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Los tres factores que cambiarían el rumbo de la guerra en Ucrania

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EP New York|opinión|otros medios

Mientras que algunos soldados rusos en Ucrania están votando con sus pies en contra de la vergonzosa guerra de Putin, su retirada veloz no significa que Putin vaya a rendirse. De hecho, la semana pasada abrió un nuevo frente: contra la energía.

El presidente de Rusia cree que ha encontrado una guerra fría que podría ganar y va a intentar congelar a Europa este invierno, literalmente, al cortar los suministros del gas y el petróleo rusos para presionar a la Unión Europea hasta que abandone a Ucrania.

Los predecesores de Putin en el Kremlin aprovecharon los inviernos frígidos para derrotar a Napoleón y a Hitler, y está claro que Putin cree que el frío es su as bajo la manga para derrotar al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien le dijo a su nación la semana pasada: “Rusia hará todo en los 90 días de este invierno para quebrar la resistencia de Ucrania, la resistencia de Europa y la resistencia del mundo”.

Ojalá pudiera decir con certeza que Putin fracasará y que los estadounidenses lo vencerán en producción. Y ojalá pudiera escribir que Putin se arrepentirá de sus tácticas, porque a la larga transformarán a Rusia de ser un zar de la energía para Europa a una colonia energética de China, donde ahora Putin está vendiendo mucho de su petróleo a un precio descontado para compensar su pérdida de los mercados occidentales.

Sí, ojalá pudiera escribir todas esas cosas. Pero no puedo, a menos que Estados Unidos y sus aliados de Occidente dejen de vivir en un mundo de fantasía verde en el cual podemos pasar de los combustibles fósiles contaminantes a una energía renovable limpia con solo encender un interruptor.

Ojalá eso fuera posible. Esta columna ha estado dedicada desde hace 27 años a abogar por la energía limpia y mitigar el cambio climático. Sigo comprometido —absolutamente— con esos fines. Pero no puedes esperar los fines a menos que también busques los medios.

¡Y está muy claro que no hemos hecho eso!

A pesar de todas las inversiones en energía eólica y solar durante los últimos cinco años, los combustibles fósiles —petróleo, gas y carbón— representaron el 82 por ciento del uso total de energía primaria en el mundo en 2021 (necesaria para cosas como la calefacción, el transporte y la generación de electricidad), lo que supone un descenso de apenas 3 puntos porcentuales en esos cinco años. Solo en Estados Unidos, en 2021, cerca del 61 por ciento de la generación de electricidad procedía de combustibles fósiles (principalmente carbón y gas natural), mientras que cerca del 19 por ciento procedía de la energía nuclear y alrededor del 20 por ciento de fuentes de energía renovables.

En un mundo de clases medias crecientes y ávidas de energía en Asia, África y América Latina, se necesitan enormes cantidades de nuevas energías limpias para hacer siquiera una pequeña mella en nuestra estructura energética general. No es cuestión de encender un interruptor. Tenemos una larga transición por delante, y solo lo lograremos si adoptamos cuanto antes un razonamiento inteligente y pragmático en materia de política energética, lo que a su vez conducirá a una mayor seguridad climática y económica.

Si no, Putin aún tendrá el poder de herir gravemente a Ucrania y Occidente.

Antes de que comenzara la guerra en Ucrania, Rusia suministraba casi el 40 por ciento del gas natural y la mitad del carbón que Europa utilizaba para calefacción y electricidad. La semana pasada, Rusia anunció que suspendería la mayoría de los suministros de gas a Europa hasta que se le levanten las sanciones occidentales. Putin también ha prometido cortar todos los cargamentos de petróleo a Europa si los aliados occidentales llevan a cabo su plan de limitar lo que pagan por el petróleo ruso.

Sin alternativas suficientes y costeables de suministros de gas natural, reportó The Financial Times, algunas fábricas en Europa han tenido que cerrar “por no poder pagar el costo del combustible”. Los costos de la energía —que en algunos países europeos han aumentado hasta un 400 por ciento— “están llevando a los consumidores a una pobreza casi total”.

Este invierno algunas personas tendrán que decidir entre calentarse o comer, y eso está obligando a sus gobiernos a ofrecer subsidios masivos, trastocando sus presupuestos, en aras de evitar represalias populistas y presiones para que Ucrania se rinda ante Putin; algunos incluso están volviendo a quemar carbón.

Si queremos que los precios del gas y el petróleo bajen lo suficiente para impulsar la economía estadounidense y, al mismo tiempo, ayudar a nuestros aliados europeos a escapar de la opresión rusa mientras también aceleramos la producción de energía limpia —llamémosla nuestra “triada energética”— necesitamos un plan de transición que logre un equilibrio entre seguridad climática, energética y económica.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acaba de dar un gran impulso a la producción de energía limpia del país con su proyecto de ley sobre el clima, que también fomenta la producción de gas y petróleo más limpios mediante incentivos inteligentes para frenar las fugas de metano de los productores de petróleo y gas, y motivando a estos a invertir más en tecnologías de captura de carbono.

Pero el factor más importante para ampliar rápidamente nuestra explotación de petróleo, gas, energía solar, eólica, geotérmica, hidroeléctrica o nuclear es dar a las empresas que las buscan (y a los bancos que las financian) la certeza normativa de que, si invierten miles de millones, el gobierno los ayudará a construir con rapidez las líneas de transmisión y los oleoductos para llevar su energía al mercado.

A los ecologistas les encantan los paneles solares, pero odian las líneas de transmisión. Quiero ver cómo logran salvar el planeta con ese enfoque.

Philip Anschutz, el conservador multimillonario que hizo una fortuna extrayendo petróleo, ha estado tratando de construir una línea eléctrica para conectar su enorme parque eólico en Wyoming con su mercado objetivo en Las Vegas. La planificación de esa línea comenzó hace 17 años, y solo en diciembre pasado Anschutz finalmente llegó a “un acuerdo con un rancho de Colorado para atravesar su tierra” para llevar sus electrones limpios al mercado, informó Bloomberg.

“Muchos de los mejores lugares para desarrollar energía limpia son desiertos y llanuras alejadas”, se lee en el reportaje, “pero tender líneas eléctricas para llegar a ellos puede llevar una década o más debido a las aprobaciones necesarias de las agencias estatales, el gobierno federal y los terratenientes del sector privado. Los retrasos son una de las mayores amenazas para las ambiciones del presidente estadounidense, Joe Biden, de eliminar los combustibles fósiles de las redes eléctricas”.

Con el propósito de obtener el apoyo crítico del senador Joe Manchin para el paquete climático de Biden, los líderes demócratas del Senado, liderados por Chuck Schumer, aceptaron un acuerdo lateral: respaldar un proyecto de ley que agilizaría, aunque no eliminaría, las revisiones medioambientales y otras regulaciones que a menudo entorpecen la obtención de permisos para las líneas de transmisión y los oleoductos que se necesitan para que los proyectos de gas, petróleo, energía solar y eólica sean económicamente viables. Si nuestra principal vía para dejar el carbón va a ser la electrificación de los vehículos y la generación de energía mediante energías renovables, necesitaremos más vías de transmisión para mover más electricidad, y necesitaremos más sistemas de reserva de gas natural para los momentos en que no brille el sol o no sople el viento.

Por estas y otras razones, Biden quiere que se apruebe este paquete de permisos, como lo quieren casi todos los senadores demócratas. Schumer planea adjuntarlo al proyecto de resolución continua que el Congreso debe aprobar para mantener el gobierno abierto después de que el año fiscal termine el 30 de septiembre. Desgraciadamente, el senador Bernie Sanders se ha manifestado en contra, al igual que más de 70 miembros demócratas de la Cámara de Representantes, la mayoría del grupo progresista del Congreso. No está claro cuántos llegarán al extremo de bloquear el proyecto de ley de financiación del gobierno si incluye esta legislación de permisos, pero sí serán algunos.

Por lo tanto, los grupos de presión de las petroleras han pedido a los legisladores republicanos que compensen a los progresistas que votarán en contra y que voten a favor de la legislación. Pero el Partido Republicano ha dicho a las compañías petroleras: “No, gracias”. Los legisladores republicanos no harán nada para conseguirle otro éxito a Biden.

No sé quién es más irresponsable: los progresistas moralistas que quieren una inmaculada revolución verde de la noche a la mañana, con paneles solares y parques eólicos, pero sin nuevas líneas de transmisión ni oleoductos, o los cínicos y falsos republicanos que prefieren que gane Putin y que pierdan nuestras empresas energéticas antes que hacer lo correcto para Estados Unidos y Ucrania dándole la razón a Biden.

No puedo enfatizar esto lo suficiente: la política energética de Estados Unidos debe ser el arsenal de la democracia para derrotar el petroputinismo en Europa, proporcionando el petróleo y el gas que tanto necesitan nuestros aliados a precios razonables para que Putin no pueda chantajearlos. Este tiene que ser el motor del crecimiento económico que proporcione la energía más limpia y asequible de combustibles fósiles en nuestra transición a una economía con bajas emisiones de carbono. Y tiene que ser la vanguardia de la ampliación de las energías renovables para que el mundo llegue a ese futuro bajo en carbono tan rápido como podamos.

Cualquier política que no maximice esas tres cosas nos dejará menos sanos, menos prósperos y menos seguros.


Thomas L. Friedman es columnista de Opinión sobre temas internacionales en el New York Times.

Agencias

Alcances del plan de paz de China en Ucrania

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EP New York/ Florida News| Política Internacional | agencias

Putin y Xi celebran la colaboración de sus países, a pesar de la guerra de Rusia en Ucrania

El presidente ruso, Vladimir Putin, le dio la bienvenida a Xi Jinping, el máximo dirigente chino, y mencionó brevemente el plan de paz de Pekín para Ucrania, sin dejar de subrayar la sólida cooperación entre Moscú y Pekín.

El presidente ruso, Vladimir Putin, y el máximo dirigente chino, Xi Jinping, iniciaron el lunes sus conversaciones en Moscú. Posaron uno al lado del otro demostrando una colaboración que no se ha visto afectada por la guerra que Rusia mantiene en Ucrania desde hace un año.

Aunque la guerra y las fricciones que ha evidenciado estuvieron presentes en la reunión, Xi y Putin no hicieron comentarios públicos al respecto, a pesar de las múltiples consecuencias registradas el año pasado como las sanciones occidentales a Rusia, la crisis energética en Europa y la devastación en Ucrania.

En vez de eso, los líderes hicieron todo lo posible por halagarse mutuamente y proyectar unidad en una serie de actos meticulosamente coreografiados. Xi es el líder mundial de más alto nivel que visita Rusia desde la invasión y se quedará tres días, mientras continúan las sangrientas batallas en el este de Ucrania. Además, su visita se produce solo tres días después de que la Corte Penal Internacional emitiera una orden de detención contra el líder ruso por crímenes de guerra.

Las imágenes de la alianza, construida más con gestos simbólicos que con un tratado formal, ha avivado la ansiedad en Occidente ante la posibilidad de que China expanda su apoyo a Rusia más allá de la diplomacia o la economía —posiblemente con armas para que sean usadas en la guerra de Putin— y consolide un poderoso bloque opuesto a la OTAN y Estados Unidos.

“Querido amigo, bienvenido a Rusia”, le dijo Putin a Xi, después de que el líder chino fuera recibido con una alfombra roja y una banda militar.

Putin le dijo a su invitado que China era objeto de “envidia” porque su gobierno había construido un “sistema muy eficaz para desarrollar la economía y fortalecer el Estado”. Xi expresó su “profunda gratitud” a Putin y dijo estar “seguro de que el pueblo ruso seguirá apoyándolo firmemente”, según Xinhua, la agencia de prensa estatal china.

Los mandatarios se sentaron junto a una pequeña mesa, cerca de una chimenea, en un entorno mucho más íntimo que la larga mesa en la que Putin mantuvo tensas reuniones con líderes occidentales antes de que Rusia invadiera Ucrania.

Pero detrás de esta muestra de amistad hay un escenario geopolítico. China y Rusia se oponen a un orden mundial dominado por Estados Unidos y sus aliados, y eso parece pesar más que cualquier objeción que pueda tener Xi sobre la invasión de Ucrania.

El secretario de Estado, Antony J. Blinken, criticó la visita, afirmando que equivale a una “pantalla diplomática para que Rusia siga cometiendo” crímenes de guerra. El tribunal internacional acusó a Putin de ser responsable del secuestro y deportación de niños ucranianos, y las fuerzas rusas siguen atacando zonas civiles.

Según Blinken, el viaje “sugiere que China no siente la responsabilidad de hacer que el presidente rinda cuentas por las atrocidades cometidas en Ucrania”.

Putin, en un artículo publicado en el Diario del Pueblo, el principal periódico del gobernante Partido Comunista de China, estableció paralelismos entre las amenazas que, según él, pesan sobre Rusia por parte de Occidente —y que, en su opinión, lo impulsaron a invadir Ucrania— y las preocupaciones de Pekín en materia de seguridad en Asia.

Describió la cooperación entre Rusia y China como un contrapeso esencial a un Occidente que pretende dominar no solo Europa Oriental, sino también la región de Asia-Pacífico, y que pretende “contener el desarrollo de nuestros países”.

“Son las relaciones ruso-chinas las que hoy representan prácticamente la piedra angular de la estabilidad regional, incluso mundial”, escribió Putin.

Según un resumen chino de su reunión en el Kremlin, Xi le dijo a Putin: “La mayoría de los países apoyan la disminución de las tensiones, abogan por las negociaciones de paz y se oponen a echarle leña al fuego. Históricamente, los conflictos deben resolverse mediante el diálogo y las negociaciones”.

Las cautelosas declaraciones de Xi coinciden con la delicada posición que China ha adoptado en relación con la guerra: simpatiza con las quejas de Rusia contra la influencia occidental y la OTAN, al tiempo que aboga por el diálogo para poner fin a los combates. En consonancia con esa ambigüedad, Xi se ha referido a los combates en Ucrania como una “crisis” o un “conflicto”, pero no como una guerra o una invasión.

Al final del primer día de reuniones, no se evidenció algún progreso en el aspecto que más expectativas ha generado: saber si Xi podrá convencer a Putin para que inicie negociaciones de paz serias. Putin se limitó a afirmar que Rusia había “estudiado detenidamente” las propuestas de paz de China y que las tratará “con respeto”.

Un portavoz de la Casa Blanca, John F. Kirby, dijo: “Veremos de qué salen hablando de esta reunión”. Al calificar a la alianza Pekín-Moscú como un “matrimonio de conveniencia”, dijo que armar a Rusia iría en contra de las declaraciones públicas de Xi acerca de que China quiere la paz.

Para Putin, la visita de Xi también es una oportunidad para suavizar las tensiones suscitadas por los asesinatos de nueve ciudadanos chinos en una mina de oro en la República Centroafricana, un incidente que Xi ha condenado. Hay diversas afirmaciones sobre la identidad del grupo responsable de las muertes, pero algunos culpan a un grupo de mercenarios rusos.

Las conversaciones de Xi y Putin continuarán el martes, cuando se les unirán delegaciones más amplias de funcionarios gubernamentales. También planean dirigirse a los medios de comunicación y celebrar un banquete estatal al que asistirán los líderes empresariales rusos.

Ambos mandatarios se han reunido unas 40 veces desde que Xi se convirtió en líder nacional pero, aunque proyectan una relación más profunda que nunca, la guerra ha interrumpido sus relaciones, al tiempo que ha profundizado la dependencia rusa de China para el comercio y el apoyo diplomático.

La guerra ha sido una fuente de inestabilidad para Pekín, y ha perjudicado los lazos chinos con los países europeos. También ha magnificado las tensiones económicas y energéticas mundiales en un momento en que Xi quiere centrarse en la reconstrucción económica de China después de la pandemia.

En las últimas semanas, Xi ha tratado de reafirmar el papel global de China después de su aislamiento pandémico. Pekín se ha presentado como un potencial intermediario de la paz, organizando conversaciones que condujeron a un acuerdo significativo este mes entre Arabia Saudita e Irán y proponiendo un plan de 12 puntos que fue redactado en términos generales para poner fin a los enfrentamientos.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dijo que agradecería la oportunidad de hablar con Xi, pero no está claro si los líderes tienen la intención de hablar.

El ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang, habló por teléfono la semana pasada con el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, e instó a Ucrania y Rusia a negociar. “No importa cuán grandes sean las dificultades y los desafíos, no se le debe cerrar la puerta a una solución política”, le dijo Qin, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.

Pero hay obstáculos enormes.

Putin, en su artículo del lunes, señaló que Rusia entablará conversaciones solo si retiene el control del territorio capturado en el este y el sur de Ucrania. El gobierno de Ucrania ha descartado ceder territorio a cambio de la paz.

“El primer y principal punto es la capitulación o retirada de las tropas de ocupación rusas”, dijo Oleksiy Danilov, jefe del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, en un comunicado el lunes.

Ni las fuerzas rusas ni las ucranianas han mostrado una desaceleración en la lucha a lo largo del frente en expansión. Cientos de soldados mueren o resultan heridos diariamente en cada bando, según los analistas militares.

Incluso en el caso de que China desee desempeñar un papel para poner fin al derramamiento de sangre, es poco probable que Xi presione a Putin para evitar poner en peligro su asociación más amplia, según dicen muchos analistas. Xi considera que el vínculo de Pekín con Moscú es esencial para compensar el dominio global estadounidense.

“Los países occidentales liderados por Estados Unidos han implementado la contención, el cerco y la represión general de China”, declaró en un discurso este mes.

William Klein, un exdiplomático estadounidense radicado en Pekín, dijo que la visita a Moscú “demuestra claramente que China ve a Rusia como un socio estratégico indispensable”.

“Independientemente de lo que China pueda pensar sobre la guerra, ve a Rusia como una clave para crear un contrapeso a la presión de Estados Unidos”, dijo Klein, que ahora es socio consultor de FGS Global. “No debería haber ninguna expectativa de que China recalibrará sus intereses fundamentales debido a esta guerra”.

La pérdida del apoyo de Rusia podría dejar a China peligrosamente expuesta, según han argumentado los expertos en política exterior china, incluso después de la invasión de Putin.

El mes pasado, Yang Jiemian, un experto en política exterior de Shanghái, escribió en un análisis que si “Rusia se debilita constantemente hasta el punto en que no puede, no quiere o no se atreve a luchar contra Estados Unidos y Occidente, eso haría que China enfrente circunstancias estratégicas muy desfavorables”.

Publicado en The New York Times

 

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Agencias

El colapso financiero del Silicon Valley Bank

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EP New York  | Economía Mundial

Por Gustavo Lugo

Silicon Valley Bank, uno de los principales prestamistas del sector tecnológico, fue cerrado por los reguladores el viernes por preocupaciones sobre su solvencia.

La medida provocó una venta masiva de acciones y generó temores de que otros bancos pudieran estar en riesgo de quiebra. Fundado en 1983, el banco creció hasta convertirse en el decimosexto más grande de los EE. UU., con $ 210 mil millones en activos. A lo largo de los años, según los informes, su lista de clientes creció para incluir algunos de los nombres más importantes en tecnología de consumo como Airbnb, Cisco, Fitbit, Pinterest y Square.

El miércoles por la noche, SVB anunció que planeaba recaudar $ 2 mil millones para “fortalecer (su) posición financiera” después de sufrir pérdidas en medio de la desaceleración más amplia en el sector tecnológico. También indicó que había visto un aumento en los clientes de inicio que retiraban sus depósitos. Al mismo tiempo, el banco señaló que sus títulos habían perdido valor como resultado de las tasas de interés más altas.

El jueves por la mañana, las acciones de SVB comenzaron a experimentar una venta masiva, más tarde ese día, el director ejecutivo de SVB, Gary Becker, suplicó a los inversores tecnológicos que “mantuvieran la calma”. Dijo que el único peligro que se le presentaba a SVB era si “todos se decían unos a otros que SVB está en problemas”. Eso parece haberse transformado en una profecía autocumplida, con los gigantes tecnológicos, incluido Peter Thiel, advirtiendo a los fundadores de nuevas empresas que reduzcan su exposición a SVB, al final del día, las acciones de SVB habían caído un 60%.

El viernes por la mañana, CNBC informó que SVB no había podido recaudar el efectivo que esperaba reunir y estaba buscando un comprador a medida que las salidas de depósitos continuaban acelerándose.

El banco incluso llamó al Departamento de Policía de Nueva York el viernes por la mañana cuando los clientes comenzaron a hacer fila afuera de sus oficinas de Park Avenue para obtener su dinero, pero los oficiales que llegaron al lugar se fueron después de determinar que “no había nada criminal”, dijo un portavoz de la policía de Nueva York.

Para el mediodía del viernes, los reguladores bancarios estatales y federales de California habían visto suficiente y anunciaron que se harían cargo de los depósitos de SVB y pondrían al banco en suspensión de pagos, y  según la FDIC, esta es la segunda mayor quiebra bancaria en la historia de Estados Unidos, detrás del colapso de Washington Mutual en septiembre de 2008.

Antes del cierre, algunos analistas bancarios descartaron las preocupaciones sobre un posible “contagio” derivado de los problemas de SVB que podrían desestabilizar el sector bancario, aunque sin descartar la posibilidad de que el banco quiebre.

“Creemos que la liquidación fue exagerada ya que los bancos grandes tienen mucha más liquidez que los bancos más pequeños, están más diversificados con modelos comerciales más amplios, tienen mucho capital, están mucho mejor administrados con respecto al riesgo y tienen mucho supervisión de los reguladores”, dijo el viernes el analista de JPMorgan Vivek Juneja en una nota a los clientes.

EL DESPLOME DE SILICON VALLEY BANK SE SIENTE A NIVEL GLOBAL

La quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) este viernes no solo ha sembrado la incertidumbre financiera en EE.UU., también ha tenido consecuencias alarmantes que ya se están haciendo visibles en distintas partes del mundo.

En el Reino Unido, la filial del SVB está a punto de declararse insolvente, ya ha cesado su actividad y no acepta nuevos clientes. Más de 250 directores ejecutivos de empresas tecnológicas británicas han firmado una carta dirigida al ministro de Hacienda británico, Jeremy Hunt, en la que piden la intervención del Gobierno, según una copia vista por Reuters.

“La reciente noticia de que SVB va a declararse insolvente representa una amenaza existencial para el sector tecnológico británico”, dice la carta. “Este fin de semana la mayoría de nosotros, como fundadores de empresas tecnológicas, estamos haciendo cuentas para ver si somos potencialmente insolventes desde el punto de vista técnico”.

Al parecer, esto es solo el comienzo, puesto que SVB también tenía sucursales en Alemania, China, Dinamarca, India, Israel y Suecia. Los empresarios británicos advierten de que la quiebra del banco podría acabar con las ‘startups’ de todo el mundo si no interviene el Gobierno.

También ha puesto en alerta a los empresarios tecnológicos de Asia. “No hay que subestimar el impacto del incidente del SVB en la industria tecnológica”, señalaron en una nota los analistas de China International Capital Corp., dirigidos por Liu Zhengning, sin embargo, el banco estatal chino Shanghai Pudong Development Bank, empresa conjunta al 50 % con el SVB Financial Group, aseguró este sábado que sus operaciones son “sólidas” y afirmó que su balance es independiente del de su socio estadounidense.

De otro lado, el ministro de Finanzas de Corea del Sur declaró este domingo que el país sigue de cerca cualquier repercusión de la quiebra del SVB en los mercados surcoreanos, a pesar de las opiniones de los expertos de que la insolvencia del prestamista no se extendería a otros sistemas financieros.

SVB, a través de su entidad matriz, posee inversiones en algunas de las ‘startups’ tecnológicas más importantes de la India, como Bluestone, Carwale, InMobi y Loyalty Rewardz. Por lo tanto, no se puede descartar un impacto directo en la puesta en marcha india y en la nueva economía, señala el medio The Hindu Businessline.

 

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Agencias

Putin rompe temporalmente tratado nuclear con EE.UU.

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EP New York | tratado nuclear

Peligra último tratado de armas nucleares entre EEUU y Rusia

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha anunciado este martes la suspensión unilateral del cumplimiento por parte de su país del START III o Nuevo START, último tratado de desarme y de no proliferación nuclear que estaba aún vigente entre Rusia y EEUU. También ha anunciado que Rusia “debe estar preparada para realizar ensayos nucleares si Estados Unidos los lleva a cabo primero”. 

WASHINGTON — El anuncio hecho el martes por el presidente ruso, Vladimir Putin, de que Moscú suspenderá su participación en el último tratado restante para el control de armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia tendrá un impacto inmediato en el seguimiento de las actividades nucleares rusas por parte de Washington.

La decisión de Putin de suspender la cooperación rusa con las inspecciones de ojivas nucleares y misiles contempladas por el tratado sigue a la cancelación por parte de Moscú a fines del año pasado de las conversaciones que tenían como objetivo salvar un acuerdo que ambas partes se acusaron mutuamente de ignorar.

En su discurso sobre el estado de la nación al pueblo ruso, Putin dijo que Moscú abandonaba el tratado debido al apoyo de Estados Unidos a Ucrania, y acusó a Washington y sus aliados de la OTAN de trabajar abiertamente para destruir a Rusia.

Estados Unidos ya se había alejado del tratado. Durante el gobierno del presidente Donald Trump, Estados Unidos se negó a entablar negociaciones para extenderlo, acusando a Moscú de cometer violaciones flagrantes. Sin embargo, cuando el presidente Joe Biden asumió el cargo en 2021, su gobierno firmó una extensión de cinco años.

Este es un vistazo al Nuevo START y lo que significa el anuncio de Rusia para el monitoreo de las armas nucleares de Estados Unidos y Rusia:

¿QUÉ ES EL TRATADO NUCLEAR RUSIA-EEUU?

El Nuevo START —llamado formalmente Tratado entre los Estados Unidos de América y la Federación de Rusia sobre medidas adicionales para la reducción y limitación de las armas ofensivas estratégicas— fue firmado por el gobierno del presidente Barack Obama en 2010 y entró en vigor en febrero de 2011 como un pacto de 10 años. El tratado obligaba tanto a Rusia como a Estados Unidos a comprometerse a tener comunicaciones periódicas sobre el estado de sus arsenales nucleares, permitir inspecciones periódicas in situ y cumplir con los límites en la cantidad de ojivas desplegadas y no desplegadas que cada uno mantendría.

Esos límites incluyen: 700 misiles balísticos intercontinentales (ICBM, por sus siglas en inglés) desplegados, misiles balísticos lanzados desde submarinos (SLBM) desplegados y bombarderos nucleares desplegados; 1.550 ojivas nucleares en los ICBM desplegados, SLBM desplegados y bombarderos desplegados; 800 lanzadores ICBM, lanzadores SLBM y bombarderos, tanto desplegados como no desplegados.

Horas después del discurso de Putin y a pesar de que el mandatario ruso suspendió la participación en el pacto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijo que el Kremlin respetaría los límites de las armas nucleares.

El Ministerio de Relaciones Exteriores agregó que Rusia también continuará intercambiando información sobre lanzamientos de prueba de misiles balísticos según acuerdos anteriores con Estados Unidos.

¿QUÉ SIGNIFICARÁ LA SUSPENSIÓN PARA LAS INSPECCIONES NUCLEARES Y EL INTERCAMBIO DE INFORMACIÓN?

Desde que se firmó el Nuevo START, Rusia y Estados Unidos han permitido que los equipos de cumplimiento del otro gobierno realicen 328 inspecciones in situ de sus reservas y, lo que es más importante, las dos naciones han cooperado en el intercambio de datos y han hecho 25.311 notificaciones sobre el estado de sus programas, informó el Departamento de Estado norteamericano.

El anuncio de Putin y la aclaración posterior del Ministerio de Relaciones Exteriores parecían indicar que las inspecciones están suspendidas permanentemente, pero no aclararon qué intercambio de datos y qué notificaciones podrían continuar.

Estados Unidos obtendrá sus primeras pistas el 1 de marzo, cuando se supone que ambas partes volverán a intercambiar datos sobre el número agregado de sus fuerzas nucleares, precisó Hans Kristensen, director del proyecto de información nuclear de la Federation of American Scientists (Federación de científicos estadounidenses).

Estados Unidos y Rusia también han estado intercambiando mensajes diarios sobre movimientos y ejercicios, lo que ha ayudado a aclarar a ambas potencias nucleares las acciones de la otra, apuntaron tanto Kristensen como William Alberque, director de estrategia, tecnología y control de armas del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.

“Hay notificaciones que llegan todos los días”, dijo Alberque. Del lado estadounidense, esos mensajes formateados de computadora son procesados por un equipo militar-civil en el Centro Nacional para la Reducción de Riesgos Nucleares del Departamento de Estado.

Si Rusia deja de proporcionar notificaciones, “inmediatamente vamos a comenzar a perder datos para poder rastrear exactamente cuántas armas estratégicas tienen y si están o no en el lugar que se supone que deben estar, y si están actuando o no de la manera en que se supone que deben hacerlo”, alertó Alberque.

¿QUÉ PASÓ ANTES DEL ANUNCIO DE PUTIN?

En marzo de 2020, Estados Unidos y Rusia pausaron las inspecciones de los sitios militares de ambas partes bajo el Nuevo START debido a la propagación del coronavirus. La comisión de Estados Unidos y Rusia que supervisa la implementación del tratado se reunió por última vez en octubre de 2021, pero luego Rusia suspendió unilateralmente su cooperación con las disposiciones de inspección del tratado en agosto de 2022 en protesta por el apoyo de Estados Unidos a Ucrania.

Se suponía que esas reuniones se habían reanudado en Egipto a fines de noviembre, pero Rusia las canceló abruptamente sin ofrecer una razón específica, según funcionarios estadounidenses.

A fines de enero, el gobierno de Biden informó al Congreso que Rusia no estaba cumpliendo con los términos del acuerdo al negarse a permitir inspecciones en su territorio y al no aceptar nuevas conversaciones sobre la reanudación de esas verificaciones.

En ese momento, el Departamento de Estado advirtió que “Rusia tiene un camino claro para volver al pleno cumplimiento” el pacto y que todo lo que tenía que hacer era aceptar las nuevas inspecciones.

¿CÓMO RESPONDERÁ EL GOBIERNO DE BIDEN?

Ahora dependerá del gobierno de Biden decidir cómo responder, es decir, básicamente si continúa cumpliendo con su parte del tratado.

El martes, el secretario de Estado Antony Blinken calificó la medida rusa de “profundamente desafortunada e irresponsable”.

“Observaremos atentamente para ver qué hace realmente Rusia”, declaró. “Por supuesto, nos aseguraremos de que, en cualquier caso, estemos en una postura adecuada para la seguridad de nuestro propio país y la de nuestros aliados”.

El mes pasado, el Departamento de Estado informó que no podía certificar que Rusia estaba cumpliendo con el Nuevo START debido a su negativa a permitir inspectores in situ el año pasado. Ahora que Rusia rechazó el tratado por completo, existe el riesgo de una acumulación de armas atómicas de ambos países.

“Tanto Estados Unidos como Rusia han planificado meticulosamente sus respectivos programas de modernización nuclear basándose en el supuesto de que ninguno de los dos países superará los niveles de fuerzas dictados actualmente por el Nuevo START”, explicó la Federación de Científicos Estadounidenses en un informe de febrero en el que se examinaron los riesgos en caso de que ambas partes no renovaran el tratado.

“Sin un acuerdo después de 2026, esa suposición desaparecería inmediatamente; probablemente ambas partes caerían en la desconfianza mutua ante un menor número de datos verificables, y nuestro discurso estaría dominado por el peor de los casos, sobre cómo crecerían los arsenales de ambos países en el futuro”.

Con información de AP | EFE

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