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El Reino Unido tras el Brexit , entre la apatía y la incertidumbre

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EP New York/opinión

El país vive la llegada del Brexit con aparente normalidad, pero nadie sabe a ciencia cierta qué pasará después del periodo de transición fijado entre esta milenaria nación y la Unión Europea (UE), que durará hasta el 31 de enero del presente año. No hay miedo, pero si el temor a que el nivel de vida se deteriore y el país entre en un periodo incierto.

por Ricardo Angoso

Cuando apenas han pasado unas semanas desde la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), la normalidad es total en el Reino Unido después de meses de un eterno debate que parecía no tener fin, pero la incertidumbre sigue dominando en los mercados y en las empresas y nadie sabe qué pasará en el largo plazo tras esta ruptura que pone fin a un “matrimonio” que duró 47 años. La incertidumbre gravita entre los británicos que todavía no saben a ciencia cierta la incidencia que tendrá esta abrupta ruptura en sus vidas y en las de las futuras generaciones, aunque también piensan en sus bolsillos y ahí, precisamente, es donde más duele.

“Muchas empresas siguen pensando en cambiar sus oficinas y trasladarse a Europa, bien sea a Madrid, Dublín o Bruselas, pero nadie sabe a ciencia cierta qué pasará el día después del periodo de transición y los planes de contingencia, como suele ocurrir siempre, cambian según pasan los días”, me cuenta un empleado español de City Bank rumbo al Reino Unido. Está en lo cierto, muchas empresas ya se trasladaron hace tiempo hacia otras capitales del continente pero todavía quedan muchas cuyos cuarteles generales continúan en Londres u otras ciudades británicas.

Mientras tanto, el primer ministro británico, Boris Johnson, acelera sus planes en cuanto a la modernización de las infraestructuras, poniendo en marcha un ambicioso plan de atención a las vetustas redes ferroviarias, y viajando por todo el país, en un intento por transmitir confianza a los sectores que se consideran más afectados por la salida de la UE.

El mandatario británico visita granjas, mercados, fábricas y cualquier lugar donde considere que puede infundir ánimo y optimismo a sus conciudadanos, todavía algo perplejos porque llegó la fecha deseada por algunos y temida por muchos, como, por ejemplos, los jóvenes menores de 30 años, que votaron masivamente contra el Brexit. El primer ministro aparece en todos los medios, se fotografía con todo el mundo, reparte besos, se viste como un obrero y pretende con ese aire campechano e informal, aunque a veces huele a la naftalina de los palacios de Londres, hacer olvidar a la gente de a pie el largo sainete vivido por esta nación en los últimos tres años.

No olvidemos que Johnson ganó las últimas elecciones más por deméritos de sus adversarios que por méritos propios, pero ganó por mayoría absoluta -casi goleada- y punto, que es lo que cuenta en una democracia. Si los laboristas no se hubieran empeñado en un candidato tan pésimo como Jeremy Corbyn, socialista radical y simpatizante de abyectos regímenes, seguramente hubieran ganado las últimas elecciones y la situación sería bien distinta hoy, pero esa es política ficción para las novelas y los ensayistas de salón.

Las recetas de las nacionalizaciones, el dirigismo estatalista al estilo cubano y las expropiaciones sin ton ni son, tal como exhibía Corbyn en su surrealista programa, son  experiencias del pasado para el estudio de los economistas y no para su aplicación real en una nación desarrollada, europea -por mucho que les pese a los británicos- y anclada en la modernidad. Londres no es Caracas, señor Corbyn, ni tampoco La Habana.

A pesar de todo, el primer ministro tiene ante la mesa muchos retos y desafíos a los que tendrá que hacer frente si no quiere defraudar a una ciudadanía que en estos últimos años han visto pasar por el número diez de Dowing Street a tres ministros más ocupados en gestionar una salida airosa de la UE que  dedicados a sus asuntos cotidianos, tales como el estado del deteriorado sistema de salud británico, la inseguridad pública, el caos que presenta el sistema de transportes -los trenes, por ejemplo, son malos, caros y nunca llegan en hora- y la pobreza que  asombra en cada esquina y es visible en casi todas las ciudades británicas. Por poner tan solo un gráfico ejemplo sobre este asunto, se calcula que el Reino Unido hay casi 500.000 personas sin techo, es decir, durmiendo en la calle literalmente, y la cifra va en aumento, según señalan los expertos en el tema. El año 2018, según datos oficiales, 726 personas sin hogar murieron en las calles británicas, una cifra alarmante y preocupante si tenemos en cuenta que la renta per capita británica se encuentra entre las veinte primeras del mundo con más de 40.000 dólares americanos en su haber.

ESCOCIA, ¿RUMBO A LA INDEPENDENCIA?

Nada más firmarse el acuerdo definitivo entre la UE y el Reino Unido, la primera ministra o ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, amenazó directamente al gobierno británico con convocar una consulta independentista si los planes consumados llegaban a cumplirse y el país abandonaba el barco europeo. Esa misma determinación ha acompañado a Sturgeon después del 31 de enero, cuando definitivamente Londres cumplió sus planes y abandonó la UE tras décadas de pertenencia a la misma, defraudando las expectativas de millones de ciudadanos que esperaban una segunda consulta sobre la secesión británica.

Ahora, los ojos están puestos en las elecciones municipales del próximo año, en las que el gobernante Partido Nacionalista de Escocia -SNS, en sus siglas en inglés- tiene el objetivo de hacerse con casi todo el poder local escocés sobre las ruinas de los partidos liberal, conservador y laborista. Escocia fue antaño un feudo laborista hasta que desde hace unos años el discurso nacionalista fue en auge y el SNS fue capaz de robarle al laborismo sus importantes “graneros” en esta región del Reino Unido, de tal forma que ahora los laboristas cuentan con apenas un representante por Escocia en el parlamento nacional cuando en el 2010 tenían 41, mientras que los nacionalistas han pasado de seis en esa fecha a los 48 actuales sobre un total de 59 en juego. Además, el SNS ha impregnado un giro progresista a su nacionalismo y el votante laborista se encuentra cómodo votando a los secesionistas escoceses.

Si estos resultados del nacionalismo escocés se confirmarán en las urnas, pues en estos últimos diez años siempre ha mostrado una tendencia ascendente, es más que seguro que se apostará por una nueva consulta independentista al estilo de la celebrada en el año 2014, en que el voto afirmativo a la causa independentista sumó el 45% pero no fue suficiente para aprobar la secesión. Ahora, sin embargo, todos los sondeos señalan que el independentismo ganas adeptos y que sería capaz de vencer en el referéndum de llegar a celebrarse, si finalmente los ejecutivos de Escocia y Londres se ponen de acuerdo acerca de la celebración del mismo, algo que por ahora cuenta con el rechazo del primer ministro Johnson.

IRLANDA DEL NORTE O EL BREXIT BLANDO

Irlanda del Norte ha conseguido al menos un Brexit “blando” y por ahora mantendrá una posición a medio camino entre la UE y la salida total de esta institución, tal como no ocurrirá con el resto del Reino Unido. Las normas comunitarias y el acervo de la UE permanecerán intactos, al menos hasta el final del periodo de transición, y la frontera no será una frontera dura, permitiendo el tránsito de pasajeros y mercancías y quedando la unión aduanera con el Reino Unido en los puertos, una suerte de acuerdo que pretende aplacar la ira de muchos ciudadanos irlandeses que no quieren quedarse como ciudadanos de segunda en este nuevo escenario.

El problema sigue siendo que el nacionalismo irlandés sigue considerando en el corto y largo plazo como único horizonte posible para solucionar los problemas cotidianos, al margen o no de la salida de la UE, la unificación total de la isla en una sola nación. En la otra parte, en el bando de los unionistas protestantes, dicho posibilidad inspira recelo, miedo e incluso terror en los sectores más radicales, pues piensan que perderían su identidad y se convertirían en una minoría incomoda, desplazada e incluso marginada. Congeniar esas dos visiones, cuando no concepciones de la vida misma, implicará altas dosis de ingeniería política.

Por ahora, no obstante, nada parece avizorar que los grupos radicales de ambas partes vayan a volver a la violencia tras años de paz y tranquilidad, y que los acuerdos firmados hace ya más de una veintena de años vayan a ser truncados de una forma abrupta ante la irrupción de este nuevo escenario político. Las dudas son acerca de si esta calma chica durará eternamente o si, llegado el caso y finalizado el periodo de transición entre la UE  y el Reino Unido, las armas volverán a tomar su lugar en la política norirlandesa. El tiempo nos dará la respuesta.

Luego está Gales, siempre un poco la gran olvidada de la política británica por su escaso peso demográfico -apenas tres millones- y político, que siempre alegó que la salida de la UE le afectaría mucho económicamente, en tanto y cuanto una buena parte de sus exportaciones se iban para el continente. Sin embargo, a diferencia de Escocia e Irlanda de Norte, el sentimiento nacionalista nunca fue muy alto en Gales en términos electorales y tampoco tuvo el carácter secesionista de los otros dos casos. Además, siempre se podrá esgrimir en su contra que la mayor parte de los ciudadanos -el 52%- votó a favor de la salida del Reino Unido de la UE, por mucho que les pese ahora a algunos sectores nacionalistas. Que lo hubieran pensado antes, dirán, con bastante razón, en Dowing Street 10.


RICARDO ANGOSO

Coordinador del Foro Ideas para la Democracia:
 
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IA y cambio climático , las dos cajas de pandora que aterran al mundo

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EP New York. | Ciencia y Tecnología

Estamos ante dos grandes cajas de Pandora: la IA y el cambio climático

El diccionario Merriam-Webster señala que una “caja de Pandora” puede ser “cualquier cosa que parezca ordinaria, pero que puede producir resultados perjudiciales impredecibles”. Últimamente, he pensado mucho en las cajas de Pandora, porque los >Homo sapiens< estamos haciendo algo que nunca habíamos hecho: levantar las tapas de dos cajas gigantes de Pandora al mismo tiempo, sin tener ni idea de lo que podría salir de ahí.

Una de estas cajas de Pandora se denomina “inteligencia artificial” y la ejemplifican programas como ChatGPT, Bard y AlphaFold, los cuales son testigos de la capacidad de la humanidad para confeccionar por primera vez, y como si fuese la obra de un dios, algo que se acerca a la inteligencia general y supera por mucho la capacidad cerebral con la que evolucionamos de manera natural.

La otra caja de Pandora se llama “cambio climático” y con ella los humanos estamos por primera vez conduciéndonos, nuevamente, como si fuésemos unos dioses, de una época climática a otra. Hasta ahora, ese poder estaba limitado en gran medida a las fuerzas naturales relacionadas con la órbita de la Tierra alrededor del Sol.

Para mí, mientras levantamos las tapas al mismo tiempo, la gran pregunta es: ¿qué tipo de regulaciones y ética debemos implementar para manejar lo que salga gritando de las cajas?

Admitámoslo, no comprendimos cuánto se iban a usar las redes sociales para socavar los dos pilares de cualquier sociedad libre: la verdad y la confianza. Así que, si abordamos la inteligencia artificial generativa con la misma negligencia —si volvemos a seguir el imprudente mantra de Mark Zuckerberg en los albores de las redes sociales, “muévete rápido y rompe cosas”—, qué te puedo decir: vamos a romper cosas más rápido, con más fuerza y más profundidad de lo que nadie puede imaginar.

“Nos faltó imaginación cuando se desataron las redes sociales y luego no logramos responder con responsabilidad a sus consecuencias inimaginadas una vez que permearon las vidas de miles de millones de personas”, me dijo Dov Seidman, fundador y presidente de HOW Institute for Society y LRN. “Perdimos mucho tiempo —y nuestro camino— pensando de manera utópica en que solo podían salir cosas buenas de las redes sociales, al conectar a la gente y dándole voz. No podemos permitirnos fracasos similares con la inteligencia artificial”.

Así que existe “un imperativo urgente —tanto ético como regulatorio— para que estas tecnologías de inteligencia artificial solo se utilicen para complementar y elevar lo que nos hace singularmente humanos: nuestra creatividad, nuestra curiosidad y, en el mejor de los casos, nuestra capacidad para tener esperanza, ética, empatía, determinación y colaborar con otros”, agregó Seidman (miembro del consejo del museo que fundó mi mujer, Planet Word).

“El adagio de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad nunca ha sido más cierto. No podemos permitirnos otra generación de tecnólogos que proclamen su neutralidad ética y nos digan: ‘Oye, solo somos una plataforma’, cuando estas tecnologías de inteligencia artificial están permitiendo tipos exponencialmente más poderosos y profundos de empoderamiento e interacción humana”.

Por estas razones, le pedí su opinión a James Manyika, quien dirige el equipo de tecnología y sociedad de Google, así como Google Research —donde se lleva a cabo gran parte de la innovación en inteligencia artificial—, sobre la promesa y el desafío de esta tecnología.

“Debemos ser audaces y responsables al mismo tiempo”, dijo.

“La razón para ser audaces es que, en muchos ámbitos distintos, la inteligencia artificial tiene el potencial de ayudar a la gente con las tareas cotidianas, de enfrentar algunos de los mayores desafíos de la humanidad —como, por ejemplo, la atención médica— y lograr nuevos descubrimientos e innovaciones científicos, así como mejoras de productividad que llevarán a una mayor prosperidad económica”.

Manyika agregó que lo hará “dándole acceso a gente de todas partes a la suma del conocimiento mundial: en su propia lengua, en su modo de comunicación preferido, por medio de texto, voz, imágenes o código” en un teléfono inteligente, la televisión, la radio o un libro electrónico. Mucha más gente podrá obtener la mejor ayuda y las mejores respuestas para mejorar su vida.

Sin embargo, Manyika agregó que también debemos ser responsables y citó varias inquietudes. En primer lugar, estas herramientas deben estar alineadas por completo con los objetivos de la humanidad. En segundo lugar, en las manos equivocadas, estas herramientas podrían hacer un daño enorme, tanto si hablamos de la desinformación como de cosas que se pueden falsificar a la perfección o del hackeo. (Los malos siempre son los primeros en adoptarlas).

Por último, “hasta cierto grado, la ingeniería va a la cabeza de la ciencia”, explicó Manyika. Es decir, ni siquiera las personas que construyen los llamados grandes modelos lingüísticos en los que se basan productos como ChatGPT y Bard entienden por completo cómo funcionan ni el alcance total de sus capacidades”. Manyika agregó que podemos diseñar sistemas de inteligencia artificial de una capacidad extraordinaria, a los que se les pueden enseñar unos pocos ejemplos de aritmética, un lenguaje poco común o explicaciones de chistes y luego, con una precisión asombrosa, pueden empezar a hacer muchas más cosas tan solo con esos fragmentos. En otras palabras, todavía no sabemos por completo cuántas cosas más, buenas o malas, pueden hacer estos sistemas.

Por lo tanto, necesitamos cierta regulación, pero debe hacerse con cuidado y de manera iterativa. La talla única no les quedará a todos.

¿Por qué? Bueno, si lo que más nos preocupa es que China supere a Estados Unidos en el ramo de la inteligencia artificial, debemos acelerar nuestra innovación en inteligencia artificial, no ralentizarla. Si queremos democratizar de verdad la inteligencia artificial, tal vez queramos que su código sea abierto. No obstante, el código abierto puede ser explotado. ¿Qué haría el grupo del Estado Islámico con el código? Así que debemos pensar en el control de armas. Si nos preocupa que los sistemas de inteligencia artificial agraven la discriminación, las violaciones de la privacidad y otros daños sociales divisivos, como lo hacen las redes sociales, debemos tener regulaciones ahora.

Si queremos aprovechar todas las mejoras de productividad que se esperan de la inteligencia artificial, debemos centrarnos en crear nuevas oportunidades y redes de seguridad para todos los asistentes jurídicos, investigadores, asesores financieros, traductores y las personas que trabajan en tareas de repetición que podrían ser remplazados hoy y tal vez los abogados y programadores que serían remplazados mañana. Si nos preocupa que la inteligencia artificial se vuelva superinteligente y empiece a definir sus propios objetivos, sin tener en cuenta el daño humano, debemos detenerla de inmediato.

Este último peligro es tan real que, la semana pasada, Geoffrey Hinton, uno de los diseñadores pioneros de los sistemas de inteligencia artificial, anunció que iba a abandonar el equipo de inteligencia artificial de Google. Hinton señaló que, en su opinión, Google estaba actuando de manera responsable en el despliegue de sus productos de inteligencia artificial, pero que quería tener la libertad para hablar sobre todos los riesgos. “Es difícil ver cómo se puede evitar que los malos la utilicen para cosas malas”, le dijo Hinton a Cade Metz, del Times.

Si sumamos todo, el resultado es que, como sociedad, estamos a punto de tener que decidir sobre algunas concesiones muy importantes mientras introducimos la inteligencia artificial generativa.

Y la regulación gubernamental por sí sola no nos salvará. Tengo una regla sencilla: mientras más rápido sea el ritmo del cambio y más poderes divinos desarrollemos los humanos, más importará todo lo antiguo y lento; todo lo que aprendiste en la escuela dominical o de dondequiera que tomes una inspiración ética, importará más que nunca.

Porque, mientras más modifiquemos la escala de la inteligencia artificial, mayor debe ser la modificación de la escala de la regla dorada: trata a los demás como quieras que te traten. Porque, debido a los poderes cada vez más divinos que nos estamos otorgando, ahora podemos afectarnos los unos a los otros más rápido, barato y profundo que nunca.

Cambio Climático

Sucede lo mismo con la caja de Pandora climática que estamos abriendo. Como explica la NASA en su sitio web: “En los últimos 800.000 años, ha habido ocho ciclos de glaciaciones y periodos más cálidos”. La última edad de hielo terminó hace unos 11.700 años y le dio paso a nuestra era climática actual —conocida como Holoceno (que significa “totalmente reciente”)—, la cual se caracteriza por tener estaciones estables que permitieron una agricultura estable, la construcción de comunidades humanas y, a final de cuentas, la civilización como la conocemos hoy.

“La mayoría de estos cambios climáticos se les atribuyen a variaciones muy pequeñas en la órbita de la Tierra que modifican la cantidad de energía solar que recibe nuestro planeta”, señala la NASA.

Bien, pues despídete de eso. Ahora hay un debate intenso entre los ecologistas —y los expertos en geología de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas, la organización profesional responsable de definir las eras geológicas y climáticas de la Tierra— en torno a si los humanos hemos salido del Holoceno para entrar en una nueva era, llamada Antropoceno.

Ese nombre proviene “de ‘antropo’, que significa ‘hombre’, y ‘kainos’, que significa ‘nuevo’, porque la humanidad ha causado extinciones masivas de especies vegetales y animales, ha contaminado los océanos y ha alterado la atmósfera, entre otros impactos duraderos”, detalla un artículo publicado en Smithsonian Magazine.

Los científicos del sistema terrestre temen que esta era creada por el hombre, el Antropoceno, no tenga ninguna de las estaciones predecibles del Holoceno. La agricultura podría convertirse en una pesadilla.

Sin embargo, aquí es donde la inteligencia artificial podría ser nuestra salvadora: acelerando los avances en la ciencia de los materiales, la densidad de las baterías, la energía de fusión y la energía nuclear modular segura que permitan a los seres humanos gestionar los impactos del cambio climático que ahora son inevitables y evitar los que serían inmanejables.

No obstante, si la inteligencia artificial nos brinda un mecanismo para amortiguar los peores efectos del cambio climático —si, de hecho, la inteligencia artificial nos da una oportunidad—, será mejor que lo hagamos bien. Es decir, con regulaciones inteligentes para modificar con rapidez la escala de la energía limpia y con valores sostenibles a escala. Si no difundimos una ética de la conservación —una reverencia por la naturaleza y todo lo que nos da sin costo, como el aire y el agua limpios—, podríamos acabar en un mundo en el que la gente se sienta con derecho a conducir por la selva ahora que su Hummer es totalmente eléctrico. Eso no puede ocurrir.

En conclusión: estas dos grandes cajas de Pandora se están abriendo. Que Dios nos salve si adquirimos poderes divinos para partir el mar Rojo, pero no logramos modificar la escala de los Diez Mandamientos.


Thomas L. Friedman es columnista de Opinión del NYY sobre temas internacionales y ha ganado tres premios Pulitzer. Es autor de siete libros

 

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Blog de Sucesos y Noticias

Alcalde Eric Adams se una a la celebración del Desfile Hispano de Queens

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EP New York| Desfile Hispano

Por Gustavo Lugo

El desfile Hispano de Queens se ha celebrado anualmente durante más de cuarenta años en conmemoración del Mes Nacional de la Herencia Hispana, en el condado de Queens, como tributo a las contribuciones de los hispanoamericanos en Estados Unidos.

El concepto del Desfile Hispano de Queens fue fundado en 1976, por un grupo de Comerciantes y Profesionales Hispanos, quienes se unieron bajo el nombre asumido: «Comité Pro-Desfile Hispano de Queens». Bajo el liderazgo del Sr. Rafael Oller, (Cubano), y el Dr. George Balbi, (Argentino), el primer desfile se desarrolló a lo largo del lado norte de Junction Boulevard, al oeste en la 37th Avenue y al sur hasta 82nd Street y Roosevelt Avenue, en Jackson Heights.

En julio de 2003, los miembros del Comité Pro-Desfile Hispano de Queens, decidieron incorporar de conformidad con la Sección 402, Ley de Organizaciones sin Fines de Lucro del Estado de Nueva York, como una corporación Tipo «B», a saber, » Una corporación sin fines de lucro formada para cualquiera de los siguientes propósitos legales no comerciales: benéficos, educativos, religiosos, científicos, literarios y culturales.

Miguel  Flores presidente del desfile, y en su 46 edicion, Invita a todas las comunidades a este majestuoso desfile, que se realizara este 25 de septiembre desde las 11 am por la avenia 37 entre las calles 69 y 86, en Jackson Heights.

Este año se a unido a la celebracion el alcalde de Nueva York Eric Adams, el presidente del condado Donovan Richards (jr), lideres comunitarios,  y autoridades locales.

La musica, el colorido, las danzas y el encuentro de culturas a hecho que el desfile sea, el eje principal entre los muchos eventos culturales en el condado de Queens, promoviendo cada vez mas la riqueza de la cultura hispana.

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Agencias

Alcaraz , nuevo monarca del tenis mundial

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EP New York/ Usa open /22

Por :Gustavo Lugo

Carlos Alcaraz, de 19 años, consiguió su primer título de Grand Slam tras superar este domingo al noruego Casper Ruud en la final del Abierto de EE.UU., pasa a ser el numero uno y el mas joven en la historia del tenis, desde que se estableció esa clasificación en 1973.  hasta ahora, esa marca la poseía el australiano Lleyton Hewitt, que alcanzó el número 1 con 20 años.

Usando su combinación de audacia y madurez, Alcaraz venció a Casper Ruud 6-4, 2-6, 7-6 (1), 6-3 y ganar el trofeo en Flushing Meadows, y solo mostró brevemente signos de fatiga por tener que pasar tres partidos consecutivos de cinco sets en las tres rondas justo antes de la final; nadie había pasado por un camino tan arduo en el camino hacia el título en Nueva York en 30 años.

Todo llegó tan rápido. Para mí es increíble. Es algo que soñé desde niño, desde que empecé a jugar al tenis”, Solo tengo 19 años. Tengo muchas emociones ahora mismo dijo Alcaraz,

Alcaraz, que nunca había llegado más lejos de los cuartos de final en un Grand Slam, venía de jugar tres partidos a 5 sets en octavos de final, cuartos y semifinales, contra el croata Marin Cilic, el italiano Jannik Sinner y el estadounidense Frances Tiafoe, respectivamente.

Las felicitaciones no se hicieron esperar, Rafael Nadal, el jugador con el mayor número de Grand Slam de la historia (22), felicitó a su paisano a través de Twitter tras conocer los resultados del partido. “¡Felicidades Carlos Alcaraz por tu primer Grand Slam y por el número 1, es tu primera gran temporada que estoy seguro serán muchas más!”, escribió Nadal al tiempo que envió una saludo a Casper Ruud.

El talentoso tenista, posee un juego en toda la cancha, una combinación de poder de golpe de fondo con voluntad de avanzar, ganó 34 de los 45 puntos que remató en la red, entregó 14 aces a una velocidad de hasta 128 mph y regresa, ganando 11 puntos de quiebre, convirtiendo tres.

En mujeres La polaca Iga Swiatek se corona en Nueva York. La número 1 del mundo se llevó su tercer título de Grand Slam venciendo en la final a Ons Jabeur en una hora y 53 minutos de juego por 6-2 y 7-6 (5).

Iga Swiatek  arraso este 2022 conquistando siete títulos, dos Grand Slams y logrando una racha increíble de victorias. 58 triunfos avalan a la de Varsovia, que ha sumado Roland Garros  y su increíble US Open , además de mostrar una gran superioridad en muchos de estos encuentros.

Nunca había pasado de octavos de final en el Grand Slam neoyorquino y muchos eran los que pensaban que la mayoría de sus éxitos se concentrarían en tierra batida, pero el double sunshine que firmó esta temporada en Indian Wells y Miami es el mejor aval para saber que puede ser una tenista dominante en pista dura.

Iga Swiatek, seguirá mucho más tiempo siendo la número uno del mundo.

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