de EE. UU. y aliados es lo que podría ser la legítima preocupación por su seguridad nacional con respecto a la penetración tecnológica china que avanza significativamente. Lo que no sabemos aún es si en un futuro próximo EE. UU. podría también vetar aplicaciones, redes sociales y medios de comunicación digitales chinos que puedan empezar a desafiar la influencia dominante.

El capítulo Huawei representa a simple vista la puesta en marcha de una nueva Cortina de Hierro por parte de EE. UU. y su radio de influencia para frenar de alguna forma la penetración tecnológica china (el cual se suma a la subida reciente de aranceles por parte de EE. UU. (del 10% al 25%), a las importaciones desde China). Lo que parece improbable que pueda prosperar, teniendo en cuenta lo mucho que podría perder EE. UU. y aliados frente al gigante dragón chino, líder en la producción de litio, cobalto refinado y tierras raras, recursos estratégicos hoy muy necesarios en la producción de artículos tecnológicos. ¿Querrá EE. UU. y aliados prescindir de tales recursos estratégicos? ¿Querrá EE. UU. y aliados prescindir de la mano de obra barata que aún brinda China a sus propias marcas?

Si la Guerra Fría en su momento fue una lucha de poderes en el aspecto militar (entre EE. UU. y la Unión Soviética), hoy la nueva Guerra Fría entre EE. UU. y China es una lucha de poderes en el aspecto económico-tecnológico. 

¿El Libre Comercio ha muerto?

Lo que podría estar logrando EE. UU. no es más que frenar el desarrollo tecnológico actual de Occidente, lo que podría permitir el desarrollo pleno de Asia, liderado por China. 

Incluso hace poco, el departamento estadounidense de Seguridad Interior (DHS) emitió una alerta para señalar: “el riesgo potencial en materia de datos” de los drones de fabricación china, siendo que el 70% de los drones civiles en el mundo, son producidos por una sola empresa china (DJI).

Tiene razón la empresa (Huawei) al señalar que: “La decisión de EE. UU. les obligará a emplear equipos inferiores y costosos, quedándose atrás en el desarrollo de la tecnología 5G”.

Tratar de perjudicar al denominado “Libre Comercio”, el cual EE. UU. ha sido su principal promotor a nivel global, resulta contradictorio y perjudicial para la salud económica global. China no ha hecho más que jugar tal como estaban dispuestas las reglas del juego. ¿Querían abrir los mercados? China los abría. ¿Querían mano de obra barata? China lo ofrecía. ¿Querían tener productos baratos? China los tenía. Ahora, ¿cuál es el problema?  ¿El problema es que ahora los productos chinos han aumentado de calidad? ¿Cuál es el problema? ¿Están preocupados por la seguridad nacional o más bien temen perder la hegemonía tecnológica frente al gran tsunami tecnológico chino que se avecina? 

La situación actual sólo trae incertidumbre para este lado del continente; para China representa nuevos desafíos, nuevos retos. 

Rusia, además, debe tomar notas. 

Huawei sobrevivirá igual

Quienes piensen que el gigante tecnológico de Huawei tendría sus días contados o que podría irse a la quiebra por el veto estadounidense, están sumamente equivocados. El mayor mercado de Huawei se encuentra en la propia China donde prácticamente las aplicaciones de Google no existen, ya que se utilizan símiles nacionales. Y por otro lado, el mercado de América no representa ni un cuarto del mercado chino. 

Donde sí podría llegar a afectar al gigante asiático es en EMEA (Europa, Medio Oriente y Africa), cuyo mercado representa dos cuartos aproximados de lo que representa el mercado chino.

La decadencia de un imperio

Irremediablemente vamos directo hacia un cambio de estructuras de Poder en el mundo. Y EE. UU. como potencia dominante se niega a ceder espacio; le cuesta entender y reconocer la musculatura china en cuanto al ámbito económico y ahora tecnológico; le cuesta entender que el mundo cambió y que su dominio va a la baja, incluso en Europa, donde el nacionalismo poco a poco va adquiriendo más fuerza, lo cual podría amenazar la existencia misma de la OTAN, estructura fundamental la cual permite asentar la influencia norteamericana dentro del continente. 

Intentar imponer un muro digital frente a la influencia china sólo se puede traducir en un berrinche infantil de un mal perdedor. Lo único que se podría lograr es que nos dirijamos hacia un aislamiento inútil donde una parte comience a disfrutar aisladamente de un desarrollo que la otra parte se niega a aceptar por consideraciones meramente egoístas. 

Da como para preocupar, porque no estamos hablando de dos potencias menores; estamos hablando de las dos potencias principales que en la actualidad mueven la economía del mundo.

¿EE. UU. estará dispuesto aceptar la superioridad tecnológica china y a que el mundo se desarrolle con total equilibrio en el ámbito tecnológico?

Níkolas Stolpkin

Analista político nacional e internacional – Political Analyst – Crítico de política y Cultura Contemporánea – AUTODIDACTA

Otros temas de Nìkolas Stolpkin…EL ABUSO DE PODER EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN


Agencias

Una reflexión en tiempos de tensión diplomática

Francisco

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EP NEW YORK | OPINIÓN

Por Gabriel Ángel Ardila

A propósito de la tensa relación entre Colombia y EE.UU.

Más allá del impasse:


En tiempos de tensión diplomática, cuando los titulares se centran en desacuerdos entre gobiernos, conviene recordar que las relaciones entre países no se sostienen únicamente en acuerdos políticos, sino en los vínculos humanos, culturales y académicos que se han tejido durante décadas.

En 1983, tuve el privilegio de representar a El Espectador en un programa internacional que vinculaba a la Beca Fulbright, el USDA y Columbia University. Por delegación directa de don Guillermo Cano Isaza, compartí experiencias con colegas colombianos y delegaciones de otros países, visitamos organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo, y escribimos sobre economía, cooperación y desarrollo.

Hoy, esa memoria se vuelve urgente. No solo porque los archivos que podrían respaldar eso fueron destruidos por la violencia que azotó a El Espectador, sino porque el clima actual entre Colombia y Estados Unidos amenaza con debilitar los mismos puentes que nos permitieron aprender, dialogar y crecer juntos por tanto tiempo.

No se trata de ignorar las diferencias políticas sino reconocer que los intercambios culturales y académicos —como Fulbright, las pasantías, los convenios universitarios— son espacios donde se cultiva el respeto mutuo, la comprensión profunda y la cooperación sin subordinación.

Por eso, propongo que este impasse sea una oportunidad para renovar esos lazos. Que se convoque a una mesa binacional de intercambio cultural, donde periodistas, académicos, artistas y estudiantes de ambos países puedan compartir experiencias, construir propuestas y defender el valor de la autonomía con dignidad. Es la hora de la diplomacia de verdad.

Porque si algo aprendimos en esos años —y lo seguimos aprendiendo hoy— es que el conocimiento compartido no amenaza la soberanía: ¡La fortalece!

 

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Articulos Destacados

Siria demuestra que no se puede “congelar” ningún conflicto 

Francisco

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EP NEW YORK | POLÍTICA MUNDIAL

Por: Níkolas Stolpkin

Es muy vergonzoso saber que Siria haya caído en manos de grupos terroristas de forma tan estrepitosa y dinámica (¿13 días?).

Todo indica que las fuerzas terroristas se harán del control de todo o de gran parte del territorio sirio, y que sus enemigos serán Irán y el Líbano. Y ya podemos imaginar quiénes serán sus “amigos” (Israel, Turquía, Gran Bretaña, y no extrañaría también EE. UU.).

Lo irónico de todo es que los Grandes Medios Occidentales que mucho antes vendían a estos grupos como “terroristas”, ahora se venden como fuerzas “rebeldes” o “revolucionarias”; incluso ahora venden a su líder como un líder “moderado”, para de alguna forma sentir cierta simpatía por haber sacado al “dictador” Bashar al-Assad de Siria.

Los Grandes Medios Occidentales sabían de antemano que su líder Al Jawlani estuvo en Al Qaeda, ISIS, Jabhat al-Nusra y que EE. UU. todavía ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por su captura.

O sea, estamos ante una fuerza “rebelde” (Hayat Tahrir al-Sham) que tiene su origen en Al Qaeda, bajo el nombre de Jabhat al-Nusra. Y que más encima, el que fuera líder de ISIS o Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, participó en su creación.

Hay muchas interrogantes que con el tiempo podrán esclarecerse.
¿Una toma del poder sin armas pesadas, únicamente con armas ligeras y camionetas? ¿Una toma del poder con nula o débil resistencia siria?

¿Estamos ante un fracaso significativo de la política exterior rusa?
¿Serán atacadas en algún momento las bases militares rusas instaladas en Siria? ¿Cuál será el futuro de las bases militares rusas asentadas en Siria? ¿Por cuánto tiempo se podrá “garantizar la seguridad” (por parte de los “rebeldes” sirios) de las bases militares rusas y sus instituciones diplomáticas en Siria?

Todavía no se puede calcular las consecuencias geopolíticas que habrán en la región tras la caída de Siria en manos de los grupos terroristas.

La caída de Bashar al-Assad en Siria es un duro golpe a la resistencia contra Israel en la región. E indudablemente Israel será el más beneficiado.

Una Siria que ya no será anti-imperialista, ni anti-sionista, nos puede dar una idea de lo que habrá de significar para los movimientos de resistencia tales como el Hezbollah en el Líbano y Hamas en Gaza (Palestina).

No hay que olvidar que Siria era el puente que había entre Irán y las resistencias del Hezbollah y Hamas.

¿EE. UU., Israel, Turquía, Gran Bretaña, prestarán “ayuda” al nuevo gobierno que se forme en Siria?
¿EE. UU. retirará la recompensa por la captura de Al Jawlani, líder de los “rebeldes”?

Donald Trump, el nuevo presidente de EE. UU. que está pronto a asumir, ha declarado que EE. UU. no debería tener nada que ver con lo que está aconteciendo en Siria. Y aún así, la presente administración ha llevado a cabo una “docena de ataques aéreos de precisión” contra campamentos de ISIS en el centro de Siria, como lo ha informado, ahora último, las Fuerzas del Comando Central de EE. UU. (CENTCOM).
Incluso Joe Biden, presidente saliente de EE. UU., señaló que EE. UU. “trabajará con todos los grupos en Siria”, e incluso a través de un proceso liderado por la ONU, como garantía para la transición del poder.

¿Estamos ante un simulacro de lo que podría pasar en Ucrania con aquello de “congelar” el conflicto?
¿Podría ser Siria un punto clave, a largo plazo, para el paso de gasoductos que puedan llegar a Europa, desde el Golfo Pérsico?

¿Qué posibilidades reales podría tener Siria de terminar balcanizada?
¿Podrían aparecer nuevos grupos “rebeldes” que se quieran disputar el poder en Siria?
¿El nuevo gobierno que se forme en Siria tendrá que tener ayuda o relaciones con otros países para hacer andar su economía? ¿Qué países podrían ir en su ayuda?

Ya se está informando de una “escasez aguda de medicamentos”… ¿Qué otras cosas podrían escasear? Todo está por verse.

Pero Rusia debe tomar nota de lo que está ocurriendo: no se puede “congelar” ningún conflicto.

Níkolas Stolpkin

Columnista EP New York

Análisis internacional – Geopolítica – Crítica – Opinión – Pensamiento

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Articulos Destacados

Ucrania: El Caballo de Troya de la OTAN

Francisco

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EP NEW YORK. | UCRANIA

Por: Nikolás Stolpking

La entrada en escena del Oreshnik, ha dejado a la OTAN, EE. UU., Unión Europea desatados; están vueltos locos. Unos están discutiendo posibles “ataques preventivos” en territorio ruso, otros están proponiendo “devolverles” a Ucrania las armas atómicas que supuestamente les fueron “arrebatadas”, otros están llamando a las empresas para que se “preparen para la guerra”, otros quieren ampliar la red de bunkers, etc. ¿Qué otros delirios tendremos que masticar?

–¡Calma! ¡Calma! ¡Que no panda el cúnico!, diría el Chapulín Colorado. Es simplemente que si sigues provocando al Oso, te va a llegar un avellano. Bien, prosigamos.

Después del lanzamiento ruso del misil balístico Oreshnik, sin carga nuclear, sobre territorio ucraniano, como respuesta a los ataques con misiles ATACMS y Storm Shadow sobre territorio ruso, uno tendería a pensar que los responsables occidentales, como mínimo, tendrían que pensarlo muy bien antes de nuevamente “autorizar” a Ucrania el lanzamiento de misiles balísticos tácticos sobre territorio ruso. Pero, como se ha visto en estos últimos días, no ha sido el caso. Y no es de extrañar, en todo caso. A EE. UU., Gran Bretaña o a la Unión Europea no les importa, en absoluto, el destino de Ucrania. Lo único que les importa  es defender los intereses del propio EE. UU.

Estamos hablando, además, de la entrada en escena de nuevas tecnologías en el campo de batalla que podrían marcar la diferencia. El Oreshnik, un misil balístico con velocidad hipersónica (3,3 a 4 km/s); puede portar ojivas nucleares; difícil de detectar e imposible de interceptar por los actuales sistemas de defensa antimisiles estacionados en Europa; y su alcance podría llegar a los 5,500 kilómetros. O sea, podría alcanzar a toda Europa en menos de 20 minutos.

Vladimir Putin fue claro al señalar que las pruebas de los nuevos sistemas de misiles en el campo militar proseguirían si la amenaza a la seguridad de Rusia persistían: “Consideramos que tenemos el derecho a utilizar nuestras armas contra objetivos militares de aquellos países que permiten el uso de sus armas contra nuestros objetivos, y en caso de una escalada de acciones agresivas, responderemos con la misma decisión y de la misma manera”.

Lo razonable, en una situación así, es que se quiera desescalar el conflicto, ¿no?, pero sucede todo lo contrario: se desea seguir escalando.

Quizá haya llegado el momento para reflexionar y aceptar la derrota de Ucrania y su titiritero (OTAN) ante la determinación de Rusia. Que podría ser muy fácil en teoría, pero que bastaría con que el titiritero empezara a abandonar a Ucrania. Pero pareciera que el Bloque Occidental Capitalista estuviera lejos de reflexionar y aceptar los nuevos cambios tectónicos que se están desarrollando en el mundo.

Proseguir la escalada, no hace más que hacer daño a la propia Ucrania, que no sabemos aún cómo habrá de quedar conformada, terminado el conflicto. Pero de que quedará más pequeña (Ucrania), quedará más pequeña.

La OTAN, lo mejor que podría hacer sería convencer a los líderes ucranianos de que al juego hay que ponerle fin; que ahora hay que conducir hacia el terreno de las negociaciones. Pero, en la práctica, vemos todo lo contrario. Pareciera que existiera más interés en proseguir el conflicto por parte de las potencias Occidentales que de la propia Ucrania.

Seguir con el juego ante el nuevo escenario es suicida. ¿Qué disparates están pensando? ¿“Entregar armas nucleares a Ucrania”? ¿“Autorizar a Ucrania más lanzamientos de misiles en territorio ruso”? ¿“Ataques preventivos sobre Rusia”? ¿“Nuevos sistemas de defensa anti-misiles”? ¿“Envío de tropas militares OTAN hacia Ucrania”? ¿Acaso no se ha entendido bien el mensaje que plantó en las cabezas el Oreshnik?

¿Cómo Rusia podría hacer entender a Occidente?

Porque pareciera que Occidente no quisiera entender la seriedad del asunto. Occidente sigue con el mismo entusiasmo, o más, como cuando comenzó a “apoyar” a Ucrania. Y Rusia sigue con la misma estrategia de la Operación Militar Especial (SVO) sobre Ucrania. Occidente y su “ayuda” a Ucrania, no tiene visos de querer parar por el momento, al contrario, tiene sumo interés porque prosiga. Porque, entiéndase bien, EE. UU. y aliados no quieren perder sus posiciones privilegiadas en el tablero.

EE. UU. y aliados (OTAN)  deberían aceptar el nuevo terreno de juego. No están para seguir jugando a escalar. Lo más razonable que pueden hacer es aceptar la nueva realidad, e incluso la disolución de la OTAN. Porque… ¿Qué razón tiene de existir una estructura político-militar al no poder brindar protección a Europa ante las nuevas tecnologías militares en manos de Rusia? El Oreshnik ha dejado a la OTAN como un chiste.

Pero la OTAN no deja de sorprender: desde el comienzo de la SVO los países que conforman la OTAN corrieron a mandar “ayuda” a Ucrania. Primero eran cosas tales como cascos y municiones, después misiles anti-tanque y misiles anti-aéreo, pero, como Ucrania poco avanzaba en el campo de batalla, la “ayuda” evolucionó a misiles tácticos de largo alcance (ATACMS), lanzacohetes múltiples HIMARS, tanques, aviones, etc. Pero como los ucranianos seguían sin avanzar significativamente en el campo de batalla y, además, se encontraron con un déficit sustancial de soldados, ¿cuál fue la idea “brillante” que se les ocurrió? Golpear e incursionar en territorio ruso; y ahora golpear con misiles ATACMS y Storm Shadow. Siendo que, estos últimos, como ya se ha señalado cientos de veces, no-pueden-ser-operados-sin-el-apoyo-de-especialistas-extranjeros (no-ucranianos).

¿Qué vendría después? La respuesta rusa: el lanzamiento del misil balístico hipersónico Oreshnik sobre un complejo militar ucraniano. Con el mensaje adjunto de que la próxima vez podría llegar más lejos y que podría llevar ojivas más dañinas si se insistiera en atacar territorio ruso con los misiles de largo alcance. ¿Cuál ha sido la respuesta de la OTAN en estos últimos días? Algo de no creer: intensificar más los ataques con sus propias armas en territorio ruso.

Acá ya no se trata de Ucrania. Ucrania pasó a ser un producto, un títere, que se sigue vendiendo en los Medios, pero que no tiene valor alguno. Ucrania simplemente se ha convertido en un caballo de Troya moderno que es arrastrado por la OTAN. Ucrania es únicamente un medio. Y Rusia lo sabe.

¿Qué mejor que instalar en el imaginario colectivo que Ucrania es un “indefenso” al cual hay que “ayudar” frente a un “invasor” gigante, “imperialista”, que quiere “expandir” su territorio? Los Medios occidentales no te dirán que la OTAN está en suelo ucraniano apretando el gatillo, te dirán que están “proporcionando instrucciones”, “proporcionando datos”, “proporcionando permiso”, “proporcionando armas para la autodefensa”.

Si Ucrania es el caballo de Troya de la OTAN, ¿por qué dejar que camine el artefacto? ¿Por qué no apagar el artefacto de una vez por todas? ¿Por qué no desarmar el artefacto, paso a paso? ¿Qué podría hacer la OTAN con un artefacto inservible?

Rusia simplemente debe ir por el caballo de Troya.

¿Qué otras sorpresas en el ámbito tecnológico-militar sacará a la luz Rusia? ¿La nueva realidad militar podrá lograr poner en pausa a Occidente?

Níkolas Stolpkin

Análisis internacional – Geopolítica – Crítica – Opinión – Pensamiento

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