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CUBA: ¡Socialismo o Muerte! , un anacronismo interminable y absurdo

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EP New York/opinión

La Revolución cubana da muestras desde hace años de una falta de perspectivas vitales que a estas alturas de la historia resulta un anacronismo histórico  interminable, inexplicable y absurdo.


 

por Ricardo Angoso

Lo interminable e inexplicable

Interminable porque sesenta años de absurda e inútil Revolución solo han conseguido la destrucción total y material de un nación arrastrada a un proceso absolutamente fracasado en todos los aspectos de la vida, pero especialmente en lo económico y en lo social. E inexplicable porque no se puede entender la estupidez y la testarudez de un régimen anclado en un modelo ineficiente, ineficaz y que ya demostró durante la larga noche comunista que también padeció Europa su absoluto fracaso y la incompetencia total a la hora de generar prosperidad, riqueza y bienestar. Los pueblos de Europa del Este y de la extinta Unión Soviética que padecieron la satrapía socialista durante décadas bien saben de ese naufragio.

Cuba, materialmente, está que se cae a pedazos. La Habana es hoy un paisaje posbélico porque en todos los rincones asoma la destrucción, la desidia, el abandono, la ruina física, la suciedad, el oxido y la miseria, como un cóctel infernal que acabó consumiendo todo y sirve de fondo a una decoración apocalíptica que no es más que la triste realidad de este socialismo surrealista, estúpido hasta la médula y fracasado. Los cubanos, como si ya no fuera con ellos está guerra y se hubieran acostumbrado a la presencia de lo absurdo, pasean como zombies por las calles ajenos al desastre y a la destrucción causada por esta guerra lanzada contra el sentido común y la inteligencia.

Ni siquiera se asombran del daño causado por la ceguera de unos dirigentes incompetentes e ineptos, sino que se muestran ausentes y distantes ante la catástrofe, como si no fuera con ellos y nada ya se pudiera hacer ante lo inevitable. Nadie entiende el absurdidad de un sistema empecinado en seguir repitiendo año tras año los mismos errores.

En este ambiente, que tiene algo de teatro u opera bufa de mal gusto, luego resuenan como una broma los eslóganes que de vez en cuando aparecen en las hediondas paredes de La Habana. “Hasta la victoria siempre”, reza un gran mural con la imagen del Che Guevara, uno de los principales “planificadores” del desastre económico en que se convirtió Cuba tras la Revolución, allá por el año 1959. Luego hay otros eslóganes no menos estúpidos como “unidos hasta la victoria” o “¡socialismo o muerte!”, una redundancia sin sentido pues ambas cosas tienen el mismo significado.

Esos eslóganes vacíos, carentes de sentido tras años de absurdos planes, rectificaciones inútiles que siempre iban por el peor de los caminos, anuncios de nuevos cambios y estrambóticas noticias sobre proyectos destinados al mar de los fracasos, ya han dejado de tener sentido entre los cubanos de a pie más preocupados de la carencia generalizada de productos básicos, especialmente alimentos que llevarse a la boca, y los incesantes cortes de los servicios fundamentales, como el agua y la luz. El internet está absolutamente restringido, claro. En los escasos supermercados cubanos no se encuentra casi nada y cuando se encuentra algo, aunque no lo necesites, hay que comprarlo porque seguramente se acabará en un rato y no volverá a aparecer con certeza en años. Eslóganes vacíos como los supermercados, palabras huecas destinadas al consumo fácil mientras los estantes llevan años sin objetos básicos. El cuentico de la Revolución cubana ya no se lo cree nadie, hace años que las fábulas revolucionarias del realismo socialista que presentaban como unos idealistas a los líderes revolucionarios de la Sierra Maestra  no cuelan ni se las traga ningún cubano en pleno juicio; nada más llegar a La Habana comenzaron los paredones de fusilamiento sin contemplaciones y las absurdas expropiaciones que llevaron al actual caos. Una pandilla de criminales que acabaron con todo soplo de libertad y democracia, como anhelaban entonces millones de cubanos que fueron absolutamente defraudados y engañados por unos dirigentes sin escrúpulos henchidos de gloria y ansias de poder.

En Cuba se ensayaron todas las fórmulas del socialismo real para destruir de una forma implacable y casi irreversible la economía.Se expropiaron todos los  negocios privados, se nacionalizaron todas las industrias, hoteles, restaurantes y hasta bares, se acabó con las propiedades agrícolas para fundar inútiles cooperativas, se pusieron restricciones a todas las formas de iniciativa privada y se ahogó cualquier forma de inversión extranjera para así, de una forma definitiva, estrangular a todo el sistema productivo y abocarlo a una suerte de socialismo desde arriba que llevó al país al colapso y a la destrucción total de la economía, tal como millones de cubanos han comprobado en estos sesenta años de tedioso comunismo y economía absurdamente planificada de la peor de las formas.

TRES MILLONES DE CUBANOS EN EL EXTERIOR

Los únicos que tuvieron suerte en Cuba fueron los que se marcharon. Lo hicieron por millones y  nunca más regresaron a la isla-prisión fundada por los doctores Castro, un experimento único en el mundo por el cual se arruina un país en unos años y se convierte en un auténtico infierno. Se calcula que hay unos tres millones de cubanos que se han marchado de la isla a través de toda suerte de medios, desde improvisados buques y naves caseras hechas a base de neumáticos o en aviones cuando participaban en viajes oficiales de todo tipo y aprovechaban la primera escala para abandonar el “paraíso socialista”. Dos terceras partes de los que se han marchado residen en el oprobioso “imperio” pero donde al menos se come, bebe, duerme y se lleva una vida tranquila alejada de los vaivenes y las pesadillas del socialismo real. Nadie regresa al infierno cubano, nadie, absolutamente nadie, lo cual dice mucho de como se debe vivir en el odiado “imperio” y como se vive en esa gran ergástula anclada en el mar Caribe que algunos todavía llaman Cuba.

Y los que no se han ido es porque no han podido o les han denegado la visa para irse al “imperio”, pero todo el mundo quiere irse y tiene la vista puesta en la otra orilla, en Florida, donde viven sus amigos o familiares que les cuentan las mil y una maravillas del “infierno” norteamericano. Les explican que allá no se va la luz, que hay agua todos los días, que los supermercados están abastecidos y abren las 24 horas del día y que incluso el internet funciona a cualquier hora sin problemas con la conexión ni restricciones. Les hablan de que llevan una vida normal, que comen tres veces al día y que no hay que hacer interminables colas para conseguir algo de comida para llevársela a la boca. Todo eso se lo cuentan en persona y los confundidos cubanos, padeciendo sesenta años esa locura, se quedan boquiabiertos y no saben qué decir. Les han repetido miles de veces  estúpidas consignas que ya nadie cree.

“¡Socialismo o muerte!” es una broma macabra ideada por un régimen que ya condenó a once millones de sufridos cubanos a la muerte en vida o irse para siempre a la otra orilla, a la del “imperio”, para al menos seguir viviendo de una forma normal. Fidel Castro, la historia nunca te absolverá, te sigue condenando día a día.


Otros temas de Ricardo angoso: Bienvenido AMLO , México lindo te espera

Agencias

Una reflexión en tiempos de tensión diplomática

Francisco

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EP NEW YORK | OPINIÓN

Por Gabriel Ángel Ardila

A propósito de la tensa relación entre Colombia y EE.UU.

Más allá del impasse:


En tiempos de tensión diplomática, cuando los titulares se centran en desacuerdos entre gobiernos, conviene recordar que las relaciones entre países no se sostienen únicamente en acuerdos políticos, sino en los vínculos humanos, culturales y académicos que se han tejido durante décadas.

En 1983, tuve el privilegio de representar a El Espectador en un programa internacional que vinculaba a la Beca Fulbright, el USDA y Columbia University. Por delegación directa de don Guillermo Cano Isaza, compartí experiencias con colegas colombianos y delegaciones de otros países, visitamos organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo, y escribimos sobre economía, cooperación y desarrollo.

Hoy, esa memoria se vuelve urgente. No solo porque los archivos que podrían respaldar eso fueron destruidos por la violencia que azotó a El Espectador, sino porque el clima actual entre Colombia y Estados Unidos amenaza con debilitar los mismos puentes que nos permitieron aprender, dialogar y crecer juntos por tanto tiempo.

No se trata de ignorar las diferencias políticas sino reconocer que los intercambios culturales y académicos —como Fulbright, las pasantías, los convenios universitarios— son espacios donde se cultiva el respeto mutuo, la comprensión profunda y la cooperación sin subordinación.

Por eso, propongo que este impasse sea una oportunidad para renovar esos lazos. Que se convoque a una mesa binacional de intercambio cultural, donde periodistas, académicos, artistas y estudiantes de ambos países puedan compartir experiencias, construir propuestas y defender el valor de la autonomía con dignidad. Es la hora de la diplomacia de verdad.

Porque si algo aprendimos en esos años —y lo seguimos aprendiendo hoy— es que el conocimiento compartido no amenaza la soberanía: ¡La fortalece!

 

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Articulos Destacados

Siria demuestra que no se puede “congelar” ningún conflicto 

Francisco

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EP NEW YORK | POLÍTICA MUNDIAL

Por: Níkolas Stolpkin

Es muy vergonzoso saber que Siria haya caído en manos de grupos terroristas de forma tan estrepitosa y dinámica (¿13 días?).

Todo indica que las fuerzas terroristas se harán del control de todo o de gran parte del territorio sirio, y que sus enemigos serán Irán y el Líbano. Y ya podemos imaginar quiénes serán sus “amigos” (Israel, Turquía, Gran Bretaña, y no extrañaría también EE. UU.).

Lo irónico de todo es que los Grandes Medios Occidentales que mucho antes vendían a estos grupos como “terroristas”, ahora se venden como fuerzas “rebeldes” o “revolucionarias”; incluso ahora venden a su líder como un líder “moderado”, para de alguna forma sentir cierta simpatía por haber sacado al “dictador” Bashar al-Assad de Siria.

Los Grandes Medios Occidentales sabían de antemano que su líder Al Jawlani estuvo en Al Qaeda, ISIS, Jabhat al-Nusra y que EE. UU. todavía ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por su captura.

O sea, estamos ante una fuerza “rebelde” (Hayat Tahrir al-Sham) que tiene su origen en Al Qaeda, bajo el nombre de Jabhat al-Nusra. Y que más encima, el que fuera líder de ISIS o Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, participó en su creación.

Hay muchas interrogantes que con el tiempo podrán esclarecerse.
¿Una toma del poder sin armas pesadas, únicamente con armas ligeras y camionetas? ¿Una toma del poder con nula o débil resistencia siria?

¿Estamos ante un fracaso significativo de la política exterior rusa?
¿Serán atacadas en algún momento las bases militares rusas instaladas en Siria? ¿Cuál será el futuro de las bases militares rusas asentadas en Siria? ¿Por cuánto tiempo se podrá “garantizar la seguridad” (por parte de los “rebeldes” sirios) de las bases militares rusas y sus instituciones diplomáticas en Siria?

Todavía no se puede calcular las consecuencias geopolíticas que habrán en la región tras la caída de Siria en manos de los grupos terroristas.

La caída de Bashar al-Assad en Siria es un duro golpe a la resistencia contra Israel en la región. E indudablemente Israel será el más beneficiado.

Una Siria que ya no será anti-imperialista, ni anti-sionista, nos puede dar una idea de lo que habrá de significar para los movimientos de resistencia tales como el Hezbollah en el Líbano y Hamas en Gaza (Palestina).

No hay que olvidar que Siria era el puente que había entre Irán y las resistencias del Hezbollah y Hamas.

¿EE. UU., Israel, Turquía, Gran Bretaña, prestarán “ayuda” al nuevo gobierno que se forme en Siria?
¿EE. UU. retirará la recompensa por la captura de Al Jawlani, líder de los “rebeldes”?

Donald Trump, el nuevo presidente de EE. UU. que está pronto a asumir, ha declarado que EE. UU. no debería tener nada que ver con lo que está aconteciendo en Siria. Y aún así, la presente administración ha llevado a cabo una “docena de ataques aéreos de precisión” contra campamentos de ISIS en el centro de Siria, como lo ha informado, ahora último, las Fuerzas del Comando Central de EE. UU. (CENTCOM).
Incluso Joe Biden, presidente saliente de EE. UU., señaló que EE. UU. “trabajará con todos los grupos en Siria”, e incluso a través de un proceso liderado por la ONU, como garantía para la transición del poder.

¿Estamos ante un simulacro de lo que podría pasar en Ucrania con aquello de “congelar” el conflicto?
¿Podría ser Siria un punto clave, a largo plazo, para el paso de gasoductos que puedan llegar a Europa, desde el Golfo Pérsico?

¿Qué posibilidades reales podría tener Siria de terminar balcanizada?
¿Podrían aparecer nuevos grupos “rebeldes” que se quieran disputar el poder en Siria?
¿El nuevo gobierno que se forme en Siria tendrá que tener ayuda o relaciones con otros países para hacer andar su economía? ¿Qué países podrían ir en su ayuda?

Ya se está informando de una “escasez aguda de medicamentos”… ¿Qué otras cosas podrían escasear? Todo está por verse.

Pero Rusia debe tomar nota de lo que está ocurriendo: no se puede “congelar” ningún conflicto.

Níkolas Stolpkin

Columnista EP New York

Análisis internacional – Geopolítica – Crítica – Opinión – Pensamiento

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Articulos Destacados

Ucrania: El Caballo de Troya de la OTAN

Francisco

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EP NEW YORK. | UCRANIA

Por: Nikolás Stolpking

La entrada en escena del Oreshnik, ha dejado a la OTAN, EE. UU., Unión Europea desatados; están vueltos locos. Unos están discutiendo posibles “ataques preventivos” en territorio ruso, otros están proponiendo “devolverles” a Ucrania las armas atómicas que supuestamente les fueron “arrebatadas”, otros están llamando a las empresas para que se “preparen para la guerra”, otros quieren ampliar la red de bunkers, etc. ¿Qué otros delirios tendremos que masticar?

–¡Calma! ¡Calma! ¡Que no panda el cúnico!, diría el Chapulín Colorado. Es simplemente que si sigues provocando al Oso, te va a llegar un avellano. Bien, prosigamos.

Después del lanzamiento ruso del misil balístico Oreshnik, sin carga nuclear, sobre territorio ucraniano, como respuesta a los ataques con misiles ATACMS y Storm Shadow sobre territorio ruso, uno tendería a pensar que los responsables occidentales, como mínimo, tendrían que pensarlo muy bien antes de nuevamente “autorizar” a Ucrania el lanzamiento de misiles balísticos tácticos sobre territorio ruso. Pero, como se ha visto en estos últimos días, no ha sido el caso. Y no es de extrañar, en todo caso. A EE. UU., Gran Bretaña o a la Unión Europea no les importa, en absoluto, el destino de Ucrania. Lo único que les importa  es defender los intereses del propio EE. UU.

Estamos hablando, además, de la entrada en escena de nuevas tecnologías en el campo de batalla que podrían marcar la diferencia. El Oreshnik, un misil balístico con velocidad hipersónica (3,3 a 4 km/s); puede portar ojivas nucleares; difícil de detectar e imposible de interceptar por los actuales sistemas de defensa antimisiles estacionados en Europa; y su alcance podría llegar a los 5,500 kilómetros. O sea, podría alcanzar a toda Europa en menos de 20 minutos.

Vladimir Putin fue claro al señalar que las pruebas de los nuevos sistemas de misiles en el campo militar proseguirían si la amenaza a la seguridad de Rusia persistían: “Consideramos que tenemos el derecho a utilizar nuestras armas contra objetivos militares de aquellos países que permiten el uso de sus armas contra nuestros objetivos, y en caso de una escalada de acciones agresivas, responderemos con la misma decisión y de la misma manera”.

Lo razonable, en una situación así, es que se quiera desescalar el conflicto, ¿no?, pero sucede todo lo contrario: se desea seguir escalando.

Quizá haya llegado el momento para reflexionar y aceptar la derrota de Ucrania y su titiritero (OTAN) ante la determinación de Rusia. Que podría ser muy fácil en teoría, pero que bastaría con que el titiritero empezara a abandonar a Ucrania. Pero pareciera que el Bloque Occidental Capitalista estuviera lejos de reflexionar y aceptar los nuevos cambios tectónicos que se están desarrollando en el mundo.

Proseguir la escalada, no hace más que hacer daño a la propia Ucrania, que no sabemos aún cómo habrá de quedar conformada, terminado el conflicto. Pero de que quedará más pequeña (Ucrania), quedará más pequeña.

La OTAN, lo mejor que podría hacer sería convencer a los líderes ucranianos de que al juego hay que ponerle fin; que ahora hay que conducir hacia el terreno de las negociaciones. Pero, en la práctica, vemos todo lo contrario. Pareciera que existiera más interés en proseguir el conflicto por parte de las potencias Occidentales que de la propia Ucrania.

Seguir con el juego ante el nuevo escenario es suicida. ¿Qué disparates están pensando? ¿“Entregar armas nucleares a Ucrania”? ¿“Autorizar a Ucrania más lanzamientos de misiles en territorio ruso”? ¿“Ataques preventivos sobre Rusia”? ¿“Nuevos sistemas de defensa anti-misiles”? ¿“Envío de tropas militares OTAN hacia Ucrania”? ¿Acaso no se ha entendido bien el mensaje que plantó en las cabezas el Oreshnik?

¿Cómo Rusia podría hacer entender a Occidente?

Porque pareciera que Occidente no quisiera entender la seriedad del asunto. Occidente sigue con el mismo entusiasmo, o más, como cuando comenzó a “apoyar” a Ucrania. Y Rusia sigue con la misma estrategia de la Operación Militar Especial (SVO) sobre Ucrania. Occidente y su “ayuda” a Ucrania, no tiene visos de querer parar por el momento, al contrario, tiene sumo interés porque prosiga. Porque, entiéndase bien, EE. UU. y aliados no quieren perder sus posiciones privilegiadas en el tablero.

EE. UU. y aliados (OTAN)  deberían aceptar el nuevo terreno de juego. No están para seguir jugando a escalar. Lo más razonable que pueden hacer es aceptar la nueva realidad, e incluso la disolución de la OTAN. Porque… ¿Qué razón tiene de existir una estructura político-militar al no poder brindar protección a Europa ante las nuevas tecnologías militares en manos de Rusia? El Oreshnik ha dejado a la OTAN como un chiste.

Pero la OTAN no deja de sorprender: desde el comienzo de la SVO los países que conforman la OTAN corrieron a mandar “ayuda” a Ucrania. Primero eran cosas tales como cascos y municiones, después misiles anti-tanque y misiles anti-aéreo, pero, como Ucrania poco avanzaba en el campo de batalla, la “ayuda” evolucionó a misiles tácticos de largo alcance (ATACMS), lanzacohetes múltiples HIMARS, tanques, aviones, etc. Pero como los ucranianos seguían sin avanzar significativamente en el campo de batalla y, además, se encontraron con un déficit sustancial de soldados, ¿cuál fue la idea “brillante” que se les ocurrió? Golpear e incursionar en territorio ruso; y ahora golpear con misiles ATACMS y Storm Shadow. Siendo que, estos últimos, como ya se ha señalado cientos de veces, no-pueden-ser-operados-sin-el-apoyo-de-especialistas-extranjeros (no-ucranianos).

¿Qué vendría después? La respuesta rusa: el lanzamiento del misil balístico hipersónico Oreshnik sobre un complejo militar ucraniano. Con el mensaje adjunto de que la próxima vez podría llegar más lejos y que podría llevar ojivas más dañinas si se insistiera en atacar territorio ruso con los misiles de largo alcance. ¿Cuál ha sido la respuesta de la OTAN en estos últimos días? Algo de no creer: intensificar más los ataques con sus propias armas en territorio ruso.

Acá ya no se trata de Ucrania. Ucrania pasó a ser un producto, un títere, que se sigue vendiendo en los Medios, pero que no tiene valor alguno. Ucrania simplemente se ha convertido en un caballo de Troya moderno que es arrastrado por la OTAN. Ucrania es únicamente un medio. Y Rusia lo sabe.

¿Qué mejor que instalar en el imaginario colectivo que Ucrania es un “indefenso” al cual hay que “ayudar” frente a un “invasor” gigante, “imperialista”, que quiere “expandir” su territorio? Los Medios occidentales no te dirán que la OTAN está en suelo ucraniano apretando el gatillo, te dirán que están “proporcionando instrucciones”, “proporcionando datos”, “proporcionando permiso”, “proporcionando armas para la autodefensa”.

Si Ucrania es el caballo de Troya de la OTAN, ¿por qué dejar que camine el artefacto? ¿Por qué no apagar el artefacto de una vez por todas? ¿Por qué no desarmar el artefacto, paso a paso? ¿Qué podría hacer la OTAN con un artefacto inservible?

Rusia simplemente debe ir por el caballo de Troya.

¿Qué otras sorpresas en el ámbito tecnológico-militar sacará a la luz Rusia? ¿La nueva realidad militar podrá lograr poner en pausa a Occidente?

Níkolas Stolpkin

Análisis internacional – Geopolítica – Crítica – Opinión – Pensamiento

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