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Agencias

Así fue la espectacular toma de los talibanes en Afganistan

Francisco

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EP New York/agencias

La ofensiva talibán en Afganistán en 7 días

Cuando comenzó la semana pasada, muchos se aferraban a la esperanza de que se pudiese contener al Talibán, aunque había tomado rutas comerciales clave, cruces fronterizos y territorios en zonas remotas. Pero en solo una semana, los insurgentes ganaron una ciudad tras otra, derrocaron al gobierno y conquistaron el gran trofeo: Kabul.

En sus calles, los anuncios con mujeres vestidas con ropa occidental fueron cubiertos con pintura blanca, mientras que los hombres que llevaban jeans con camiseta corrieron a cambiarlos por túnicas tradicionales. En la embajada de Estados Unidos, el personal se apuraba para destruir documentos mientras los helicópteros sacaban a los diplomáticos del complejo.

Los dedos que en su día estuvieron manchados de tinta morada — recuerdos de las elecciones, buque insignia de una democracia — apretaban ahora los boletos para marcharse y pulsaban frenéticamente las teclas de los cajeros para retirar los ahorros de toda una vida.

Todo en siete días.

“Lo único en lo que está pensando la gente es en cómo sobrevivir aquí o en cómo escapar”, dijo Aisha Khurram, una mujer de 22 años que el domingo se dirigía a una clase en la Universidad de Kabul antes de que la obligaran a dar la vuelta, sin saber si podrá regresar algún día o si las mujeres volverán a tener vetada la educación. “Lo único que tenemos es a nuestro Dios”.

Incluso para un país marcado por la guerra durante generaciones, la última ha sido una semana impactante.

LUNES

La semana arranca con la noticia de que los insurgentes tomaron las ciudades de Aybak y Sar-e Pul, en el norte.

En algunos distritos, las fuerzas progubernamentales se rinden sin presentar batalla. En otros, donde se suceden los combates, los desesperados residentes se marchan de sus casas y recorren cientos de kilómetros en un éxodo a pie.

“Caminamos con las pantuflas, no tuvimos tiempo de ponernos los zapatos”, dijo Bibi Ruqia, quien huyó de la región norteña de Takhar a Kabul después de que una bomba alcanzó su casa. “Tuvimos que escapar”.

La caída de Aybak y Sar-e Pul agrada a los combatientes talibanes. Más tarde aparecen en un video disfrutando de su victoria en el exterior de uno de los edificios gubernamentales que ahora controlan.

Pero los soldados estadounidenses y las tropas afganas que pasaron años entrenando tenían razones para mantener el ánimo: las ciudades eran apenas la cuarta y la quinta capital de provincia que caían en manos insurgentes. Quedaban 29 más.

MARTES

En la resplandeciente capital de Qatar, Doha, el enviado de Estados Unidos, Zalmay Khalilzad, llega con una advertencia para los talibanes: cualquier avance logrado por la fuerza recibirá la condena internacional y les garantizará un estatus de parias globales.

La efectividad de la diplomacia se ve reducida por la ofensiva insurgente, que avanza sobre la ciudad occidental de Farah. Son vistos delante de la oficina del gobernador provincial.

A medida que se acerca el plazo autoimpuesto por Estados Unidos para sacar a sis tropas del país, el 31 de agosto, los talibanes ganan terreno de forma constante mientras cientos de miles de personas quedan desplazadas. Los parques de Kabul se llenan de gente sin hogar mientras Naciones Unidas publica conteos de víctimas y heridos civiles que saben que no harán más que aumentar.

“Las cifras reales (…) serán mucho más altas”, dijo la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet.

MIÉRCOLES

Caen tres capitales de provincia más — Badakhshan, Baghlan y Farah — y el Talibán controla ya más de dos tercios del país. Con esas regiones perdidas, el presidente, Ashraf Ghani, viaja a Balkh, una región ya rodeada por territorios controlados por los insurgentes, para obtener la ayuda de señores de la guerra vinculados a denuncias de atrocidades y corrupción. Pero está desesperado por hacer retroceder a los talibanes.

En la Casa Blanca, su homólogo estadounidense, Joe Biden, firma un plan para organizar la evacuación masiva de los afganos que quieren salir de su país luego de que un nuevo análisis de inteligencia dejó claro que el gobierno y el ejército afganos no quieren o no pueden presentar una resistencia significativa. Las fuerzas especiales afganas, que deben asumir gran parte de la carga de los múltiples frentes, están cada vez más limitadas.

A medida que la ofensiva talibán se expande, aparecen en cada vez más partes del país con rifles M-16 y a bordo de Humvees y camionetas Ford, equipos pagados por los contribuyentes estadounidenses.

JUEVES

Cualquier esperanza de que los éxitos talibanes se limiten a las zonas remotas se desvanece con la conquista de la segunda y tercera ciudades más grandes del país.

Con Kandahar y Herat, son ya una docena de capitales provinciales las que están bajo dominio insurgente. Y con la seguridad deteriorándose rápidamente, Estados Unidos cambia de rumbo y anuncia que enviará a 3.000 soldados para ayudar a evacuar su embajada.

Zahra, una mujer de 26 años residente en Herat, iba a cenar con su madre y sus tres hermanas cuando vio a gente corriendo y escuchó disparos. “¡Los talibanes están aquí!”, gritaba la gente.

Pasó la mayor parte de su vida en un Afganistán donde las niñas recibían educación y las mujeres podían soñar con tener una carrera, y en los cinco últimos años ha trabajado con ONGs a favor de la igualdad de género. Ahora, oculta su apellido para evitar represalias y se encierra en casa con su familia.

“¿Cómo puede ser posible para mí, como mujer que ha trabajado tan duro y ha tratado de aprender y avanzar, tener que esconderme ahora y quedarme en casa?”, preguntó.

Los talibanes logran finalmente entrar a Herat tras dos semanas de ataques. Durante su avance, los testigos dicen que los insurgentes que en su día fueron detenidos y estaban en la prisión de la ciudad ahora se mueven libres por la calle.

VIERNES

A medida que los talibanes se afianzan en el país que aspiran volver a gobernar, los reportes de asesinatos por venganza empiezan a aflorar: un cómico. Un responsable de prensa de un gobierno. Otros.

Proliferan los indicios de una nueva era en Afganistán.

En Herat, dos supuestos saqueadores desfilan por las calles con los rostros pintados de negro en un recordatorio de la implacable versión de la ley islámica impuesta por el Talibán. En Kandahar, toman una estación de radio que llevaba canciones en pastún e indio a las casas de los oyentes, algo prohibido por los insurgentes. La música cesa abruptamente. Y la radio es rebautizada como “Voz de la sharia”.

Los talibanes completan su barrida en el sur del país con la conquista de otras cuatro capitales de provincia. Una de ellas es Helmand, donde estadounidenses, británicos y otras fuerzas aliadas de la OTAN libraron sangrientas batallas. Cientos de soldados extranjeros murieron allí durante la guerra. Ahora, muchas de sus familias se preguntan para qué.

SÁBADO

Ghani ofrece un discurso en televisión en el que promete no renunciar a los logros conseguidos en los 20 años desde la caída del Talibán. Pero el grupo sigue avanzando y sumando victorias.

En la frontera con Pakistán caen las provincias de Paktika y Kunar. En el norte, conquistan Faryab. En el centro capturan Daykundi. Y Mazar-e-Sharif — la cuarta mayor ciudad del país, un territorio fuertemente custodiado que las fuerzas gubernamentales habían prometido defender — está ahora en manos talibanes.

El desastre lleva a Biden a emitir una declaración que reitera en su decisión de completar la retirada iniciada por su predecesor, Donald Trump.

“Fui el cuarto presidente en presidir con la presencia de tropas estadounidenses en Afganistán — dos republicanos, dos demócratas”, dijo. “No pasaría, y no pasaré, esta guerra a un quinto”.

En el exterior del aeropuerto internacional de Kabul se forman largas filas. Los afganos que buscan huir empujan carros con alfombras, televisores y recuerdos en una espera de horas para acceder a la terminal.

En un día normal, afganos con trajes de negocios o vestimentas tradicionales se mezclarían con los tatuados contratistas militares y con cooperantes de todo el mundo. Ahora, las atemorizadas masas llenan el aeropuerto tratando de salir del país.

Farid Ahmad Younusi abandonó su empresa de contratación en Kandahar para poder marcharse. Todo lo que construyó, dice, ahora parece perdido y los insurgentes lo buscan.

“Los talibanes tienen todo por lo que trabajé durante los últimos 20 años”, añadió.

A la vista del aeropuerto, las montañas que rodean la capital se elevan en la distancia mientras los muros parecen cerrarse. A medida que avanza el día llegan noticias de nuevas conquistas talibanes.

Justo al sur de la capital, la provincia de Logar cae de su lado. En el norte, toman Mihterlam, aparentemente sin oposición. Se reporta la presencia de insurgentes en el distrito de Char Asyab, a solo 11 kilómetros (7 millas) de Kabul.

El destino de la ciudad parece casi sellado.

DOMINGO

El talibanes toman Jalalabad, la última gran ciudad además de la capital, y se suceden las victorias. Las capitales de las provincias de Maidan Wardak, Khost, Kapisa y Parwan, además del último paso fronterizo controlado por el gobierno caen en manos de los insurgentes, y las fuerzas afganas en la Base Aérea de Bagram, que alberga una prisión con 5.000 reos, se rinden.

Los insurgentes no tenían fuerzas aéreas y, hasta hace apenas unos días, no controlaban ninguna ciudad importante. Eran muchos menos que las fuerzas afganas, que estaban entrenadas por el ejército estadounidense, el mejor financiado y el más fuerte del planea. Y aún así, lo imposible es ahora una realidad: la capital, Kabul, y sus cinco millones de residentes son suyos.

Los helicópteros zumban. Hay humo. La bandera estadounidense se baja en la embajada.

Ghani, quien horas antes pidió a la población que no se rindiese, ha huido. Su abandonado palacio es ocupado por combatientes fuertemente armados y sus propios compatriotas maldicen su nombre.

“Nos ataron las manos a la espalda y vendieron el país”, dijo el ministro de Defensa, Bismillah Khan Mohammadi.

En Estados Unidos, el director de la CIA acorta un viaje al extranjero para regresar a Washington. Otros en el gobierno rechazan las comparaciones con la caída de Saigón, aunque muchos las consideran inevitables. Con los preparativos para conmemorar el 20 aniversario del 11-S — el ataque que llevó a Estados Unidos a la guerra — en marcha, el principal general estadounidense advierte sobre un aumento de las amenazas terroristas en el futuro.

Las temor por la rapidez con la que cayó Afganistán sacude a quienes están en el poder.

“Quiere creer que los billones de dólares y los 20 años de inversión suponen algo”·, dijo el senador Chris Murphy, aliado de Biden y miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.

Cae la noche con los talibanes repartidos por la capital. Los abandonados puestos de la policía son ocupados. Y en las calles casi vacías, los hombres ondean la bandera blanca y negra del grupo.

Su victoria es completa.

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Los periodistas de The Associated Press en Washington y Estambul contribuyeron a esta investigación.

Agencias

humildad y sencillez sobre el privilegio , legados de Mujica destaca la ONU

Francisco

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EP NEW YORK | FLORIDA NEWS | LATINOAMÉRICA

Guterres recuerda a un Mujica que gobernó con humildad y sencillez sobre el privilegio

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, lamentó este martes la muerte del expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica, de quien destacó su forma de gobernar “con humildad, eligiendo la sencillez sobre el privilegio”.

“Será recordado no solo por su firme compromiso con la justicia social, la igualdad y la solidaridad, sino también por la forma profundamente humana en que encarnó esos valores”, aseguró en un comunicado Guterres.

“Gobernó con humildad, eligiendo la sencillez sobre el privilegio, y nos recordó -con sus palabras y su ejemplo- que el poder debe ejercerse con responsabilidad y compasión”, añadió.

Guterres también destacó que como líder latinoamericano, “defendió el diálogo y el multilateralismo, encarnando los valores que están en el corazón de la Carta de las Naciones Unidas y aportando su autoridad moral a la causa de la paz y los derechos humanos”.

Mujica, que presidió Uruguay entre 2010 y 2015, falleció este martes a los 89 años en Montevideo, un año después de que le descubrieran un tumor maligno en el esófago.

EFE

 

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Agencias

Fin del “romance político” de Trump y Musk

Francisco

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EP NEW YORK | FLORIDA NEWS| EE.UU.

La asociación entre el presidente de Estados Unidos y el hombre más rico del mundo está terminando. Hay un claro perdedor en la ruptura de este romance, y es Elon Musk.

Cayó en desgracia con tanta facilidad como ascendió. Como un Ícaro barato, se arriesgó demasiado, nunca entendió los riesgos y voló demasiado cerca del Sol. Envuelto en el halo de su superestrellato en las redes sociales, se cegó ante la realidad de su situación hasta que fue demasiado tarde.

Musk ya firmó varios contratos federales lucrativos y podría conseguir muchos más, pero abandona Washington con su reputación de genio en todos los frentes —una reputación en la que confiaba para aumentar la cotización de las acciones de su empresa y conseguir inversores para sus ideas ambiciosas— seriamente dañada. En su momento fue comparado con el superhéroe de Marvel Tony Stark, ahora es cada vez más impopular. Muchos de los que solían ser propietarios orgullosos de sus coches eléctricos Tesla los están vendiendo o pegando notas de disculpas en sus parachoques. Las ventas han caído.

Musk no es el primer empresario rico que se traslada a Washington: los millonarios de la >Gilded Age< o Edad Dorada, sombrero de copa en mano, se concentraban en ganar el favor del Senado, donde se hacían las leyes y se determinaban los aranceles. Con la economía en crisis, el >New Deal< y la llegada de una guerra mundial, la Casa Blanca empezó a desempeñar un papel mucho más importante en la dirección de la economía, y los hombres de negocios le prestaron más atención. Decenas de esos millonarios llegaron a la capital; otros se incorporaron al gabinete. Sin embargo, con independencia de cuándo o en qué puesto trabajaran, se regían por las normas de Washington, asumiendo responsabilidades bien definidas y limitadas y, en su mayor parte, permaneciendo fuera de la vista del público.

Musk rompió con esa tradición. Nadie iba a callarlo ni controlarlo. Estaba en la Casa Blanca con su hijo de 4 años a hombros, en el escenario de un mitin de la Conferencia de Acción Política Conservadora para promover su cruzada de reducción de costos con una motosierra. Él y sus ayudantes del Departamento de Eficiencia Gubernamental sembraron el caos en Washington al bloquear los sistemas informáticos de funcionarios, acceder a datos personales de ciudadanos privados e identificar a empleados públicos que consideraban prescindibles.

Al inicio, el presidente Donald Trump pareció respaldar todas las medidas de reducción de costos de su asesor poco ortodoxo y en las redes sociales declaró que él y su gabinete estaban “EXTREMADAMENTE FELICES CON ELON”. Pero entonces Musk violó la regla cardinal de Trumplandia al atreverse a criticar las políticas y los nombramientos del presidente, no solo una o dos veces, sino, notablemente, de manera consistente.

Usó su plataforma X para burlarse de un anuncio de la Casa Blanca según el cual Sam Altman, el directivo de inteligencia artificial más importante y su archienemigo, y otros iban a invertir 100.000 millones de dólares en centros de datos y en generar la electricidad necesaria para alimentar los programas de IA. Musk dijo en una entrevista que el Seguro Social era “el mayor esquema Ponzi de todos los tiempos”, ignorando el hecho de que el presidente se había comprometido a no recortar ese gasto. Incluso discrepó del triunfal anuncio del “Día de la Liberación” de Trump sobre nuevos y radicales aranceles.

Sus ataques y su falta de remordimiento al recortar de manera drástica el gasto federal y despedir a decenas de miles de empleados públicos erosionaron su popularidad. Enfureció a miembros del gabinete al criticarlos en público, desacatar su autoridad y al negarse a reconocer la cadena de mando de la Casa Blanca.

Su reinado llegó a su fin el Día de los Inocentes, cuando los 20 millones de dólares que donó para elegir a un republicano respaldado por Trump para un puesto vacante en la Corte Suprema de Wisconsin resultaron contraproducentes al animar a ir a las urnas a más demócratas que republicanos. Ya no era posible ignorar la realidad de que el hombre más rico del mundo se había convertido en un lastre político. Al día siguiente de la debacle de Wisconsin, Politico informó que el presidente había “comunicado a su círculo íntimo” que Musk “se retiraría en las próximas semanas de su cargo actual”. A mediados de abril, Trump sugirió el cada vez menor aprecio a Musk cuando sustituyó a su elección para comisionado en funciones del IRS por el candidato favorito del secretario del Tesoro, Scott Bessent.

El 22 de abril, Musk anunció que iba a reducir su trabajo en el gobierno para poder dedicar más tiempo a Tesla, que para entonces tenía tantos problemas que surgieron informes de que el consejo estaba considerando sustituirlo como director ejecutivo. (La empresa negó la afirmación). La realidad que golpeó las encuestas de Wisconsin golpeó aún más a su empresa automovilística: las ventas cayeron un 20 por ciento en el primer trimestre de 2025 en comparación con el año anterior; las ganancias cayeron un 70 por ciento. El llamativo y poco práctico Cybertruck que había ensalzado resultó ser un fracaso. Mientras tanto, Tesla está perdiendo con rapidez una parte del mercado frente al fabricante chino BYD y otros fabricantes establecidos de automóviles.

Eso no quiere decir que los demás intereses empresariales de Musk —en particular su empresa de lanzamiento de cohetes, SpaceX, y su unidad de satélites, Starlink— estén siendo afectados. SpaceX está a punto de ganar miles de millones de dólares con contratos gubernamentales. El gobierno de Trump ya ha despejado el camino para que Starlink pueda optar al estímulo gubernamental de 42.000 millones de dólares a la conexión de banda ancha rural e incluso ha animado a otros países deseosos de reducir los aranceles estadounidenses a hacer negocios con Starlink. Pero lo más probable es que tales ayudas se hubieran producido si Musk no se hubiera unido al gobierno de Trump.

La lección que hay que aprender aquí es que en el sistema de gobierno estadounidense no hay lugar para un copresidente no elegido. Aunque las elecciones suelen dar resultados que no esperamos ni deseamos, hace tiempo que demostramos estar mejor con un gobierno compuesto por cargos electos y nombramientos de alto nivel que han pasado por el proceso de confirmación exigido por la Constitución. Musk pensó que podía ser una excepción. Y esa fue su perdición.

Publicado en NYT

 

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Agencias

Robert Francis Prevost es el nuevo PaPa y se llamará Leon XIV

Francisco

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EP NEW YORK | FLORIDA NEWS | VATICANO

El nuevo papa es Robert Francis Prevost y se llamará Leon XIV

Lo anunció el cardenal protodiácono Dominique Mamberti, que miró hacia la plaza de San Pedro y pronunció el tradicional “Habemus Papam”.

El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, es el nuevo papa, se anunció formalmente, y se llamará León XIV. Se abrió la Loggia delle Benedizioni y, entre una ovación de la multitud, apareció el cardenal protodiácono Dominique Mamberti, que miró hacia la plaza de San Pedro y pronunció el “Habemus Papam” (“Tenemos Papa”) Luego dijo su nombre.

Minutos después apareció el elegido. “La paz sea con todos vosotros”, estas fueron las primeras palabras del nuevo Papa en los balcones del Vaticano. El estadounidense visiblemente emocionado, saludó a los fieles con la mano en alto. “Gracias al Papa Francisco”, dijo en uno de sus pasajes. Y le suplicó: “Ayúdanos también a construir puentes con el diálogo y el encuentro, para ser un solo pueblo, para estar en paz”.

“Saludos a todos, especialmente a la diócesis de Chiclayo en Perú”. Este es el saludo que el nuevo Papa estadounidense, León XIV, quiso dirigir desde el balcón en un breve aparte en español. Después de su elección y de haberla aceptado, el nuevo Papa se retiró a la llamada “sala de las lágrimas”, la sacristía de la Capilla Sixtina, para permanecer en oración y revestirse con los ornamentos papales. Dentro de la sala se encuentran tres túnicas papales de diferentes tamaños. Después de prepararse, regresó a la Capilla Sixtina para recibir el homenaje de los cardenales.

“Felicitaciones al cardenal Robert Francis Prevost. Es un honor saber que es el primer papa estadounidense”, esto escribió el presidente Donald Trump en su red social Truth. “El primer Papa estadounidense”, así abre la CNN su sitio web, al igual que el New York Times y el Washington Post. The Guardian de Inglaterra también subraya: “Tenemos un Papa estadounidense”. Estos son los primeros sitios internacionales que resaltan el hecho de que el nuevo pontífice es estadounidense.

Se trata de la primera vez en la historia que un norteamericano es elegido como líder de la Iglesia Católica.

Prevost, de 69 años, es originario de Chicago y tiene ascendencia franco-italiana y española. Fue nombrado en enero de este año por el fallecido Papa Francisco como prefecto de la Congregación para los Obispos, uno de los cargos más influyentes de la curia vaticana, responsable de la designación de obispos en todo el mundo. Su nombramiento fue interpretado en su momento como una señal de la confianza y cercanía que Francisco tenía hacia él. Su carrera eclesiástica se destaca por una fuerte vocación misionera. A los 26 años fue ordenado sacerdote y poco después se trasladó a Perú, donde vivió durante años en regiones como Trujillo, Iquitos o Apurímac. Allí trabajó tanto en comunidades desfavorecidas como en ámbitos académicos, lo que le permitió consolidar una visión pastoral comprometida con los pobres y las periferias, valores que también caracterizaron al papado de Francisco.

Además de su experiencia misionera, León XIV es reconocido por su sólida formación intelectual: estudió matemáticas, filosofía y teología, y posee una destacada capacidad multilingüe -habla inglés, español, italiano, francés y portugués, además de entender latín y alemán-, lo que refuerza su perfil internacional y conciliador en un contexto globalizado. Con su elección, la Iglesia Católica abre una nueva etapa bajo un pontífice que combina la experiencia pastoral del sur global con una mirada moderna y globalizada. León XIV inicia su papado con el desafío de continuar el legado de Francisco, especialmente en temas como la justicia social, la migración y el cuidado del medio ambiente.

El nuevo Papa se asemeja a su predecesor en su fuerte compromiso con los pobres y los migrantes, y en ir a su encuentro, como pregonaba Francisco. “El obispo no debe ser un principito sentado en su reino. Está llamado auténticamente a ser humilde, a estar cerca de la gente a la que sirve, a caminar con ellos, a sufrir con ellos”, señaló el año pasado. 

Agencias

 

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