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Enfoque Mundial

PREVISIBLES ESCENARIOS ANTE LA CRISIS POLÍTICA EN ESPAÑA

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Los resultados de las elecciones generales celebradas en España el pasado 20 de diciembre pusieron fin al bipartidismo reinante -dominado por dos grandes fuerzas: la derechista Partido Popular (PP) y la centro izquierdista Partido Socialista Obrero Español (PSOE)- y supusieron la conformación de un nuevo mapa político dominado por cuatro grandes actores. Aparte del PP y el PSOE, habría que anotar al nuevo sistema de fuerzas la izquierdista Podemos, que llegó al 20% de los votos y 69 de los 350 diputados, la centrista Ciudadanos, con el 13% de los sufragios y 40 diputados, y un sinfín de fuerzas nacionalistas que sin ser determinantes sí pueden llegar a decidir qué coalición gobierna en España. Estos son los cuatro escenarios predecibles de lo que puede ocurrir en el país ante la falta de una mayoría clara para elegir al futuro presidente de Gobierno que conducirá los destinos de la nación.
1.Un pacto de sentido común, algo que en la política no siempre resulta fácil, entre las tres fuerzas políticas más cercanas y moderadas del sistema, es decir, entre el PP, el PSOE y Ciudadanos, que podría llegar a sumar los 253 diputados y una sólida mayoría para poder gobernar el país. Sin embargo, para el PSOE este pacto podría suponer el abrazo del oso y significar su desaparición, algo que saben los líderes socialistas, y para Ciudadanos, tal como le pasó a otras fuerzas en el pasado, ser anexionados y fagocitados por los populares. Es un escenario que sería el lógico pero de muy imposible cumplimiento. Otra cosa será que el PSOE y Ciudadanos dejarán gobernar al PP sin entrar en el ejecutivo, pero también en ese caso el desgaste sería muy grande y es una alternativa de bastante improbable aplicación. El PSOE sufre una grave crisis, con un líder acosado y fuertes divisiones internas, y Ciudadanos, tras verse defraudado en sus expectativas políticas (llegaron a pensar que ganaban las elecciones y se quedaron en un deshonroso cuarto lugar), está literalmente noqueada y con una escasa, por no decir nula, iniciativa política tras ver la cruda realidad que arrojaban los resultados electorales. Una cosas son las encuestas y otra bien distinta lo que los ciudadanos votan.
2. Un gran pacto de la izquierda que aglutinase  al PSOE, Podemos, Izquierda Unida (IU), los independentistas catalanes (ERC-DL) e incluso la proetarra Bildu, una coalición tan heterogénea y diversa como tan incapaz de llegar al necesario consenso para gobernar el país. Tendrían la mayoría, que pasa por los 175 diputados, pero el PSOE perdería la legitimidad para liderar un proyecto coherente que aúne la búsqueda de una solución al denominado “problema catalán” y la necesaria capacidad de maniobra para gestionar adecuadamente la todavía no concluida salida de la crisis económica que sufre España, toda vez que Podemos se niega a aceptar las recetas clásicas auspiciadas por la Unión Europea (UE) y los ajustes necesarios pero dolorosos que necesita la economía. Un gobierno de esas características sería posible pero dudo de que durase más allá de unos meses y seguramente la nación, de nuevo, se viera abocada a unas nuevas elecciones.
3. Un pacto entre las dos grandes fuerzas que hasta ahora dominaban el sistema, PP y PSOE, sin Podemos ni Ciudadanos. Aunque es la opción más deseada por una buena parte del Establecimiento, los líderes más veteranos de ambas fuerzas -incluidos seguramente Felipe González y José María Aznar- y una buena parte de los comunicadores sociales, es una salida política no deseada por el máximo líder socialista, Pedro Sánchez, y su equipo, pues temen ser engullidos en futuras elecciones por la pujante fuerza que es Podemos, que ya anuló políticamente a Izquierda Unida, y que lleve a alemanización de la política española, en el sentido de que los socialdemócratas acaben convertidos en un fuerza secundaria tras la derecha y sin posibilidades de vertebrarse como una alternativa creíble.
4.No debemos de perder de vista la perspectiva de unas nuevas elecciones generales que intenten clarificar el confuso y atomizado escenario político que salió de los comicios del 20 de diciembre. Esa posibilidad de adelanto electoral no es descartable, aunque es casi seguro que los socialistas la evitarán a toda costa en la medida en que es más que posible que en una nueva cita electoral perdieran más diputados frente a Podemos y salieran de las urnas en una situación de un mayor debilidad, mientras que los populares, según señalan las encuestas, saldrían beneficiados y subirían algunos escaños. No olvidemos que al PP le han han faltado apenas diez diputados más para gobernar, ya que se si sumamos los diputados de Ciudadanos y los populares con esos diez diputados a los que me refiero salen las cuentas para casi gobernar con mayoría absoluta. Sin embargo, la perspectiva de unos nuevos comicios crearía las condiciones para una honda crisis en los socialistas, un seguro escenario de polarización entre Podemos y el PP y la agudización de una serie de retos que están sobre la mesa, como la amenaza secesionista catalana y la crisis económica, que requieren una rápida respuesta.
Así las cosas, y  en unas circunstancias dominadas por la prudencia y el temor de todos los actores políticos a que cualquier movimiento provoque un desgaste electoral futuro, lo que está claro es que se forme o no gobierno al final la única alternativa al actual parlamento conformado por tantas fuerzas y sin una mayoría clara es que habrá elecciones anticipadas y que no se completará el ciclo de gobierno de cuatro años previsto por la Constitución. El gobierno que salga será débil, tendrá que buscar grandes acuerdos para sacar adelante sus proyectos y, en definitiva, se instalará una nueva forma de gobernar en España, pero eso no será óbice para que la inestabilidad sea la tónica dominante y que ese sea el mejor camino para resolver los problemas pendientes. Habrá elecciones antes de cuatro años, pero la cuestión es saber cuándo.  Otro asunto que queda pendiente es conocer qué será mejor para España: si un gobierno débil o la convocatoria de unas nuevas elecciones. Pero esa es harina que dejo para otro costal. Veremos qué ocurre.

Ricardo Angoso
Analista Internacional

Bush-Rubio, ¿tándem ganador de los republicanos para las elecciones presidenciales?

Se puede decir que la única opción ganadora que tiene el bando republicano es el tándem Bush-Rubio, que aúna experiencia, madurez política, juventud, diversidad racial, bilingüismo, manejo de la economía, larga trayectoria profesional y, sobre todo, razón de Estado a la hora de anteponer su claro sentido de servicio público a sus intereses personales

Ricardo Angoso/periodista Español

Analista internacional

 

 

A medida que va avanzando la precampaña para las primarias del Partido Republicano norteamericano, las cosas se van viendo con una mayor claridad y el ruido mediático generado por Donald Trump se va apagando a medida que su cascada retórica de mamarrachadas lejos ya de escandalizar sirve tan solo para caricaturizar a un personaje a medio camino entre el esperpentismo y el patetismo. Trump sabe poco de política, pero lo suficiente para saber que nunca va a ganar las elecciones primarias en el interior de su partido y ser el nominado como candidato presidencial.

Sin embargo, la amenaza de que si no gana esta batalla Trump se presente como independiente y divida al electorado conservador sigue pendiendo de un hilo y, de producirse, sería el peor escenario posible para los republicanos. Ya en la década de los noventa, un independiente ultraconservador,Ross Perot, le robó al bando republicano la victoria frente a los demócratas e impidió la reelección del presidente Bush padre. Trump está vendiendo su marca comercial en esta campaña, el objetivo es que su nombre se haga universalmente conocido -lo que en cierta medida ya ha logrado- y consiga vender más sus productos para acaparar una mayor fortuna. Trump también debe saber que las elecciones se ganan desde el centro y que sus exabruptos le pueden dar una cierta popularidad ahora, pero que pueden convertirse, en el largo plazo, en una suerte de bumerán que le deje fuera de juego.

En esta carrera electoral, marcada por el impacto mediático de las mamarrachadas de Trump y el claro liderazgo de

Donald Trump

Donald Trump

 

Hillary Clinton en el campo demócrata, hay demasiado ruido, pocos contenidos programáticos serios y escasos espacios para un debate serio y sosegado entre los candidatos. Pero, en medio de este protagonismo inesperado y también buscado por Trump, hay dos candidatos que sobresalen en el campo republicano por su carácter de símbolos e iconos.

En primer lugar, está Jeb Bush, uno de los candidatos republicanos a tener en cuenta por su larga y dilatada carrera política, en la que tenemos que destacar su paso por la gobernación de Florida y otros cargos de no menor importancia -senador durante varios años-. Bush pertenece a una de las sagas políticas más conocidas del país y que ha dado dos presidentes a los Estados Unidos en periodos controvertidos en la historia de este país. Hombre cercano y afable, Bush también ha destacado en el mundo de los negocios y tiene conocimientos amplios en los asuntos de política doméstica norteamericana. Además, tiene un carácter pausado, moderado y ajeno a todo tipo de escándalos. Bush puede ser el candidato del centro en el bando republicano, pero a su vez también puede aunar a los sectores descontentos con la forma en que los demócratas han gobernado el país en los últimos años e incluso de los sectores más conservadores como el Tea Party, para quienes sería una pesadilla que llegue un demócrata nuevamente  a la Casa Blanca.

Esa candidatura de Bush a la máxima magistratura del país, si es que consigue ganar la larga batalla de las primarias, que apenas acaba de comenzar y se presiente larga hasta que un candidato se vislumbre como ganador, podría ser quizá el único contrapeso serio a la candidatura de Clinton. Nuevamente, como ha ocurrido en otras ocasiones, una saga política al estilo de los Kenedy vuelve a estar en la primera línea de la contienda política en Estados Unidos. Mejor dicho, dos sagas, los Clinton y los Bush, parecen ser las destinadas a competir por la presidencia de la mayor potencia del mundo.

Marco Rubio y Jeb Bush

Marco Rubio y Jeb Bush

 

Ganar el voto latino, única alternativa para vencer en las elecciones. Pero aparte de Bush, los republicanos pueden tener otra baza a su favor: el político hispano y joven Mario Rubio. Rubio es, a sus 44 años, uno de los senadores más jóvenes del Senado norteamericano y una de las firmes promesas del bando republicano. Abogado de profesión, bilingüe y con una notable vocación política, este joven candidato a la presidencia puede dar a los republicanos lo que ahora les falta, es decir, el voto de los casi cuarenta millones de latinos -cifra que podría ser mayor si sumamos los ilegales- que viven en los Estados Unidos y que mayoritariamente orientan su voto hacia los demócratas.

Va a resultar muy difícil, a partir de ahora, que un futuro presidente de los Estados Unidos sea elegido sin los votos de los latinos y los afroamericanos. Los futuros presidentes norteamericanos tendrán que concitar grandes apoyos en esas poblaciones para ser elegidos, tal como lo logró Obama en las últimas elecciones. Tan solo la estupidez supina de Trump, que está en campaña por negocios y no por política, puede haber llegado a planteamientos erróneos en las filas republicanas en el sentido de desconsiderar e infravalorar el potente y cada vez más emergente voto latino.

En definitiva, y para concluir, después de un somero análisis de los candidatos republicanos, sus propuestas programáticas y sus planteamientos estratégicos, se puede decir que la única opción ganadora que tiene el bando republicano es el tándem Bush-Rubio, que aúna experiencia, madurez política, juventud, diversidad racial, bilingüismo, manejo de la economía, larga trayectoria profesional y, sobre todo, razón de Estado a la hora de anteponer su claro sentido de servicio público a sus intereses personales. Bush tiene la suficiente edad y bagaje intelectual y profesional para ser el próximo presidente de los Estados Unidos, algo que no ocurre con el todavía bisoño, inexperto -hasta veces ignorante: sigue negando el cambio climático y se queda tan ancho- y joven Rubio, que debe esperar algún tiempo y aprender que en estas carreras políticas lo más importante es saber manejar los tiempos y dejar que las grandes oportunidades se le presenten. Si se cumpliera este deseo personal, que es el de muchos también en los Estados Unidos, es más que seguro que la retórica y demagogia de los demócratas, por mucho que se empeñe Hilary en presentarse como una persona cabal de ideas conservadoras, casi cercana a los republicanos, será ampliamente derrotada y asistiremos a un nuevo ciclo en este país.

@ricardoangoso

rangoso@iniciativaradical.org

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Agencias

Gran jurado de Manhattan imputa cargos contra Donald Trump por caso de actriz porno

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EP New York | política EE.UU. | agencias

por Gustavo Lugo

Donald Trump es acusado penalmente en NY

NUEVA YORK  — Donald Trump ha sido acusado por un jurado investigador de Manhattan, dijeron el jueves fiscales y sus abogados, lo que lo convierte en el primer expresidente de Estados Unidos en enfrentar un cargo penal y remece sus pretensiones de retomar la Casa Blanca el próximo año.

Los cargos se centran en los pagos realizados durante la campaña presidencial de 2016 para acallar las denuncias de un encuentro sexual extramatrimonial. Además, representan un desarrollo extraordinario después de años de investigaciones sobre los tratos comerciales, políticos y personales de Trump.

La acusación impulsa a una fiscalía de distrito local al corazón de una contienda presidencial y marca el comienzo de un proceso penal en una ciudad que el expresidente llamó su hogar durante décadas. Al llegar en un momento de profundas divisiones políticas, es probable que los cargos refuercen los puntos de vista tanto de quienes creen que ya era hora de que el exmandatario rindiera cuentas, como de aquellos que, como Trump, sienten que el republicano está siendo atacado con fines políticos por un fiscal demócrata.

Trump, quien ha negado haber cometido delito alguno y ha atacado la pesquisa en numerosas ocasiones, se refirió a los cargos formales como una “persecución política” y pronosticó que perjudicaría a los demócratas en 2024. En un comunicado en el que confirmaron los cargos, sus abogados Susan Necheles y Joseph Tacopina, afirmaron que Trump “no cometió ningún delito. Lucharemos vigorosamente contra este proceso político en los tribunales”.

Un portavoz de la fiscalía de distrito de Manhattan confirmó la acusación y dijo que los fiscales se habían comunicado con el equipo de defensa de Trump para concertar su entrega. Una persona familiarizada con el asunto, que no estaba autorizada a discutir un proceso que se encuentra bajo precinto, dijo que se esperaba que la entrega se hiciera la próxima semana. El fiscal de distrito Alvin Bragg salió de su oficina el jueves por la tarde sin hacer comentarios.

El caso se centra en acusaciones bien documentadas de un periodo de 2016 durante el cual el pasado de celebridad de Trump chocó con sus ambiciones políticas. Los fiscales examinaron el dinero pagado a la actriz porno Stormy Daniels y a la exmodelo de Playboy Karen McDougal, de quienes temía que hicieran públicas las afirmaciones de que habían tenido encuentros sexuales extramatrimoniales con él.

El momento de la acusación pareció sorprender a los funcionarios de la campaña de Trump luego de los reportes noticiosos de que probablemente faltarían semanas para presentar cargos penales. El expresidente estaba en Mar-a-Lago, su propiedad en Florida, el jueves y había filmado una entrevista con un comentarista conservador.

Para un hombre cuya presidencia estuvo definida por saltarse las normas, la acusación abre camino a otro espectáculo nunca antes visto. Requerirá que un expresidente —y actual aspirante— luche simultáneamente por su libertad y su futuro político al mismo tiempo que se defiende de otras amenazas legales potencialmente más peligrosas, incluidas investigaciones sobre los intentos de él y de sus aliados de anular los resultados de las elecciones de 2020, así como sobre el resguardo de cientos de documentos confidenciales.

Hasta hace poco, Nueva York había sido vista como una candidata poco probable para ser el primer lugar para enjuiciar a Trump, quien continúa enfrentando investigaciones en Atlanta y Washington que también podrían resultar en cargos. A diferencia de esas investigaciones, el caso de Manhattan se refiere a la conducta de Trump antes de convertirse en presidente y no está relacionado con los intentos de anular una elección presidencial.

Mientras busca reafirmar el control del Partido Republicano y mantener a raya a una gran cantidad de exaliados que buscan la nominación presidencial o se opondrán a que él la obtenga, la acusación prepara el escenario para una imagen sin precedentes: un expresidente al que le toman sus huellas dactilares y una foto para su ficha policial, y luego enfrentar la lectura de cargos y posiblemente un juicio penal. Por razones de seguridad, se prevé que sea fichado en un proceso cuidadosamente coreografiado para evitar aglomeraciones dentro o fuera del juzgado.

Al presentar los cargos, el fiscal de distrito de Manhattan Alvin Bragg está asumiendo un caso inusual que había sido investigado por dos fiscales anteriores que se negaron a tomar el arriesgado paso político de buscar cargos en contra de Trump.

En las semanas previas a su acusación formal, Trump arremetió contra la investigación en redes sociales y llamó a sus simpatizantes a realizar protestas en su nombre, lo que obligó a reforzar la seguridad en las inmediaciones de la corte penal de Manhattan.

El destino de la investigación de los pagos para comprar el silencio de las dos mujeres parecía incierto hasta que a principios de marzo comenzó a circular la noticia de que Bragg había invitado a Trump a testificar ante el jurado investigador, un indicio de que la fiscalía estaba cerca de presentar cargos.

Los abogados de Trump rechazaron la invitación, pero un abogado muy allegado al expresidente testificó brevemente en un intento de socavar la credibilidad del exabogado de Trump, Michael Cohen.

El propio Trump había generado expectativas de que sería acusado pronto, al emitir una declaración a principios de mes en la que predijo un arresto inminente y llamó a sus seguidores a protestar. No repitió ese llamado en una nueva declaración el jueves, pero el Departamento de Policía de Nueva York les dijo a sus 36.000 oficiales que estuvieran completamente movilizados y listos para responder a cualquier posible protesta o disturbio.

Hacia el final de la campaña presidencial de 2016, Cohen le pagó a Daniels 130.000 dólares para que guardara silencio sobre lo que asegura se trató de un encuentro sexual con Trump 10 años atrás, luego de haberse conocido en un torneo de golf para celebridades.

La compañía de Trump, la Organización Trump, le reembolsó el monto a Cohen y también lo recompensó con bonos y pagos adicionales que fueron registrados internamente como gastos legales. A lo largo de varios meses, según Cohen, la compañía le pagó 420.000 dólares.

Antes de eso en 2016, Cohen también había hecho arreglos para que el editor del tabloide National Enquirer le pagara a la modelo de Playboy Karen McDougal 150.000 dólares para silenciar su historia de una aventura con Trump.

Los pagos a las mujeres tenían la intención de comprar su silencio, pero resultaron contraproducentes casi de inmediato cuando los detalles de los arreglos se filtraron a los medios de comunicación.

Los fiscales federales de Nueva York finalmente acusaron a Cohen en 2018 de violar las leyes federales de financiamiento de campañas, argumentando que los pagos equivalían a una ayuda inadmisible para la campaña presidencial de Trump. Cohen se declaró culpable de esos cargos y de cargos de evasión de impuestos no relacionados, y cumplió condena en una prisión federal.

Trump fue implicado en documentos judiciales por tener conocimiento de los arreglos, pero los fiscales federales en ese momento se negaron a presentar cargos en su contra. El Departamento de Justicia tiene una política añeja de que es probable que sea inconstitucional enjuiciar a un presidente en ejercicio ante un tribunal federal.

Con ingormaciòn de AP | EFE

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Agencias

Alcances del plan de paz de China en Ucrania

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EP New York/ Florida News| Política Internacional | agencias

Putin y Xi celebran la colaboración de sus países, a pesar de la guerra de Rusia en Ucrania

El presidente ruso, Vladimir Putin, le dio la bienvenida a Xi Jinping, el máximo dirigente chino, y mencionó brevemente el plan de paz de Pekín para Ucrania, sin dejar de subrayar la sólida cooperación entre Moscú y Pekín.

El presidente ruso, Vladimir Putin, y el máximo dirigente chino, Xi Jinping, iniciaron el lunes sus conversaciones en Moscú. Posaron uno al lado del otro demostrando una colaboración que no se ha visto afectada por la guerra que Rusia mantiene en Ucrania desde hace un año.

Aunque la guerra y las fricciones que ha evidenciado estuvieron presentes en la reunión, Xi y Putin no hicieron comentarios públicos al respecto, a pesar de las múltiples consecuencias registradas el año pasado como las sanciones occidentales a Rusia, la crisis energética en Europa y la devastación en Ucrania.

En vez de eso, los líderes hicieron todo lo posible por halagarse mutuamente y proyectar unidad en una serie de actos meticulosamente coreografiados. Xi es el líder mundial de más alto nivel que visita Rusia desde la invasión y se quedará tres días, mientras continúan las sangrientas batallas en el este de Ucrania. Además, su visita se produce solo tres días después de que la Corte Penal Internacional emitiera una orden de detención contra el líder ruso por crímenes de guerra.

Las imágenes de la alianza, construida más con gestos simbólicos que con un tratado formal, ha avivado la ansiedad en Occidente ante la posibilidad de que China expanda su apoyo a Rusia más allá de la diplomacia o la economía —posiblemente con armas para que sean usadas en la guerra de Putin— y consolide un poderoso bloque opuesto a la OTAN y Estados Unidos.

“Querido amigo, bienvenido a Rusia”, le dijo Putin a Xi, después de que el líder chino fuera recibido con una alfombra roja y una banda militar.

Putin le dijo a su invitado que China era objeto de “envidia” porque su gobierno había construido un “sistema muy eficaz para desarrollar la economía y fortalecer el Estado”. Xi expresó su “profunda gratitud” a Putin y dijo estar “seguro de que el pueblo ruso seguirá apoyándolo firmemente”, según Xinhua, la agencia de prensa estatal china.

Los mandatarios se sentaron junto a una pequeña mesa, cerca de una chimenea, en un entorno mucho más íntimo que la larga mesa en la que Putin mantuvo tensas reuniones con líderes occidentales antes de que Rusia invadiera Ucrania.

Pero detrás de esta muestra de amistad hay un escenario geopolítico. China y Rusia se oponen a un orden mundial dominado por Estados Unidos y sus aliados, y eso parece pesar más que cualquier objeción que pueda tener Xi sobre la invasión de Ucrania.

El secretario de Estado, Antony J. Blinken, criticó la visita, afirmando que equivale a una “pantalla diplomática para que Rusia siga cometiendo” crímenes de guerra. El tribunal internacional acusó a Putin de ser responsable del secuestro y deportación de niños ucranianos, y las fuerzas rusas siguen atacando zonas civiles.

Según Blinken, el viaje “sugiere que China no siente la responsabilidad de hacer que el presidente rinda cuentas por las atrocidades cometidas en Ucrania”.

Putin, en un artículo publicado en el Diario del Pueblo, el principal periódico del gobernante Partido Comunista de China, estableció paralelismos entre las amenazas que, según él, pesan sobre Rusia por parte de Occidente —y que, en su opinión, lo impulsaron a invadir Ucrania— y las preocupaciones de Pekín en materia de seguridad en Asia.

Describió la cooperación entre Rusia y China como un contrapeso esencial a un Occidente que pretende dominar no solo Europa Oriental, sino también la región de Asia-Pacífico, y que pretende “contener el desarrollo de nuestros países”.

“Son las relaciones ruso-chinas las que hoy representan prácticamente la piedra angular de la estabilidad regional, incluso mundial”, escribió Putin.

Según un resumen chino de su reunión en el Kremlin, Xi le dijo a Putin: “La mayoría de los países apoyan la disminución de las tensiones, abogan por las negociaciones de paz y se oponen a echarle leña al fuego. Históricamente, los conflictos deben resolverse mediante el diálogo y las negociaciones”.

Las cautelosas declaraciones de Xi coinciden con la delicada posición que China ha adoptado en relación con la guerra: simpatiza con las quejas de Rusia contra la influencia occidental y la OTAN, al tiempo que aboga por el diálogo para poner fin a los combates. En consonancia con esa ambigüedad, Xi se ha referido a los combates en Ucrania como una “crisis” o un “conflicto”, pero no como una guerra o una invasión.

Al final del primer día de reuniones, no se evidenció algún progreso en el aspecto que más expectativas ha generado: saber si Xi podrá convencer a Putin para que inicie negociaciones de paz serias. Putin se limitó a afirmar que Rusia había “estudiado detenidamente” las propuestas de paz de China y que las tratará “con respeto”.

Un portavoz de la Casa Blanca, John F. Kirby, dijo: “Veremos de qué salen hablando de esta reunión”. Al calificar a la alianza Pekín-Moscú como un “matrimonio de conveniencia”, dijo que armar a Rusia iría en contra de las declaraciones públicas de Xi acerca de que China quiere la paz.

Para Putin, la visita de Xi también es una oportunidad para suavizar las tensiones suscitadas por los asesinatos de nueve ciudadanos chinos en una mina de oro en la República Centroafricana, un incidente que Xi ha condenado. Hay diversas afirmaciones sobre la identidad del grupo responsable de las muertes, pero algunos culpan a un grupo de mercenarios rusos.

Las conversaciones de Xi y Putin continuarán el martes, cuando se les unirán delegaciones más amplias de funcionarios gubernamentales. También planean dirigirse a los medios de comunicación y celebrar un banquete estatal al que asistirán los líderes empresariales rusos.

Ambos mandatarios se han reunido unas 40 veces desde que Xi se convirtió en líder nacional pero, aunque proyectan una relación más profunda que nunca, la guerra ha interrumpido sus relaciones, al tiempo que ha profundizado la dependencia rusa de China para el comercio y el apoyo diplomático.

La guerra ha sido una fuente de inestabilidad para Pekín, y ha perjudicado los lazos chinos con los países europeos. También ha magnificado las tensiones económicas y energéticas mundiales en un momento en que Xi quiere centrarse en la reconstrucción económica de China después de la pandemia.

En las últimas semanas, Xi ha tratado de reafirmar el papel global de China después de su aislamiento pandémico. Pekín se ha presentado como un potencial intermediario de la paz, organizando conversaciones que condujeron a un acuerdo significativo este mes entre Arabia Saudita e Irán y proponiendo un plan de 12 puntos que fue redactado en términos generales para poner fin a los enfrentamientos.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dijo que agradecería la oportunidad de hablar con Xi, pero no está claro si los líderes tienen la intención de hablar.

El ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang, habló por teléfono la semana pasada con el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, e instó a Ucrania y Rusia a negociar. “No importa cuán grandes sean las dificultades y los desafíos, no se le debe cerrar la puerta a una solución política”, le dijo Qin, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.

Pero hay obstáculos enormes.

Putin, en su artículo del lunes, señaló que Rusia entablará conversaciones solo si retiene el control del territorio capturado en el este y el sur de Ucrania. El gobierno de Ucrania ha descartado ceder territorio a cambio de la paz.

“El primer y principal punto es la capitulación o retirada de las tropas de ocupación rusas”, dijo Oleksiy Danilov, jefe del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, en un comunicado el lunes.

Ni las fuerzas rusas ni las ucranianas han mostrado una desaceleración en la lucha a lo largo del frente en expansión. Cientos de soldados mueren o resultan heridos diariamente en cada bando, según los analistas militares.

Incluso en el caso de que China desee desempeñar un papel para poner fin al derramamiento de sangre, es poco probable que Xi presione a Putin para evitar poner en peligro su asociación más amplia, según dicen muchos analistas. Xi considera que el vínculo de Pekín con Moscú es esencial para compensar el dominio global estadounidense.

“Los países occidentales liderados por Estados Unidos han implementado la contención, el cerco y la represión general de China”, declaró en un discurso este mes.

William Klein, un exdiplomático estadounidense radicado en Pekín, dijo que la visita a Moscú “demuestra claramente que China ve a Rusia como un socio estratégico indispensable”.

“Independientemente de lo que China pueda pensar sobre la guerra, ve a Rusia como una clave para crear un contrapeso a la presión de Estados Unidos”, dijo Klein, que ahora es socio consultor de FGS Global. “No debería haber ninguna expectativa de que China recalibrará sus intereses fundamentales debido a esta guerra”.

La pérdida del apoyo de Rusia podría dejar a China peligrosamente expuesta, según han argumentado los expertos en política exterior china, incluso después de la invasión de Putin.

El mes pasado, Yang Jiemian, un experto en política exterior de Shanghái, escribió en un análisis que si “Rusia se debilita constantemente hasta el punto en que no puede, no quiere o no se atreve a luchar contra Estados Unidos y Occidente, eso haría que China enfrente circunstancias estratégicas muy desfavorables”.

Publicado en The New York Times

 

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Agencias

El colapso financiero del Silicon Valley Bank

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EP New York  | Economía Mundial

Por Gustavo Lugo

Silicon Valley Bank, uno de los principales prestamistas del sector tecnológico, fue cerrado por los reguladores el viernes por preocupaciones sobre su solvencia.

La medida provocó una venta masiva de acciones y generó temores de que otros bancos pudieran estar en riesgo de quiebra. Fundado en 1983, el banco creció hasta convertirse en el decimosexto más grande de los EE. UU., con $ 210 mil millones en activos. A lo largo de los años, según los informes, su lista de clientes creció para incluir algunos de los nombres más importantes en tecnología de consumo como Airbnb, Cisco, Fitbit, Pinterest y Square.

El miércoles por la noche, SVB anunció que planeaba recaudar $ 2 mil millones para “fortalecer (su) posición financiera” después de sufrir pérdidas en medio de la desaceleración más amplia en el sector tecnológico. También indicó que había visto un aumento en los clientes de inicio que retiraban sus depósitos. Al mismo tiempo, el banco señaló que sus títulos habían perdido valor como resultado de las tasas de interés más altas.

El jueves por la mañana, las acciones de SVB comenzaron a experimentar una venta masiva, más tarde ese día, el director ejecutivo de SVB, Gary Becker, suplicó a los inversores tecnológicos que “mantuvieran la calma”. Dijo que el único peligro que se le presentaba a SVB era si “todos se decían unos a otros que SVB está en problemas”. Eso parece haberse transformado en una profecía autocumplida, con los gigantes tecnológicos, incluido Peter Thiel, advirtiendo a los fundadores de nuevas empresas que reduzcan su exposición a SVB, al final del día, las acciones de SVB habían caído un 60%.

El viernes por la mañana, CNBC informó que SVB no había podido recaudar el efectivo que esperaba reunir y estaba buscando un comprador a medida que las salidas de depósitos continuaban acelerándose.

El banco incluso llamó al Departamento de Policía de Nueva York el viernes por la mañana cuando los clientes comenzaron a hacer fila afuera de sus oficinas de Park Avenue para obtener su dinero, pero los oficiales que llegaron al lugar se fueron después de determinar que “no había nada criminal”, dijo un portavoz de la policía de Nueva York.

Para el mediodía del viernes, los reguladores bancarios estatales y federales de California habían visto suficiente y anunciaron que se harían cargo de los depósitos de SVB y pondrían al banco en suspensión de pagos, y  según la FDIC, esta es la segunda mayor quiebra bancaria en la historia de Estados Unidos, detrás del colapso de Washington Mutual en septiembre de 2008.

Antes del cierre, algunos analistas bancarios descartaron las preocupaciones sobre un posible “contagio” derivado de los problemas de SVB que podrían desestabilizar el sector bancario, aunque sin descartar la posibilidad de que el banco quiebre.

“Creemos que la liquidación fue exagerada ya que los bancos grandes tienen mucha más liquidez que los bancos más pequeños, están más diversificados con modelos comerciales más amplios, tienen mucho capital, están mucho mejor administrados con respecto al riesgo y tienen mucho supervisión de los reguladores”, dijo el viernes el analista de JPMorgan Vivek Juneja en una nota a los clientes.

EL DESPLOME DE SILICON VALLEY BANK SE SIENTE A NIVEL GLOBAL

La quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) este viernes no solo ha sembrado la incertidumbre financiera en EE.UU., también ha tenido consecuencias alarmantes que ya se están haciendo visibles en distintas partes del mundo.

En el Reino Unido, la filial del SVB está a punto de declararse insolvente, ya ha cesado su actividad y no acepta nuevos clientes. Más de 250 directores ejecutivos de empresas tecnológicas británicas han firmado una carta dirigida al ministro de Hacienda británico, Jeremy Hunt, en la que piden la intervención del Gobierno, según una copia vista por Reuters.

“La reciente noticia de que SVB va a declararse insolvente representa una amenaza existencial para el sector tecnológico británico”, dice la carta. “Este fin de semana la mayoría de nosotros, como fundadores de empresas tecnológicas, estamos haciendo cuentas para ver si somos potencialmente insolventes desde el punto de vista técnico”.

Al parecer, esto es solo el comienzo, puesto que SVB también tenía sucursales en Alemania, China, Dinamarca, India, Israel y Suecia. Los empresarios británicos advierten de que la quiebra del banco podría acabar con las ‘startups’ de todo el mundo si no interviene el Gobierno.

También ha puesto en alerta a los empresarios tecnológicos de Asia. “No hay que subestimar el impacto del incidente del SVB en la industria tecnológica”, señalaron en una nota los analistas de China International Capital Corp., dirigidos por Liu Zhengning, sin embargo, el banco estatal chino Shanghai Pudong Development Bank, empresa conjunta al 50 % con el SVB Financial Group, aseguró este sábado que sus operaciones son “sólidas” y afirmó que su balance es independiente del de su socio estadounidense.

De otro lado, el ministro de Finanzas de Corea del Sur declaró este domingo que el país sigue de cerca cualquier repercusión de la quiebra del SVB en los mercados surcoreanos, a pesar de las opiniones de los expertos de que la insolvencia del prestamista no se extendería a otros sistemas financieros.

SVB, a través de su entidad matriz, posee inversiones en algunas de las ‘startups’ tecnológicas más importantes de la India, como Bluestone, Carwale, InMobi y Loyalty Rewardz. Por lo tanto, no se puede descartar un impacto directo en la puesta en marcha india y en la nueva economía, señala el medio The Hindu Businessline.

 

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