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Pese al auge económico , en Panamá hay mucha desigualdad social

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ENTREVISTA AL EXPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE PANAMÁ ERNESTO PÉREZ BALLADARES

por Ricardo Angoso

“Los próximos gobiernos del país deben invertir, incluso contando con los recursos que nos da el Canal, en una educación de calidad que permita el ascenso social de los más humildes hacia los escalones más altos de la sociedad.”


Conocido con el apodo del “Toro” por sus amigos y correligionarios, Ernesto Pérez Balladares fue presidente de la República de Panamá entre los años 1994 y 1999 tras ser elegido después  de años de experiencia política. Comenzó en la política de su país de la mano del general Omar Torrijos y ocupó  antes de ser presidente algunos puestos de responsabilidad política, como Ministro de Hacienda y Secretario General del Partido Revolucionario Democrático (PRD). Ahora, nuevamente, el “Toro” vuelve a la carga y es candidato presidencial para las elecciones previstas en el año 2019. Las espadas están en alto. 

Ricardo Angoso:¿Qué balance hace de los dos últimos mandatos presidenciales que hubo en Panamá?

Ernesto Pérez: Hay que empezar diciendo que ambos mandatos casi fueron uno solo porque cuando Martinelli era presidente no olvidemos que el actual presidente, Varela, era su vicepresidente. Luego es evidente lo que está pasando al día de hoy: Martinelli está preso y está siendo procesado por la justicia del país después de haber estado preso un año en los Estados Unidos. Así que, por lo que vemos y se demuestra, ambas administraciones se han caracterizado por la deshonestidad y por haber estado ligadas al mayor escándalo que hay en estos momentos en América Latina, el caso Odebrecht, con los sobrecostos derivados extraordinarios para todos los panameños. Luego, a mi modo de ver, aparte del robo y el saqueo que han propiciado, el gran daño que le han hecho al país es que hoy la corrupción se perciba como un ejemplo y que no se combatió desde arriba hacia abajo. Corrupción quizá la habido siempre y en todas partes, pero acá se ha incitado al de abajo a compartir la corrupción de los que mandaban, de los que estaban al frente del país. Y ese es un daño a la fibra moral del país que todos debemos condenar. 

R.A.:¿Qué medidas se podían adoptar para atajar esta lacra que sufre América Latina que es la corrupción?

E.P.:Tenemos que aprender de las experiencias del pasado y del presente. Creo que es importante enviar un mensaje en el sentido de que aquellos mandatarios que se han enriquecido ilegalmente, o se han visto inmersos en asuntos de corrupción comprobados, deben acabar en la cárcel. No hay otra forma de lucha contra este problema. Luego, a nosotros nos toca practicar con ejemplo, pero también hay que enviar un mensaje al pueblo de que no se pueden seguir eligiendo a personas con esos comportamientos reprobables. 

LA ECONOMÍA PANAMEÑA

R.A.:¿Cómo ve la salud de la economía panameña?

E.P.:Si lo ves en términos globales o macroeconómicos, que dirían los economistas, la economía va muy bien. El crecimiento panameño es de los más altos de América Latina y viendo esos indicadores, muy halagüeños, parecíamos que somos uno de los países más ricos del continente, pero, sin embargo, eso no se siente en la calle porque reina una gran desigualdad, que es medida por el índice Gini. Tenemos un gran desigualdad en el país que es necesario atajarla y la única forma de hacerlo es apostarle a la inversión social. No hay otra forma, el camino es apostar por la educación y la salud. Es la única forma que históricamente ha dado resultados para sacar de la pobreza a los más humildes. No hay otra forma porque si lo que se busca es quitar dinero al de arriba para dar al de abajo todos acaban siendo pobres y no se arregla nada como se ha visto tantas veces en la historia. 

Entonces, creo, el Estado debe apostarle a una educación de calidad en un mundo cada vez más globalizado y donde tenemos que competir con todos, ya se pasaron los tiempos del proteccionismo y de mirarnos hacia adentro, sino que tenemos que competir contra todos. Los próximos gobiernos del país deben invertir, incluso contando con los recursos que nos da el Canal, en una educación de calidad que permita el ascenso social de los más humildes hacia los escalones más altos de la sociedad. Hay que apostar por un país donde reine la movilidad social.

EL PROCESO DE INTEGRACIÓN CENTROAMERICANO

R.A.:¿Cómo va el proceso de integración centroamericano?

E.P.:Yo he sido observador del mismo y he sido parte incluso de ese proceso por mi trabajo político como miembro del parlamento centroamericano. Pero ahora, honestamente, no veo la posibilidad de esa integración a corto plazo. En primer lugar, porque tenemos economías muy desiguales en la región. La economía panameña es de servicios y turismo y quizá tiene algún parecido con la de Costa Rica pero no tiene nada que ver con la de Nicaragua. O el Salvador. Ese proceso de integración sería un sueño cumplido para todos los centroamericanos pero sinceramente no lo veo en el corto plazo, no lo veo ni culturalmente ni económicamente. Panamá, por ejemplo, fue parte de la Gran Colombia. Nosotros tenemos más que ver con el Sur del continente y el Caribe que con el Norte, sobre todo en los aspectos culturales. Es decir, el proyecto sería un gran avance para todos pero no creo que en el corto plaza vaya a ser de fácil cumplimiento.

R.A.:¿Cómo examina la crisis de Nicaragua?

E.P.:Me da mucha lástima la situación de Nicaragua porque es un país que tradicionalmente ha ido de guerra en guerra, de conflicto en conflicto. Yo mismo tengo raíces nicaragüenses porque mi padre era de allá. Nicaragua es un país lindo pero históricamente siempre plagado de conflictos, es un país inmensamente rico pero casi siempre envuelto en crisis interminables. Esta coyuntura me duele mucho ya que yo siempre he tenido una buena relación personal con Daniel Ortega y otros dirigentes sandinistas. 

Además, también me duele se trate de poner en la misma balanza a los Ortega y a los Somoza, es algo que, sinceramente, no me parece justo. Creo que lo que ha producido esta crisis es un ajuste económico para salvar la seguridad social del país y, sobre todo este asunto, se ha generado una campaña que tiene intencionalidades políticas. Si yo pudiera decirle algo a Ortega, es que organizara un tribunal electoral totalmente independiente para dar la seguridad de que las próximas elecciones van a ser limpias, invitar a todos los observadores internacionales que quieran ir a  las mismas y después las celebras con todas las garantías. Pero no me parece aceptable que cuando no se está de acuerdo con la política de un gobierno, como ocurre ahora, se le tumbe de una forma violenta, es algo que no puedo aceptar ni aquí ni en ningún sitio.

TRUMP Y AMÉRICA LATINA

R.A.:¿Cómo examina la política exterior del presidente Donald Trump hacia América Latina?

E.P.:Si uno examina las últimas intervenciones del vicepresidente norteamericano con respecto a Nicaragua, pareciera que los Estados Unidos siguen viviendo en la época del colonialismo más puro y genuino. Yo vengo observando al presidente Trump desde hace algún tiempo, que dicho sea de paso cuenta con una gran popularidad en los Estados Unidos, y observo que se comporta un negociador que fuerza a los demás a moverse, como ha hecho con el asunto de Corea del Norte y ahora en Israel. Fuerza situaciones de crisis para después llegar a acuerdos con sus adversarios políticos y económicos in extremis. No olvidemos que Trump es un hombre de negocios y sabe negociar; cuando no tiene cartas encima de la mesa, las crea. Creo que Trump es un tipo muy hábil, un negociante nato.

R.A.:¿Qué piensa del desarrollo de la crisis de Venezuela, qué salida puede tener ese país?

E.P.:Yo a todos los que quieran entender la crisis venezolana les recomiendo un libro que se titula El naufragio de los náufragos, en donde se describen los últimos meses del gobierno de Carlos Andrés Pérez y el caldo de cultivo que se generó entonces, que es muy parecido al de otros países de la región, donde no se propician esperanzas para los más pobres y solamente el futuro pertenece a los ricos. Se dice algo así como aquí no pasa nada, los políticos son todos unos corruptos, se va propiciando un ambiente donde aparece un Mesías salvador del país y en el caso de Venezuela fue Chávez, que ganó democráticamente y no de una forma improvisada. Y ese Mesías llevó  a cabo unas políticas populistas en Venezuela absolutamente fallidas y que han llevado a esta grave crisis que padece Venezuela. Yo creo, sin embargo, que la salida es la inversión social para no hipotecar el futuro de los países y llevarlos por una senda de desarrollo. 

R.A.:¿Cómo percibe la llegada de AMLO al poder en México?

E.P.:Desde luego hay que reconocer que el tipo es insistente, pero yo tengo la impresión que va ser un buen gobierno para su país. Creo que AMLO, y nos los actuales dirigentes priístas, en el sentido social de la palabra, representa el espíritu y las esencias auténticas del primitivo PRI que perdió las mismas. No olvidemos que, además, AMLO proviene del PRI.

EL AUGE DEL POPULISMO

R.A.:¿Qué piensa de todo este auge del populismo en el continente y de sus nocivos efectos?

E.P.:Es un desastre. No ha habido ningún país donde el populismo haya dado buenos resultados y nunca genera nada positivo. No se puede sustituir la honestidad y el trabajo por otros valores, al tiempo que el Estado debe de trabajar y conjugar todas sus energías en la inversión social sin regalar nada. El Estado lo que debe hacer es garantizar la igualdad de oportunidades para todos en una sociedad más justa e igualitaria. El populismo no ha conducido a nada, es un fracaso en términos absolutos. Desde luego, no lo comparto, esa no es mi idea de la política.

R.A.:¿Qué opinión le merece la creación del Bloque del Pacífico (Perú, Chile, Colombia y México)?

E.P.:Creo que es un contrapeso al inmenso poder de los Estados Unidos. Se trata de una reconfiguración regional, pienso, para hacer frente al poder político y económico que los Estados Unidos han tenido en la región desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El mundo está cambiando, por ejemplo con la emergencia de China en la escena internacional, y creo que ya es una realidad multipolar.

R.A.:¿Y Panamá puede tener algún rol en ese grupo?

E.P.:Sí, claro que sí, Panamá puede tener algún papel. Nosotros tenemos un bien estratégico, que es el Canal, tenemos una economía transparente, que puede ser un gran centro financiero, y podríamos estar conectados con este grupo de países de los que habla como una economía de servicios.

EL PROGRAMA POLÍTICO DE BALLADARES

R.A.:¿Qué ofrece su proyecto político para las próximas elecciones a celebrar en su país el próximo año?

E.P.:Para mí el asunto más importante y lo que debe la prioridad del próximo gobierno es la educación de calidad. Para cumplir con ese objetivo, mi idea sería dedicar una buena parte de los recursos que genera el Canal a hacer inversiones en la educación de calidad, que es uno de mis principales ejes programáticos, como ya he dicho antes. Debemos de buscar buenos educadores, incluso en el exterior, para formar a las futuras generaciones de panameños, es un objetivo fundamental y hay que hacerlo con los mejores. Creo que también hay que hacer reformas políticas que atañen a la institucionalidad panameña, como en el caso del legislativo y en la necesaria reforma electoral. Yo fui un dIscipulo del general Torrijos e incluso fui ministro de su gobierno, tengo una larga trayectoria política a mis espaldas, y cuando se llegaron a los acuerdos del Canal se llegó a un consenso para ir a una democracia moderna y funcional en el país. 

Eso fue cambiando con el tiempo y el sistema se acabó distorsionando a partir del año 1983. Luego muere Torrijos, llega la “década muerta” de los ochenta y el país se estancó hasta el año 1989, en que el país sufrió la sangrienta invasión a cargo de los Estados Unidos. Tenemos un mal sistema electoral que nos lleva a un mal sistema legislativo y tenemos que cambiar de fondo la institucionalidad panameña para generar un nuevo sistema político. Y, quizá, para hacer esos cambios necesitamos una reforma constitucional. Luego pienso que otra reforma absolutamente necesaria es que los diputados sean elegidos en listas nacionales o provinciales. 

Otro aspecto de mi programa es la independencia del poder judicial, más concretamente de la Corte Suprema de Justicia, y eso se logra con el desarrollo de una verdadera carrera de justicia, o aplicando el modelo español de ganar los puestos en la carrera judicial mediante oposición sin recomendaciones.

Otro aspecto de esa independencia judicial es el presupuesto que  se necesita para realizar adecuadamente sus tareas, incluso con una regulación constitucional sobre el mismo. Finalmente, como fruto de las dos últimas administraciones, y vuelvo al principio de esta entrevista, el clientelismo se enraizó en la sociedad y hace falta hacerlo frente con medidas eficaces y contundentes. 


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Agencias

Una reflexión en tiempos de tensión diplomática

Francisco

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EP NEW YORK | OPINIÓN

Por Gabriel Ángel Ardila

A propósito de la tensa relación entre Colombia y EE.UU.

Más allá del impasse:


En tiempos de tensión diplomática, cuando los titulares se centran en desacuerdos entre gobiernos, conviene recordar que las relaciones entre países no se sostienen únicamente en acuerdos políticos, sino en los vínculos humanos, culturales y académicos que se han tejido durante décadas.

En 1983, tuve el privilegio de representar a El Espectador en un programa internacional que vinculaba a la Beca Fulbright, el USDA y Columbia University. Por delegación directa de don Guillermo Cano Isaza, compartí experiencias con colegas colombianos y delegaciones de otros países, visitamos organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo, y escribimos sobre economía, cooperación y desarrollo.

Hoy, esa memoria se vuelve urgente. No solo porque los archivos que podrían respaldar eso fueron destruidos por la violencia que azotó a El Espectador, sino porque el clima actual entre Colombia y Estados Unidos amenaza con debilitar los mismos puentes que nos permitieron aprender, dialogar y crecer juntos por tanto tiempo.

No se trata de ignorar las diferencias políticas sino reconocer que los intercambios culturales y académicos —como Fulbright, las pasantías, los convenios universitarios— son espacios donde se cultiva el respeto mutuo, la comprensión profunda y la cooperación sin subordinación.

Por eso, propongo que este impasse sea una oportunidad para renovar esos lazos. Que se convoque a una mesa binacional de intercambio cultural, donde periodistas, académicos, artistas y estudiantes de ambos países puedan compartir experiencias, construir propuestas y defender el valor de la autonomía con dignidad. Es la hora de la diplomacia de verdad.

Porque si algo aprendimos en esos años —y lo seguimos aprendiendo hoy— es que el conocimiento compartido no amenaza la soberanía: ¡La fortalece!

 

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Articulos Destacados

Siria demuestra que no se puede “congelar” ningún conflicto 

Francisco

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EP NEW YORK | POLÍTICA MUNDIAL

Por: Níkolas Stolpkin

Es muy vergonzoso saber que Siria haya caído en manos de grupos terroristas de forma tan estrepitosa y dinámica (¿13 días?).

Todo indica que las fuerzas terroristas se harán del control de todo o de gran parte del territorio sirio, y que sus enemigos serán Irán y el Líbano. Y ya podemos imaginar quiénes serán sus “amigos” (Israel, Turquía, Gran Bretaña, y no extrañaría también EE. UU.).

Lo irónico de todo es que los Grandes Medios Occidentales que mucho antes vendían a estos grupos como “terroristas”, ahora se venden como fuerzas “rebeldes” o “revolucionarias”; incluso ahora venden a su líder como un líder “moderado”, para de alguna forma sentir cierta simpatía por haber sacado al “dictador” Bashar al-Assad de Siria.

Los Grandes Medios Occidentales sabían de antemano que su líder Al Jawlani estuvo en Al Qaeda, ISIS, Jabhat al-Nusra y que EE. UU. todavía ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por su captura.

O sea, estamos ante una fuerza “rebelde” (Hayat Tahrir al-Sham) que tiene su origen en Al Qaeda, bajo el nombre de Jabhat al-Nusra. Y que más encima, el que fuera líder de ISIS o Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, participó en su creación.

Hay muchas interrogantes que con el tiempo podrán esclarecerse.
¿Una toma del poder sin armas pesadas, únicamente con armas ligeras y camionetas? ¿Una toma del poder con nula o débil resistencia siria?

¿Estamos ante un fracaso significativo de la política exterior rusa?
¿Serán atacadas en algún momento las bases militares rusas instaladas en Siria? ¿Cuál será el futuro de las bases militares rusas asentadas en Siria? ¿Por cuánto tiempo se podrá “garantizar la seguridad” (por parte de los “rebeldes” sirios) de las bases militares rusas y sus instituciones diplomáticas en Siria?

Todavía no se puede calcular las consecuencias geopolíticas que habrán en la región tras la caída de Siria en manos de los grupos terroristas.

La caída de Bashar al-Assad en Siria es un duro golpe a la resistencia contra Israel en la región. E indudablemente Israel será el más beneficiado.

Una Siria que ya no será anti-imperialista, ni anti-sionista, nos puede dar una idea de lo que habrá de significar para los movimientos de resistencia tales como el Hezbollah en el Líbano y Hamas en Gaza (Palestina).

No hay que olvidar que Siria era el puente que había entre Irán y las resistencias del Hezbollah y Hamas.

¿EE. UU., Israel, Turquía, Gran Bretaña, prestarán “ayuda” al nuevo gobierno que se forme en Siria?
¿EE. UU. retirará la recompensa por la captura de Al Jawlani, líder de los “rebeldes”?

Donald Trump, el nuevo presidente de EE. UU. que está pronto a asumir, ha declarado que EE. UU. no debería tener nada que ver con lo que está aconteciendo en Siria. Y aún así, la presente administración ha llevado a cabo una “docena de ataques aéreos de precisión” contra campamentos de ISIS en el centro de Siria, como lo ha informado, ahora último, las Fuerzas del Comando Central de EE. UU. (CENTCOM).
Incluso Joe Biden, presidente saliente de EE. UU., señaló que EE. UU. “trabajará con todos los grupos en Siria”, e incluso a través de un proceso liderado por la ONU, como garantía para la transición del poder.

¿Estamos ante un simulacro de lo que podría pasar en Ucrania con aquello de “congelar” el conflicto?
¿Podría ser Siria un punto clave, a largo plazo, para el paso de gasoductos que puedan llegar a Europa, desde el Golfo Pérsico?

¿Qué posibilidades reales podría tener Siria de terminar balcanizada?
¿Podrían aparecer nuevos grupos “rebeldes” que se quieran disputar el poder en Siria?
¿El nuevo gobierno que se forme en Siria tendrá que tener ayuda o relaciones con otros países para hacer andar su economía? ¿Qué países podrían ir en su ayuda?

Ya se está informando de una “escasez aguda de medicamentos”… ¿Qué otras cosas podrían escasear? Todo está por verse.

Pero Rusia debe tomar nota de lo que está ocurriendo: no se puede “congelar” ningún conflicto.

Níkolas Stolpkin

Columnista EP New York

Análisis internacional – Geopolítica – Crítica – Opinión – Pensamiento

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Articulos Destacados

Ucrania: El Caballo de Troya de la OTAN

Francisco

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EP NEW YORK. | UCRANIA

Por: Nikolás Stolpking

La entrada en escena del Oreshnik, ha dejado a la OTAN, EE. UU., Unión Europea desatados; están vueltos locos. Unos están discutiendo posibles “ataques preventivos” en territorio ruso, otros están proponiendo “devolverles” a Ucrania las armas atómicas que supuestamente les fueron “arrebatadas”, otros están llamando a las empresas para que se “preparen para la guerra”, otros quieren ampliar la red de bunkers, etc. ¿Qué otros delirios tendremos que masticar?

–¡Calma! ¡Calma! ¡Que no panda el cúnico!, diría el Chapulín Colorado. Es simplemente que si sigues provocando al Oso, te va a llegar un avellano. Bien, prosigamos.

Después del lanzamiento ruso del misil balístico Oreshnik, sin carga nuclear, sobre territorio ucraniano, como respuesta a los ataques con misiles ATACMS y Storm Shadow sobre territorio ruso, uno tendería a pensar que los responsables occidentales, como mínimo, tendrían que pensarlo muy bien antes de nuevamente “autorizar” a Ucrania el lanzamiento de misiles balísticos tácticos sobre territorio ruso. Pero, como se ha visto en estos últimos días, no ha sido el caso. Y no es de extrañar, en todo caso. A EE. UU., Gran Bretaña o a la Unión Europea no les importa, en absoluto, el destino de Ucrania. Lo único que les importa  es defender los intereses del propio EE. UU.

Estamos hablando, además, de la entrada en escena de nuevas tecnologías en el campo de batalla que podrían marcar la diferencia. El Oreshnik, un misil balístico con velocidad hipersónica (3,3 a 4 km/s); puede portar ojivas nucleares; difícil de detectar e imposible de interceptar por los actuales sistemas de defensa antimisiles estacionados en Europa; y su alcance podría llegar a los 5,500 kilómetros. O sea, podría alcanzar a toda Europa en menos de 20 minutos.

Vladimir Putin fue claro al señalar que las pruebas de los nuevos sistemas de misiles en el campo militar proseguirían si la amenaza a la seguridad de Rusia persistían: “Consideramos que tenemos el derecho a utilizar nuestras armas contra objetivos militares de aquellos países que permiten el uso de sus armas contra nuestros objetivos, y en caso de una escalada de acciones agresivas, responderemos con la misma decisión y de la misma manera”.

Lo razonable, en una situación así, es que se quiera desescalar el conflicto, ¿no?, pero sucede todo lo contrario: se desea seguir escalando.

Quizá haya llegado el momento para reflexionar y aceptar la derrota de Ucrania y su titiritero (OTAN) ante la determinación de Rusia. Que podría ser muy fácil en teoría, pero que bastaría con que el titiritero empezara a abandonar a Ucrania. Pero pareciera que el Bloque Occidental Capitalista estuviera lejos de reflexionar y aceptar los nuevos cambios tectónicos que se están desarrollando en el mundo.

Proseguir la escalada, no hace más que hacer daño a la propia Ucrania, que no sabemos aún cómo habrá de quedar conformada, terminado el conflicto. Pero de que quedará más pequeña (Ucrania), quedará más pequeña.

La OTAN, lo mejor que podría hacer sería convencer a los líderes ucranianos de que al juego hay que ponerle fin; que ahora hay que conducir hacia el terreno de las negociaciones. Pero, en la práctica, vemos todo lo contrario. Pareciera que existiera más interés en proseguir el conflicto por parte de las potencias Occidentales que de la propia Ucrania.

Seguir con el juego ante el nuevo escenario es suicida. ¿Qué disparates están pensando? ¿“Entregar armas nucleares a Ucrania”? ¿“Autorizar a Ucrania más lanzamientos de misiles en territorio ruso”? ¿“Ataques preventivos sobre Rusia”? ¿“Nuevos sistemas de defensa anti-misiles”? ¿“Envío de tropas militares OTAN hacia Ucrania”? ¿Acaso no se ha entendido bien el mensaje que plantó en las cabezas el Oreshnik?

¿Cómo Rusia podría hacer entender a Occidente?

Porque pareciera que Occidente no quisiera entender la seriedad del asunto. Occidente sigue con el mismo entusiasmo, o más, como cuando comenzó a “apoyar” a Ucrania. Y Rusia sigue con la misma estrategia de la Operación Militar Especial (SVO) sobre Ucrania. Occidente y su “ayuda” a Ucrania, no tiene visos de querer parar por el momento, al contrario, tiene sumo interés porque prosiga. Porque, entiéndase bien, EE. UU. y aliados no quieren perder sus posiciones privilegiadas en el tablero.

EE. UU. y aliados (OTAN)  deberían aceptar el nuevo terreno de juego. No están para seguir jugando a escalar. Lo más razonable que pueden hacer es aceptar la nueva realidad, e incluso la disolución de la OTAN. Porque… ¿Qué razón tiene de existir una estructura político-militar al no poder brindar protección a Europa ante las nuevas tecnologías militares en manos de Rusia? El Oreshnik ha dejado a la OTAN como un chiste.

Pero la OTAN no deja de sorprender: desde el comienzo de la SVO los países que conforman la OTAN corrieron a mandar “ayuda” a Ucrania. Primero eran cosas tales como cascos y municiones, después misiles anti-tanque y misiles anti-aéreo, pero, como Ucrania poco avanzaba en el campo de batalla, la “ayuda” evolucionó a misiles tácticos de largo alcance (ATACMS), lanzacohetes múltiples HIMARS, tanques, aviones, etc. Pero como los ucranianos seguían sin avanzar significativamente en el campo de batalla y, además, se encontraron con un déficit sustancial de soldados, ¿cuál fue la idea “brillante” que se les ocurrió? Golpear e incursionar en territorio ruso; y ahora golpear con misiles ATACMS y Storm Shadow. Siendo que, estos últimos, como ya se ha señalado cientos de veces, no-pueden-ser-operados-sin-el-apoyo-de-especialistas-extranjeros (no-ucranianos).

¿Qué vendría después? La respuesta rusa: el lanzamiento del misil balístico hipersónico Oreshnik sobre un complejo militar ucraniano. Con el mensaje adjunto de que la próxima vez podría llegar más lejos y que podría llevar ojivas más dañinas si se insistiera en atacar territorio ruso con los misiles de largo alcance. ¿Cuál ha sido la respuesta de la OTAN en estos últimos días? Algo de no creer: intensificar más los ataques con sus propias armas en territorio ruso.

Acá ya no se trata de Ucrania. Ucrania pasó a ser un producto, un títere, que se sigue vendiendo en los Medios, pero que no tiene valor alguno. Ucrania simplemente se ha convertido en un caballo de Troya moderno que es arrastrado por la OTAN. Ucrania es únicamente un medio. Y Rusia lo sabe.

¿Qué mejor que instalar en el imaginario colectivo que Ucrania es un “indefenso” al cual hay que “ayudar” frente a un “invasor” gigante, “imperialista”, que quiere “expandir” su territorio? Los Medios occidentales no te dirán que la OTAN está en suelo ucraniano apretando el gatillo, te dirán que están “proporcionando instrucciones”, “proporcionando datos”, “proporcionando permiso”, “proporcionando armas para la autodefensa”.

Si Ucrania es el caballo de Troya de la OTAN, ¿por qué dejar que camine el artefacto? ¿Por qué no apagar el artefacto de una vez por todas? ¿Por qué no desarmar el artefacto, paso a paso? ¿Qué podría hacer la OTAN con un artefacto inservible?

Rusia simplemente debe ir por el caballo de Troya.

¿Qué otras sorpresas en el ámbito tecnológico-militar sacará a la luz Rusia? ¿La nueva realidad militar podrá lograr poner en pausa a Occidente?

Níkolas Stolpkin

Análisis internacional – Geopolítica – Crítica – Opinión – Pensamiento

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