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Xavier Becerra , un procurador hecho a la medida de Trump

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EP New York/ Inmigración

“Vamos a seguir respetando las familias de inmigrantes, como la mía, que trabajan duro para construir una California mejor”, declaró Becerra en una de las numerosas conferencias de prensa que ofrece en inglés y español, a veces dos en un mismo día, para criticar las políticas de Trump.

SACRAMENTO, California, EE.UU. (AP) Xavier Becerra pasó a ser tal vez el procurador general más influyente del país cuando fue nombrado para ese cargo en California y ha usado su puesto en lo que algunos llaman el “estado de la resistencia” a Donald Trump para bombardear al mandatario con decenas de acciones legales.

En el 2019 podría incluso intensificar su campaña, alentado por el abrumador respaldo de los votantes, una Cámara de Representantes demócrata y un gobernador más militante que asume el lunes.

Becerra inició el nuevo año encabezando el jueves una coalición de 17 procuradores generales estatales demócratas que apelaron el reciente dictamen de un juez federal conservador de Texas que declaró inconstitucional la ley de salud de Barack Obama.

La ley, que Becerra describió como “la columna vertebral de nuestro sistema de atención médica”, seguirá en vigor mientras el caso es analizado por el 5to Circuito de los tribunales de apelaciones de Nueva Orleáns.

En total, el primer procurador general hispano de California inició unas 70 acciones legales, incluidas 45 demandas, contra el gobierno de Trump, enfocadas mayormente en la inmigración y en temas del medio ambiente.

Becerra se ha apuntado importantes victorias, sobre todo en defensa del programa de Obama que protege de la deportación a los cientos de miles de jóvenes traídos al país de niños y que no tienen permiso de residencia, y de las leyes que ofrecen santuario a los inmigrantes sin papeles limitando la cooperación del estado con los agentes del servicio de inmigración.

Trump amenazó en una ocasión con retirar de California a todos los agentes de inmigración, afirmando que eso generaría un aumento en la delincuencia y un “caos como nunca se ha visto”.

Becerra, de 60 años, fue designado procurador general por el gobernador saliente Jerry Brown y en las elecciones de noviembre recibió casi dos tercios de los votos en su contienda con el republicano Steven Bailey, quien lo criticó por reaccionar “a cada tuit que viene de Washington” en lugar de enfocarse en reducir la delincuencia.

En California, un estado dominado por los demócratas, no obstante, su rival en las primarias demócratas, Dave Jones, lo criticó por no radicar más demandas contra Trump.

El portal de su campaña lo describe como hijo de inmigrantes, aunque su padre, Manuel, nació en Sacramento. Manuel, sin embargo, se crió en México. La madre de Becerra es mexicana y vino a Estados Unidos tras casarse con su padre.

Becerra afirma que su padre “fue más inmigrante que mi madre” porque hablaba español con los trabajadores que construían carreteras mientras que su madre hablaba inglés en su trabajo como obstetra especializada en embarazos de alto riesgo.

Menciona a sus padres cada vez que puede y a menudo luce el anillo de matrimonio de su padre.

Los amigos de Becerra atribuyen su éxito a sus padres.

“Trabajo duro, compromiso con la educación, gran integridad y carácter: Nunca se apartó de esos valores”, dijo el ex presidente del Partido Demócrata de California Art Torres, un legislador estatal de amplia trayectoria que dio a Becerra su primer trabajo en la política: el manejo de su campaña para el Senado estatal en Los Ángeles.

Becerra se radicó en Los Ángeles en 1986 y pronto aprendió a manejarse en la política hispana de la ciudad.

En pocos años llegó a ser subprocurador general y se quedó con una banca en la asamblea estatal luego de que su esposa le dijese que se “sacase la espina”.

De inmediato empezó una campaña en busca de una banca legislativa y fue elegido para el primero de 12 períodos. Se concentró mayormente en la inmigración y la salud. y llegó a presidir el bloque demócrata antes de que Brown lo nombrase en el 2016 para que reemplazase a Kamala Harris, quien había llegado al Senado nacional.

“Fue un ascenso meteórico realmente”, manifestó David Ayon, del Centro para el Estudio de Los Ángeles de la Universidad Loyola Marymount y analista de la firma de investigaciones de opiniones políticas Latino Decisions. Conoce a Becerra desde que cursaron estudios en la Universidad de Stanford.

Becerra fue uno de los primeros de “una nueva generación de líderes latinos del sur de California con altos niveles de educación… jóvenes, llenos de energía, que parecían boy scouts”, expresó Ayon, coautor de “Power Shift: How Latinos in California transformed politics in America” (Traspaso del poder: Cómo los latinos de California transformaron la política en Estados Unidos”.

Don Thomas, quien conoce a Becerra desde el jardín de infantes, dice que el procurador general aprendió a controlarse y a mantener la calma jugando al golf en la escuela secundaria y que además es un gran jugador de póker. Becerra analizó las recomendaciones de golfistas famosos y practicaba con un juego de palos usados por los que pagó menos de 100 dólares.

“Dijo que iba a leer sobre el tema, a estudiarlo, y a practicar mucho”, manifestó Thomas. “Así se manejó siempre”.

Profesores y amigos a menudo pronunciaban mal su nombre, pero Becerra, a diferencia de su padre, dice que nunca enfrentó situaciones discriminatorias abiertas. Aunque no oculta su furia cuando recuerda una oportunidad hace casi 30 años en la que, en sus inicios en la política, dos mujeres le dijeron en una recepción de una cámara de comercio: “Nos caes muy bien, te insertas bien”.

Lori Kalani, copresidenta del estudio de abogados Cozen O’Connor, que representa a empresas que a menudo no ven con buenos ojos las estrictas políticas de defensa del medio ambiente y del consumidor de California, admite que Becerra aprende rápido y “es muy receptivo de las opiniones de la oposición”.

Detractores de ambos partidos dicen que al enfocarse tanto en Trump, Becerra descuida algunas de sus principales funciones, como la lucha contra el abuso de los opioides o la confiscación de armas a personas que ya no están autorizadas a tenerlas.

Becerra dice que se propone dedicarle más tiempo a cosas como los delitos financieros, al abuso de los mayores y el tráfico de personas y sexual. Pero creó nuevas dependencias para proteger el plan de salud de Obama, los derechos reproductivos de las mujeres y las leyes para proteger el medio ambiente.

La procuraduría general ha sido a menudo un trampolín para los políticos, incluidos Brown y Harris, y se especula que Becerra podría postularse a gobernador o senador en el futuro. Ya se postuló sin éxito a la alcaldía de Los Ángeles en el 2001, contempló buscar una banca en el Senado y fue mencionado como posible candidato a la vicepresidencia en el 2016.

“Creo que no tiene ningún apuro. Es muy centrado y metódico en todo lo que hace”, afirmó Torres. “Y no creo que haya nada fuera de su alcance cuando decida que llegó la hora de buscar otra cosa”. (DON THOMPSON-AP)


Tema relacionado: Juez de California falla a favor del TPS. Gran alivio para los inmigrantes


 

Agencias

Lo que se sabe del segundo atentado a Trump

Francisco

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EP NEW YORK | EE.UU.

Trump y la era moderna de la violencia política

En el centro de la actual erupción de violencia política se encuentra Trump, una figura que parece inspirar a la gente a lanzar amenazas o emprender acciones tanto a su favor como en su contra.

Pocos días después de que el expresidente Donald Trump difamara a los inmigrantes en televisión nacional con historias falsas sobre migrantes haitianos que comían perros, gatos y mascotas en un pueblo de Ohio, alguien empezó a amenazar con detonar bombas en escuelas, el ayuntamiento y otros edificios públicos, forzando evacuaciones y provocando una ola de miedo.

Días después, dijeron las autoridades, un hombre que se describió a sí mismo en internet como un descontento antiguo partidario de Trump se dirigió con un rifle semiautomático al campo de golf del expresidente en Florida, evidentemente con la intención de disparar. Solo se vio frustrado cuando un atento agente del Servicio Secreto le descubrió y abrió fuego primero.

Así está la situación en 2024. En menos de una semana, el que fuera comandante en jefe y pudiera serlo otra vez en el futuro, ha sido a la vez una aparente inspiración y un supuesto objetivo de la violencia política que ha ido adquiriendo cada vez más forma en la política estadounidense de la era moderna. Las amenazas de bomba y los intentos de asesinato se han convertido en parte del entorno, impactante y horrible, pero no tanto como para forzar una verdadera hora de la verdad nacional.

“Una de las cosas que más me preocupan ahora mismo es la normalización de la violencia política en nuestro sistema político. Va en aumento”, dijo en una entrevista el representante Jason Crow, demócrata por Colorado y miembro de un grupo de trabajo bipartidista que ya está investigando el intento de asesinato del 13 de julio contra Trump. “Ahora estamos en el segundo en apenas dos meses y esto solo muestra hasta qué punto esto se ha vuelto omnipresente”.

Tanto el presidente Joe Biden como la vicepresidenta Kamala Harris emitieron declaraciones condenando el más reciente incidente, pero la campaña continuó sin interrupciones. Apenas cuatro horas después de que Trump fuera conducido en caravana fuera del club de golf para su protección, su equipo financiero envió un correo electrónico a su lista de recaudación de fondos con un botón para hacer clic y hacer una donación. “¡Mi determinación solo se fortalece tras otro atentado contra mi vida!”, dijo Trump en el correo electrónico. Los correos electrónicos de recaudación de fondos de Harris también continuaron.

Trump, quien tan recientemente como el debate de la semana pasada con Harris culpó a los demócratas por el tiroteo en un mitin en Butler, Pensilvania, que hirió su oreja en julio, atribuyó el atentado del domingo al presidente y a la vicepresidenta también, argumentando que el sospechoso detenido estaba actuando en respuesta a sus ataques políticos.

“Se creyó la retórica de Biden y Harris, y actuó en consecuencia”, dijo Trump a Fox News el lunes. “Su retórica está provocando que me disparen, cuando yo soy quien va a salvar al país, y ellos son quienes están destruyendo el país, tanto desde dentro como desde fuera”.

Incluso mientras se quejaba de que los demócratas le habían convertido en blanco al calificarlo de ser una amenaza para la democracia, repetía su propia afirmación de que “son personas que quieren destruir nuestro país” y les llamó “el enemigo interno”, un lenguaje ciertamente no menos provocador que el utilizado sobre él.

De hecho, en cuestión de horas, su campaña envió por correo electrónico una lista de citas de Biden, Harris y otros demócratas atacando a Trump con frases como “una amenaza para nuestra democracia” y “una amenaza para esta nación”, sin señalar que la semana pasada, durante el debate, el expresidente dijo que “ellos son la amenaza para la democracia”.

Uno de los partidarios más prominentes y vocales de Trump llegó al punto de cuestionar por qué Biden y Harris no han sido blanco de asesinatos. “Y nadie está ni siquiera intentando asesinar a Biden/Kamala”, escribió en internet Elon Musk, multimillonario propietario de redes sociales.

Más tarde, Musk borró el mensaje y lo calificó de broma, pero la Casa Blanca respondió. “Solo se debe condenar la violencia, nunca fomentarla ni bromear sobre ella”, dijo Andrew Bates, portavoz de la Casa Blanca. “Esta retórica es irresponsable”.

La historia estadounidense ya ha estado marcada en el pasado por periodos de violencia política. Cuatro presidentes en ejercicio han sido asesinados en el cargo, y otro fue tiroteado y gravemente herido. Un expresidente también fue tiroteado y sobrevivió, y muchos otros que vivieron en la Casa Blanca han sido objetivos. Pero dos atentados contra la vida de un expresidente en el plazo de dos meses no deja de ser llamativo, especialmente en el fragor de unas elecciones en las que es uno de los principales candidatos a su antiguo cargo.

Quizás la analogía más cercana podría ser la del entonces presidente Gerald Ford, quien sobrevivió a dos intentos de asesinato en poco más de dos semanas en 1975. Pero lo más inquietante es que los intentos de asesinar a Trump recordaron para muchos a 1968, cuando Martin Luther King Jr. y Robert Kennedy fueron abatidos con dos meses de diferencia. Aquellos asesinatos se produjeron en un momento de violencia generalizada en las calles estadounidenses, en medio de una sensación de resquebrajamiento de los lazos sociales, algo que también preocupa hoy a muchos líderes.

En el centro de la actual erupción de violencia política se encuentra Trump, una figura que parece inspirar a la gente a lanzar amenazas o emprender acciones tanto a su favor como en su contra. Durante mucho tiempo ha favorecido el lenguaje de la violencia en su discurso político, animando a sus seguidores a golpear a los que interrumpen, amenazando con disparar a los saqueadores y a los inmigrantes indocumentados, burlándose de un ataque casi mortal contra el esposo de la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes y sugiriendo la ejecución de un general al que consideraba desleal.

Aunque Trump insiste en que su encendido discurso a sus partidarios el 6 de enero de 2021 no fue responsable del posterior saqueo del Capitolio, ese día se resistió a las peticiones de sus asesores y de su propia hija para que hiciera más por detener el asalto. Incluso dio a entender que la multitud podría tener razón al querer ahorcar a su vicepresidente, y desde entonces ha considerado patriotas a los atacantes, a los que podría indultar si vuelve a ser elegido.

Trump no se detiene a reflexionar sobre el impacto de sus propias palabras. La semana pasada, sus falsas acusaciones contra los inmigrantes haitianos durante su debate con Harris fueron seguidas rápidamente por amenazas de bomba que pusieron patas arriba la vida en Springfield, Ohio, y él no hizo nada para desalentarlas. Tras 33 amenazas de bomba, el gobernador de Ohio dijo el lunes que las fuerzas del orden realizarían inspecciones diarias en las escuelas de la ciudad.

A la pregunta de un periodista de si denunciaba las amenazas de bomba, respondió con evasivas. “No sé qué ha pasado con las amenazas de bomba”, dijo. “Sé que ha sido tomada por migrantes ilegales, y eso es algo terrible que ha sucedido”.

Los críticos de Trump también han empleado en ocasiones el lenguaje de la violencia, aunque no de forma tan extensa y reiterada en los más altos niveles. Los aliados del expresidente distribuyeron en internet un video recopilatorio de varios opositores a Trump diciendo que les gustaría darle un puñetazo en la cara o cosas por el estilo. Algunas de las voces más extremas en las redes sociales se burlaron o minimizaron el encuentro en el campo de golf de Florida. Los aliados de Trump a menudo denuncian lo que llaman el síndrome de enajenación Trump, la idea de que sus críticos le desprecian tanto que han perdido la cabeza.

La ira, por supuesto, ha sido durante mucho tiempo la fuerza animadora de la etapa política de Trump, tanto la ira que despierta entre sus partidarios contra sus rivales como la que genera entre sus oponentes, quienes llegan a detestarlo. Las predicciones de que pudiera replantearse eso tras escapar por muy poco de la muerte en Butler resultaron efímeras. A la mitad de su discurso de aceptación en la Convención Nacional Republicana, cinco días después, volvía a ser él mismo.

Pero es una medida de hasta qué punto la violencia política se ha convertido en parte de la cultura estadounidense moderna —no aceptada, quizás, pero cada vez más esperada— que el más reciente incidente puede no suponer más diferencia que el primero. La conmoción causada por el tiroteo de Butler se disipó con relativa rapidez cuando la atención se centró en otros acontecimientos. La conmoción de este podría durar igual de poco.

Publicado en NYT.

Peter Baker es el corresponsal jefe de la Casa Blanca para en NYT.

 

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Articulos Destacados

9/11 , 23 años entre conmemoraciones y recuerdos

Francisco

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EP NEW YORK | 9/11 | 23 años de los atentados terroristas

Por : Gustavo Lugo | Manhattan

Hoy miercoles 11 de septiembre se celebra el 23 aniversario  del atentado a las torres gemelas en Nueva York en el 2001, honrando en la memoria de las víctimas en un acto de recordación que reune a líderes, mandatarios y a los seres queridos de quienes perdieron la vida en aquel trágico día.

la conmemoración como todos los años es en la Plaza del Memorial donde todas las familias se reúnen para leer los nombres de las casi tres mil personas que perdieron la vida en el atentado, ademas también del primer atentado terrorista del 26 de febrero de 1993″, explicó Isaac Pacheco, portavoz Museo y Memorial 11 de Septiembre.

Veintitres años después, el recuerdo de las víctimas del 11-S sigue vivo, y honramos no solo a quienes murieron aquel día, sino también a quienes fallecieron más tarde por las consecuencias de los ataques. con de la lectura de los nombres, los momentos de silencio y el tradicional tributo de las luces, el museo conmemorativo del 11 de septiembre ha incluido una experiencia digital gratuita para las personas que no pueden asistir en persona la cual puedes acceder por internet.

Entre la celebracion tambien incluye la icónica instalación de arte conmemorativa Tribute in Light regresando un año más visible en un radio de 60 millas alrededor del bajo Manhattan desde el anochecer del 11 de septiembre hasta el amanecer del 12 de septiembre para conmemorar el 23º aniversario del 11 de septiembre.

Estos haces de luz gemelos, que evocan las Torres Gemelas originales, se han convertido en un elemento esencial de cómo la ciudad de Nueva York siempre recuerda la resiliencia de nuestra ciudad frente a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y a todos los que perdieron la vida. La plaza en memoria del 11 de septiembre se abre al público a las 3 pm. el 11 de septiembre  y permanecerá abierta hasta la medianoche para que visitantes de toda la ciudad y de todo el mundo puedan ver la instalación desde este lugar sagrado de recuerdo y aprendizaje.

“Asegurar que todos los neoyorquinos recuerden a aquellos que perdimos el 11 de septiembre es importante para nosotros en Con Edison”, dijo el presidente de Con Edison, Matthew Ketschke. “Durante más de 200 años hemos sido la columna vertebral silenciosa de la ciudad de Nueva York y estamos agradecidos por la oportunidad de rendir homenaje a esta ciudad y a las Torres Gemelas a través de Tribute in Light”.

“El 11 de septiembre, el mundo vuelve sus ojos hacia la ciudad de Nueva York, donde las luces que atraviesan nuestro horizonte simbolizan nuestra memoria colectiva y nuestra fuerza inquebrantable”, dijo el asambleísta de Nueva York Charles Fall. “Es nuestro deber solemne garantizar que estas luces Continuen brillando cada año, honrando las vidas que perdimos y la resiliencia que define nuestra ciudad”.

Tribute in Light se presentó por primera vez seis meses después del 11 de septiembre en marzo de 2002, mientras continuaban los esfuerzos de rescate, recuperación y ayuda en la Zona Cero. La instalación consta de ochenta y ocho bombillas de xenón de 7.000 vatios montadas en dos cuadrados de 48 pies, haciéndose eco de la forma y orientación de las Torres Gemelas originales. Las luces están hechas a medida por Space Cannon y la instalación es producida anualmente por Michael Ahern Production Services (MAPS).

El Museo y Memorial del 11 de septiembre es la principal institución del país que se ocupa de explorar el 11 de septiembre, documentar su impacto y examinar su importancia continua. Esta misión se avanza a través de la conmemoración, la educación y la inspiración. Ubicado en ocho de los 16 acres del sitio del World Trade Center, el Museo y Memorial del 11 de septiembre recuerda y honra las 2,938 vidas perdidas el 11 de septiembre de 2001 y el 26 de febrero de 1993.

A través de exhibiciones, una amplia variedad de programas y Durante los eventos conmemorativos, el Museo y Memorial del 11 de septiembre busca educar al público sobre las consecuencias del terrorismo y su impacto en individuos y comunidades. Al preservar y compartir historias de resiliencia, compasión y coraje, el Museo y Memorial del 11 de septiembre espera inspirar a las personas a construir un mundo más compasivo y seguro. Los programas del Museo y Memorial del 11 de septiembre son posibles, en parte, gracias al Consejo de las Artes del Estado de Nueva York con el apoyo de la Oficina del Gobernador y la Legislatura del Estado de Nueva York.

Hoy el mundo entero como todos los años pondra sus ojos en la zona cero, para recordar y honrar la memoria de las victimas.

 

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Agencias

Economía , migración y aborto en primer debate presidencial

Francisco

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EP NEW YORK | DEBATE PRESIDENCIAL EE.UU. 2024

En los debates presidenciales de Estados Unidos suele importar tanto el fondo como la forma. Un sutil gesto o un ataque contundente, una palabra bien elegida o un desliz en una frase pueden determinar quién resulta ganador.

Y en el de este martes, el primero —y tal vez único— entre la candidata demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump en la ruta hacia las elecciones del 5 de noviembre , no quedó mucho lugar a la duda.

A apenas 57 días de la cita en las urnas, en vísperas de que se inicie el voto anticipado en muchos estados y empatados como los muestran las encuestas de intención de voto, quedaba poco margen para el error.

Y con su afilada intervención, Harris logró disipar las preocupaciones de larga data sobre sus habilidades para hablarle al público que comenzaron con su fallida candidatura a la Casa Blanca de 2020, y sólo se agudizaron por su torpeza en algunas entrevistas en los últimos años.

Era, además, su oportunidad para desgranar sus propuestas y darse a conocer, y no la desaprovechó.

Mientras, Trump se agarró a su conocido estilo combativo, tratando de sortear los ataques de la antigua fiscal general de California, y demostrar que durante el gobierno controlado por los demócratas la situación del país ha empeorado.

Era el séptimo debate presidencial para él desde que se estrenara en 2016, el primero para ella. En el debate anterior, el de junio, el contendiente era aún Joe Biden, pero su mal desempeño le costó la postulación.

Antes de este martes, Trump y Harris nunca se habían encontrado frente a frente, ni dirigido el uno al otro en directo. De hecho, la única vez en que habían compartido espacio fue cuando la demócrata, siendo senadora por California, siguió el discurso del Estado de la Unión del entonces presidente desde la galería del Capitolio.

Ahora, en los 90 minutos que debatieron, a apenas unos metros el uno del otro, no se alejaron mucho de las previsiones de los expertos.

Economía, migración, aborto

La economía, principal preocupación de la mayoría de estadounidenses, fue el tema que abrió el debate y acaparó buena parte de los intercambios entre los candidatos.

Trump además centró sus esfuerzos en criticar la política de inmigración del presidente Joe Biden y, por extensión, el rol de Harris en ella.

“Soy la única en este escenario que ha procesado a traficantes de personas”, contestó con contundencia ella. Y responsabilizó a Trump de bloquear un intento de solucionar la crisis fronteriza, al “matar” un proyecto de ley bipartidista enfocado a ello.

“¿Saben qué pasó? Donald Trump llamó por teléfono a algunas personas en el Congreso y les dijo que se deshicieran del proyecto de ley. ¿Por qué? Porque prefería su candidatura a solucionar un problema”.

Uno de los moderadores le preguntó entonces al republicano cómo planea, de ganar las elecciones, llevar a cabo la deportación masiva que ha prometido.

“¿Cómo piensa deportar a 11 millones de indocumentados?”, planteó David Muir, quien adquirió un papel activo a lo largo del debate, corrigiendo a Trump y aclarando afirmaciones de este en varias ocasiones.

El republicano volvió entonces a su ya conocido discurso sobre la inmigración, a insistir en la necesidad de cerrar la frontera ante millones de personas procedentes “de todo el mundo” que tratan de cruzarla, de ciudades estadounidenses que ya parecen “Venezuela en esteroides“.

“Ella y su partido han destruido este país”, zanjó, mientras la vicepresidenta lo miraba fijamente, algo que hizo durante todo el debate.

Por su parte, Harris contraatacó recordando las cuentas pendientes de su contrincante con la justicia, mientras Trump argumentaba que es un intento de los demócratas de usar el sistema judicial contra él para ganar las elecciones.

Acalorado fue también el intercambio sobre uno de los caballos de batalla de Harris: los derechos reproductivos.

“No estoy a favor de una prohibición [federal del aborto], pero no importa, porque ahora son los estados los que están decidiendo”, insistió Trump, después de que se le preguntara que aclarase su postura ante la interrupción del embarazo.

La política exterior, en especial la invasión de Rusia a Ucrania y la guerra de Israel en Gaza, fue otro de los grandes temas de la noche.

“Si Harris gana, en dos años no existirá Israel”, fue una de las frases más llamativas de Trump sobre el primero de los conflictos. “Si por Trump fuera, Putin estaría ahora sentado en Kyiv”, dijo Harris sobre el segundo.

¿Se traducirá en votos?

No es casualidad que se eligiera Filadelfia para el cara a cara organizado por la cadena ABC. Es la principal ciudad de Pensilvania , el más importante de los llamados estados péndulo.

Debido a cómo está conformado el sistema electoral estadounidense, son estos estados, también llamados visagra, los que acaban dando la victoria en las urnas. Para estas elecciones son también clave Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Míchigan, Nevada y Wisconsin, pero ninguno más que Pensilvania.

Ningún demócrata ha llegado a la Casa Blanca sin ganar en Pensilvania desde 1948.

Los votantes rompieron una racha de seis victorias demócratas en el estado cuando se decantaron por Trump en 2016, aunque en 2020 volvieron a decantarse por el Partido Demócrata y apoyar a Joe Biden.

“Dicen que ‘si ganas en Pensilvania, vas a ganar todo'”, proclamó Trump hace unas semanas durante un mitin en Wilkes-Barre, otra ciudad de ese estado.

Ahora habrá que ver si lo visto en la noche de este martes en el National Constitution Center de Filadelfia se traduce en votos, especialmente en los del reducido porcentaje de indecisos (en torno al 8%) que es fundamental para ver de qué lado quedará la balanza.

Agencias.

 

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