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Blog de Sucesos y Noticias

Colombia está en riesgo de convertirse en un Estado Fallido: J.J. Uscatégui

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ENTREVISTA A JOSE JAIME USCATÉGUI

CANDIDATO DEL CENTRO DEMOCRÁTICO A LA CAMARA

El relevo generacional de Uribe

por Ricardo Angoso

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Por ser hijo del General Uscatégui, encarcelado durante muchos años por delitos que siempre negó, su hijo José Jaime Uscatégui se acabó convirtiendo en un activista político y con un solo objetivo: defender a los militares condenados en  causas supuestamente injustas. Se encadenó en instituciones, se manifestó ante Casa Nariño y luchó por defender sus ideas en las calles.

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Ahora, tras haber abandonado las filas del Partido Conservador, se presenta por segunda vez a las elecciones como candidato a la Cámara de Representantes por el Centro Democrático. Es joven, suficientemente preparado y vehemente en sus convicciones. Al igual que otros candidatos jóvenes de esa formación, como Iván Duque, se nos presenta como el relevo generacional del uribismo. [/one_half_last]


   

“La gente percibe a los políticos como una elite corrupta”

“Colombia está en riesgo de convertirse en otro país más a añadir a la larga lista de Estados fallidos”

“Petro fue un mal alcalde y, además, tiene un carácter muy autoritario” : José Jaime Uscatégui


Ricardo Angoso: ¿Como te recibe la gente, cómo percibes el ambiente hacia el Centro Democrático?

Jaime Uscatégui:Hay un buen ambiente con el Centro Democrático, somos muy bien recibidos en casi todos los lugares. Se ve gente apasionada y también contrariada. No hay un punto medio pero al menos la gente reconoce que nuestro partido ha sido el único en la oposición y que la ha ejercido con seriedad durante los últimos años, y que gracias al Centro Democrático no se le han hecho mayores concesiones a la guerrilla, que ya de por sí fueron muchas. A merced de la labor de oposición liderada por el expresidente Alvaro Uribe en las instituciones de la República se consiguieron poner freno a muchas de las demandas que la guerrilla presentaba durante las negociaciones con el gobierno. Sí me preocupa de estas elecciones que uno observa que a nivel de calle haya un ambiente similar al que podía haber en Venezuela en los años 1998 y 1999, con un desencanto claro hacia la clase política, y que nos perciban a los políticos como una elite corrupta. Y ahí es donde uno trata de llegar con una cara nueva, sin  experiencia apenas, para decirle a la gente que no todos somos iguales y que queremos hacer la diferencia con respecto a esa clase política en Colombia y también en Bogotá.

R.A.:¿Cuál es el elemento diferenciador del Centro Democrático con respecto a los demás partidos?

J.U.: Creo que hay historias de vida muy distintas a las de otros partidos. En mi caso, yo soy el hijo del General Uscatégui, un militar perseguido y encarcelado durante 16 años y sometido a un trato muy injusto. La gente ha reconocido esa injusticia y tanto la izquierda como la derecha colombiana se han manifestado acerca de la injusticia manifiesta en este caso. Yo trato de llegar a la política con mis historias de vida, mi juventud, con mi preparación y me parece que es una buena combinación ese valor nuevo, como puede ser el caso del candidato presidencial Iván Duque, con las ideas de toda la vida del Centro Democrático, como son la seguridad democrática y la confianza inversionista, por citar tan sólo algunos valores. Esos candidatos nuevos, jóvenes, recién llegados a la política, creo que aportan un aire fresco al Centro Democrático. Se está dando el necesario relevo generacional en el partido de Uribe.

IVÁN DUQUE VS. GUSTAVO PETRO

R.A.:¿Cómo percibes el temor que se ve en los votantes de centro derecha la posibilidad de que Petro llegue al poder y se repita el mismo esquema que en en Venezuela? ¿Es real esa amenaza o inventada?

J.U.:Evidentemente, ese temor está ahí, especialmente entre los bogotanos que pudimos comprobar de primera mano el carácter autoritario de Petro. Todo lo quería hacer a la fuerza y sin contar con la institucionalidad. Entonces, indiscutiblemente, vemos con incertidumbre que Petro aparezca bien situado en las encuestas. Yo contra Petro no tengo nada, incluso creo que fue un buen Senador de la República, pero pienso que como todos los hombres con responsabilidades de la izquierda, en general, son unos malos administradores, pésimos gerentes, y eso es lo que nos aterra: que una persona autoritaria y mal administrador llegue a la Casa de Nariño,  a la presidencia de la República. Sobre todo porque ese escenario se da en un momento de confusión y en donde las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ocupan importantes espacios de poder. Creo que hay muchos intereses y muchos líderes interesados en pescar en río revuelto para favorecer sus demandas.

R.A.: ¿No crees que el escenario colombiano es muy parecido al venezolano en el sentido de que la oligarquía de este país está favoreciendo unos políticas que por acción u omisión pueden precipitar un ascenso al poder del populismo?

J.U.: Tenemos un espejo retrovisor como el de Venezuela. Chávez incluso fue amnistiado y luego aupado al poder porque nadie hizo nada para evitarlo. Y esa historia terminó con el fatal desenlace que todos conocemos. La oligarquía colombiana, bogotana para más señas, anda muy confiada en que unos perfiles como Fajardo y Petro pueden ser interesantes, alternativos y un aire fresco al ambiente del país. Se ha creado un clima de corrupción generalizada y gasto desmesurado al que se le vienen a unir unos inmensos impuestos porque hace falta dinero. La gente se está cansando de ese modelo y busca salidas nuevas, un verdadero peligro. 

Nosotros, desde el Centro Democrático, sí creemos que hay una amenaza castrochavista aunque nos intenten caricaturizar. Pero mire, ese peligro es real y se manifiesta todos los días cuando uno ve a miles de venezolanos llegando sin nada a nuestras fronteras. La amenaza existe y es latente, pese a que en el continente está cambiando el peligro sigue presente. Tenemos a las FARC, financiadas con dineros del narcotráfico, y un país donde el rey de la política es el dinero, muchas veces procedente de negocios ilícitos. Es difícil hacer política en este país sin dinero. Tienen más facilidades, claramente, los que tienen el dinero ilícito que los que nos presentamos con otras credenciales, como es mi caso, con un simple cartel y con una trayectoria sin mácula de duda.

R.A.:No crees que si gana Iván Duque, ¿la herencia que recibirá el próximo presidente está envenenada?

J.U.:Claro que sí. Nos pidieron que en nombre la paz nos tragáramos muchos sapos, pero son sapos envenenados. Tenemos un grupo, las FARC, con mucho dinero ilícito y sin ni siquiera haber pedido perdón a las víctimas. Efectivamente, vamos tener muchos retos, sobre todo en materia de seguridad, en el asunto de la inmigración venezolana, que se está desbordando, y en muchas más materias. Están llegando de Venezuela las personas con menos recursos y  llegan en un momento difícil para nuestro país. No quiero estigmatizar a nuestros hermanos venezolanos pero estos problemas aparecerán pronto como fruto de todo lo que está ocurriendo en la vecina Venezuela. Antes ellos recibían a los colombianos y ahora la situación es a la inversa. El país está en un trance difícil, endeudado en todos los sentidos por un proceso de paz llevado a cabo de una forma deficiente. Todo ha ido a peor. Las cargas tributarias son altísimas, el hampa se ha tomado las calles de Bogotá y el panorama económico es incierto. Pero esa inseguridad pública de la que hablo se extendió por todo el país. Bogotá y otras ciudades necesitan más policías. Hacen fatal más recursos en inteligencias y más gastos en cámaras. El país no va bien y hace falta cambiar el rumbo. Colombia está en riesgo de convertirse en otro país más a añadir a la larga lista de Estados fallidos.

LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN

R.A.: La corrupción es uno de los graves problemas del país, ¿que medidas tomarías para afrontarla?

J.U.:Ese cáncer de la corrupción  indiscutiblemente ya hizo metástasis y ha hecho mella en todos los niveles institucionales. No hay rama del poder público que no sea ajena a esa lacra de la corrupción. Ahora estalló el escándalo del cartel de la toga. Hay que implementar varias medias de choque, como vetar a los concursos públicos a las personas que se hallan visto inmersas en casos probados de corrupción e incluso ir más allá como crear un estado de conmoción interna que congele salarios públicos y otras medidas excepcionales. Por ejemplo, otra buena medida sería revisar las cuentas de algunos funcionarios en el interior de Colombia y también en el exterior. Creo que hay que conseguir identificar donde se escapan los dineros públicos y hacia donde van. Pero, considero que el aspecto fundamental es el control de las campañas electorales, pues es el epicentro de la corrupción. Las campañas cuestan miles de millones y ya se sabe como la recuperan algunos políticos: a través de contratos y prácticas malsanas. Mientras no resolvamos el tema de las campañas electorales y su control, no se resolverá seguramente el problema de la corrupción en Colombia. Mi compromiso es que vengo con las manos limpias y me quiero ir sin la esclavitud de deber nada a nadie y hacer bien mi trabajo. Yo tengo pánico a tomarme un peso de origen ilícito. 

R.A.:Parece que el proceso de paz es irreversible llegue quien llegue al poder, ¿no cree?

J.U.:Tengo el sentir de que el proceso es irreversible y quiero que sea así a pesar de que todavía no haya concluido con la verdadera desmovilización plena de todos los grupos ilegales y de los carteles de la droga. A pesar de esos elementos negativos, quiero creer que estamos mejor que antes. Lamento que nos dijeran que iban a desaparecer las FARC pero que sigan ahí, con sus siglas, como una afrenta a las víctimas, pavoneándose por todo el país. Creo que las concesiones a la guerrilla fueron muy altas en las negociaciones a cambio de tan poco, de tal forma que otros grupos, como el ELN, pueden estar tentados de ir a un proceso parecido exigiendo al Estado demandas inadmisibles. Eso no se debe admitir, no es el camino para construir la paz. Se creó un precedente que no constituye el mejor ejemplo. También creo que algunos puntos de los acuerdos con las FARC deberían ser revisables, sobre todo los relativos a la justicia, y que algunas personas vayan a recibir el título de congresistas sin haber pagado un solo día de condena ni cárcel. Tenemos que darles un ultimátum para que no sigan negociando sobre la sangre de nuestras víctimas, de nuestros policías y uniformados. Y, en ese sentido, creo que solamente el Centro Democrático puede garantizar un juego limpio en unas negociaciones futuras. Ya nadie cree a Santos o a otros partidarios de unas negociaciones sin condiciones con los grupos armados.

R.A.:Hablamos antes que la política está desacreditada a nivel global, ¿qué reformas en el sistema político colombianos introducirías para que los colombianos vuelvan a creer en la política en la que ahora no creen?

J.U.: Pienso como Churchill que la democracia es el peor de todos los sistemas políticos, con excepción de todos los sistemas políticos restantes. No tenemos otro modelo mejor que el democrático para gobernarnos y mientras no haya otras alternativas tendremos que seguir trabajando con las reglas de juego actuales. Tendrán que mejorar las normas. Los partidos políticos siguen siendo los negociadores entre los ciudadanos y el Estado. Habrá que impulsar reformas profundas en el sistema político, eso sí creo, pero no soy partidario ni veo necesaria una asamblea constituyente en Colombia porque el ambiente está muy caldeado y turbio. Tiene que haber reformas políticas, que pienso son necesarias, como las listas cerradas y el financiamiento estatal de las campañas electorales, para que no se corrompa la política. Quizá el voto obligatorio para que las condiciones sean más equitativas y se forje una conciencia ciudadana sería también una buena medida. Todos los votos no se pueden comprar, el sistema sería más limpio. Tenemos que tomar medidas sobre todo en lo relativo a las listas cerradas, campañas electorales y el voto obligatorio. Es necesaria una nueva cultura de ciudadanía que tenga otra relación con la política, una suerte de pacto en lo fundamental  del que hablaba Alvaro Gómez. Hace falta más transparencia, un liderazgo más limpio y ajeno a los viejos usos políticos que hasta ahora han imperado en el país.

R.A.:¿Qué puedes aportar en lo personal en el legislativo, qué ideas y proyectos tienes para llevar a la Cámara?

J.U.: Tengo varias. Por mi trayectoria y experiencia, me quiero dedicar y trabajar para que la Fuerza Pública en Colombia esté bien dotada, formada, preparada y cuente con los medios suficientes. También tengo la idea de una Ley de Veteranos para el país. Quiero trabajar por la Fuerza Pública en Colombia porque así se mejorará la seguridad en nuestras calles y en nuestras ciudades, que requieren soluciones prácticas. Quiero trabajar por los emprendedores y para crear empresa en Colombia, que es una labor de valientes en este país. Los empresarios tienen que ver al Estado como un aliado en sus quehaceres productivos y no como un obstáculo, tal como ocurre ahora. Los tributos ahora son muy elevados y hay que trabajar por unos impuestos justos y equitativos. Otra medida importante es el sistema de  pensiones, yendo más allá del discurso tradicional sobre la familia que luego no se traduce en medias concretas en favor de la institución. Pero mis principales aportes caminarán sobre dos ejes: emprendimiento y seguridad. 


Ricardo Angoso , analista y profundo conocedor de la política internacional.

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Agencias

Corte Suprema de EE.UU. pone fin a TPS para venezolanos

Francisco

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EP NEW YORK | FL NEWS | TPS

El 19 de mayo , la Corte Suprema permitió al gobierno de Donald Trump retirar, por el momento, la protección a casi 350.000 migrantes venezolanos a los que se había permitido permanecer en Estados Unidos sin riesgo de deportación en virtud de un programa conocido como Estatus de Protección Temporal.

La escueta orden de la corte no estaba firmada ni explicaba sus razones, algo habitual cuando los jueces se pronuncian sobre solicitudes de emergencia. No se incluyó el conteo de votos, aunque la jueza Ketanji Brown Jackson señaló que habría denegado la solicitud del gobierno.

Los jueces anunciaron que permitirían que el gobierno de Trump pusiera fin a las protecciones hasta que se apelara el caso, lo que potencialmente podría permitirle continuar con las deportaciones. Sin embargo, los jueces también aclararon que mantendrían la capacidad de los migrantes de presentar recursos legales en algunas instancias, como si el gobierno intentaba cancelar sus permisos de trabajo.

En un caso distinto, los jueces criticaron el viernes al gobierno de Trump por tratar de dar solo un día de notificación a un grupo diferente de migrantes venezolanos en Texas que había estado tratando de deportar con los poderes expansivos de la Ley de Enemigos Extranjeros, una legislación de tiempos de guerra del siglo XVIII. La gestión de Trump ha acusado a ese grupo de migrantes de ser miembros de la violenta banda Tren de Aragua.

La orden del lunes afecta a un grupo mucho más amplio de venezolanos que viven actualmente en Estados Unidos de forma legal bajo los términos de un programa de la era Biden.

La corte ha visto inundada con solicitudes derivadas del bombardeo de órdenes ejecutivas del presidente Trump, muchas de ellas buscando suspender o limitar fallos de tribunales que bloquean la agresiva agenda del gobierno, especialmente en materia de migración.

Ahilan Arulanantham, un abogado que representa a los migrantes que desafían al gobierno de Trump, calificó la decisión de la corte de “en verdad terrible”, especialmente porque fue anunciada “en una orden de dos párrafos sin ningún razonamiento”.

“Se trata de la mayor acción individual de privación de la condición de migrante a un grupo de no ciudadanos en la historia moderna de Estados Unidos”, dijo Arulanantham. “El impacto humanitario y económico de la decisión de la corte se sentirá de inmediato, y repercutirá por generaciones”.
<span;>Este caso comenzó en febrero, cuando Kristi Noem, la secretaria de Seguridad Nacional, puso fin a una prórroga de 18 meses del Estatus de Protección Temporal que el gobierno de Joe Biden había concedido a los venezolanos. Las personas afectadas por el cambio presentaron una demanda, alegando que la medida violaba los procedimientos administrativos y estaba motivada por prejuicios raciales.

En marzo, el juez Edward M. Chen, del Tribunal Federal de Distrito de San Francisco, bloqueó los esfuerzos del gobierno por eliminar las protecciones mientras el caso avanzaba. Dijo que los demandantes habían demostrado que tenían probabilidades de éxito al demostrar que las acciones de Noem “no estaban autorizadas por la ley, eran arbitrarias y veleidosas, y estaban motivadas por una animadversión inconstitucional”.

Chen consideró que poner fin a la iniciativa causaría daños irreparables “a cientos de miles de personas cuyas vidas, familias y medios de subsistencia resultarían gravemente trastornados, costaría a Estados Unidos miles de millones en actividad económica y perjudicaría la salud y la seguridad públicas en comunidades de todo el país”.

El Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de Estados Unidos rechazó la petición del gobierno de suspender el fallo de Chen.

El programa de Estatus de Protección Temporal, promulgado por el Congreso y convertido en ley por el presidente George H. W. Bush, permite a los migrantes de naciones que han sufrido desastres nacionales, conflictos armados u otras inestabilidades extraordinarias vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos.

Trump ha intentado poner fin a las protecciones del programa, en un intento de cumplir su promesa electoral de deportar a millones de migrantes. Sus esfuerzos pretendían cancelar las protecciones para casi 350.000 personas a principios de abril, y para cientos de miles más a finales de este año.

En la solicitud de emergencia hecha por el gobierno, D. John Sauer, el procurador general, escribió que la ley por la que se creó el programa prohibía expresamente que los tribunales cuestionaran las decisiones del poder ejecutivo. Una disposición de la ley decía que no había “revisión judicial de ninguna determinación” relativa a “la designación o la terminación o prórroga de una designación de un Estado extranjero”.

Los abogados de los impugnadores respondieron que la ley que creó el programa limitaba estrictamente las terminaciones anticipadas de las protecciones, y añadieron que la acción de Noem no estaba autorizada por la ley. “En ninguna parte de la ley se concede a la secretaria autoridad para anular o rescindir una prórroga”, escribieron.
Añadieron que el planteamiento de Sauer “dejaría a los tribunales federales sin poder para detener incluso acciones flagrante e ilegalmente arbitrarias de las agencias, ya sea para restringir el Estatus de Protección Temporal o para ampliarlo”.

La Corte Suprema ha recibido otras solicitudes de emergencia relacionadas con las políticas migratorias de Trump. En una de ellas, el gobierno pidió a los jueces que le permitieran seguir adelante con un plan para revocar las protecciones contra la deportación de migrantes de cuatro países en crisis, en virtud de un programa conocido como libertad condicional humanitaria.

En otra, la corte ordenó al gobierno que facilitara el regreso de Kilmar Armando Abrego Garcia, quien había sido enviado por error a El Salvador, donde aún permanece.

Agencias

 

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Agencias

humildad y sencillez sobre el privilegio , legados de Mujica destaca la ONU

Francisco

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EP NEW YORK | FLORIDA NEWS | LATINOAMÉRICA

Guterres recuerda a un Mujica que gobernó con humildad y sencillez sobre el privilegio

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, lamentó este martes la muerte del expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica, de quien destacó su forma de gobernar “con humildad, eligiendo la sencillez sobre el privilegio”.

“Será recordado no solo por su firme compromiso con la justicia social, la igualdad y la solidaridad, sino también por la forma profundamente humana en que encarnó esos valores”, aseguró en un comunicado Guterres.

“Gobernó con humildad, eligiendo la sencillez sobre el privilegio, y nos recordó -con sus palabras y su ejemplo- que el poder debe ejercerse con responsabilidad y compasión”, añadió.

Guterres también destacó que como líder latinoamericano, “defendió el diálogo y el multilateralismo, encarnando los valores que están en el corazón de la Carta de las Naciones Unidas y aportando su autoridad moral a la causa de la paz y los derechos humanos”.

Mujica, que presidió Uruguay entre 2010 y 2015, falleció este martes a los 89 años en Montevideo, un año después de que le descubrieran un tumor maligno en el esófago.

EFE

 

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Agencias

Fin del “romance político” de Trump y Musk

Francisco

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EP NEW YORK | FLORIDA NEWS| EE.UU.

La asociación entre el presidente de Estados Unidos y el hombre más rico del mundo está terminando. Hay un claro perdedor en la ruptura de este romance, y es Elon Musk.

Cayó en desgracia con tanta facilidad como ascendió. Como un Ícaro barato, se arriesgó demasiado, nunca entendió los riesgos y voló demasiado cerca del Sol. Envuelto en el halo de su superestrellato en las redes sociales, se cegó ante la realidad de su situación hasta que fue demasiado tarde.

Musk ya firmó varios contratos federales lucrativos y podría conseguir muchos más, pero abandona Washington con su reputación de genio en todos los frentes —una reputación en la que confiaba para aumentar la cotización de las acciones de su empresa y conseguir inversores para sus ideas ambiciosas— seriamente dañada. En su momento fue comparado con el superhéroe de Marvel Tony Stark, ahora es cada vez más impopular. Muchos de los que solían ser propietarios orgullosos de sus coches eléctricos Tesla los están vendiendo o pegando notas de disculpas en sus parachoques. Las ventas han caído.

Musk no es el primer empresario rico que se traslada a Washington: los millonarios de la >Gilded Age< o Edad Dorada, sombrero de copa en mano, se concentraban en ganar el favor del Senado, donde se hacían las leyes y se determinaban los aranceles. Con la economía en crisis, el >New Deal< y la llegada de una guerra mundial, la Casa Blanca empezó a desempeñar un papel mucho más importante en la dirección de la economía, y los hombres de negocios le prestaron más atención. Decenas de esos millonarios llegaron a la capital; otros se incorporaron al gabinete. Sin embargo, con independencia de cuándo o en qué puesto trabajaran, se regían por las normas de Washington, asumiendo responsabilidades bien definidas y limitadas y, en su mayor parte, permaneciendo fuera de la vista del público.

Musk rompió con esa tradición. Nadie iba a callarlo ni controlarlo. Estaba en la Casa Blanca con su hijo de 4 años a hombros, en el escenario de un mitin de la Conferencia de Acción Política Conservadora para promover su cruzada de reducción de costos con una motosierra. Él y sus ayudantes del Departamento de Eficiencia Gubernamental sembraron el caos en Washington al bloquear los sistemas informáticos de funcionarios, acceder a datos personales de ciudadanos privados e identificar a empleados públicos que consideraban prescindibles.

Al inicio, el presidente Donald Trump pareció respaldar todas las medidas de reducción de costos de su asesor poco ortodoxo y en las redes sociales declaró que él y su gabinete estaban “EXTREMADAMENTE FELICES CON ELON”. Pero entonces Musk violó la regla cardinal de Trumplandia al atreverse a criticar las políticas y los nombramientos del presidente, no solo una o dos veces, sino, notablemente, de manera consistente.

Usó su plataforma X para burlarse de un anuncio de la Casa Blanca según el cual Sam Altman, el directivo de inteligencia artificial más importante y su archienemigo, y otros iban a invertir 100.000 millones de dólares en centros de datos y en generar la electricidad necesaria para alimentar los programas de IA. Musk dijo en una entrevista que el Seguro Social era “el mayor esquema Ponzi de todos los tiempos”, ignorando el hecho de que el presidente se había comprometido a no recortar ese gasto. Incluso discrepó del triunfal anuncio del “Día de la Liberación” de Trump sobre nuevos y radicales aranceles.

Sus ataques y su falta de remordimiento al recortar de manera drástica el gasto federal y despedir a decenas de miles de empleados públicos erosionaron su popularidad. Enfureció a miembros del gabinete al criticarlos en público, desacatar su autoridad y al negarse a reconocer la cadena de mando de la Casa Blanca.

Su reinado llegó a su fin el Día de los Inocentes, cuando los 20 millones de dólares que donó para elegir a un republicano respaldado por Trump para un puesto vacante en la Corte Suprema de Wisconsin resultaron contraproducentes al animar a ir a las urnas a más demócratas que republicanos. Ya no era posible ignorar la realidad de que el hombre más rico del mundo se había convertido en un lastre político. Al día siguiente de la debacle de Wisconsin, Politico informó que el presidente había “comunicado a su círculo íntimo” que Musk “se retiraría en las próximas semanas de su cargo actual”. A mediados de abril, Trump sugirió el cada vez menor aprecio a Musk cuando sustituyó a su elección para comisionado en funciones del IRS por el candidato favorito del secretario del Tesoro, Scott Bessent.

El 22 de abril, Musk anunció que iba a reducir su trabajo en el gobierno para poder dedicar más tiempo a Tesla, que para entonces tenía tantos problemas que surgieron informes de que el consejo estaba considerando sustituirlo como director ejecutivo. (La empresa negó la afirmación). La realidad que golpeó las encuestas de Wisconsin golpeó aún más a su empresa automovilística: las ventas cayeron un 20 por ciento en el primer trimestre de 2025 en comparación con el año anterior; las ganancias cayeron un 70 por ciento. El llamativo y poco práctico Cybertruck que había ensalzado resultó ser un fracaso. Mientras tanto, Tesla está perdiendo con rapidez una parte del mercado frente al fabricante chino BYD y otros fabricantes establecidos de automóviles.

Eso no quiere decir que los demás intereses empresariales de Musk —en particular su empresa de lanzamiento de cohetes, SpaceX, y su unidad de satélites, Starlink— estén siendo afectados. SpaceX está a punto de ganar miles de millones de dólares con contratos gubernamentales. El gobierno de Trump ya ha despejado el camino para que Starlink pueda optar al estímulo gubernamental de 42.000 millones de dólares a la conexión de banda ancha rural e incluso ha animado a otros países deseosos de reducir los aranceles estadounidenses a hacer negocios con Starlink. Pero lo más probable es que tales ayudas se hubieran producido si Musk no se hubiera unido al gobierno de Trump.

La lección que hay que aprender aquí es que en el sistema de gobierno estadounidense no hay lugar para un copresidente no elegido. Aunque las elecciones suelen dar resultados que no esperamos ni deseamos, hace tiempo que demostramos estar mejor con un gobierno compuesto por cargos electos y nombramientos de alto nivel que han pasado por el proceso de confirmación exigido por la Constitución. Musk pensó que podía ser una excepción. Y esa fue su perdición.

Publicado en NYT

 

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