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Daños a la democracia, corrupción y narcotráfico, legados de Santos en Colombia

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Entrevista a Rafael Nieto Loaiza


RAFAEL  NIETO LOAIZA, ¿PRÓXIMO PRESIDENTE DE COLOMBIA?

por Ricardo Angoso

 “El daño que le hizo Santos a la democracia y a la República tardará muchos años en sanar, eso en primer lugar, y, en segundo lugar pero no menos importante, dejó un estado de corrupción inmenso que cada vez indigna más a los ciudadanos”


 “La consolidación definitiva del Centro Democrático pasa,necesariamente, por una buena y exitosa gestión del presidente Duque. Así lo debe de entender el partido, con todas sus fuerzas, y también, claro, el mismo presidente Duque”

 “Nunca en la historia se había producido y traficado con tanta coca en Colombia, ese es el trágico legado del presidente Santos”

 “Mientras que Colombia no sea exitosa en la lucha contra el narcotráfico, seguirán subsistiendo grupos armados con capacidad de ejercer la violencia y trastocar el ejercicio del poder público y la vida ciudadana, pero especialmente en aquellas zonas del país donde hay narcocultivos”


 Abogado, experto en derecho internacional y con una gran vocación política, que le llevó a ocupar importantes responsabilidades en los gobiernos de Pastrana y Uribe, Rafael Nieto Loaiza es, a sus 47 años, una joven promesa en alza dentro del uribismo. Habiendo sido candidato presidencial en las primarias del Centro Democrático y director de la “orquesta” en varias campañas electorales de esta formación, coronadas, todo hay que decirlo, con éxito, podría ser un buen candidato para las elecciones del 2022, algo que no descarta y que nadie bien informado debería perder de vista. Buen orador, agudo analista, intachable presencia y, por si fuera poco, culto y suficientemente preparado, ¿alguien da más?

 Ricardo Angoso:¿Y ahora, tras la campaña electoral y tanta actividad, a qué se va a dedicar?

Rafael Nieto: Hasta hace unas semanas, en plena campaña electoral, yo no tenía empleo pero tenía oficio, pues estaba dedicado en pleno a las campañas electorales que he organizado y en las que he trabajado de mi partido, el Centro Democrático.Fueron muchas campañas pero al día siguiente de la segunda vuelta del presidente, Iván Duque, estaba sin oficio ni empleo. Ahora estoy, sin embargo, concentrado para comenzar a trabajar en las elecciones regionales de 2019, que van a ser muy importantes para el país y van a tener un impacto sustantivo, ya que se celebrarán con la vista puesta en las elecciones cruciales del 2022. Se van a disputar gobernaciones y alcaldías, también los consejos y las asambleas departamentales, eso por un lado, y, por el otro lado, estoy impulsando un centro de pensamiento que promueva los planes, las ideas, doctrinas y programas que debería tener el Centro Democrático. Ese centro de pensamiento, por una parte, debería servir de “alimento” a la presidencia de Duque y preparar el terreno, en términos programáticos, para la próxima administración del 2022 al 2026, sirviendo de plataforma y fermento ideológico al partido.

R.A.:¿Qué balance hace del presidente saliente, Juan Manuel Santos, ya que el  crecimiento está estancado en todos los ámbitos?

R.N.:Hago un balance muy negativo de la presidencia de Santos, muy malo en términos generales. Santos hizo muchos daños al país pero creo que el principal que le dejó fue el no respetar la voluntad popular y, como daño colateral, la desconfianza de la sociedad hacia la figura del Presidente de la República. Santos, por una parte, se hace elegir con unas banderas y unos principios para después gobernar con otros completamente opuestos. Engañó descaradamente al electorado para después convocar un plebiscito, que se sacó de la chistera, cambiando las reglas de juego para favorecer la posición de gobierno, y aún así pierde y, en lugar de aceptar el resultado, termina imponiendo lo que los ciudadanos le habían negado en las urnas. Y, finalmente, también pasa por alto la autonomía del Congreso de la República y de la Corte Constitucional a través de un conjunto de maniobras desafortunadas, poniendo en peligro el debido sistema de equilibrios y de la necesaria autonomía de las instituciones en una democracia.

El daño que le hizo Santos a la democracia y a la República tardará muchos años en sanar, eso en primer lugar, y, en segundo lugar pero no menos importante, dejó un estado de corrupción inmenso que cada vez indigna más a los ciudadanos. Ese estado de cosas explica el voto que obtuvo el candidato Gustavo Petro, que no recibió un voto estrictamente de izquierdas, sino que era un voto de hastío por la corrupción a la que habíamos llegado y también de cansancio con respecto al sistema. Había una percepción de que el sistema estaba corrompido y que había que hacer cambios radicales. Yo no defiendo la posición de Petro, que tenía posiciones e ideas peores que las de Santos, claro está, pero trató de explicar porqué se produjo esa fuerza y afluencia que recibió Petro en las urnas. Finalmente, Santos deja una crisis fiscal terrible y una deuda externa que casi alcanza los 130.000 millones de dólares. Así, este gobierno recibe una herencia muy nefasta, con un presupuesto desfondado, y con el objetivo urgente de aplicar una mínima ortodoxia económica para generar un crecimiento económico que permita rápidamente crear empleo y sacar de la pobreza a millones de colombianos.

LOS RETOS DEL PRESIDENTE IVÁN DUQUE

R.A.:¿Cuál es el principal reto que tiene ante sí el presidente Iván Duque?

R.N.:El primer reto es la gobernabilidad. Duque ha cambiado la forma de relación con el legislativo, de tal forma que pretende evitar lo que se llamó aquí durante años como la “mermelada”. También ya se ha anunciado una reforma tributaria que se será, a todas luces, impopular y esas medidas anunciadas han erosionado, lógicamente, su base popular, de tal forma que hoy tiene ante sí la falta de apoyos en el legislativo para llevar a cabo sus reformas y tampoco cuenta con el necesario apoyo en la opinión pública. Y, precisamente, la gobernabilidad se construye con la fuerza de las alianzas en el legislativo o con el respaldo ciudadano, o idealmente con ambas cosas, algo con lo que no cuenta Duque en estos momentos. Ese es, para mí, el gran desafío del presidente Duque: construir gobernabilidad, y si no lo logra hacer, quedará en entredicho su gobierno. Y también su legado, claramente.

R.A.:¿Cree que el movimiento que fundara en su momento el presidente Alvaro Uribe, el Centro Democrático, tiene futuro y se consolidará como una fuerza política potente en el sistema colombiano?

R.N.:Debería consolidarse. Ocho años de desierto, ocho años de oposición, ocho años de persecución política, junto con los medios de comunicación desafectos controlados por Santos y un aparato judicial absolutamente politizado y adverso, deberían servir como acicate para que ese movimiento siga adelante y se mantenga cohesionado. A pesar de todo, ese partido ganó el plebiscito del 2016 y después ganamos las elecciones presidenciales del 2108 sin dejar de destacar que en las elecciones legislativas fue la fuerza más votada en el Congreso de la República. Creo que, por tanto, hay que destacar que el Centro Democrático ha sabido pasar por las más duras y ha sobrevivido, pero sin perder de vista que ahora tiene ante sí un gran reto: es más difícil hacer política en el gobierno que en la oposición, eso está claro. El gran desafío del uribismo está en el gobierno. La consolidación definitiva del Centro Democrático pasa, necesariamente, por una buena y exitosa gestión del presidente Duque. Así lo debe de entender el partido, con todas sus fuerzas, y también, claro, el mismo presidente Duque.

EL FLAGELO DEL NARCOTRÁFICO EN COLOMBIA

R.A.:Luego está el terrible problema del narcotráfico, que inunda el país y ya llega  las 300.000 hectáreas, ¿qué piensa de este asunto?

R.N.:Podríamos estar horas hablando del terrible legado que deja el presidente Santos, de la forma desastrosa en que dirigió el país y a los resultados a los que nos condujo con sus políticas erróneas. Tenemos más hectáreas de coca en la actualidad que en ningún momento de nuestra historia. Nunca en la historia se había producido y traficado con tanta coca en Colombia, ese es el trágico legado del presidente Santos. Y siempre que en nuestro país hubo un aumento en el tráfico de coca necesariamente hubo más violencia y mayor criminalidad en nuestras calles. Por ese motivo, se han revertido los indicadores de la tasa de homicidios y otros relativos a la criminalidad en el país. Los homicidios, en el primer semestre de este año, crecieron un 7% con respecto al mismo semestre del año anterior. Esa reversión en esos datos está claramente ligada al aumento en las hectáreas de coca, así como el hecho de la actividad de las llamadas disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que cada una de ellas está ligada a negocios ilícitos, bien sea la minería ilegal o el narcotráfico. Mientras que Colombia no sea exitosa en la lucha contra el narcotráfico, seguirán subsistiendo grupos armados con capacidad de ejercer la violencia y trastocar el ejercicio del poder público y la vida ciudadana, pero especialmente en aquellas zonas del país donde hay narcocultivos.

R.A.:¿Por qué el proceso de paz no tuvo ninguna influencia en una merma en los indicadores de violencia en el país?

R.N.:La respuesta es sencilla, es que no hubo paz. Se hicieron una serie de concesiones políticas, jurídicas y económicas pero no se terminó el conflicto armado. El conflicto perdura y la violencia continúa. Luego sigue vivo el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC, según los últimos datos, ya contarían con más de 4.000 hombres. Entonces, según mi opinión, el Estado hizo unas concesiones pero el conflicto no terminó y mientras allá fuentes de economía ilícita, como el narcotráfico y la minería ilegal, difícilmente terminaremos con el conflicto armado. La persistencia del negocio del narcotráfico está asociada a la violencia y asegura la continuidad del conflicto armado, en tanto y cuanto contribuye a la financiación de los grupos ilegales y criminales. Esta es la gran tragedia de Colombia que, a pesar del gran éxito internacional del supuesto proceso de paz, los datos no reflejan la existencia de esa paz de la que se habla porque no existe y el conflicto perdura.

Ese es otro de los grandes daños que nos deja el presidente Santos, al que le añadiría otro adicional en nuestras relaciones internacionales, ya que tenemos ahora sobre la mesa serios problemas con Nicaragua y con Venezuela con unos problemas limítrofes con ambos no resueltos. Y con una amenaza real porque ambos países fomentan la inestabilidad en nuestro país, al que acusan de estar apoyando la resistencia interna que existe en estos dos casos. Y quiere señalar algo, en el sentido de que creo que una buena parte de los problemas que ocurren en estos dos casos son también responsabilidad del presidente Santos y de su canciller, Holguín, que no solamente miraron para otro lado cuando se produjo la brutal represión de derechos y libertades en ambos casos sino que maniobraron para que los dos regímenes se quedaran en el poder, ya que consideraban que los dos eran necesarios para llevar a buen puerto las negociaciones con los terroristas de las FARC. Además, al descuidar el asunto del narcotráfico y permitir el auge de los cultivos de coca, permitieron que las relaciones con los Estados Unidos se volvieran a narcotizar. La única diplomacia que auspiciaba Santos era aquella que pasaba porque los acuerdos con las FARC acabaran teniendo éxito y se firmaran los mismos como sea sin tener en cuenta los costes para Colombia, que finalmente han sido muy altos. Eso fue un grave error y  el mismo ha tenido un alto coste también en las relaciones internacionales para Colombia.

LA CRISIS DE VENEZUELA

R.A.:¿Qué opinión tiene de la crisis venezolana y del éxodo que ha provocado?

R.N.:En Europa se quejan de que casi 800.000 refugiados entran al año a través de sus fronteras, mientras que aquí, en Colombia, en menos de dos años hemos recibido un millón de venezolanos o quizá más. Mas lo que viene o está por venir que será sustantivo y que añadirá más problemas aparte de los que ya padecemos en estos momentos. Ahora tenemos que curarnos de la posibilidad de que surjan brotes racistas contra los venezolanos, que pueden surgir, y teniendo en cuenta que esos nuevos ciudadanos recién llegados demandan servicios públicos, generan problemas de salud, porque muchas veces portan enfermedades que se encontraban erradicadas en el territorio colombiano, compiten en puestos de trabajo por menor salario que los ciudadanos colombianos y, en algunos casos, y son la excepción y no la regla, crean problemas de seguridad porque cometen delitos. Pero el problema de la migración venezolana no es sólo un problema de Colombia, sino que es un problema internacional que, como en el caso de lo que ha ocurrido con otras crisis migratorias, requiere una respuesta internacional. Colombia necesita de la ayuda de la cooperación del exterior para hacer frente a esta crisis, a esa auténtica tragedia que significa ese gran éxodo venezolano que se está produciendo en estos momentos, pero sin perder de vista que la solución a esta grave crisis pasa por un cambio político en Venezuela. Mientras siga existiendo una dictadura que al tiempo que reprime genera hambre, miseria y pobreza, seguiremos teniendo ese flujo migratorio hacia Colombia y otros países de la región de gente que huye de un régimen abyecto, brutal y terrible.

R.A.:¿Cree que realmente Donald Trump está interesado en los problemas de América Latina?

R.N.:Yo no puedo asegurar que esta administración tiene el mismo interés en América Latina que en otras partes del mundo pero sí creo que esta administración está interesada en que no siga aumentando el narcotráfico, en que avance la democracia en países totalitarios como Cuba y Venezuela y, definitivamente, en que el continente mejore significativamente en términos de seguridad, estabilidad y prosperidad. Creo, sinceramente, que esa es la voluntad de la actual administración norteamericana.


Otros temas y entrevistas de Ricardo Angoso 

Agencias

Protestas universitarias contra israel

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EP NEW YORK. | PROTESTAS CONTRA ISRAEL

Por Gustsvo Lugo

A una semana de las protestas a favor de Palestina, la Universidad de Columbia, epicentro de la creciente disidencia estudiantil contra la guerra en Gaza, enfrentaban el jueves una fecha límite para levantar los campamentos mientras las protestas y los arrestos se intensificaban en todo el país, los manifestantes se mantiene firmes mientras el reloj sigue corriendo,

En Columbia, con más de 100 arrestos en los últimos días, el presidente de la escuela, Minouche Shafik, advirtió a los estudiantes que si las tiendas de campaña no se retiran antes del viernes “tendremos que considerar opciones alternativas” para despejar el área y restaurar la calma en el campus. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, arremetió el jueves contra los manifestantes de Columbia, quienes lo abuchearon durante su visita a la escuela un día antes. Johnson había criticado a los estudiantes y profesores que participaron en la protesta y pidió la dimisión de Shafik.

Ya suman mas de veinte campus que se han unido en todo el pais a las protestas, la chispa que prendio las protestas, se predujo la  semana pasada en la Universidad de Columbia cuando la presidenta de la institución, Nemat “Minouche” Shafik, testificó ante una comisión de la Cámara de Representantes sobre la respuesta de la universidad a las acusaciones de antisemitismo en el campus. Al mismo tiempo se inició en el campus una protesta propalestina. Tras su testimonio, Shafik solicitó en una carta hecha pública por la universidad que el Departamento de Policía de la ciudad de Nueva York desalojara a las personas que estaban acampando en el jardín sur del campus y que “infringían las normas y políticas de la universidad” y estaban invadiendo el campus.

Más de 100 personas fueron detenidas, según las fuerzas de seguridad.

Los campamentos fueron organizados por Columbia University Apartheid Divest (CUAD), una coalición estudiantil de más de 100 organizaciones, entre ellas Estudiantes por la Justicia en Palestina y Voz Judía por la Paz, para protestar contra lo que describen como la “continua inversión financiera de la universidad en empresas que se benefician del apartheid israelí, el genocidio y la ocupación militar de Palestina”, según dijeron en un comunicado de prensa.

Los manifestantes propalestinos de Columbia afirmaron que no se dispersarán hasta que la universidad acceda a cortar lazos con instituciones académicas israelíes y se comprometa a una “completa desinversión” de sus fondos de entidades relacionadas con Israel, entre otras demandas. Las autoridades de Columbia advirtieron a principios de esta semana que el campamento viola las normas de la escuela, pero no proporcionaron consecuencias disciplinarias específicas.

No obstante, la situación siguió agravándose y este miércoles el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, acudió a la universidad para intentar persuadir a los estudiantes de que detuvieran las protestas. Mientras pronunciaba su discurso, los jóvenes gritaban “No podemos oírte”. Ante esta presión, Johnson respondió: “Disfruten de su libertad de expresión”.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, publicó un mensaje de video en sus redes sociales, en el que condenó las acciones de estudiantes del país norteamericano y la falta de reacción adecuada por parte de las autoridades de las escuelas.

“Multitudes antisemitas han tomado las principales universidades. Piden la aniquilación de Israel. Atacan a estudiantes judíos”, afirmó. Además, calificó las manifestaciones de “horribles” y agregó que “recuerdan lo sucedido en las universidades alemanas en los años 30”.

Las manifestaciones y acalorados debates sobre la guerra de Israel en Gaza y la libre expresión han sacudido los campus de EE.UU. desde el ataque de Hamás en Israel el 7 de octubre, que dio inicio la campaña militar israelí en la Franja.

Las autoridades de estas prestigiosas e influyentes universidades tienen dificultades para calmar los ánimos en sus campus y en su mayoría han fracasado, y una de sus mayores preocupaciones son las próximas ceremonias de graduación.

Como ha sucedido en otras universidades, los manifestantes de NYU exigen que los administradores revelen y se despojen de “su financiación y donaciones recibidas de productores de armas y empresas con intereses en la ocupación israelí”.

Otros campamentos de protesta también se han erigido en la Universidad de California en Berkeley, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), la Universidad de Michigan, el Emerson College y Tufts.

 

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Agencias

Miles de opositores marchan contra Petro en Colombia

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EP New York. | Latinoamérica

Miles de opositores protestan en Colombia y Petro insiste en que buscan “derrocar” su gobierno

BOGOTÁ — Los opositores al gobierno del izquierdista Gustavo Petro volvieron a manifestarse el domingo y convocaron cerca de 250.000 personas en todo el país mientras coreaban incesantemente ”¡Fuera Petro!”, mostrando su desacuerdo con las reformas sociales que impulsa, su propuesta de hacer una constituyente y reclamando por problemas económicos y de seguridad.

El presidente señaló que las manifestaciones tuvieron por objetivo buscar “derrocar el gobierno del cambio” de parte de sectores que quieren que se “deshaga las reformas que van a favor del pueblo para mantener la captura de enormes cantidades de dinero público usados como ganancias de particulares”. Por lo que insistió, desde su cuenta de X, en que sus partidarios deben “responder” en una manifestación el primero de mayo, día internacional de los trabajadores, en la que caminará junto a la gente y hablará en una tarima.

Las manifestaciones en contra y a favor del gobierno se han convertido en una constante en Colombia desde que subió al poder Petro en el 2022, convirtiéndose en el primer presidente de izquierda, en un país que siempre había sido gobernado por conservadores y moderados. La oposición reclama por sus políticas, mientras que Petro convoca a sus partidarios a defenderlas.

“Es una marcha donde está todo el mundo saliendo a decirle al presidente: ‘así no son las cosas, usted ganó las elecciones, pero sepa gobernar’”, dijo a The Associated Press Idelfonso Méndez, de 58 años.

Méndez, contador público, no suele salir a protestar. La última vez que lo hizo fue en 2008 en contra de los secuestros que perpetraba la extinta guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

“Nos hemos quedado callados mucho tiempo, pero ya no más. La democracia la veo en peligro, porque está buscando hacer una asamblea constituyente por fuera de la ley y quiere imponer las reformas a como dé lugar sin que lo apruebe el Legislativo”, explicó Méndez, quien sostenía un cartel con la frase “yo protejo a mi país”.

Petro planteó la posibilidad de llevar al país a un proceso para reformar la Constitución como una forma de lograr las transformaciones sociales que prometió en su campaña electoral y que el Congreso no ha aprobado. Sin embargo, no es claro el proceso en que se haría.

“El constituyente es el pueblo que se convoca a sí mismo a decidir sobre lo que no se ha podido resolver en décadas desde los poderes constituidos”, explicó Petro.

Las movilizaciones fueron pacíficas, según reportó el gobierno y la policía, en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cúcuta, Bucaramanga y Popayán. En la capital lucía llena la icónica Plaza de Bolívar —donde confluyen el Congreso, las cortes, la alcaldía y la catedral— que tiene una capacidad para 55.000 personas. Según Petro, en el país se movilizaron cerca de 250.000 personas.

“Ha sido la marcha más importante contra Gustavo Petro, no solo por la cantidad, sino por quiénes salieron. En otras ocasiones se veían personas solamente de derecha, en esta se movilizaron diferentes sectores políticos que perdieron el miedo a ser estigmatizados como de derecha”, indicó a la AP Carlos Andrés Arias Orjuela, consultor en comunicación política.

Para Arias, una marcha tan numerosa debería tener un impacto en la dirección del gobierno, sin embargo, no cree que en la práctica se vea reflejado. “Lo que va a hacer es que Gustavo Petro siga radicalizando su discurso, porque hace un mes y medio dejó de gobernar y está en campaña política”, agregó.

A inicio de abril, Petro sufrió una derrota en el Congreso, donde senadores archivaron la reforma a la salud, la más avanzada en trámite y también la más polémica. La propuesta planteaba reducir la intermediación de actores privados y dar al Estado un mayor control del dinero y del servicio de salud que el gobierno ha calificado de deficiente.

Sin embargo, el gobierno anunció decretos que modifican el sistema de salud en el mismo sentido que lo quería hacer la reforma y ordenó la intervención forzosa para administrar dos de las Entidades Promotoras de Salud (EPS) más grandes del país: Sanitas y Nueva EPS.

En la marcha, se distinguían trabajadores de las EPS intervenidas vestidos con camisetas blancas y sus logos, que advertían que la salud de 17 millones de sus afiliados estaba en riesgo.

“Vine a marchar por la salud, porque él (Petro) lo ha dicho, que va a acabar las EPS. Vine para que sepa que no queremos”, dijo a la AP Amanda Rojas, una ama de casa de 70 años, afiliada en Sanitas.

Los cambios al sistema de salud que rige en Colombia desde hace 30 años, han generado preocupación en el sector y más de 60 asociaciones se unieron a las protestas en lo que llamaron “La marcha de las batas blancas”.

“No negamos las falencias, la corrupción, la falta de recursos, pero una cosa es negar las falencias y otra cosa es decir que la solución que están planteando es la adecuada, ese es el problema”, aseguró a la AP Rubén Luna, presidente de la Sociedad Colombiana de Trasplantes y miembro de la Asociación Colombiana de Cirugía, quien pide que se les incluya en la búsqueda de soluciones para el sistema de salud.

Para Yann Basset, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario, se trata de las marchas más nutridas que la oposición ha logrado convocar y considera que el elemento que cambió el panorama fue la intervención a varias EPS por parte del gobierno.

“Lo que muestra esta marcha es que esto genera muchas inquietudes que el gobierno debería escuchar, porque es algo que muestra que está perdiendo el pulso de la calle”, concluyó.

Con información de AP

 

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Agencias

A 7 meses de elecciones inicia juicio penal contra Donald Trump

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EP NEW YORK | Donald Trump

Gustavo Lugo

Donald Trump hizo historia este lunes al convertirse en el primer expresidente de Estados Unidos en ser juzgado bajo acusaciones penales.

Por decisión del juez Juan Mechan, que encabeza el juicio contra el exmandatario por un caso de dinero supuestamente obtenido de manera subrepticia, Trump no podrá presentar argumentos sobre la inmunidad presidencial ante la Corte Suprema, la próxima semana, y está obligado a asistir a la totalidad de su juicio en Nueva York, a menos que obtenga un permiso especial para faltar.

Trump, arremetio contra él juez a la salida del tribunal, y calificó todo el proceso como una “cacería de brujas política” en medio de la contienda electoral por la presidencia.

El expresidente de 77 años está siendo juzgado por un presunto pago que realizó a la actriz de cine para adultos Stormy Daniels antes de las elecciones presidenciales de 2016 para que esta no revelara los detalles de un supuesto encuentro sexual entre ambos.

El exmandatario está acusado de 34 cargos que un jurado de 12 miembros deberá valorar en las próximas semanas. La audiencia de este lunes fue convocada para el proceso de elección de los miembros del jurado.

Stormy Daniels, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, asegura que tuvo relaciones sexuales con Trump en 2006 algo que él niega y que, a cambio de mantener ese encuentro en privado, recibió un pago antes de las elecciones presidenciales de 2016.

El juicio se centra en el presunto pago que Trump le hizo a su antiguo abogado personal, Michael Cohen. Este asegura que con ese dinero se le ordenó pagar a Daniels US$130.000.

Trump es el primer expresidente y candidato republicano en las elecciones de noviembre en enfrentar una acusación penal.

juan Merchan es el juez del caso, magistrado de origen colombiano que el año pasado se hizo cargo de un juicio por fraude fiscal contra la Organización Trump.

La defensa del expresidente podría argumentar que las acusaciones son “infundadas” y tienen una “motivación política”. Eso es lo que ha dicho Trump sobre los múltiples juicios a los que se enfrenta, sin aportar pruebas que respalden estas afirmaciones.

Se espera que el juicio se prolongue de seis a ocho semanas.

 

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