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Organización “Buffett” remplazará cultivos de coca por cacao en Colombia

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EP New York/agencias

TIBU, Colombia/ Protegido por francotiradores del Ejército colombiano, Howard Buffett bajó de un helicóptero y caminó por la hierba húmeda con unas botas con puntera de metal mordisqueadas por su perro.

Bajo una choza con tejado de hojalata esperaba un pequeño grupo de campesinos cocaleros. Nunca habían oído hablar del multimillonario inversionista Warren Buffett, pero después de décadas viéndose ignorados por su propio gobierno, agradecían la mano tendida del hijo mayor de Buffett, al que se referían simplemente como “el gringo”.

“Hay un dicho aquí. Entre menos se sabe, mejor”, dijo Rubén Morantes, con la piel curtida y las manos encallecidas por una vida de trabajo en el campo en uno de los territorios más peligrosos de Colombia, donde se desconfía de los forasteros.

Buffett lleva casi dos décadas recorriendo el mundo para dedicar parte de la fortuna de su padre a fomentar la seguridad alimentaria, mitigar conflictos y fomentar la seguridad pública. Pero su última apuesta es una de las más arriesgadas que ha hecho: ayudar a Colombia a librarse de la maldición de la cocaína.

Se ha centrado en Tibu, corazón de la remota y anárquica región de Catatumbo en la frontera de Venezuela, a donde Buffett acompañó al presidente, Iván Duque.

Tibu tiene la segunda mayor producción de coca de toda Colombia, con 11.400 hectáreas (28.200 acres) de cultivos, según Naciones Unidas.

La producción de droga y la violencia se han disparado en la zona desde que grupos armados llenaron el vacío dejado por los rebeldes cuando estos se retiraron tras firmar un acuerdo de paz con el gobierno en 2016.

La Fundación Howard G. Buffett se ha comprometido a gastar 200 millones de dólares en los próximos años para transformar la empobrecida región en un modelo de construcción de estado. Los planes incluyen reforzar a las fuerzas de seguridad y ayudar a los campesinos a conseguir títulos sobre las tierras y a sustituir la coca, la materia prima de la cocaína, por cultivos legales como el cacao.

La primera fase requiere construir 300 kilómetros (185 millas) de carreteras para comunicar por primera vez a los 37.000 habitantes de la zona con los mercados nacionales e internacionales. Es un desafío complicado por las guerrillas que acechan en la zona, y que el año pasado mataron a cinco personas e hirieron a varias detonando una bomba casera cuando ingenieros del Ejército trabajaban en la carretera.

“La única forma en la que tenemos confianza en que los productores pueden plantar cultivos legales es que puedan llevar esos cultivos al mercado”, dijo Buffett a los agricultores durante una visita el mes pasado con Duque a La Gabarra, un puesto avanzado rural en Tibu. Era la primera vez que un presidente colombiano visitaba el poblado, golpeado por la violencia.

El plan contempla subsidios y formación para los campesinos conforme cambien de cultivos, además de ayudarles a encontrar compradores. También aspira a reforzar la infraestructura de las fuerzas de seguridad locales.

Pero algunos expertos temen que el entusiasmo de Buffett por acelerar el desarrollo de Colombia no sea rival para la arraigada corrupción en zonas rurales que se gestionan como feudos políticos. También está el desafío planteado por miles de inmigrantes venezolanos sin raíces en la zona, y que son blanco de reclutamiento para pandillas criminales.

Mucho depende de la inversión de Buffett.

Desde el inicio del Plan Colombia liderado por Estados Unidos hace dos décadas, no se habían concentrado tantos recursos en una sola zona geográfica del país, señaló Álvaro Balcázar, que ayudó al gobierno a negociar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) la sección del acuerdo de paz relativa a los cultivos ilegales.

“No hay antecedentes privados de ese tamaño”, comentó. “Pero la región es estratégica para la construcción de paz en Colombia”.

Como su padre, Buffett, de 65 años, tiene una reputación de sentido del humor sencillo y maneras rústicas del centro-norte de Estados Unidos. Aunque dejó los estudios universitarios en tres ocasiones, su padre quiere que le suceda como presidente no ejecutivo de Berkshire Hathaway, el conglomerado de 550.000 millones de dólares propietario de empresas como Duracell, Dairy Queen y la aseguradora GEICO, además de grandes participaciones en importantes bancos y aerolíneas estadounidenses.

Pero ha pasado buena parte de su vida adulta recorriendo el mundo, tomando fotografías de naturaleza y escribiendo libros. También tiene una plantación de maíz, y en 2017 acaparó titulares por servir como jefe de policía de Macon County, Illinois, donde vive y tiene la sede su fundación.

Comenzó a explorar el mundo de adolescente con un viaje a la Praga soviética en 1969 para visitar a uno de los muchos estudiantes de intercambio que su madre recibía en la casa familiar en Omaha, Nebraska. Pero su amor por los viajes no se ha visto acompañado por curiosidad culinaria: en Catatumbo llevaba una bolsa térmica azul para comida con su sándwich de mantequilla de maní y mermelada y una lata de Dr. Pepper.

Como filántropo, su prioridad ahora es ayudar a Colombia y El Salvador, cuya lucha contra el narcotráfico tiene un impacto directo en Estados Unidos. Entre los dos países ya ha gastado o comprometido un total de 310 millones de dólares, lo que incluye financiar un nuevo centro de policía forense en El Salvador y un sistema moderno para ayudar a la fiscalía del país a seguir la pista de las investigaciones penales.

Como policía voluntario, que el año pasado hizo 678 horas de patrulla, Buffett ha visto de primera mano el coste humano de la drogadicción. Unas pocas semanas antes de viajar a Colombia, un compañero y él montaban guardia a la 1 de la madrugada ante un motel en Decatur, Illinois, cuando detuvieron a un hombre por posesión de crack. Con él había una mujer que dijo tener problemas con las drogas, de modo que Buffett le pagó dos noches de alojamiento en el lugar. Después le ofreció acudir a un centro de rehabilitación en el condado pagado por una donación de la Buffett Foundation con la esperanza de que encontrara ayuda.

Estas personas necesitan nuestra ayuda”, dijo. “No son delincuentes”.

Tras años centrado en África, y especialmente en Ruanda, donde trabaja con el gobierno para impulsar agricultura sostenible, ha dirigido su atención a América Latina. En la década de 1990 pasó tanto tiempo en su granja de Sudáfrica que obtuvo la residencia permanente.

Buffett comenzó a trabajar en Colombia en 2008 ayudando a la estrella del pop Shakira a abrir escuelas en su ciudad natal, Barranquilla. También financió una unidad del Ejército que retira miles de minas colocadas en antiguas zonas de conflicto. Aprovechando sus contactos empresariales, creó un programa para ayudar a unas 100 familias en el sur de Colombia a dejar de cultivar coca para producir café de gran calidad para Nespresso.

Aunque es un gran defensor del acuerdo de paz de 2016, tiene una relación estrecha con Duque, un conservador preocupado por la seguridad y que llegó al cargo criticando el acuerdo.

Duque ha prometido reducir a la mitad la producción de cocaína en el país para final de 2023.

La producción de droga se disparó después de que su predecesor, el premio Nobel de la Paz Juan Manuel Santos, detuviera la erradicación aérea en 2015 debido a las preocupaciones sobre el efecto en la salud de los herbicidas que utilizaba el programa.

Pero alcanzar ese objetivo requiere enormes recursos que el gobierno no tiene, además de superar la indiferencia de votantes urbanos que viven al margen del conflicto y tienen otras prioridades.

Ahí es donde entra Buffett.

Los 200 millones de dólares prometidos por Buffett para Tibu son más del triple de lo que ha gastado el gobierno durante dos años en obra pública en 170 municipios de riesgo, dentro de un plan de rescate y desarrollo rural contemplado por el acuerdo de paz. La Agencia estadounidense de Desarrollo Internacional gasta 230 millones de dólares al año en Colombia, aunque sus proyectos están repartidos por todo el país.

Además del dinero, los socios antiguos de la Fundación Buffett elogian su labor por su independencia y agilidad. Obtiene su dinero de una donación anual de Warren Buffett en acciones de Berkshire Hathaway, de modo que puede correr riesgos que pocos se atreven a tomar, según expertos en desarrollo.

“Rendimos cuentas principalmente a la Hacienda estadounidense”, bromeó Buffett, que ve los reveses como un inversor de capital riesgo que sabe que debe pasar por las vacas flacas antes de tener un gran éxito.

“Si eres una organización benéfica y tienes tu gala anual para recaudar mucho dinero, no puedes salir ahí y decirle a la gente que tuviste estos cinco fracasos y este éxito. La gente no va a firmar los cheques”, dijo. “Nosotros podemos tomar una decisión en cinco minutos si sabemos lo que queremos hacer”.

Es escéptico con el gobierno de Estados Unidos y Naciones Unidas, y prefiere no trabajar con ninguno de los dos.

“El motivo es que no podemos depender de ellos”, afirmó Buffett, que dijo haber salido perjudicado por la institución humanitaria estadounidense USAID en 2011, cuando la organización abandonó un programa conjunto valorado en 10 millones de dólares para proporcionar semillas a hambrientos campesinos en Sudán del Sur, justo cuando se desató la violencia en el estado independiente más joven del mundo.

“Las balas empezaron a volar y se fueron. Pero es que, estás en Sudán del Sur, por supuesto que van a volar balas”, dijo.

Su fundación, en cambio, trabaja con socios conocidos por ofrecer resultados rápidos con pocos gastos estructurales, una combinación que según dijo es difícil encontrar entre los “bandidos periféricos” que se benefician de las ayudas de Estados Unidos en el extranjero. Un grupo que le acompañaba a Catatumbo era Mercy Corps, con sede en Portland, Oregon, y que ayuda a los granjeros a lidiar con el laberinto burocrático colombiano para obtener títulos de sus tierras.

En un reconocimiento a la reputación de sentido común de su padre, Buffett suele pedir consejo al hombre apodado como “oráculo de Omaha”.

“Es mi tabla de resonancia, como mi conciencia en cierto modo”, dijo Buffett. “Pero él nunca pregunta, ‘¿Por qué haces eso?’ ni ‘¿Por qué corres ese riesgo?’”.

En Tibu, tras hacer algunas bromas y plantar un árbol de cacao, se le veía entusiasmado mientras la comitiva presidencial se apresuraba a marcharse cuando una densa niebla amenazaba con dejarlos en medio de ninguna parte.

“Sé que Emilio está muy preocupado por marcharse”, dijo Buffett a los granjeros a través de un traductor, refiriéndose al asesor posconflicto de Duque, Emilio Archila. “Pero yo no, porque aquí hay un montón de chocolate”.

(Con información de AP)

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Joshua Goodman está en Twitter como: https://twitter.com/APjoshgoodman

 

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Petro rompe relaciones diplomáticas con Israel

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EP NEW YORK | LATINOAMÉRICA

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, dijo el miércoles que su país romperá relaciones diplomáticas con Israel debido a la guerra en Gaza. El mandatario hizo el anuncio en Bogotá, y calificó al gobierno israelí de “genocida”.

Petro se refirió a la medida en un discurso pronunciado en la capital colombiana ante una multitud entusiasta que se había congregado con motivo del Día Internacional de los Trabajadores.

“No puede ser, no puede volver, no pueden llegar las épocas del genocidio, del exterminio de un pueblo entero ante nuestros ojos, ante nuestra pasividad”, dijo Petro. “Si muere Palestina muere la humanidad”.

​​Colombia es el segundo país sudamericano en romper relaciones con Israel después de Bolivia, que lo hizo en noviembre debido a los ataques en Gaza. El mismo día que el gobierno boliviano hizo su anuncio, Colombia y Chile comunicaron que iban a retirar a sus embajadores en Israel, y Honduras hizo lo mismo a los pocos días. Belice también suspendió las relaciones diplomáticas con Israel en noviembre.

El gobierno israelí criticó la decisión de Petro el miércoles.

“La historia recordará que Gustavo Petro eligió estar del lado de los monstruos más abominables conocidos por el hombre, quienes quemaron bebés, mataron niños, violaron mujeres y secuestraron civiles inocentes”, escribió en X el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Israel Katz. “Israel y Colombia siempre disfrutaron de una relación cercana. Ni siquiera un presidente antisemita y lleno de odio cambiará eso”.

Petro, el primer presidente de izquierda de Colombia y crítico de las políticas antidrogas de Estados Unidos hacia su país, amenazó en marzo con suspender las relaciones con Israel si no acataba una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un alto al fuego inmediato en Gaza. Además, le pidió a otros países que hicieran lo mismo. En respuesta a esa amenaza, Katz escribió en X que era vergonzoso el “apoyo de Petro a los asesinos de Hamás”, quienes llevaron a cabo masacres y cometieron crímenes sexuales contra israelíes.

“Israel seguirá protegiendo a sus ciudadanos y no cederá a ninguna presión o amenaza”, añadió Katz.

En febrero, Petro suspendió la compra de armas israelíes por parte de Colombia, después de que las fuerzas israelíes abrieran fuego mientras una multitud se congregaba cerca de un convoy de camiones que transportaba ayuda necesaria a la ciudad de Gaza, en una escena caótica en la que decenas de personas resultaron muertas y heridas, según funcionarios sanitarios gazatíes y el ejército israelí.

Agencias. NYT

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Protestas universitarias contra israel

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EP NEW YORK. | PROTESTAS CONTRA ISRAEL

Por Gustsvo Lugo

A una semana de las protestas a favor de Palestina, la Universidad de Columbia, epicentro de la creciente disidencia estudiantil contra la guerra en Gaza, enfrentaban el jueves una fecha límite para levantar los campamentos mientras las protestas y los arrestos se intensificaban en todo el país, los manifestantes se mantiene firmes mientras el reloj sigue corriendo,

En Columbia, con más de 100 arrestos en los últimos días, el presidente de la escuela, Minouche Shafik, advirtió a los estudiantes que si las tiendas de campaña no se retiran antes del viernes “tendremos que considerar opciones alternativas” para despejar el área y restaurar la calma en el campus. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, arremetió el jueves contra los manifestantes de Columbia, quienes lo abuchearon durante su visita a la escuela un día antes. Johnson había criticado a los estudiantes y profesores que participaron en la protesta y pidió la dimisión de Shafik.

Ya suman mas de veinte campus que se han unido en todo el pais a las protestas, la chispa que prendio las protestas, se predujo la  semana pasada en la Universidad de Columbia cuando la presidenta de la institución, Nemat “Minouche” Shafik, testificó ante una comisión de la Cámara de Representantes sobre la respuesta de la universidad a las acusaciones de antisemitismo en el campus. Al mismo tiempo se inició en el campus una protesta propalestina. Tras su testimonio, Shafik solicitó en una carta hecha pública por la universidad que el Departamento de Policía de la ciudad de Nueva York desalojara a las personas que estaban acampando en el jardín sur del campus y que “infringían las normas y políticas de la universidad” y estaban invadiendo el campus.

Más de 100 personas fueron detenidas, según las fuerzas de seguridad.

Los campamentos fueron organizados por Columbia University Apartheid Divest (CUAD), una coalición estudiantil de más de 100 organizaciones, entre ellas Estudiantes por la Justicia en Palestina y Voz Judía por la Paz, para protestar contra lo que describen como la “continua inversión financiera de la universidad en empresas que se benefician del apartheid israelí, el genocidio y la ocupación militar de Palestina”, según dijeron en un comunicado de prensa.

Los manifestantes propalestinos de Columbia afirmaron que no se dispersarán hasta que la universidad acceda a cortar lazos con instituciones académicas israelíes y se comprometa a una “completa desinversión” de sus fondos de entidades relacionadas con Israel, entre otras demandas. Las autoridades de Columbia advirtieron a principios de esta semana que el campamento viola las normas de la escuela, pero no proporcionaron consecuencias disciplinarias específicas.

No obstante, la situación siguió agravándose y este miércoles el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, acudió a la universidad para intentar persuadir a los estudiantes de que detuvieran las protestas. Mientras pronunciaba su discurso, los jóvenes gritaban “No podemos oírte”. Ante esta presión, Johnson respondió: “Disfruten de su libertad de expresión”.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, publicó un mensaje de video en sus redes sociales, en el que condenó las acciones de estudiantes del país norteamericano y la falta de reacción adecuada por parte de las autoridades de las escuelas.

“Multitudes antisemitas han tomado las principales universidades. Piden la aniquilación de Israel. Atacan a estudiantes judíos”, afirmó. Además, calificó las manifestaciones de “horribles” y agregó que “recuerdan lo sucedido en las universidades alemanas en los años 30”.

Las manifestaciones y acalorados debates sobre la guerra de Israel en Gaza y la libre expresión han sacudido los campus de EE.UU. desde el ataque de Hamás en Israel el 7 de octubre, que dio inicio la campaña militar israelí en la Franja.

Las autoridades de estas prestigiosas e influyentes universidades tienen dificultades para calmar los ánimos en sus campus y en su mayoría han fracasado, y una de sus mayores preocupaciones son las próximas ceremonias de graduación.

Como ha sucedido en otras universidades, los manifestantes de NYU exigen que los administradores revelen y se despojen de “su financiación y donaciones recibidas de productores de armas y empresas con intereses en la ocupación israelí”.

Otros campamentos de protesta también se han erigido en la Universidad de California en Berkeley, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), la Universidad de Michigan, el Emerson College y Tufts.

 

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Miles de opositores marchan contra Petro en Colombia

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EP New York. | Latinoamérica

Miles de opositores protestan en Colombia y Petro insiste en que buscan “derrocar” su gobierno

BOGOTÁ — Los opositores al gobierno del izquierdista Gustavo Petro volvieron a manifestarse el domingo y convocaron cerca de 250.000 personas en todo el país mientras coreaban incesantemente ”¡Fuera Petro!”, mostrando su desacuerdo con las reformas sociales que impulsa, su propuesta de hacer una constituyente y reclamando por problemas económicos y de seguridad.

El presidente señaló que las manifestaciones tuvieron por objetivo buscar “derrocar el gobierno del cambio” de parte de sectores que quieren que se “deshaga las reformas que van a favor del pueblo para mantener la captura de enormes cantidades de dinero público usados como ganancias de particulares”. Por lo que insistió, desde su cuenta de X, en que sus partidarios deben “responder” en una manifestación el primero de mayo, día internacional de los trabajadores, en la que caminará junto a la gente y hablará en una tarima.

Las manifestaciones en contra y a favor del gobierno se han convertido en una constante en Colombia desde que subió al poder Petro en el 2022, convirtiéndose en el primer presidente de izquierda, en un país que siempre había sido gobernado por conservadores y moderados. La oposición reclama por sus políticas, mientras que Petro convoca a sus partidarios a defenderlas.

“Es una marcha donde está todo el mundo saliendo a decirle al presidente: ‘así no son las cosas, usted ganó las elecciones, pero sepa gobernar’”, dijo a The Associated Press Idelfonso Méndez, de 58 años.

Méndez, contador público, no suele salir a protestar. La última vez que lo hizo fue en 2008 en contra de los secuestros que perpetraba la extinta guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

“Nos hemos quedado callados mucho tiempo, pero ya no más. La democracia la veo en peligro, porque está buscando hacer una asamblea constituyente por fuera de la ley y quiere imponer las reformas a como dé lugar sin que lo apruebe el Legislativo”, explicó Méndez, quien sostenía un cartel con la frase “yo protejo a mi país”.

Petro planteó la posibilidad de llevar al país a un proceso para reformar la Constitución como una forma de lograr las transformaciones sociales que prometió en su campaña electoral y que el Congreso no ha aprobado. Sin embargo, no es claro el proceso en que se haría.

“El constituyente es el pueblo que se convoca a sí mismo a decidir sobre lo que no se ha podido resolver en décadas desde los poderes constituidos”, explicó Petro.

Las movilizaciones fueron pacíficas, según reportó el gobierno y la policía, en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cúcuta, Bucaramanga y Popayán. En la capital lucía llena la icónica Plaza de Bolívar —donde confluyen el Congreso, las cortes, la alcaldía y la catedral— que tiene una capacidad para 55.000 personas. Según Petro, en el país se movilizaron cerca de 250.000 personas.

“Ha sido la marcha más importante contra Gustavo Petro, no solo por la cantidad, sino por quiénes salieron. En otras ocasiones se veían personas solamente de derecha, en esta se movilizaron diferentes sectores políticos que perdieron el miedo a ser estigmatizados como de derecha”, indicó a la AP Carlos Andrés Arias Orjuela, consultor en comunicación política.

Para Arias, una marcha tan numerosa debería tener un impacto en la dirección del gobierno, sin embargo, no cree que en la práctica se vea reflejado. “Lo que va a hacer es que Gustavo Petro siga radicalizando su discurso, porque hace un mes y medio dejó de gobernar y está en campaña política”, agregó.

A inicio de abril, Petro sufrió una derrota en el Congreso, donde senadores archivaron la reforma a la salud, la más avanzada en trámite y también la más polémica. La propuesta planteaba reducir la intermediación de actores privados y dar al Estado un mayor control del dinero y del servicio de salud que el gobierno ha calificado de deficiente.

Sin embargo, el gobierno anunció decretos que modifican el sistema de salud en el mismo sentido que lo quería hacer la reforma y ordenó la intervención forzosa para administrar dos de las Entidades Promotoras de Salud (EPS) más grandes del país: Sanitas y Nueva EPS.

En la marcha, se distinguían trabajadores de las EPS intervenidas vestidos con camisetas blancas y sus logos, que advertían que la salud de 17 millones de sus afiliados estaba en riesgo.

“Vine a marchar por la salud, porque él (Petro) lo ha dicho, que va a acabar las EPS. Vine para que sepa que no queremos”, dijo a la AP Amanda Rojas, una ama de casa de 70 años, afiliada en Sanitas.

Los cambios al sistema de salud que rige en Colombia desde hace 30 años, han generado preocupación en el sector y más de 60 asociaciones se unieron a las protestas en lo que llamaron “La marcha de las batas blancas”.

“No negamos las falencias, la corrupción, la falta de recursos, pero una cosa es negar las falencias y otra cosa es decir que la solución que están planteando es la adecuada, ese es el problema”, aseguró a la AP Rubén Luna, presidente de la Sociedad Colombiana de Trasplantes y miembro de la Asociación Colombiana de Cirugía, quien pide que se les incluya en la búsqueda de soluciones para el sistema de salud.

Para Yann Basset, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario, se trata de las marchas más nutridas que la oposición ha logrado convocar y considera que el elemento que cambió el panorama fue la intervención a varias EPS por parte del gobierno.

“Lo que muestra esta marcha es que esto genera muchas inquietudes que el gobierno debería escuchar, porque es algo que muestra que está perdiendo el pulso de la calle”, concluyó.

Con información de AP

 

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