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Los tres factores que cambiarían el rumbo de la guerra en Ucrania

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EP New York|opinión|otros medios

Mientras que algunos soldados rusos en Ucrania están votando con sus pies en contra de la vergonzosa guerra de Putin, su retirada veloz no significa que Putin vaya a rendirse. De hecho, la semana pasada abrió un nuevo frente: contra la energía.

El presidente de Rusia cree que ha encontrado una guerra fría que podría ganar y va a intentar congelar a Europa este invierno, literalmente, al cortar los suministros del gas y el petróleo rusos para presionar a la Unión Europea hasta que abandone a Ucrania.

Los predecesores de Putin en el Kremlin aprovecharon los inviernos frígidos para derrotar a Napoleón y a Hitler, y está claro que Putin cree que el frío es su as bajo la manga para derrotar al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien le dijo a su nación la semana pasada: “Rusia hará todo en los 90 días de este invierno para quebrar la resistencia de Ucrania, la resistencia de Europa y la resistencia del mundo”.

Ojalá pudiera decir con certeza que Putin fracasará y que los estadounidenses lo vencerán en producción. Y ojalá pudiera escribir que Putin se arrepentirá de sus tácticas, porque a la larga transformarán a Rusia de ser un zar de la energía para Europa a una colonia energética de China, donde ahora Putin está vendiendo mucho de su petróleo a un precio descontado para compensar su pérdida de los mercados occidentales.

Sí, ojalá pudiera escribir todas esas cosas. Pero no puedo, a menos que Estados Unidos y sus aliados de Occidente dejen de vivir en un mundo de fantasía verde en el cual podemos pasar de los combustibles fósiles contaminantes a una energía renovable limpia con solo encender un interruptor.

Ojalá eso fuera posible. Esta columna ha estado dedicada desde hace 27 años a abogar por la energía limpia y mitigar el cambio climático. Sigo comprometido —absolutamente— con esos fines. Pero no puedes esperar los fines a menos que también busques los medios.

¡Y está muy claro que no hemos hecho eso!

A pesar de todas las inversiones en energía eólica y solar durante los últimos cinco años, los combustibles fósiles —petróleo, gas y carbón— representaron el 82 por ciento del uso total de energía primaria en el mundo en 2021 (necesaria para cosas como la calefacción, el transporte y la generación de electricidad), lo que supone un descenso de apenas 3 puntos porcentuales en esos cinco años. Solo en Estados Unidos, en 2021, cerca del 61 por ciento de la generación de electricidad procedía de combustibles fósiles (principalmente carbón y gas natural), mientras que cerca del 19 por ciento procedía de la energía nuclear y alrededor del 20 por ciento de fuentes de energía renovables.

En un mundo de clases medias crecientes y ávidas de energía en Asia, África y América Latina, se necesitan enormes cantidades de nuevas energías limpias para hacer siquiera una pequeña mella en nuestra estructura energética general. No es cuestión de encender un interruptor. Tenemos una larga transición por delante, y solo lo lograremos si adoptamos cuanto antes un razonamiento inteligente y pragmático en materia de política energética, lo que a su vez conducirá a una mayor seguridad climática y económica.

Si no, Putin aún tendrá el poder de herir gravemente a Ucrania y Occidente.

Antes de que comenzara la guerra en Ucrania, Rusia suministraba casi el 40 por ciento del gas natural y la mitad del carbón que Europa utilizaba para calefacción y electricidad. La semana pasada, Rusia anunció que suspendería la mayoría de los suministros de gas a Europa hasta que se le levanten las sanciones occidentales. Putin también ha prometido cortar todos los cargamentos de petróleo a Europa si los aliados occidentales llevan a cabo su plan de limitar lo que pagan por el petróleo ruso.

Sin alternativas suficientes y costeables de suministros de gas natural, reportó The Financial Times, algunas fábricas en Europa han tenido que cerrar “por no poder pagar el costo del combustible”. Los costos de la energía —que en algunos países europeos han aumentado hasta un 400 por ciento— “están llevando a los consumidores a una pobreza casi total”.

Este invierno algunas personas tendrán que decidir entre calentarse o comer, y eso está obligando a sus gobiernos a ofrecer subsidios masivos, trastocando sus presupuestos, en aras de evitar represalias populistas y presiones para que Ucrania se rinda ante Putin; algunos incluso están volviendo a quemar carbón.

Si queremos que los precios del gas y el petróleo bajen lo suficiente para impulsar la economía estadounidense y, al mismo tiempo, ayudar a nuestros aliados europeos a escapar de la opresión rusa mientras también aceleramos la producción de energía limpia —llamémosla nuestra “triada energética”— necesitamos un plan de transición que logre un equilibrio entre seguridad climática, energética y económica.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acaba de dar un gran impulso a la producción de energía limpia del país con su proyecto de ley sobre el clima, que también fomenta la producción de gas y petróleo más limpios mediante incentivos inteligentes para frenar las fugas de metano de los productores de petróleo y gas, y motivando a estos a invertir más en tecnologías de captura de carbono.

Pero el factor más importante para ampliar rápidamente nuestra explotación de petróleo, gas, energía solar, eólica, geotérmica, hidroeléctrica o nuclear es dar a las empresas que las buscan (y a los bancos que las financian) la certeza normativa de que, si invierten miles de millones, el gobierno los ayudará a construir con rapidez las líneas de transmisión y los oleoductos para llevar su energía al mercado.

A los ecologistas les encantan los paneles solares, pero odian las líneas de transmisión. Quiero ver cómo logran salvar el planeta con ese enfoque.

Philip Anschutz, el conservador multimillonario que hizo una fortuna extrayendo petróleo, ha estado tratando de construir una línea eléctrica para conectar su enorme parque eólico en Wyoming con su mercado objetivo en Las Vegas. La planificación de esa línea comenzó hace 17 años, y solo en diciembre pasado Anschutz finalmente llegó a “un acuerdo con un rancho de Colorado para atravesar su tierra” para llevar sus electrones limpios al mercado, informó Bloomberg.

“Muchos de los mejores lugares para desarrollar energía limpia son desiertos y llanuras alejadas”, se lee en el reportaje, “pero tender líneas eléctricas para llegar a ellos puede llevar una década o más debido a las aprobaciones necesarias de las agencias estatales, el gobierno federal y los terratenientes del sector privado. Los retrasos son una de las mayores amenazas para las ambiciones del presidente estadounidense, Joe Biden, de eliminar los combustibles fósiles de las redes eléctricas”.

Con el propósito de obtener el apoyo crítico del senador Joe Manchin para el paquete climático de Biden, los líderes demócratas del Senado, liderados por Chuck Schumer, aceptaron un acuerdo lateral: respaldar un proyecto de ley que agilizaría, aunque no eliminaría, las revisiones medioambientales y otras regulaciones que a menudo entorpecen la obtención de permisos para las líneas de transmisión y los oleoductos que se necesitan para que los proyectos de gas, petróleo, energía solar y eólica sean económicamente viables. Si nuestra principal vía para dejar el carbón va a ser la electrificación de los vehículos y la generación de energía mediante energías renovables, necesitaremos más vías de transmisión para mover más electricidad, y necesitaremos más sistemas de reserva de gas natural para los momentos en que no brille el sol o no sople el viento.

Por estas y otras razones, Biden quiere que se apruebe este paquete de permisos, como lo quieren casi todos los senadores demócratas. Schumer planea adjuntarlo al proyecto de resolución continua que el Congreso debe aprobar para mantener el gobierno abierto después de que el año fiscal termine el 30 de septiembre. Desgraciadamente, el senador Bernie Sanders se ha manifestado en contra, al igual que más de 70 miembros demócratas de la Cámara de Representantes, la mayoría del grupo progresista del Congreso. No está claro cuántos llegarán al extremo de bloquear el proyecto de ley de financiación del gobierno si incluye esta legislación de permisos, pero sí serán algunos.

Por lo tanto, los grupos de presión de las petroleras han pedido a los legisladores republicanos que compensen a los progresistas que votarán en contra y que voten a favor de la legislación. Pero el Partido Republicano ha dicho a las compañías petroleras: “No, gracias”. Los legisladores republicanos no harán nada para conseguirle otro éxito a Biden.

No sé quién es más irresponsable: los progresistas moralistas que quieren una inmaculada revolución verde de la noche a la mañana, con paneles solares y parques eólicos, pero sin nuevas líneas de transmisión ni oleoductos, o los cínicos y falsos republicanos que prefieren que gane Putin y que pierdan nuestras empresas energéticas antes que hacer lo correcto para Estados Unidos y Ucrania dándole la razón a Biden.

No puedo enfatizar esto lo suficiente: la política energética de Estados Unidos debe ser el arsenal de la democracia para derrotar el petroputinismo en Europa, proporcionando el petróleo y el gas que tanto necesitan nuestros aliados a precios razonables para que Putin no pueda chantajearlos. Este tiene que ser el motor del crecimiento económico que proporcione la energía más limpia y asequible de combustibles fósiles en nuestra transición a una economía con bajas emisiones de carbono. Y tiene que ser la vanguardia de la ampliación de las energías renovables para que el mundo llegue a ese futuro bajo en carbono tan rápido como podamos.

Cualquier política que no maximice esas tres cosas nos dejará menos sanos, menos prósperos y menos seguros.


Thomas L. Friedman es columnista de Opinión sobre temas internacionales en el New York Times.

Agencias

EE.UU. y China acuerdan trabajar sobre el fentanilo y reinician diálogo militar

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EP New York | Reunión Biden – Xi Jinping

Biden y Xi acuerdan combatir el tráfico de fentanilo y reiniciar el diálogo militar

WOODSIDE, California, EE.UU.  — El presidente estadounidense Joe Biden y su homólogo chino Xi Jinping concluyeron el miércoles su primera reunión frente a frente en un año, comprometiéndose a estabilizar su tensa relación y dando a conocer acuerdos modestos para combatir el tráfico de fentanilo y restablecer las comunicaciones entre sus fuerzas armadas. Sin embargo, persisten las diferencias en torno a la competencia económica y las amenazas a la seguridad mundial.

Los dos mandatarios pasaron cuatro horas juntos —en reuniones, un almuerzo de trabajo y una caminata por el jardín Filoli en California, donde se llevó a cabo el encuentro—, con la intención de mostrarle al mundo que, si bien son competidores económicos globales, no están enfrascados en una confrontación en la que el ganador se lleva todo.

“El planeta Tierra es lo suficientemente grande para que los dos países tengan éxito”, le dijo Xi a Biden.

Por su parte, el mandatario estadounidense le comentó a Xi: “Creo que es primordial que usted y yo nos entendamos claramente, de líder a líder, sin malentendidos ni mala comunicación. Tenemos que asegurarnos de que la competencia no derive en conflicto”.

Su reunión, celebrada en el marco de la cumbre anual del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, tiene implicaciones de gran alcance para un mundo que lidia con contracorrientes económicas, conflictos en Oriente Medio y Europa, tensiones en Taiwán y mucho más.

Alcanzaron los acuerdos previstos para contener la producción ilícita de fentanilo y reabrir los lazos militares, declaró un funcionario estadounidense de alto rango al término de la reunión. Muchos de los productos químicos utilizados para fabricar fentanilo sintético llegan desde China a los cárteles que trafican el narcótico hacia Estados Unidos, azotado por una crisis de sobredosis.

Los altos mandos militares reanudarán el diálogo entre sí, cada vez más importante debido a que se han incrementado los incidentes inseguros o poco profesionales entre buques y aviones de ambas naciones, dijo el funcionario, que habló a condición de guardar el anonimato para poder declarar sobre los acuerdos antes de las declaraciones de Biden.

El funcionario estadounidense dijo que ambos dirigentes intercambiaron sus posiciones sobre Taiwán. Biden reprendió a China por su enorme despliegue militar en torno a la isla, y Xi le dijo a Biden que no tiene planes de invadirla.

Biden, señaló el funcionario, dijo que Estados Unidos está comprometido a seguir ayudando a Taiwán a defenderse y mantener la disuasión frente a un posible ataque chino, y también pidió a Beijing que evite inmiscuirse en las elecciones de la isla del año próximo. El funcionario describió la parte de las conversaciones sobre Taiwán como “lúcida” y “no acalorada”.

Biden también pidió a Xi que utilice su influencia con Irán para dejar claro que Teherán, y sus protegidos, no deben dar pasos que conduzcan a una expansión de la guerra entre Israel y Hamás.

Durante las conversaciones sobre Irán, Biden fue el que más habló, de acuerdo con el funcionario estadounidense. El ministro de Asuntos Exteriores chino Wang Yi ha asegurado a Estados Unidos que los chinos han transmitido a Teherán sus preocupaciones al respecto. Pero el funcionario dijo que Washington no ha podido averiguar hasta qué punto los iraníes se toman en serio los temores planteados por Beijing.

Según un comunicado emitido por la Televisión Central China, la emisora estatal, Xi se centró sobre todo en Taiwán y en las sanciones y restricciones estadounidenses contra productos y empresas chinos.

Xi instó a Washington a apoyar la unificación pacífica de China con la isla autónoma, calificando a Taiwán de “la cuestión más importante y delicada” en las relaciones bilaterales. También planteó la preocupación de Beijing por los controles a la exportación, las revisiones a las inversiones y las sanciones impuestas por Estados Unidos, que, dijo, “han perjudicado gravemente los intereses legítimos de China”.

“Esperamos que la parte estadounidense pueda tratar seriamente las preocupaciones de China y tomar medidas para eliminar las sanciones unilaterales y proporcionar un entorno imparcial, equitativo y no discriminatorio para las empresas chinas”, declaró Xi.

Xi dijo que él y Biden también acordaron establecer diálogos sobre inteligencia artificial, y destacaron la urgencia de que los dos países hagan frente a la crisis climática, informó la emisora estatal.

___con información de AP

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Agencias

Tema del aborto y la victoria parcial de los demócratas en las elecciones

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EP New York. | Elecciones EE.UU.

Los demócratas ganan en varios estados de EEUU en derecho al aborto y otras claves de los comicios

WASHINGTON  — Los demócratas tenían muchas noticias que celebrar en las elecciones celebradas el martes en varios lugares de Estados Unidos, y volvieron a demostrar que pueden ganar en comicios centrados en el debate nacional sobre el aborto.

Los partidarios del derecho al aborto ganaron un referendo en Ohio y el gobernador demócrata de la conservadora Kentucky se mantuvo en su puesto tras una campaña basada en los derechos reproductivos y en tachar a su rival de extremista. Un demócrata se hizo con un puesto libre en la Corte Suprema de Pensilvania tras prometer que defendería el derecho al aborto. Y los demócratas de Virginia lograron el control pleno de su legislatura, lo que impide a los republicanos introducir nuevas restricciones al aborto y asesta una derrota al gobernador Glenn Youngkin que podría acabar con los rumores de una incorporación tardía a las primarias republicanas para las presidenciales.

Las victorias no bastaban para dar certezas a los demócratas con vistas a las elecciones presidenciales del año que viene. Las votaciones tenían grandes implicaciones para todos esos estados y ofrecían una valoración de la política estadounidense de cara a 2024. Dos nombres clave —Joe Biden y Donald Trump— estaban ausentes de las boletas en esta ocasión. La percepción que tengan de ellos los estadounidenses será un factor clave para dar forma a los comicios del año que viene.

A continuación, algunos resultados claves de las votaciones del martes:

EL ABORTO SIGUE SIENDO UN TEMA FUERTE PARA LOS DEMÓCRATAS

Los demócratas se anotaron dos victorias rápidas el martes por la noche en Kentucky y Ohio, dos estados donde ganó Trump en 2020. En ambos sitios, el aborto fue un tema crucial de campaña.

El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, fue reelegido en un estado donde Trump se impuso por 26 puntos porcentuales. Beshear había criticado las opiniones sobre el aborto de su rival republicano, el fiscal general Daniel Cameron, en debates y avisos en televisión. En uno de los avisos de Beshear aparecía una mujer que sufrió un aborto natural tras ser violada por su padrastro a los 12 años, y que expresaba su incredulidad por la oposición de Cameron al aborto en casos de incesto y violación.

En Ohio, donde Trump ganó por ocho puntos porcentuales en 2020, se aprobó una medida que preserva el derecho al aborto. Los republicanos ya habían intentado frenar la iniciativa convocando un inusual referendo en agosto para que fuera más difícil aprobar normas en referendos, una iniciativa que fue rechazada con rotundidad por los votantes de Ohio.

Más tarde el martes, Dan McCaffery se hizo con un puesto en la Corte Suprema tras posicionarse como defensor del derecho al aborto. Y en Virginia, los demócratas conservaron el Senado y arrebataron a los republicanos el control de la Cámara de Delegados.

Los resultados apuntaban a un paisaje político diferente desde que la mayoría conservadora en la Corte Suprema de Estados Unidos revocó un derecho federal al aborto el año pasado. Se han aprobado medidas sobre el acceso al aborto en varios estados, mientras que otros estados dirigidos por republicanos han introducido nuevos vetos al procedimiento.

Puede que el derecho al aborto no sea un tema lo bastante fuerte para decidir las elecciones por sí sólo. Varios gobernadores republicanos que defendían nuevas prohibiciones fueron reelegidos con facilidad el año pasado, como el gobernador de Ohio, Mike DeWine, el de Florida, Ron DeSantis y el de Texas, Greg Abbott.

Pero el aborto fue el tema decisivo en todo el país el martes. Y eso debería preocupar a los republicanos en comicios el año que viene.

BUENA NOCHE PARA LOS DEMÓCRATAS, PERO QUIZÁ NO PARA 2024

Fue una buena noche para los demócratas tras una serie de victorias en elecciones especiales y llega tras un resultado más fuerte en las elecciones de media legislatura, que suelen ser demoledoras para el partido en la Casa Blanca.

Pero ninguna de las elecciones eran decisiones sobre el actual presidente, Biden. Y ninguna tenía a Trump en la boleta ni su capacidad de disparar la participación de los votantes poco habituales.

Los demócratas han tenido buenos resultados en comicios especiales recientes y en 2022 les fue mejor de lo esperado. El partido parece salir cada vez más desde una posición de fuerza. Pero no está claro que eso se extienda al presidente, de 80 años y que enfrenta un escepticismo generalizado sobre su labor y si es demasiado viejo para un segundo mandato.

Habrá que esperar hasta 2024 para ver el resultado de Biden.

YOUNGKIN NO CUMPLE SU OBJETIVO

Glenn Youngkin irrumpió en la escena política en 2021 con una victoria improbable que le convirtió en gobernador republicano de Virginia, un estado donde Biden había ganado con facilidad el año anterior. Con su imagen de padre suburbano moderado, ofrecía una versión de republicanismo moderno y despertó incluso especulaciones sobre que podría incorporarse a las primarias presidenciales republicanas tras los comicios de este mes.

En lugar de eso, Youngkin dijo que se centraría en las elecciones legislativas de 2023 y en conseguir el control pleno del gobierno de Virginia. Las cosas no salieron como esperaba.

Youngkin recaudó decenas de millones de dólares para que los republicanos defendieran su mayoría en la Cámara de Delegados de Virginia y consiguieran el control del Senado, que los demócratas retuvieron por la mínima en 2021. Una de las cosas que podría hacer la legislatura con esa mayoría, dijo, era aprobar una prohibición del aborto a partir de las 15 semanas que él defendía.

En realidad, Youngkin no tenía una ruta clara para entrar en las primarias, ya que el plazo para inscribirse había terminado en algunos estados. Virginia tiene un inusual límite de un solo mandato para los gobernadores, lo que crea aún más dudas sobre el futuro político de Youngkin.

Haga lo que haga, tendrá que explicar el resultado de 2023. Y enfrentará una legislatura de mayoría demócrata unificada el resto de su mandato.

LA DECEPCIÓN DE LOS DEMÓCRATAS

Fue una buena noche para los demócratas, pero hasta cierto punto.

El partido había invertido mucho en un lugar inesperado: Mississippi, donde Brandon Presley, conocido principalmente por ser primo segundo de Elvis Presley, desafiaba al gobernador, el republicano Tate Reeves.

El partido confiaba en que la fama y la habilidad política de Presley, acompañada de una cláusula centenaria diseñada en principio para impedir que los candidatos negros ganaran contiendas del estado, pudiera producir una victoria improbable. Pero no fue así.

Reeves ganó la votación. Hay pocas lecciones para un partido que no ganó en un estado donde su candidato presidencial perdió por 17 puntos en 2020, salvo una de las más antiguas: no se puede ganar todo.

HITOS HISTÓRICOS

Algunas votaciones del martes rompieron barreras.

Gabe Amo, que formó parte del equipo de la Casa Blanca de Biden, será el primer congresista negro de Rhode Island tras ganar una votación especial en el primer distrito del estado.

Amo, hijo de inmigrantes de África occidental, se impuso en septiembre en unas primarias entre 12 candidatos para suceder al representante David Cicilline, que se retira. El martes derrotó al republicano Gerry Leonard, un veterano de la infantería de marina, en un distrito de mayoría demócrata.

Y Filadelfia tendrá su primera alcaldesa, después de que la demócrata Cherelle Parker derrotara al republicano David Oh en una ciudad abrumadoramente demócrata.

Con inf.  de AP noticias

 

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Agencias

¿Qué sigue luego de la destitución de Kevin McKarthy , presidente de la Cámara de Representantes?

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EP New York  | EE.UU.

Gustavo Lugo | agencias

La destitución del presidente de la Cámara de Representantes desata el caos y agita Washington

WASHINGTON — Los legisladores que habían guardado un silencio sepulcral quedaron atónitos ante la declaración: El puesto de presidente de la Cámara de Representantes “queda, por lo tanto, vacante”.

Por primera vez en la historia, un presidente de la cámara baja fue destituido mediante una votación, hundiendo al Congreso en un nuevo nivel de caos.

¿Y ahora qué? Se preguntaban algunos en el interior de la sala.

Kevin McCarthy, el representante republicano de California que ha sobrevivido a décadas de conmoción en el Congreso, había proyectado cierta sensación de tranquilidad cuando salió de su oficina apenas unas horas antes, aún como presidente. Pero cuando salió de la cámara, ya sin la autoridad de un mazo, caminó en silencio.

Dejaba atrás un recinto agitado. Los legisladores vaciaron la sala después de la votación, algunos de ellos sin palabras por lo que acababan de presenciar. Un órgano esencial de la democracia estadounidense ya no tiene líder electo, el desafío más reciente para una institución que aún se recupera del asedio al Capitolio del 6 de enero de 2001, un Partido Republicano en una guerra interna y el liderazgo global de Estados Unidos en duda.

Nadie puede decir a ciencia cierta cuál es el siguiente paso para la Cámara de Representantes.

Los ánimos están al rojo vivo en Washington y la relación entre partidos políticos — en peligro pero aún fundamentales en tiempos de crisis — prácticamente han colapsado.

La cámara baja enfrenta preguntas urgentes acerca de cómo evitar un cierre de gobierno, si seguirá financiando la defensa de Ucrania ante la invasión rusa y si procederá con una investigación para un juicio político — sin precedentes en muchos sentidos —- en contra del presidente Joe Biden. En tanto, las armas procesales que el Congreso alguna vez reservó para las ofensas más graves — censura, expulsión, juicio político y ahora la moción para destituir al presidente de la Cámara de Representantes — se han vuelto habituales.

Muchos republicanos quedaron en un estado de total exasperación luego de haber suplicado a sus colegas que no continuaran con el proceso.

“Si dejamos vacante la presidencia, el gobierno cerrará. Nuestra calificación crediticia caerá, los intereses subirán”, dijo Brian Fitzpatrick, representante republicano de Pensilvania conocido por colaborar con los demócratas, horas antes de la votación. “Ucrania será victimizada y perderá esa guerra con Rusia. Eso es lo que está en juego. Sin mencionar la erosión institucional que ocurrirá”.

McCarthy, quien se las había ingeniado para mantener al partido unido durante nueve meses al presentar una postura desafiante hacia el resto de Washington, insistió en luchar hasta el final para conservar su cargo. Durante una reunión matutina, dijo a los republicanos que quería seguir adelante con la votación de la moción de destitución e insistió en que no daría a los demócratas concesión alguna para salvar su puesto.

Estoy listo, fue el mensaje de McCarthy.

Parecía tener una oportunidad de sobrevivir: La mayoría de los republicanos apoyaron a McCarthy durante su reunión en el sótano del Capitolio, brindándole varias rondas de aplausos.

Pero los demócratas, en su propia reunión en los niveles inferiores del recinto, enumeraron lo que consideran los aspectos negativos en el historial de McCarthy: Cómo había mantenido su apoyo al expresidente Donald Trump, incluso después de que una turba de sus simpatizantes irrumpiese en el Capitolio, y cómo había servido al flanco más conservador de su partido durante sus nueve meses en el cargo.

Al final, se unieron en torno al líder demócrata Hakeem Jeffries y decidieron lavarse las manos de lo que consideran un problema republicano.

“Kevin McCarthy se ganó todo esto”, dijo el representante demócrata Jamie Raskin, señalando cómo el republicano había acordado permitir a cualquier miembro presentar la moción de destitución como parte de su pacto con legisladores del flanco derechista a cambio de obtener la presidencia en enero.

“Parece que uno de los principales partidos políticos es ahora adicto a la insurrección, a la rebelión, al derrocamiento y a la falta de gobernanza”, añadió.

Mientras la Cámara de Representantes se reunía para votar por la tarde, el representante Matt Gaetz — el grandilocuente republicano que puso en marcha el proceso — se sentó en primera fila, listo para presentar sus argumentos. McCarthy se puso en pie pocos metros detrás de él, asintiendo con la cabeza y sonriendo a sus colegas republicanos, pero negándose a reconocer la presencia de Gaetz.

Después de que luego de una primera votación procesal quedase claro que los demócratas no iban a salvarlo, McCarthy se acomodó en su escaño para el debate de una hora sobre su futuro. Echó un vistazo a su teléfono, pasó las manos por los descansabrazos de madera de su asiento. Se negó a hablar en su defensa y en su lugar envió a sus aliados más cercanos a defender sus logros.

“El presidente McCarthy es el caos”, dijo Gaetz, insinuando que una serie de reformas podrían hacer que Washington funcionara mejor. Pero los insultos y ataques personales — que los republicanos se guardaron durante meses y años — no tardaron en estallar en el pleno.

Una cámara por lo general ruidosa, y llena de cientos de legisladores, adoptó un tono sombrío y guardó silencio mientras se daba inicio a la votación. Uno por uno, durante casi 45 minutos, los legisladores se pusieron de pie y dieron a conocer su voto. Los republicanos agacharon la cabeza cuando ocho de sus colegas y cada uno de los demócratas votaron a favor de la destitución de McCarthy. Ya no era presidente.

McCarthy sonrió cuando los secretarios de la cámara contaban los votos. Poco después, había dejado de ser el presidente y uno de sus aliados más cercanos en la cámara, Patrick McHenry, de Carolina del Norte, se convertía en el presidente provisional.

“Sorprendente, tan sólo por lo decisivo que es esto”, dijo Michael McCaul, un republicano de Texas que preside la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes. “No tenemos un presidente, no tenemos un líder y ese es el mensaje que estamos dando a nuestros adversarios”.

Republicanos y demócratas se dispersaron pensando en sus próximos movimientos. Los republicanos tratarán de unirse en torno a un nuevo líder después de que McCarthy descartó postularse de nuevo al cargo. Se enfrentan a un vacío de poder y a profundas divisiones ya que muchos de ellos están furiosos con Gaetz y con quienes le siguieron los pasos.

McCarthy, por su parte, aprovechó la oportunidad para saldar cuentas políticas. En una conferencia de prensa organizada a toda prisa al caer la noche, comenzó parafraseando a Abraham Lincoln y a Teddy Roosevelt, pero no tardó en sumergirse en historias poco halagadoras sobre sus rivales políticos — tanto republicanos como demócratas — e insinuó que volvería a utilizar su influencia política y de recaudación de fondos para ir tras ellos.

Concluyó su charla con los reporteros con una punzante despedida: “Estoy seguro que no los extrañaré”.

Con información de AP__

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