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Quienes defendieron la democracia con las armas , han pasado a ser terroristas: Luis Giampetri

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ENTREVISTA A LUIS GIAMPETRI, EX VICEPRESIDENTE  DE LA REPÚBLICA DE PERÚ Y ALMIRANTE DEL EJÉRCITO PERUANO:

 “El problema de la corrupción, al ser tan intenso, es que ha creado una crisis de la política en Perú y en todo el continente. Se ha generado una gran desconfianza de la ciudadanía hacia los poderes del Estado en general”.

“Yo se lo advertí al propio presidente Uribe y a su vicepresidente, Pacho Santos, les dije que tuvieran cuidado. Venían a por Colombia y a por Perú porque no aceptamos que los países del Alba nos impusieran su modelo”.

“Es lo mismo en todas partes, creo que los que defendieron la democracia con las armas en este continente han pasado a ser los agresores, casi los terroristas. Se ha invertido el libreto en favor de los subversivos”.


por Ricardo Angoso

Luis Giampietri es almirante retirado, fue vicepresidente del Perú en el segundo gobierno de Alan García y ex representante del legislativo de su país. También es una víctima del terrorismo: sufrió 126 días de cautiverio, en 1996, en la residencia del embajador de Japón tomada por un comando terrorista del MRTA. De esa experiencia, da cuenta en su libro Rehén por siempre: Operación Chavín de Huántar.


Ricardo Angoso: ¿Qué está ocurriendo en Perú, a qué se debe tanta corrupción?

Luis Giampetri: Tiene usted razón. Tenemos altos niveles de corrupción. Hay problemas con el expresidente Ollanta Humala, Alejandro Toledo está huido, dicen que también con Alan García, aunque no se ha podido comprobar, y ahora Pablo Kuczynski ha salido por los mismos motivos. Sin embargo, con el nuevo presidente, creo que el país tiene la oportunidad de poner fin a este tema o agravarlo más. Vivimos un gran momento de incertidumbre en Perú. Creo que este gobierno, además, representa la última oportunidad para impedir un golpe de masas en Perú, una involución política en toda regla. O se actúa ahora o el país se pierde quizá para siempre.

R.A.:¿Lo que se percibe es que hay una crisis del sistema político peruano, no cree?

L.G.:Sí, creo que sí, pero también siempre he considerado que esta situación ha sido incentivada por movimientos externos, principalmente de Brasil. No me refiero al país, estoy refiriéndome al presidente Lula, y más concretamente a su formación política, el Partido de los Trabajadores, y también el Foro de Sao Paulo, que tenían como objetivo claro y definido captar al Perú. Hubo  una trama en ese sentido y tengo los elementos para denunciarla. Yo fui testigo de esos intentos cuando era vicepresidente, tengo las pruebas para denunciar esa trama. Eran el gran objetivo que tenían, los del Alba, y los dos únicos países que no caímos en sus garras fuimos Colombia y Perú.

El resto de América Latina, bien sea a traves de ayudas económicas o cálculos políticos, estuvo casi inmerso en ese bloque, que finalmente no se ha logrado crear. Yo he escuchado en su momento decir a Lula y también a Bachelet que había que crear un banco propio y poner fin al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Aspiraban a una moneda común, un ejército propio y sentar unas nuevas instituciones, provocando, claro está, una ruptura en toda regla con los Estados Unidos.

R.A.:¿Cree que esa amenaza a la seguridad nacional sigue latente en Perú y en otras partes del continente?

L.G.: El problema de la corrupción, al ser tan intenso, es que ha creado una crisis de la política en Perú y en todo el continente. Se ha generado una gran desconfianza de la ciudadanía hacia los poderes del Estado en general. Luego la izquierda ha ido copando todos los ámbitos del país, desde el poder judicial hasta las organizaciones no gubernamentales pasando por otras instituciones fundamentales. El Ministerio Fiscal, la Procuraduría y el poder judicial han sido copados por la izquierda. Y están siguiendo un camino que no busca el bienestar del país. Siguen al pie de la letra consignas antimilitaristas para destruir a las Fuerzas Armadas de Perú.

R.A.:¿Hay una ofensiva continental para destruir a los ejércitos en el continente?

L.G.:Es lo mismo en todas partes, creo que los que defendieron la democracia con las armas en este continente han pasado a ser los agresores, casi los terroristas. Se ha invertido el libreto en favor de los subversivos. Por ese motivo, muchos oficiales y cuadros militares están siendo juzgados a pesar de haberse jugado la vida defendiendo la democracia. Yo se lo advertí a Colombia, ya que creo que en ese país se puede repetir el guión de lo que ha sucedido en Perú y otras partes. Yo se lo advertí al propio presidente Uribe y a su vicepresidente, Pacho Santos, les dije que tuvieran cuidado. Venían a por Colombia y a por Perú porque no aceptamos que los países del Alba nos impusieran su modelo. Han llegado a corromper presidentes y mandatarios para que entraran en su juego y creo que de este asunto no se ha hablando lo suficiente, siendo bien importante para el futuro de nuestros países. No sólo se trataba de corromper  a sus gobernantes, sino de ganar el poder para en el futuro cumplir sus objetivos políticos.

R.A.:¿No le parece paradójico que pese a la crisis política del Perú el país sigue siendo un modelo de crecimiento económico en la región?

L.G.:Imagínese como estaríamos si no tuviéramos todos estos problemas políticos. Con Alan García llegamos a crecer hasta un 8%. Este país necesita crecer un 4% anual para poder salir adelante, no hay otra forma porque tenemos una gran masa humana que sale al mercado laboral en busca de trabajo. Este país ha desperdiciado muchas oportunidades y creo que las va a seguir desperdiciando porque tenemos movimientos muy activos que no actúan en clave patriótica. Perú es una país fundamentalmente minero y nos encontramos con que numerosos sectores ponen trabas para ese desarrollo, para continuar con el impulso de esa industria.

R.A.:¿Qué opinión tiene de la tragedia que padece Venezuela y del silencio del continente ante esta crisis?

L.G.:Yo creo que no es una novedad, acá tuvimos al dictador Velasco. Creo que el modelo de Hugo Chávez sigue los mismos patrones y guión que desarrolló Velasco en la década de los sesenta, pero con una gran diferencia y es que las Fuerzas Armadas del Perú no le dejaron seguir en su viaje hacia ninguna parte. Y eso, creo yo, es lo que ha faltado en Venezuela, desgraciadamente. No digo que hagan una revolución, simplemente que le hubieran dicho a Maduro hasta aquí ha llegado. La marina del Perú, incluso yo mismo, participamos en ese movimiento para poner fin al régimen de Velasco que iba por unos derroteros similares a los de la Venezuela de hoy. Logramos revertir el mal camino tomado y muchas de las erróneas medidas tomadas entonces, como la descabellada reforma agraria, cuyas consecuencias seguimos pagando hasta el día de hoy. Recién nos estamos levantando de esa reforma agraria tan mal hecha y que tuvo consecuencias catastróficas para el país.  Chávez aplicó patrones parecidos, ya fracasados en el Perú,  a Venezuela y los pésimos resultados a la vista están. No olvidemos que Chávez había conocido el régimen de Velasco porque había estado en nuestro país realizando algunos cursos y aplicó esas recetas fracasadas de acá a su país. Yo, no obstante, no le veo un gran porvenir a Maduro, dada su torpeza política y la forma tan errática con la que está dirigiendo el país.

R.A.:¿Se atrevería a hacer un vaticinio de lo que puede pasar en el Perú en los próximos años?

L.G.: Perú tiene un problema estructural porque los partidos políticos están resquebrajados y atravesando una grave crisis. Luego el fujimorismo no es un partido en el sentido clásico de la palabra ya que carece de ideología y una clientela muy grande, como tuvieron en su momento el PPC, Acción Popular y el Apra. Además, con el pleito de los dos hermanos Fujimori se ha visto que no era un auténtico partido, al tiempo que se ha debilitado notablemente el movimiento. Los dos han salido perdiendo y han situado a su movimiento ante el precipio. Ninguno de los dos llegará a presidente si no buscan la forma de arreglar sus disputas y cohesionar de nuevo el movimiento.  Ha sido un juego de suma cero que les ha perjudicado a los dos. Tampoco se ve gente en la escena política para ocupar el espacio dejado por Alejandro Toledo y Alan García, que eran auténticos líderes políticos con una clientela política atrás de ellos; Ollanta Humala era otra cosa, un accidente en la historia del Perú destinado al fracaso.


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Agencias

Noboa gana elecciones en Ecuador

Francisco

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EP NEW YORK | FLORIDA NEWS

ELECCIONES ECUADOR

Noboa gana la reelección en un Ecuador sacudido por la violencia En una campaña muy divisiva, el actual presidente prometió orden y Estado de derecho. Su oponente, Luisa González, de inmediato disputó los resultados.

 

El presidente de Ecuador, quien subió en las encuestas para asegurarse un mandato acortado en 2023, fue declarado vencedor de las elecciones presidenciales con una ventaja decisiva el domingo en una contienda que mostró la fe de los votantes en sus promesas de abordar la crisis de seguridad con mano férrea.
Daniel Noboa, de 37 años, derrotó a Luisa González, de 47, la elegida del expresidente Rafael Correa.

Ambos candidatos acusaron al otro de cometer infracciones electorales durante la temporada electoral y González, en un discurso desde la sede de su partido, Revolución Ciudadana, dijo que no reconocería los resultados de las elecciones.

“Quiero ser muy clara y enfática: la Revolución Ciudadana siempre ha reconocido una derrota en las últimas elecciones cuando así lo han demostrado las encuestas, el tracking y las estadísticas”, dijo González. “Hoy, no reconocemos los resultados”.

Noboa celebró su victoria desde la ciudad costera de Olón “Esta jornada ha sido histórica”, dijo. “No queda ninguna duda de quién es el ganador”.

El día antes de las elecciones, Noboa declaró el estado de emergencia en siete estados, la mayoría de ellos bastiones de González, lo que suscitó el temor de que estuviera tratando de reprimir el voto entre los partidarios de González. La medida restringe las actividades sociales y permite a la policía y al ejército entrar en los hogares sin permiso.

Noboa se ha posicionado como un presidente del orden público, pero hasta ahora ha logrado resultados mínimos en la lucha contra la persistente violencia del narcotráfico y el desempleo en el país.

En los últimos cinco años, Ecuador ha experimentado una explosión de violencia vinculada al narcotráfico. Un sistema judicial plagado de hacinamiento en las cárceles, corrupción y falta de financiación se ha convertido en un terreno fértil para las bandas carcelarias aliadas con poderosos cárteles internacionales de la droga.

Agencias

 

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Agencias

En riesgo miles de proyectos en el mundo por cierre de USAID

Francisco

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EP NEW YORK | FLORIDA NEWS

Washington | A partir del miércoles por la tarde, el Departamento de Estado en Washington envió una oleada de correos electrónicos a todo el mundo, los cuales llegaron a las bandejas de entrada de campos de refugiados, clínicas de tuberculosis, proyectos de vacunación contra la polio y miles de otras organizaciones que recibían financiación crucial de Estados Unidos para salvar vidas.

“Se da fin a esta adjudicación por conveniencia e interés del gobierno estadounidense”, comenzaban.
Las escuetas notas ponían fin a la financiación de unos 5800 proyectos que habían sido financiados por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) , lo que indicó que había terminado el tumultuoso periodo en el que el gobierno de Trump dijo que estaba congelando proyectos para someterlos a una aparente revisión, y que se había terminado cualquier débil esperanza de que la ayuda estadounidense pudiera continuar.

Muchos eran proyectos que habían recibido una exención de la congelación porque el Departamento de Estado había identificado previamente su labor como esencial y salvadora de vidas.
“Morirá gente”, dijo Catherine Kyobutungi, directora ejecutiva del Centro Africano de Investigaciones sobre Población y Salud, “pero nunca lo sabremos, porque se han cortado incluso los programas para contar a los muertos”.

Entre los proyectos suprimidos figuran programas de tratamiento del VIH que habían servido a millones de personas, los principales programas de control de la malaria en los países africanos más afectados y los esfuerzos mundiales para erradicar la poliomielitis.

Estos son algunos de los proyectos que The New York Times ha confirmado que se han cancelado:

• Una subvención de 131 millones de dólares al programa de inmunización contra la polio de UNICEF, que pagaba la planificación, la logística y la entrega de vacunas a millones de niños.

• Un contrato de 90 millones de dólares con la empresa Chemonics para mosquiteros, pruebas y tratamientos contra la malaria que habrían protegido a 53 millones de personas.

• Un proyecto en la República Democrática del Congo que explota la única fuente de agua para 250.000 personas en campos de desplazados situados en el centro del violento conflicto al este del país.

• Todos los costos de funcionamiento y el 10 por ciento del presupuesto para medicamentos del Servicio Farmacéutico Mundial, el principal canal de suministro de medicamentos contra la tuberculosis, que el año pasado proporcionó tratamiento contra la tuberculosis a casi tres millones de personas, incluidos 300.000 niños.

• Proyectos de atención y tratamiento del VIH dirigidos por la Elizabeth Glaser Pediatric AIDS Foundation, que proporcionaban medicamentos vitales a 350.000 personas en Lesoto, Tanzania y Esuatini, incluidos 10.000 niños y 10.000 mujeres embarazadas que recibían atención para no transmitir el virus a sus bebés al nacer.

• Un proyecto en Uganda para rastrear los contactos de las personas con ébola, llevar a cabo la vigilancia y enterrar a quienes murieron a causa del virus.

• Un contrato para gestionar y distribuir en Kenia suministros médicos por valor de 34 millones de dólares, incluidos 2,5 millones de tratamientos mensuales contra el VIH, 750.000 pruebas del VIH, 500.000 tratamientos contra la malaria, 6,5 millones de pruebas de malaria y 315.000 mosquiteros antipalúdicos.

• Ochenta y siete refugios que atendieron a 33.000 mujeres víctimas de violación y violencia doméstica en Sudáfrica.

• Un proyecto dirigido por FHI 360 que apoyó los esfuerzos de los trabajadores de salud de la comunidad para ir puerta por puerta en busca de niños desnutridos en Yemen. Recientemente descubrió que uno de cada cinco niños tenía un peso críticamente inferior al normal debido a la guerra civil del país.

• Servicios de salud prenatales y postnatales para 3,9 millones de niños y 5,7 millones de mujeres en Nepal.

• Un proyecto dirigido por la organización Helen Keller Intl en seis países de África occidental que el año pasado proporcionó a más de 35 millones de personas medicamentos para prevenir y tratar enfermedades tropicales desatendidas, como el tracoma, la filariasis linfática, la esquistosomiasis y la oncocercosis.

• Un proyecto en Nigeria que proporciona a 5,6 millones de niños y 1,7 millones de mujeres tratamiento para la desnutrición grave y aguda. La interrupción supone que 77 centros de salud han dejado de tratar por completo a los niños con desnutrición aguda grave, lo que pone a 60.000 niños menores de 5 años en riesgo inmediato de muerte.

• Un proyecto en Sudán que gestiona las únicas clínicas de salud operativas en una de las mayores zonas de la región de Kordofán, lo que interrumpe todos los servicios de salud.

• Un proyecto que atiende a más de 144.000 personas en Bangladés y que proporciona alimentos a mujeres embarazadas desnutridas y vitamina A a los niños.

• Un programa dirigido por la agencia de ayuda PATH, denominado REACH Malaria, que protegió de la enfermedad a más de 20 millones de personas en 10 países de África. Proporcionaba medicamentos contra la malaria a los niños al comienzo de la estación de lluvias.

• Un proyecto dirigido por Plan International que proporcionó medicamentos y otros suministros médicos, atención a la salud, tratamiento de programas de desnutrición, así como agua y saneamiento a 115.000 desplazados o afectados por el conflicto del norte de Etiopía.

• Más de 80 millones de dólares para ONUSIDA, la agencia de las Naciones Unidas, que financió trabajos para ayudar a los países a mejorar el tratamiento del VIH, incluida la recopilación de datos y programas de vigilancia de la prestación de servicios.

• El programa de la Iniciativa Presidencial contra la Malaria, denominado Evolve, que se encargó del control de mosquitos en 21 países mediante métodos que incluyen el aerosol de insecticida en el interior de las viviendas (protegiendo a 12,5 millones de personas el año pasado) y el tratamiento de los lugares de reproducción para matar las larvas.

• Un proyecto que proporciona tratamiento contra el VIH y la tuberculosis a 46.000 personas en Uganda, dirigido por la Fundación Infantil del Baylor College of Medicine, Uganda.

• Smart4TB, el principal consorcio de investigación que trabaja en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la tuberculosis.

• Las Encuestas Demográficas y de Salud, un proyecto de recogida de datos en 90 países que fueron fuentes cruciales, y en ocasiones las únicas, de información sobre salud y mortalidad materno-infantil, nutrición, salud reproductiva e infecciones por VIH, entre otros muchos indicadores de salud. El proyecto fue también la base de presupuestos y planificación.

Publicado en N.YT.

Stephanie Nolen es reportera de salud global para el Times. 

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Agencias

No es tiempo de distraerse

Francisco

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EP NEW YORK  | EE.UU.

No te distraigas. No te agobies. No te paralices ni te dejes arrastrar por el caos que el presidente Trump y sus aliados están creando a propósito con el volumen y la velocidad de las órdenes ejecutivas; el esfuerzo por desmantelar el gobierno federal; los ataques performativos contra los migrantes, las personas trans y el concepto de diversidad; las exigencias de que otros países acepten a los estadounidenses como sus nuevos soberanos y la vertiginosa sensación de que la Casa Blanca podría hacer o decir cualquier cosa en cualquier momento. Todo ello pretende mantener a Estados Unidos en vilo para que el presidente Trump pueda avanzar a toda velocidad en su afán por conseguir el máximo poder ejecutivo, para que nadie pueda detener la agenda osada, mal concebida y a menudo ilegal que impulsa su gobierno. Por favor, no te desconectes.

Hay que seguirle la pista a las acciones de esta presidencia y, cuando traspasen los límites morales o legales, hay que cuestionarlas, con valentía y reflexión, con la confianza de que el sistema de controles y equilibrios de la nación estará a la altura de las circunstancias. Hay motivos de preocupación en ese frente, por supuesto. El Congreso, controlado por los republicanos, hasta ahora ha abdicado de su papel como rama coigualitaria del gobierno, desde permitir que sus leyes y directivas de gasto sean sistemáticamente desechadas hasta consentir temerosamente que el presidente llene su gabinete de personajes leales, erráticos y no cualificados. Gran parte de la sociedad civil —desde la comunidad empresarial hasta las universidades, pasando por una parte de los medios de comunicación corporativos— ha permanecido inquietantemente callada, incluso condescendiente.

Pero también hay signos alentadores. Los tribunales, el control más importante sobre un presidente que pretende ampliar sus poderes legalmente autorizados y eliminar cualquier barrera de protección, han resistido hasta ahora y han bloqueado varias iniciativas de Trump. Los estados también han tomado medidas, pues varios fiscales generales demócratas han iniciado demandas contra los intentos de Trump de congelar la financiación de subvenciones federales y terminar con la ciudadanía por derecho de nacimiento, y han prometido luchar contra el acceso del equipo de Elon Musk a los sistemas de pago federales que contienen información personal.

Los funcionarios estatales o locales también están defendiendo sus leyes frente a las redadas federales contra la migración y luchando contra la orden ejecutiva de Trump que prohíbe la atención médica de afirmación de género a los niños trans. Y las organizaciones periodísticas de mentalidad independiente han seguido informando de forma excelente sobre la inundación de excesos de estos primeros días, aportando información esencial al público.

Nada de esto quiere decir que Trump no deba tener la oportunidad de gobernar. Setenta y siete millones de estadounidenses votaron para que Trump volviera a la Casa Blanca, y el Partido Republicano, ahora totalmente rehecho al servicio del movimiento MAGA, tiene mayoría en ambas cámaras del Congreso. Las elecciones, se suele decir, tienen consecuencias. Pero ¿esta revisión inconstitucional del gobierno estadounidense —mucho más amplia, descuidada y cruel que todo aquello por lo que hizo campaña— es realmente lo que los votantes querían? ¿Poner en peligro el sistema estadounidense de controles y equilibrios, sus alianzas y su seguridad nacional? Porque, más allá de las bravatas, eso es lo que Trump, Musk y sus partidarios están haciendo.

Transcurridas tres semanas del segundo mandato de Trump, aquí ofrecemos un puñado de las cosas a las que los estadounidenses no pueden ignorar:

El dominio ejecutivo de Elon Musk.

El problema no es que Musk no haya sido elegido, sino que está infringiendo la ley. Sin ser siquiera un funcionario a tiempo completo, está intentando cerrar o desmantelar unilateralmente agencias y departamentos federales enteros, ignorando los mandatos del Congreso, lo que está prohibido por la Constitución. Él y su equipo están detrás de las ofertas de indemnización anunciadas para millones de funcionarios —incluida toda la plantilla de la CIA— y han forzado de manera efectiva la salida de altos funcionarios a los que no tienen poder para despedir.

Ha emprendido la misión de arrasar los sistemas de pago confidenciales del gobierno con el regocijo de un anarquista, decidiendo por su cuenta qué aspectos del gasto federal son legítimos y sustituyendo cualquier esfuerzo por comprender las funciones gubernamentales que está debilitando por su instintiva adopción de teorías de la conspiración.

Tanto el presidente como Musk parecen disfrutar el hecho de que la mayoría de sus acciones sean evidentemente ilegales, con lo que desafían a los tribunales a intervenir y detenerlas, basándose en la teoría de que, para empezar, esas leyes están equivocadas. Al mismo tiempo, la persona que está dirigiendo este esfuerzo es el hombre más rico del mundo, quien sigue teniendo intereses en sus empresas privadas, que el gobierno federal regula y con las que hace negocios por un valor de miles de millones de dólares. Es un nivel de conflicto de intereses como no hemos visto en la era moderna.

El gobierno contra los funcionarios públicos (también conocidos como los enemigos de Trump). Además del despido de más de una decena de miembros de la fiscalía de Washington que habían trabajado en casos relacionados con los disturbios del 6 de enero de 2021, el gobierno de Trump empezó a recopilar los nombres de miles de miembros del FBI que ayudaron a investigar delitos relacionados con el ataque al Capitolio. Varios funcionarios de alto rango de la agencia ya han sido despedidos.

La medida ofreció un primer atisbo de cómo Trump y su nominado para dirigir el FBI, Kash Patel —quien publicó una lista literal de enemigos de los miembros del “Estado profundo del poder ejecutivo”— podrían utilizar las fuerzas de seguridad federales contra los oponentes políticos del presidente. En lo que quizá sea la advertencia más inquietante a quien se le ocurra cuestionarlo o desafiarlo, Trump despojó a varios de sus antiguos asesores de la protección de seguridad que se consideraba necesaria dadas las amenazas creíbles del gobierno iraní de asesinarlos por acciones que llevaron a cabo bajo su orden directa.

Los desplantes imperiales del presidente y los ataques a nuestros aliados. Trump ha pasado semanas sugiriendo evasivamente que Estados Unidos está a punto de apoderarse ilegalmente de territorios en tres continentes, dejando a su paso diversas olas de consternación. Luego están sus aranceles, planeados desde hace tiempo y aparentemente legales, aunque extremadamente desaconsejados.

Todas las amenazas e insultos le han valido a Trump algunas concesiones a corto plazo, pero es probable que ninguna de ellas fortalezca la economía de Estados Unidos ni le dé al país más seguridad en el escenario mundial. Pisotear alianzas centenarias perjudicará a los países afectados, pero también podría comprometer la seguridad nacional, elevar el precio de productos, alterar el comercio mundial y beneficiar a adversarios como China y Rusia, deseosos de llenar el vacío de unos Estados Unidos cada vez menos confiable.

La salud pública en peligro.

Robert F. Kennedy Jr., quien abiertamente es un escéptico de las vacunas, aún no ha sido confirmado como secretario de Salud y Servicios Humanos de Trump. Pero el gobierno ya está tomando medidas para debilitar y derribar las protecciones de la salud pública y mundial. El jueves, el Times informó que el gobierno planea reducir la plantilla de más de 10.000 estadounidenses de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por su sigla en inglés) a solo unas 300 personas, y cancelar casi 800 adjudicaciones y contratos que la agencia administraba. El presidente —y mucho menos Musk— no puede cerrar una agencia federal sin el voto del Congreso.

Hacerlo también es ilegal de acuerdo a la Constitución. Más de la mitad del gasto de la USAID en 2023 se destinó a programas de salud que buscaban detener la propagación de enfermedades como la poliomielitis, el ébola, la tuberculosis, el VIH/sida y la malaria, o a la ayuda humanitaria para responder a emergencias y contribuir a estabilizar regiones asoladas por la guerra. Si te preocupa prevenir la próxima pandemia o las presiones de la migración mundial, USAID es una inversión que deberías desear que Estados Unidos haga.

El bombardeo del presidente contra los derechos civiles.

Trump ha emitido una avalancha de órdenes ejecutivas y pronunciamientos que hacen retroceder décadas de progreso en materia de derechos civiles y a menudo desafían abiertamente la Constitución. Ha puesto en el punto de mira especialmente a los estadounidenses trans y ha amenazado la financiación federal de las escuelas públicas que no se adhieran a la ideología de derecha sobre cómo se debe hablar sobre la historia y cuestiones raciales.

También, casi a diario, ha encontrado excusas para arremeter contra las políticas de diversidad, equidad e inclusión e incluso llegó a culpar a la DEI del accidente aéreo del 29 de enero en Washington e insinuando enérgicamente que cualquier controlador aéreo que sea mujer o no sea blanco es inferior y se le ha dado trabajo por razones equivocadas. Y la nueva fiscal general, Pam Bondi, anunció el miércoles que las empresas privadas que decidan mantener sus propias políticas de diversidad e inclusión podrían ser objeto de “investigaciones criminales”.

Estados Unidos se enfrenta a una nueva realidad, y exige sabiduría, resistencia y valentía. Estados Unidos está dirigido por un presidente que parece dispuesto a pasar por encima de cualquier persona, ley, estatuto del Congreso o país que se interponga en su camino. Se deja llevar por los impulsos y no tiene interés por las normas, la historia o la realidad.

La forma en que los estadounidenses y el mundo traten a un presidente así determinará gran parte de los próximos cuatro años, y nos exigirá mucho a todos nosotros. Debemos estar a la altura del momento. Trump ganó las elecciones limpiamente, pero su posición es la de presidente, no la de rey o Dios emperador. Cada vez que el Congreso le permite sobrepasar su función constitucional, fomenta un comportamiento más antidemocrático y debilita la capacidad del poder legislativo para frenar una mayor erosión de las normas y valores que han contribuido a hacer de esta nación la más libre, rica y fuerte del mundo.

Publicado en NYT

 

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