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Estrategia errónea y fallida frente al Covid-19 en Colombia

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EP New York/opinión

¿Por qué no dejan de aumentar los casos de covid-19 en Colombia si el país ha estado sometido a la cuarentena más larga de todas las conocidas hasta ahora para hacer frente a la crisis?


por Ricardo Angoso

Confinar por confinar, sin medición de los tiempos, a destajo y sin tener en cuenta criterios territoriales, tal como está haciendo el presidente Iván Duque en Colombia, es una estrategia absolutamente errónea, fallida y condenada al absoluto fracaso, tal como lo revelan a diario los tozudos hechos y la cruda realidad, en que los casos aumentan, los fallecidos se disparan y el país camina, irremediablemente, hacia el caos social y económico. Duque, como la alcaldesa de Bogotá, la inefable Claudia López, están absolutamente equivocados y no han aprendido absolutamente nada de esta crisis. Son un par de políticos indocumentados que cayeron en la trampa de suplir su desconocimiento con una política radical de cuarentena total sin examinar a fondo las estrategias exitosas de otros países.

En primer lugar, la crisis está mostrando que el confinamiento sin una política paralela que afronte los desafíos sanitarios, técnicos, profilácticos e incluso políticos derivados de la pandemia no tiene ningún sentido. Es decir, hay que confinar pero con un abanico de medidas inmediatas tales como las pruebas masivas -los famosos PCR-, la instalación inmediata de las necesarias y adecuadas Unidades de Cuidado Intensivo (UCI), la compra de ventiladores para tenerlos en funcionamiento en caso de una emergencia masiva, la adopción de medidas de seguridad por parte de la población, como el uso de mascarillas, guantes, el mantenimiento de las distancias de seguridad –dos metros- y la utilización de gel de limpieza, y, finalmente, la imposición por parte de las autoridades de algunas normas básicas, como el mantenimiento de la distancia física entre las personas y la prohibición de todos los actos públicos sin exclusiones. Sin esas medidas paralelas, ninguna cuarentena, tal como se ha visto en estos meses, funcionará.

AUSENCIA DE UNA ESTRATEGIA FRENTE A LA PANDEMIA

No tener una estrategia frente a la crisis, pese a que los dos máximos dirigentes colombianos argumenten que cuentan con un gran elenco de técnicos y expertos (¿?) que avalan sus decisiones, ha sido la tónica dominante que ha caracterizado a la toma de decisiones en Colombia, bien improvisando, tomando medidas estúpidas -como el famoso simulacro de la alcaldesa que terminó en el casi seguro confinamiento más largo de la historia de la humanidad- y siempre como si pareciera que nadie estaba al frente del país, tal como revelaban esas monótonas e insulsas ruedas de prensa del máximo líder de la nación que parecía querer transmitir seguridad al país cuando lo que se presentía  era una persona insegura, titubeante e incluso ignorante ante tan maño desafío. Jugar con unos muñequitos para niños frente a las cámaras para explicar las buenas prácticas, tal como seguramente le asesoraron sus “expertos” en comunicación, resultó patético e incluso ridículo, sobre todo después de que uno de los famosos muñequitos se le perdió al presidente en plena (y pueril) actuación.

Algo hemos aprendido en esta crisis y, desde luego, es que hacer por hacer, como para justificar que se está haciendo algo sin tener claro cuál es el fin, es la peor de las políticas, llevando a cabo acciones gratuitas sin ningún fin y una supuesta propuesta técnica que no es tal porque los que la ejecutan son unos vulgares desinformados, por no decir otras cosas peores. Haber dejado en manos de los políticos esta crisis ha sido el peor de los negocios. Si de veras el presidente Duque quiere poner fin a esta amenaza llamada covid-19, llamen al gobierno de Taiwán, o a sus representantes en Bogotá -a los cuales ni siquiera se dignó a escuchar- y déjense asesorar por gentes que de veras sí han derrotado al coronavirus, como los datos de casos y fallecidos demuestran. Ser un inútil no significa que uno tenga que ser, necesariamente, un idiota oficialmente declarado.

Luego están algunas medidas básicas, como de librillo, entre las que destacaría el aislamiento social de los enfermos como  complementaria a las ya referidas anteriormente y que tendría como sentido aislarlos para proteger a los sanos y evitar la propagación masiva de la enfermedad, tal como ahora está pasando en los Estados Unidos, México, Rusia, Brasil y Perú, entre otros, y antes ocurrió en España e Italia, dos de los países europeos más castigados por la pandemia y con mayor número de fallecidos. El aislamiento social de los enfermos y de poblaciones susceptibles de serlo por pura casuística, junto con las pruebas masivas y las medidas sanitarias y profilácticas generalizadas para toda la población, son elementos claves en la lucha contra el covid-19. Por ejemplo, la utilización de medios tecnológicos y aplicaciones en las teléfonos móviles han dado también excelentes resultados en numerosas naciones. Aprendan de los otros y no sean tan mediocres.

Después hay otro elemento clave que se está utilizando en todos los países pero que es bien obviado por los máximos dirigentes colombianos y se trata de la adecuación del confinamiento a criterios territoriales en función del número de casos que presente el territorio en cuestión; confinar a todo un país sin tener en cuenta esos criterios territoriales ya referidos por su número de casos y fallecimientos, es un disparate sin sentido.  Es, como se dice vulgarmente, matar mosquitos a cañonazos. El abuso del confinamiento tiene más que ver con la falta de conocimiento, por mucho que arguyan que utilizan a grandes expertos (¿?), y la falta de una verdadera estrategia científica y basada en criterios experimentados en otros países. Colombia, como casi todos los países de América Latina, no han tenido en cuenta, por ejemplo, la exitosa experiencia en el tratamiento y enfrentamiento del covid-19 por países como el ya citado Taiwán, con apenas unos centenares de casos, a la hora de enfrentar la misma y sin haber paralizado su economía tan brutalmente y con los altos costes que tendrá  en el futuro, tal como se ha hecho en Colombia. El impacto de esta crisis en el PIB taiwanés apenas será de un 1% y en el caso de Colombia, sin necesidad de ser un genio y a tenor de lo que está ocurriendo, seguramente llegará a un 15% negativo o más, siendo optimistas.

Es cierto que es fácil hablar a toro pasado, que se dice vulgarmente, pero también es verdad que ya llevamos inmersos en esta crisis casi siete meses y podemos extraer algunas enseñanzas de los países que mejor han gestionado la pandemia y de los que peor lo han hecho, entre los que destaca, por cierto, con luz propia, los Estados Unidos. Haber destruido totalmente –tras paralizarla- la economía colombiana, con las seguras y brutales consecuencias sociales que ello acarreará en el futuro como se revelará en los próximos meses, no ha conseguido detener la pandemia, mostrando a las claras que la cuarentena aplicada sin criterios territoriales y medidas complementarias adicionales es una política fracasada. Es casi seguro que Colombia se acercará muy pronto a los 200.000 casos y ello mostrará a las claras que el camino emprendido para hacer frente a la crisis, con datos en la mano de casos y fallecidos, no fue el más acertado para enfrentarla.

RICARDO ANGOSO GARCÍA
Coordinador del Foro Ideas para la Democracia:

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Agencias

Fiesta , música y colorido en el festival “independencia orgullo colombiano”

Francisco

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EP NEW YORK | Festival independencia orgullo colombiano

Por Gustavo Lugo | Queens | New York

Por más de una década Alexandra Aristizabal y su grupo de trabajo, han traído el Festival Independencia Orgullo Colombiano, al condado de Queens, mas exactamente al HALL DE LA CIENCIA. Este año miles de colombianos y otras comunidades se hicieron presentes para disfrutar de una tarde llena de colorido, música, danzas, platos típicos, y celebrar un año mas de la independencia colombiana.

Comerciantes, empresarios, personajes de la vida pública y medios escritos y hablados, eran participes y testigos del magno evento, la sorpresa de la tarde fue del alcalde de Nueva York, ERIC ADAMS que al ritmo de la cumbia colombiana demostró sus habilidades para las danzas ganándose los aplausos y la ovación del publico.

Hay que honrar a los artistas que dieron lo mejor de ellos, su profesionalismo, su carisma y el amor incondicional a los colombianos y la comunidad latina del area triestatal.

Artistas locales y extranjeros entregaron al público lo mejor de su repertorio en los diferentes géneros musicales.

Las hermanas Laura y Diana (duo posadas), presentaron el lanzamiento de su sencillo titulado “Mucho Pa’ El”, que muestra la esencia y pasión que caracteriza a Posadas, y narra un historia de despecho pero que no termina ahi, sino con el renacer de una mujer empoderada, libre y más fuerte, cansada de las mentiras y malos tratos.

El duo Posadas fue creado en el 2020.

De otro lado , Anthony lopez, hijo de reconocido Pastor Lopez, y Nelson Henriquez jr, viajaron desde Colombia a presentar la representativa cumbia y uno de los proyectos es hacer un mix con los éxitos de Pastor Lopez volumen dos, el primero lleva el nombre de herencia tropical, igual que la orquesta que los acompaña en esta gira por Estado Unidos, dos jovenes talentosos que por su sangre corre el legado de sus padres.

Una vez mas el Festival Independencia Orgullo Colombiano (FIOC), que dirije Alexandra Aristizabal se poseciona en uno de los mejores festivales latinos de Nueva York.

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Agencias

Biden renuncia a candidatura presidencial y respalda a Kamala Harris

Francisco

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EP NEW YORK. | ELECCIONES EE.UU. 2024

Joe Biden se retira de la contienda presidencial

El presidente de EE. UU. anunció que no buscaría la reelección. Indicó por escrito que retirarse era “por el bien de mi partido y del país”.

El presidente Joe Biden, de 81 años, abandonó su candidatura a la reelección y sumió en el caos la contienda presidencial de 2024 el domingo, cediendo a la implacable presión de sus aliados más cercanos para que abandonara la carrera en medio de profundas preocupaciones de que es demasiado mayor y frágil para derrotar al expresidente Donald Trump.

Después de tres semanas de negativas, a menudo airadas, a dar un paso al lado, Biden finalmente cedió ante un torrente de encuestas devastadoras, llamados urgentes de legisladores demócratas y señales claras de que los donantes ya no estaban dispuestos a pagar para que continuara.

La decisión de Biden pone un abrupto fin a una crisis política que comenzó cuando el presidente protagonizó un calamitoso debate contra Trump el 27 de junio. Pero para el Partido Demócrata, la retirada de Biden desencadena una segunda crisis: con quién reemplazarlo y, específicamente, si organizarse en torno a la vicepresidenta Kamala Harris o iniciar un rápido esfuerzo para encontrar a alguien más para ser el candidato del partido.

El anuncio de Biden, que se encuentra aislado con covid, se produjo apenas tres días después de que Trump pronunciara un discurso incendiario y cargado de insultos para aceptar la nominación de su partido y tener la oportunidad de volver a la Casa Blanca para un segundo mandato. Trump, que lleva años preparándose para la revancha con Biden, se enfrentará ahora a un contrincante demócrata diferente —y hasta ahora desconocido—, cuando solo quedan 110 días para el día de las elecciones.

Esto es lo que hay que saber:

• Permanencia en el cargo:

Biden ha dicho que no renunciará a la presidencia y que tiene intención de terminar su mandato aunque deje en manos de otros el intento de derrotar a Trump. En los próximos meses, se enfrenta a la guerra en curso en Ucrania y a los esfuerzos cada vez más desesperados por alcanzar un acuerdo para poner fin a los combates entre Israel y Hamás en Gaza.

• Una primicia política:

Ningún presidente estadounidense en ejercicio había abandonado una carrera tan tarde en el ciclo electoral. La Convención Nacional Demócrata, en la que Biden iba a ser nominado formalmente por 3939 delegados, comenzará el 19 de agosto en Chicago. Eso deja menos de un mes para que los demócratas decidan quién debe reemplazar a Biden en la candidatura y poco menos de cuatro meses para que esa persona monte una campaña contra Trump.

• Kamala Harris bajo los reflectores.

La decisión del presidente pone a la vicepresidenta bajo un renovado escrutinio; algunos demócratas argumentan que ella es la única persona que puede desafiar eficazmente a Trump a estas alturas de las elecciones. Y dicen que el partido se fracturará si se considera que los líderes demócratas han pasado por alto a la primera vicepresidenta negra. Pero otros argumentan que el Partido Demócrata debería evitar una coronación, especialmente dadas las debilidades políticas de Harris en los últimos tres años y medio.

• La edad es una de las principales preocupaciones:

El intento de reelección de Biden se vio frenado por la preocupación que suscitaba su edad y su capacidad física y mental para desempeñar el cargo. Incluso antes del debate, las encuestas mostraban constantemente que la gente pensaba que era demasiado viejo, y la mayoría —también de los demócratas— querían que alguien más joven fuera presidente. Biden nació durante la Segunda Guerra Mundial y fue elegido senador por primera vez en 1972, antes de que nacieran dos tercios de los estadounidenses de hoy. Biden tendría 86 años al final de su segundo mandato.

• El momento del debate:

La Casa Blanca y los asesores más cercanos a Biden negaron durante años que su edad tuviera algún impacto en su capacidad para hacer su trabajo. Pero el debate con Trump a finales de junio, que vieron más de 50 millones de personas, puso claramente de manifiesto sus limitaciones. Se mostró frágil, vacilante, confuso y disminuido, y fue incapaz de presentar argumentos contra Trump, un delincuente convicto que intentó anular las últimas elecciones presidenciales.

Agencias / NYT

 

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Articulos Destacados

Trump , convención republicana y deportación masiva

Francisco

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EP NEW YORK  | Convención republicana

¿Trump podría cumplir su promesa de deportar a millones de migrantes?

Donald Trump promete el mayor programa de deportaciones de la historia de Estados Unidos. Los costos y los obstáculos serían enormes, según los expertos.

Cuando Donald Trump se postuló a las elecciones presidenciales de 2016, prometió construir un muro para cerrar la frontera y evitar que los delincuentes entraran en el país. Esta vez su campaña tiene un objetivo nuevo: un programa de deportación masiva sin precedentes en el país.

La plataforma de su partido, ratificada en la convención republicana de Milwaukee, promete el “mayor esfuerzo de deportación de la historia de Estados Unidos”, y la inmigración fue el tema de la reunión del martes.

¿Qué se necesitaría para deportar a millones de personas? ¿Es posible?

¿Cuántos inmigrantes están en el país de manera ilegal?

Había 11 millones de inmigrantes viviendo en Estados Unidos sin permiso legal en 2022, según los últimos cálculos del gobierno, y más de 8 de cada 10 llevan más de una década en el país. Trump dijo durante el debate del mes pasado que había 18 millones, lo que carece de fundamento.

Con el fin de huir de la agitación política y económica, los migrantes de países como Venezuela han cruzado la frontera en cifras récord durante el gobierno de Biden.

¿Quiénes serían los deportados y qué tan fácil sería expulsarlos?

Trump y la plataforma republicana han hecho declaraciones muy generales, pero hasta ahora han ofrecido muy pocos detalles sobre la operación que pretenden realizar.

El expresidente ha sugerido que cualquier inmigrante que carezca de estatus legal podrá ser expulsado.

La plataforma del partido afirma que se daría prioridad a “los criminales más peligrosos”.

También dice: “El Partido Republicano se compromete a enviar a los extranjeros ilegales de vuelta a su casa y a expulsar a quienes hayan violado nuestras leyes”.

El consenso entre los expertos en inmigración y exfuncionarios de seguridad nacional es que los obstáculos logísticos, legales, burocráticos y de costos harían prácticamente imposible realizar las deportaciones masivas que pretende Trump en el lapso de un mandato presidencial de cuatro años.

“Incluso si contara con un Congreso dispuesto a promulgar reformas legislativas drásticas y a asignar las decenas de miles de millones necesarios, no hay forma de que un sistema de este tipo pueda estar plenamente operativo en un plazo de cuatro años”, afirmó John Sandweg, funcionario de seguridad nacional en el gobierno de Barack Obama.

¿Qué otros obstáculos habría?

Los inmigrantes que han vivido durante años en el país tienen protección legal y derecho a un proceso jurídico justo.

En los últimos años, quienes han entrado de manera ilegal en el país han sido procesados en la frontera y luego puestos en libertad con órdenes de comparecer ante la corte para las audiencias de deportación. Mientras sus casos se tramitan en la corte de inmigración, lo que suele tardarse varios años más, tienen derecho a permanecer en Estados Unidos.

“Trump tendría que triplicar el tamaño de las cortes de inmigración para lograr algo que se acerque a los números de los que está hablando”, dijo Sandweg. “Incluso así, necesitaría financiación para construir nuevos juzgados, contratar personal de apoyo y formar a los jueces”.

Varias décadas de escasez de fondos y un gran número de solicitudes de asilo han agravado los retrasos.

“Un individuo debe recibir una orden de deportación; un presidente no podría simplemente ignorar eso”, afirmó Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Nacional durante el gobierno de Obama. “Se necesitaría un cambio en la ley, y el Congreso tendría que ser un socio activo en esto”.

¿Hay suficiente personal, instalaciones, aviones y otros medios de transporte para una operación de deportación?

Durante el gobierno de Trump, hubo unas 936.000 deportaciones, según datos oficiales. Hasta febrero, el gobierno de Biden había expulsado a unas 340.000 personas.

Para identificar y detener a millones de personas en el interior del país se necesitarían decenas de miles de agentes de inmigración más, aseguró Napolitano.

Trump ha dicho que recurriría a la Guardia Nacional y a otros recursos del ejército para ejecutar su plan.

Las fuerzas del orden locales podrían ser delegadas para identificar a las personas sin estatus legal y entregarlas al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés), lo que ya ha ocurrido en el pasado en algunas localidades.

Pero Chicago, Denver, Los Ángeles y Filadelfia son solo algunas de las ciudades que se niegan a colaborar con el ICE, por temor a que esa cooperación promueva la elaboración de perfiles raciales y lleve a los inmigrantes que han cometido delitos menores, como infracciones de tráfico, a procedimientos de deportación.

“Habrá zonas que no quieran tener nada que ver con esto”, señaló Michael Neifach, experto en seguridad fronteriza que fue asesor jurídico principal del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas durante el gobierno de George W. Bush.

Toda persona que pudiera ser deportada potencialmente es retenida en un centro de detención, y en el actual ejercicio fiscal, el Congreso financió la detención de 41.500 inmigrantes diarios con un costo de 3400 millones de dólares, una cifra que tendría que aumentar exponencialmente.

¿Dónde hay margen para que Trump acelere el ritmo de las expulsiones?

Un nuevo gobierno de Trump podría acelerar las deportaciones poniendo fin a programas que el gobierno de Biden introdujo.

Por ejemplo, desde 2022, a unas 500.000 personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela se les ha permitido volar a Estados Unidos y vivir y trabajar durante dos años, siempre que tengan un patrocinador financiero. Biden también ha permitido que casi 700.000 migrantes que pidieron cita en una aplicación móvil puedan cruzar la frontera por un puerto de entrada oficial y recibir permisos de trabajo.

“Trump podría apretar el interruptor y revocarlo”, dijo Neifach. Pero, añadió, muchos de los migrantes podrían presentar solicitudes de asilo y pasar a engrosar las cortes saturadas.

¿Habría alguna excepción entre los deportados?

Trump no ha abordado si ejercería alguna discreción o haría alguna excepción.

Más de un millón de estadounidenses están casados con una persona sin estatus legal, y una gran parte de los inmigrantes tienen hijos que son ciudadanos estadounidenses.

“Cuando se habla de ese tipo de cifras y de presencia de las fuerzas del orden, a fin de cuentas hay que pensar: ¿qué le hace eso a la atmósfera del país?”, comentó Napolitano, exsecretaria de Seguridad Nacional.

Publicado en NYT

 

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