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Latinoamérica

La desigualdad en América Latina no se combate con golpes y disparos

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EP New York/ otros medios

Por:Jorge Ramos

En Venezuela, Nicaragua y Bolivia se protesta por falta de democracia; en Chile, Ecuador y Haití, por falta de oportunidades y mayor igualdad. Mientras tanto, entre la indiferencia y el aislacionismo trumpiano, Argentina regresa a la izquierda peronista-kirchnerista, México no ve la salida a la creciente espiral de la narcoviolencia y, por supuesto, hay otros países temblando.

En todo este aparente caos latinoamericano, destacan tres tendencias.

La desigualdad

América Latina es la región más desigual del mundo. Sus ricos y no tan ricos están muy separados de sus muchos pobres y no tan pobres. La triste lección es que la democracia es necesaria pero no suficiente. Desde la Colonia hasta nuestros días, las economías latinoamericanas han estado organizadas para el beneficio de unos pocos. Luego de décadas de dictaduras y gobiernos autoritarios, muchos países —además de elegir a sus líderes con votos— esperaban una época de bienestar económico para todos. No fue así.

Esto lo escuché de una joven manifestante chilena: “El pueblo pobre de Chile se levantó porque no aguanta más. Porque quiere agua. Porque nos quitaron los ríos. Porque nos tienen a los jóvenes vendiendo nuestra vida en las calles para pagar unas cuotas miserables. El pueblo de Chile despertó y despertó para no dormirse nunca más”.

El presidente chileno, Sebastián Piñera, se disculpó. “Reconozco esta falta de visión y le pido perdón a mis compatriotas”, dijo por televisión nacional. Pero antes ya había sacado a los militares a las calles y levantado un toque de queda; era la primera vez que esto ocurría desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet.

Las disculpas después de los tanques y los muertos no suelen ser muy efectivas. “Recurrir a militares para reestablecer el orden público es una medida delicada y de alto riesgo”, me dijo en una entrevista José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch. Vivanco refirió los ejemplos de Argentina, Chile y otros países donde el estamento militar ha estado asociado con dictaduras brutales.

Algo similar ocurrió en Ecuador, donde las protestas contra las medidas económicas tomadas por el presidente Lenín Moreno, tras aceptar un polémico préstamo del Fondo Monetario Internacional, fueron sangrientamente reprimidas. Las Naciones Unidas recibió “alegaciones de violaciones a los derechos humanos que habrían cometido fuerzas de seguridad del Estado”, mientras la Defensoría del Pueblo informó de una decena de muertos y más de mil heridos.

Cuando le pregunté por la represión al canciller ecuatoriano, José Valencia, contestó: “No es así, porque los muertos no fueron fruto de la acción de la policía sino accidentes en el marco de las manifestaciones […]. La policía reaccionó de una manera que, nosotros creemos, fue adecuada y proporcional”. Es difícil creer que los muertos y los heridos sean solo por accidentes. ¿Quién dio la orden de atacar a los manifestantes? ¿Quién disparó lo gases lacrimógenos? ¿Y los uniformados que atacaron a jóvenes con sus macanas y motocicletas? Eso no se hace contra gente que se queja de sus deplorables condiciones económicas.

La desigualdad no se vence a golpes y disparos.

Las protestas y las redes sociales

El dictador venezolano, Nicolás Maduro, se quiso tomar el crédito de las protestas en otros países sudamericanos. “Estamos cumpliendo el plan, Foro de São Paulo”, dijo recientemente, refiriéndose a una supuesta acción concertada del grupo de partidos y organizaciones latinoamericanas que promueven ideas de izquierda. No hay pruebas de esta acción. Pero así fuera cierta, eso no explica la manifestación de más de un millón de personas en Santiago ni las marchas masivas en Haití.

Las manifestaciones son en realidad producto de los nuevos espacios creados por la democracia; en las dictaduras de Pinochet, de Videla en Argentina o en el México de 1968, ciudadanos fueron masacrados por protestar. Hoy ya no tienen miedo. Pero también las protestas se dan y se organizan gracias a las nuevas tecnologías —desde internet y las redes sociales hasta el uso omnipresente de los celulares— que logran burlar cualquier intento de control y censura oficial. Los cuadrados comunicados oficiales tienen que competir en Twitter, Instagram y Facebook con la fluidez de millones de videos, fotos y textos que los contradicen.

Ya no se puede gobernar si se pierde la legitimidad y la credibilidad en las redes.

La tentación autoritaria

América Latina nunca ha dejado atrás su tentación autoritaria. Desde que Simón Bolívar fue declarado dictador de Perú y jugó con la idea de un presidente vitalicio para la Gran Colombia, otros han seguido sus pasos.

Hoy tenemos varios dictadores en América Latina. Nicolás Maduro en Venezuela y la dupla Daniel Ortega-Rosario Murillo en Nicaragua han falseado elecciones y violado ferozmente los derechos humanos para atornillarse un poquito más en el poder. Cuba es un ejemplo increíble de cómo se han normalizado sesenta años de represión brutal. De las dictaduras de Fidel y Raúl Castro se dio el dedazo para que las continuara Miguel Díaz-Canel. Y Evo Morales no entiende que no significa no. Eso es lo que le dijeron los bolivianos en el referéndum de 2016, prohibiéndole la reelección. Ya lleva casi 14 años en el poder y busca más. Pero las protestas no paran. El caudillismo y la mano dura nunca han sido la solución de los problemas que afligen a América Latina.

Se acabó la época del silencio y el acomodo. Los latinoamericanos han dejado de callar su descontento. Y ese enojo no se apaga con manguerazos de agua.

Lo nuevo en la reciente ola de protestas es la desaparición de la censura oficial y la aparición de nuevas tecnologías digitales para compartir el descontento y sumar fuerzas para protestar. Desafortunadamente, la respuesta de los gobiernos hasta ahora han sido la misma de siempre: reprimir.

Pero ya ni eso está funcionando. Se acaba el tiempo para escuchar. De nada sirve que en Chile se pida perdón si los soldados siguen en la calle y no se cambia la constitución. Las protestas en Ecuador pueden resurgir a la menor provocación. Se le puede terminar la larga luna de miel a Andrés Manuel López Obrador en México si no da resultados y siguen las matanzas. Bolivia se resiste a cinco años más de Evo. Y nuestros dictadorzuelos de turno en Venezuela, Nicaragua y Cuba han perdido el control del mensaje.

Primero se pierden las redes y luego las calles. El malestar y el enojo son un presagio. Pase lo que pase, las cosas ya no pueden seguir igual. (The New York Times)


Jorge Ramos es periodista, conductor de los programas Noticiero Univisión y Al punto, y autor del libro Stranger: El desafío de un inmigrante latino en la era de Trump.

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40 años de la desaparición de Armero

Francisco

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EP NEW YORK | FLORIDA NEWS

Armero , 40 años de una historia difícil de contar.

Por Gustavo Lugo

Miles de personas se reunieron en el campo santo de Armero, para recordar a las víctimas de La tragedia de Armero que fue un desastre natural producto de la erupción del Volcan Nevado Del Ruiz el miércoles 13 de noviembre de 1985, que afectó a los departamentos de Caldas y Tolima en Colombia.

Tras sesenta y nueve años de inactividad, la erupción tomó por sorpresa a los poblados cercanos, a pesar de advertencias realizadas por parte de múltiples organismos y vulcanólogos, los cuales habían reportado indicios de actividad volcánica desde diciembre de 1984.

Los flujos piroclásticos emitidos por el crater del volcan fundieron cerca del 10 % del glaciar  de la montaña, enviando cuatro lahares flujos de lodo, tierra y escombros productos de la actividad volcánica, que descendieron por las laderas del Nevado a 60 km/h . Los lahares aumentaron su velocidad en los barrancos y faldas cercanos y se encaminaron hacia los cauces de los seis ríos que nacían en el volcán.

La población de Armero, ubicada a poco menos de 50 km del volcán, fue destruida por dichos lahares, muriendo 25.000 personas de sus 29.000 habitantes.

Los esfuerzos de rescate fueron obstaculizados por el lodo, que hacía casi imposible el moverse sin quedar atrapado. Para el momento en el que los rescatistas alcanzaron Armero, doce horas después de la erupción, muchas de las víctimas con heridas graves ya habían muerto. Alrededor del mundo se publicaron tomas de vídeo y fotografías de Omayra Sanchez (la niña de Armero como se le llama ahora), una adolescente víctima de la tragedia, que estuvo atrapada durante tres días hasta que finalmente falleció. Fotografías, videos y relatos del impacto del desastre llamaron la atención de la opinión pública  e iniciaron una controversia sobre el grado de responsabilidad del gobierno colombiano  en la catástrofe.

Esta fue la segunda erupción volcánica más mortífera del siglo XX, superada solo por la erupcion del monte pelee en 1902, y el cuarto evento volcánico más mortífero desde el año 1500. Fue una catástrofe previsible, exacerbada por el desconocimiento de la violenta historia del volcán, pues geólogos y otros expertos habían advertido a las autoridades y a los medios de comunicación sobre el peligro durante las semanas previas a la tragedia. Se prepararon mapas de riesgo para las inmediaciones, pero fueron escasamente difundidos. El día de la erupción se llevaron a cabo varios intentos de evacuación pero debido a una tormenta las comunicaciones se vieron restringidas.

Con escasa información sobre el riesgo de una erupción, muchas de las víctimas se mantuvieron en sus hogares, temerosas de que sus viviendas pudieran ser saqueadas por delincuentes en caso de evacuarlas. El ruido de la tormenta pudo haber impedido que muchos escucharan el sonido proveniente del Ruiz.

El Nevado del Ruiz ha hecho erupción en varias ocasiones desde el desastre y continúa siendo una amenaza para las más de 500 000 personas que viven a lo largo de los valles de los ríos Combeima, Chinchiná, Coello-Toche y Guali, Un lahar (o un grupo de lahares) similar en tamaño al de 1985 puede ser iniciado por una erupción relativamente pequeña y podría viajar hasta cien kilómetros desde el volcán. Una erupción lo suficientemente grande puede llegar a afectar con caída de ceniza a Bogota la capital del país.

Para combatir esta amenaza, el Gobierno colombiano creó la Dirección de Prevención y Atención de Desastres un ente especializado encargado de concienciar a la población sobre las amenazas naturales.

El Servicio Geológico de Estados Unidos creó también el Programa de Asistencia en Desastres Volcánicos y el Equipo de Asistencia en Crisis Volcánicas, los cuales evacuaron a cerca de 75 000 personas del área cercana al monte Pinatubo antes de la erupción de 1991. Adicionalmente, varias ciudades de Colombia cuentan con programas propios para crear conciencia frente a los desastres naturales. A su vez, el Servicio Geologico Colombiano (anteriormente Ingeominas) realiza el estudio de los riesgos de origen geológicos en el país.

Los residentes cercanos al Nevado del Ruiz son cautelosos frente a la actividad volcánica; cuando se presentó una nueva erupción en 1989, más de 2300 personas que vivían en las inmediaciones del volcán fueron evacuadas.

El fatídico 13 de noviembre

Al rededor de las 10 pm del 13 de noviembre de 1985 el Nevado del Ruiz erupcionó, expulsando tefra dacitica a más de 30 km de altura en la atmósfera, La erupción alcanzó un 3 en el indice de explosividad volcanica, <span;>La masa de dióxido de azufre expulsada en la erupción fue de aproximadamente 700 000 toneladas.

La erupción produjo flujos piroclásticos que fundieron la nieve y el glaciar de la cima del volcán, generando cuatro lahares que descendieron por los valles de los ríos en los flancos del volcán,destruyendo un pequeño lago que había sido observado en el cráter Arenas, varios meses antes de la erupción. 
El agua de tales lagos suele ser extremadamente salada y puede contener gases volcánicos disueltos. El agua caliente y ácida del lago aceleró la fusión del hielo, un efecto confirmado por la alta concentración de sulfatos y cloruros encontrados en el lahar.

Sobrevivientes de Armero recuerdan la noche como “tranquila”. La Ceniza Volcanica había caído a lo largo del día, pero se les informó a los pobladores que no había nada de qué preocuparse. 

Al caer la tarde, tras un largo periodo de calma, la ceniza volvió a caer. Las estaciones de radio locales reportaban que la ceniza debía ser ignorada y que los residentes debían permanecer en calma, limitándose a recomendar el uso de tapabocas a modo de protección frente a la ceniza. Un sobreviviente afirmó haber ido a la estación de bomberos y allí le informaron que la ceniza “no era nada”.

​La destrucción en Armero fue absoluta, con la práctica totalidad de su cabecera urbana arrasada por completo; la zona rural también se vio perjudicada, y gran parte de las zonas tradicionales de cultivos de Armero quedaron inutilizables. La pérdida de vidas fue exacerbada por la falta de un marco de tiempo preciso para la erupción y por la renuencia de las autoridades locales a la hora de tomar costosas medidas preventivas sin signos claros de peligro inminente.​ 

Debido a que su última erupción de importancia había ocurrido 140 años atrás, en 1845, era difícil para muchos aceptar el peligro del volcán; los pobladores locales incluso le llamaban el “León durmiente”.​

Armero era conocida como la “ciudad blanca” debido a los cultivos de arroz y algodón que se producían. Algunos de los lugares más emblemáticos del municipio eran la plaza, la Iglesia de San Lorenzo, el Parque los Fundadores, la Casa Cultural, la sede de Radio y la Caja Agraria.

Han pasado cuatro decadas y la mayoria de los Armeritas viven en Armero Guayabal.

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Agencias

Una reflexión en tiempos de tensión diplomática

Francisco

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EP NEW YORK | OPINIÓN

Por Gabriel Ángel Ardila

A propósito de la tensa relación entre Colombia y EE.UU.

Más allá del impasse:


En tiempos de tensión diplomática, cuando los titulares se centran en desacuerdos entre gobiernos, conviene recordar que las relaciones entre países no se sostienen únicamente en acuerdos políticos, sino en los vínculos humanos, culturales y académicos que se han tejido durante décadas.

En 1983, tuve el privilegio de representar a El Espectador en un programa internacional que vinculaba a la Beca Fulbright, el USDA y Columbia University. Por delegación directa de don Guillermo Cano Isaza, compartí experiencias con colegas colombianos y delegaciones de otros países, visitamos organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo, y escribimos sobre economía, cooperación y desarrollo.

Hoy, esa memoria se vuelve urgente. No solo porque los archivos que podrían respaldar eso fueron destruidos por la violencia que azotó a El Espectador, sino porque el clima actual entre Colombia y Estados Unidos amenaza con debilitar los mismos puentes que nos permitieron aprender, dialogar y crecer juntos por tanto tiempo.

No se trata de ignorar las diferencias políticas sino reconocer que los intercambios culturales y académicos —como Fulbright, las pasantías, los convenios universitarios— son espacios donde se cultiva el respeto mutuo, la comprensión profunda y la cooperación sin subordinación.

Por eso, propongo que este impasse sea una oportunidad para renovar esos lazos. Que se convoque a una mesa binacional de intercambio cultural, donde periodistas, académicos, artistas y estudiantes de ambos países puedan compartir experiencias, construir propuestas y defender el valor de la autonomía con dignidad. Es la hora de la diplomacia de verdad.

Porque si algo aprendimos en esos años —y lo seguimos aprendiendo hoy— es que el conocimiento compartido no amenaza la soberanía: ¡La fortalece!

 

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Agencias

humildad y sencillez sobre el privilegio , legados de Mujica destaca la ONU

Francisco

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EP NEW YORK | FLORIDA NEWS | LATINOAMÉRICA

Guterres recuerda a un Mujica que gobernó con humildad y sencillez sobre el privilegio

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, lamentó este martes la muerte del expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica, de quien destacó su forma de gobernar “con humildad, eligiendo la sencillez sobre el privilegio”.

“Será recordado no solo por su firme compromiso con la justicia social, la igualdad y la solidaridad, sino también por la forma profundamente humana en que encarnó esos valores”, aseguró en un comunicado Guterres.

“Gobernó con humildad, eligiendo la sencillez sobre el privilegio, y nos recordó -con sus palabras y su ejemplo- que el poder debe ejercerse con responsabilidad y compasión”, añadió.

Guterres también destacó que como líder latinoamericano, “defendió el diálogo y el multilateralismo, encarnando los valores que están en el corazón de la Carta de las Naciones Unidas y aportando su autoridad moral a la causa de la paz y los derechos humanos”.

Mujica, que presidió Uruguay entre 2010 y 2015, falleció este martes a los 89 años en Montevideo, un año después de que le descubrieran un tumor maligno en el esófago.

EFE

 

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