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La verdadera historia sobre Panamá , el sistema financiero y “el paraiso fiscal”

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 En un continente de estados intervencionistas, sus gobiernos han buscado interferir lo mínimo necesario con los negocios. En una región proverbialmente ensimismada, cerrada por largo tiempo al impacto de las corrientes financieras y comerciales internacionales, Panamá es portuaria, cosmopolita, y en épocas recientes, bastante próspera. En 2015 fue el país latinoamericano cuyo PIB más creció, a tasas cercanas al 6% anual. Desde su independencia de Colombia en 1903, Panamá ha tenido al dólar como su moneda y la globalización como su estrategia preferida.

 El estandarte económico nacional es, por supuesto, el Canal de Panamá. Pero a la par con esa vía interoceánica, Panamá construyó un centro financiero internacional que hoy está en la noticia por cuenta de los Panamá Papers, el escándalo que reveló los mecanismos usados por muchos poderosos para esconder riquezas. Panamá se ha especializado, entre otras cosas, en proveer servicios financieros “offshore”, extraterritoriales, a clientes que no residen habitualmente en el país. Lo que genera muchas suspicacias entre sus críticos, quienes aseguran que los centros “offshore” se convierten en un vehículo para la evasión de impuestos para una élite extranjera.

 “Los países que son calificados de paraísos fiscales son los que tienen regulaciones que permitan a personas abrir cuentas o establecer empresas sin revelar cierta información y usando estructuras que no son accesibles a los gobiernos de origen de dichas empresas”, asegura a BBC Mundo Allison Christians, experta en derecho tributario de la Universidad de McGill en Canadá.

 La sistema bancario se defiende

 Los defensores de la industria financiera panameña y de otros centros “offshore” recuerdan, sin embargo, que hay razones perfectamente legítimas para mantener cuentas extraterritoriales, como la cobertura de riesgos políticos, de divisas y de otra índole. Y es en todo caso un mecanismo usado extensamente en muchas partes. “Todos los países tienen hasta cierto punto medidas que permiten actuar como un paraíso fiscal para inversionistas y negocios de otros países. Este es un asunto global”, advierte Christians.

 Panamá objeta con vehemencia el calificativo de “paraíso fiscal”. En 2014 mantuvo una controversia con Colombia cuando las autoridades fiscales en Bogotá acusaron a sus vecinos de ser precisamente eso. Señalamiento que Colombia retiró meses después ante la presión diplomática panameña.

Y por supuesto, este lunes, voces panameñas han rechazado con furia las acusaciones que se elevan contra Panamá por el escándalo actual.

 Ramón Fonseca, cofundador de la firma Mossack Fonseca, de donde se filtró la información que desató el escándalo, calificó a esa filtración como un “ataque contra Panamá”. El presidente de Panamá Juan Carlos Varela, por su parte, advirtió en un comunicado que el país tendría “cero tolerancia ante cualquier aspecto de su sistema legal o financiero que no se maneje con altos niveles de transparencia”, según reportaron medios locales. Pero no es la primera vez que el sector financiero panameño ha enfrentado cuestionamientos de esta índole.

 Siendo Panamá un país de servicios, ha desarrollado un fuerte centro bancario, desde los años 70, sacándole provecho a su estratégica posición geográfica.
 Sistema financiero de los años 70s

 Al igual que otros grandes nodos del comercio mundial como Hong Kong y Singapur, Panamá desarrolló un sistema financiero orientado a las transacciones internacionales, que crecía junto con su estatus como gran puerto, impulsado por el Canal de Panamá. En la década de 1960 el canal mismo estaba en manos de Estados Unidos, pero las autoridades panameñas empezaron a promover medidas para atraer a bancos y capitales internacionales. Un primer decreto en 1970 creó formalmente el centro financiero internacional. A los pocos años, docenas de bancos internacionales ya se habían instalado en la ciudad de Panamá. Los atraía, al igual que ahora, el hecho de tener cerca el negocio comercial del canal y también el dólar como moneda, lo que prometía estabilidad. Así como gobiernos que prometían una regulación favorable a los negocios.

 Para 1982 ya había más de 100 bancos internacionales en la Ciudad de Panamá.

Pero la década que siguió fue difícil para el papel de Panamá como centro financiero “offshore”. En ese año la crisis financiera global golpeó de manera especial a América Latina. El sistema financiero mundial tambaleó por efecto de la deuda de países como México o Argentina. Y muchas voces en la comunidad internacional empezaron a cuestionar, a lo largo de la década, el influjo de narcodineros en la economía panameña.

 Para 1988, Washington, ya involucrado en una disputa creciente con el entonces gobernante de la nación centroamericana, Manuel Antonio Noriega, había congelado fondos panameños en Estados Unidos.

En diciembre de 1989 los infantes de marina estadounidenses invadieron Panamá. El sueño del país de convertirse en un imán de las altas finanzas podría haber terminado ahí.

 Pero en la siguiente década, Panamá reconstruyó su centro financiero internacional.

Se crearon nuevas entidades regulatorias, volvieron los bancos y Panamá gradualmente ha buscado quitarse el estigma de ser un “paraíso fiscal”. En 2011, luego de firmar acuerdos para compartir información tributaria con Estados Unidos y otros países, Panamá fue removido de la llamada “lista gris” compilada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para señalar a naciones que no ofrecen suficiente transparencia en ese sentido.

 Para 2015 había más de 90 bancos aportando cerca del 7,5% del PIB panameño, lo que constituía el sexto rubro más importante en la economía del país.

 Había toda una infrastructura legal y administrativa para atender a la banca extraterritorial, entre la cual está la firma Mossack Fonseca. “Hasta donde se, Panamá no es ni mas ni menos propensa a negocios turbios que otros centros financieros offshore”, asegura a BBC Mundo Allison Christians de la Universidad de McGill. Lo que puede resultar de escaso consuelo a Panamá, un país que por cuenta de este mayúsculo escándalo está siendo asociado a acusaciones de ayudar a eludir de impuestos a escala global.

 Panamá Papers – Los paraísos fiscales de los ricos y famosos al descubierto:

 11 millones de documentos que estaban en manos de la firma legal panameña Mossack Fonseca fueron entregados al diario alemán Sueddeutsche Zeitung, el que los compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación. El programa Panorama de la BBC es uno de los 107 medios de comunicación en 78 países que han estado analizando los documentos. La BBC no conoce la identidad de la fuente.

Los documentos muestran cómo la compañía ha ayudado a clientes a lavar dinero, eludir sanciones y evadir impuestos. Mossack Fonseca dice que ha operado sin reproches por 40 años y nunca ha sido acusado o imputado por actos criminales.

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Agencias

los diez crímenes más impactantes de 2023 en EE. UU.

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EP New York | EE.UU.

Violencia, racismo, odio y corrupción: los diez crímenes más impactantes de 2023 en EE. UU.

Asesinato de la familia Haight

El 4 de enero de 2023, Michael Haight mató a tiros a ocho miembros de su familia, incluidos tres adultos y cinco niños, en Enoch, Utah, antes de suicidarse. La esposa de Haight, previamente investigada por abuso doméstico en 2020, había solicitado el divorcio dos semanas antes. Este incidente, uno de los peores casos de violencia doméstica en Utah, destacó cuestiones críticas en la prevención del abuso doméstico.

Tiroteo en Goshen 2023

El 17 de enero de 2023, en Goshen, California, un tiroteo masivo en una celebración de cumpleaños dejó seis muertos y dos heridos. Las víctimas eran en su mayoría familiares y amigos del propietario. Los sospechosos son dos hombres enmascarados que huyeron en un todoterreno oscuro. Las autoridades sugieren un motivo relacionado con las drogas, lo que lo considera uno de los tiroteos relacionados con las drogas más mortíferos en California y subraya los problemas de violencia y tráfico de drogas del estado.

Tiroteo en Monterey Park 2023

El 22 de enero de 2023, durante la celebración del Año Nuevo Lunar en Monterey Park, California, un hombre armado enmascarado mató a diez e hirió a diez en un estudio de baile de salón. Asistido por unas 200 personas, en su mayoría de ascendencia asiática, el tirador escapó en un coche robado y se encuentra prófugo. El incidente, potencialmente un crimen de odio, es uno de los peores contra estadounidenses de origen asiático en la historia de Estados Unidos, lo que provocó protesta nacional y solidaridad con la comunidad.

Incidente de tortura en el condado de Rankin

El 24 de enero de 2023, seis agentes blancos, conocidos como el “Escuadrón Goon”, torturaron a dos hombres negros en Braxton, Mississippi, utilizando palizas, insultos impactantes e insultos raciales sin orden judicial. Acusados ​​en tribunales estatales y federales, sus declaraciones de culpabilidad expusieron un racismo y una brutalidad profundamente arraigados en la Oficina del Sheriff del condado de Rankin. Este incidente, parte de una historia de violencia contra hombres negros, subraya la corrupción y discriminación policial sistémica de Mississippi.

Tiroteo en una escuela de Nashville en 2023

El 27 de marzo de 2023, Aiden Hale, un hombre transgénero y exalumno, mató a tiros a seis e hirió a seis en The Covenant School, una escuela primaria cristiana en Nashville, Tennessee. Usó una pistola estilo AR-15 y una carabina, transmitió en vivo el evento y fue asesinado por la policía después de un enfrentamiento. La evidencia sugiere premeditación. Este raro caso de un tirador masivo transgénero en los EE. UU. provocó debates sobre la salud mental y la aceptación social de las personas transgénero.

Tiroteo en un banco de Louisville en 2023

El 10 de abril de 2023, Connor James Sturgeon, un ex empleado, llevó a cabo un tiroteo masivo en el Old National Bank en Louisville, Kentucky, matando a cinco e hiriendo a ocho, incluidos dos agentes. Usando un rifle estilo AR-15 y una pistola, atacó tanto dentro como fuera del banco, y luego se suicidó durante un enfrentamiento policial. El motivo de Sturgeon, insinuado en una nota y en publicaciones en línea, estaba relacionado con la insatisfacción en el lugar de trabajo. Este incidente es un caso notable de violencia masiva relacionada con empleados en Kentucky.

Tiroteo en Dadeville 2023

El 15 de abril de 2023, Malik Johnson, de 17 años, perpetró un tiroteo masivo en Dadeville, Alabama, en una fiesta de cumpleaños número 16 en un antiguo banco convertido en estudio de danza, matando a cuatro e hiriendo a 32, en su mayoría adolescentes. Usando una pistola y un rifle, se enfrentó a la policía y un oficial le disparó mortalmente. Su motivo, sugerido por publicaciones en las redes sociales, fue un rencor contra los asistentes. Este incidente, uno de los tiroteos relacionados con pandillas más violentos de Alabama.

2023 Tiroteo en un centro comercial en Allen, Texas

El 6 de mayo de 2023, Tyler James Smith, de 19 años, llevó a cabo un tiroteo masivo en Allen Premium Outlets en Texas, matando a nueve (incluido él mismo) e hiriendo a siete con una pistola y una escopeta. Apuntó a personas al azar antes de suicidarse cuando intervino la policía. Las autoridades notaron evidencia de enfermedad mental y tendencias suicidas en la actividad y pertenencias en línea de Smith. Este incidente se encuentra entre los tiroteos masivos perpetrados por adolescentes más trágicos de Texas, lo que enfatiza los problemas de salud mental y acceso a armas de los jóvenes.

Tiroteo en Jacksonville en 2023

El 26 de agosto de 2023, en Jacksonville, Florida, Ryan Christopher Palmerer, de 21 años, cometió un tiroteo masivo por motivos raciales en una tienda Dollar General, matando a tres personas negras y luego a él mismo. Conocido por publicar manifiestos racistas en línea, usó armas de fuego con esvásticas y usó un chaleco táctico. El incidente, investigado como delito de odio y terrorismo interno, es un claro ejemplo de violencia supremacista blanca en Florida.

Tiroteos en Lewiston en 2023

El 25 de octubre de 2023, Robert Card, de 40 años, ejecutó un tiroteo masivo en Lewiston, Maine, matando a 18 e hiriendo a 13 con un rifle semiautomático y una pistola. Primero atacó una bolera durante un evento juvenil y luego un restaurante, matando a un policía, entre otros. Después de herir a más oficiales y civiles, evadió una persecución de dos días y finalmente fue encontrado muerto por suicidio. Las autoridades descubrieron planes premeditados en la casa de Card, aunque su motivo sigue sin estar claro.

Publicado en NYT

 

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Agencias

¿Estamos en una nueva guerra fría? o solo es una guerra comercial

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EP New York | polìtica mundial

Lo llamamos nueva guerra fría, pero no lo es

La competencia entre EEUU y China es muy diferente de la que rigió entre Washington y Moscú y estructuró el mundo durante la guerra fría. Pese a las limitaciones que le impone EEUU, China está inmersa de lleno en la economía global y las inversiones estadounidenses en el país no dejan de aumentar. ‘Codependencia destructiva’ podría ser más adecuado para la competencia interdependiente actual.

Lo llamamos “nueva guerra fría”, pero la relación, competencia y colaboración entre Estados Unidos y China no solo no lo es, sino que guiarse por este concepto puede llevar a errores de visión y de política . Más aún entre China y la Unión Europea, que ve, correctamente, a la superpotencia asiática como “socio, competidor y rival sistémico”.

Utilizamos el término de guerra fría por pereza intelectual, y porque estamos inmersos en un periodo de transición, es decir, de desorden, de un orden mundial a otro cuyos contornos se divisan aún mal. La guerra fría responde a otra época y situación. No es un concepto útil hoy. Pese al discurso de la tensión entre Washington y Pekín, la realidad es otra. El episodio de los globos es un reflejo.

A diferencia de la antigua Unión Soviética, China participa plenamente en la economía global, y en las cadenas de suministro que la conforman, aunque la globalización se haya frenado algo con la pandemia y con la competencia tecnológica y estratégica entre Washington y Pekín. Desde Occidente, sobre todo desde EEUU, se avanza hacia un acortamiento de estas cadenas, por medio de políticas de empresas. No solo por razones geopolíticas o geoeconómicas, pues tiene mucho que ver con la política interna estadounidense.

Con su política de America First, Donald Trump y su republicanismo radical atrajeron a una parte importante, venida a menos con la deslocalización y la automatización, de la clase obrera y media baja de EEUU. Joe Biden quiere con su política antichina y de Buy American –más allá de indudables consideraciones estratégicas de una superpotencia que teme que le haya surgido una rival– restablecer puentes con esos votantes que había perdido el Partido Demócrata. Es, además, un terreno de entendimiento con el propio Partido Republicano, radicalizado, con el que ahora tiene que tratar dado que controla la Cámara de Representantes. La política hacia China tiene mucho de política interna americana. <span;>All politics is local.

La actual administración estadounidense, inspirándose en tiempos de la guerra fría, se ha metido en una política de control de las exportaciones de tecnología avanzada hacia China, en la que está incorporando a aliados como Países Bajos, Japón y Corea del Sur, esenciales para la fabricación de los chips (microprocesadores) y otros elementos más avanzados. Un problema es que cada vez es más difícil diferenciar entre aplicaciones civiles y militares de estas tecnologías. Indudablemente, hay una carrera tecnológica entre EEUU y una China cuyos avances quiere frenar Washington tras percatarse, demasiado tarde, de que su incorporación a la economía mundial, en especial a partir de 2001 con la entrada en condiciones ventajosas de Pekín a la Organización Mundial del Comercio, no produjo la liberalización económica y política que, de manera ingenua y con desconocimiento de la cultura imperante en China, esperaba. Un ingenuidad y desconocimiento que también es frecuente en España.

«China tuvo su primer ‘momento Sputnik respecto a la inteligencia artificial con la derrota, en 2018, de un maestro del juego Go por la computadora AlphaGo de Deepmind (empresa adquirida por Google)»

El discurso de frenar a China predomina en EEUU, donde hay un amplio consenso al respecto. Algunas medidas restrictivas pueden lograrlo, al menos temporalmente. Por ejemplo, limitando la capacidad china de desarrollar la más avanzada inteligencia artificial (IA), respecto a la cual Pekín ha tenido lo que el experto e inversor Kai-Fu Lee llamó el “momento Sputnik”. Se refería al susto de EEUU cuando la URSS lanzó en 1957 el primer satélite artificial. Generó una carrera espacial, que llevó a EEUU a poner a un hombre en la Luna, a donde ahora parece que quieren volver diversas potencias, empezando por China.

El primer “momento Sputnik” chino en referencia a la IA llegó en 2018 con la derrota de un maestro del juego Go por la computadora AlphaGo de Deepmind (empresa adquirida por Google). (Dicho sea de paso, estos días, un jugador humano aficionado ha vencido al programa, tras descubrir en él, gracias a la IA, algunos fallos en el programa.) El segundo momento, para Pekín, ha sido el lanzamiento por OpenAI (en la que Microsoft tiene grandes intereses) de la inteligencia artificial generativa de lenguaje natural ChatGTP, que tanto revuelvo ha causado, y las de otras empresas. Corriendo, Pekín va a intentar presentar la suya. China, el mayor consumidor mundial de chips, no es (¿aún?) capaz de diseñar o fabricar los más avanzados, que necesita para esta carrera.

Las medidas limitativas de Washington le están llevando a desarrollar su propia capacidad. Tomará un tiempo y el éxito no está garantizado. Pero, ejemplo de la capacidad china, en diciembre pasado Huawei solicitó su propia patente para un componente de la litografía por luz ultravioleta extrema, tecnología que hasta ahora tenía en exclusividad la empresa ASLM de Países Bajos, esencial para fabricar los semiconductores más avanzados.

Pese al discurso oficial desde Washington de una relativa separación tecnológica y en otros aspectos de China, la realidad es algo diferente. El déficit comercial de EEUU con China creció el año pasado un 8,3% anual hasta los 382.900 millones de dólares, el segundo más alto registrado. Las inversiones estadounidenses en China van viento en popa, aunque se han frenado en startups .

Apple quiere comenzar a distanciarse de China, abriendo fábricas en India, además de impulsando su colaboración con países como Vietnam, pero no lo logra de forma significativa, debido al grado de sofisticada integración de sus sistemas de producción en la nueva superpotencia. China, por su parte, alberga muchas materias primas estratégicas en la era digital, desde el litio a las tierras raras. Aunque la administración estadounidense no lo reconozca de manera oficial, EEUU y China se necesitan mutuamente.

De seguir la tensión, podrían acabar –con los europeos pillados en medio– como los protagonistas del cuadro de Goya Duelo a garrotazos o como esos boxeadores que, agotados, acaban enganchados el uno al otro en el ring.

En cuanto a Taiwán, Washington está reforzando sus relaciones políticas y estratégicas con la isla, ante la posibilidad de una invasión desde la China continental. Sin embargo, es significativo que Warren Buffet haya anunciado una desinversión de 86% en TSMC, la empresa taiwanesa que fabrica (no diseña) un 54% de los chips mundiales. ¿Por el reshoring o por otra razón? Buffet suele acertar en las tendencias mundiales.

«Tan significativo es que China haya propuesto un plan para un ‘acuerdo político’ en 12 puntos, formalmente acorde con el Derecho Internacional, aunque no distingue entre agresor y agredido, como que Occidente lo haya rechazado de plano pese a tener algunos avisos interesantes»

Está, además, la competencia geopolítica en el Sur Global. EEUU intenta rodear a China en el Pacífico por medio de alianzas con países de la región (Filipinas es el último). China (y Rusia) refuerza sus bases navales y su presencia económica y estratégica en África y en América Latina. Aunque, tras las advertencias estadounidenses, si China empieza a apoyar a Rusia con suministros militares para la guerra en Ucrania –que incomoda a China, aunque ve ahí que Occidente se puede debilitar–, la tensión se puede incrementar de manera notable. Moscú se habrá echado a los brazos de Pekín, todo lo contrario de lo que buscaron Nixon y Kissinger con su apertura a China. Pero tan significativo es que China haya propuesto un plan para un “acuerdo político” (no lo llama plan de la paz) en 12 puntos, formalmente acorde con el Derecho Internacional, aunque no distingue entre agresor y agredido, como que Occidente lo haya rechazado de plano pese a tener algunos avisos interesantes, por ejemplo, contra el uso del arma nuclear. Por detrás, hay un intento por parte de China de generar un orden mundial más acorde a sus intereses que el que nació de la guerra fría y la posguerra fría. Ese es un largo e importante proceso, o pulso, que cambiará la gobernanza global.

En la guerra fría, la URSS exportaba ideología, comunismo soviético, y Occidente defendía la democracia liberal para sí. Cabe recordar la reguera de apoyos estadounidenses a golpes de Estado, como el de Pinochet en Chile. El Occidente democrático ha dejado, en general, de intentar exportar democracia liberal, salvo para defender la suya y la de sus socios (como Hungría y Polonia) o la de sus vecinos inmediatos (Ucrania). Su última y larga gran experiencia al respecto, Afganistán, salió mal. Pero la democracia avanzó en el mundo, aunque últimamente esté retrocediendo. En esta competencia, en la que desempeña un papel fundamental la desinformación, China intenta hacer atractivo su modelo desarrollo. Pero sabe que es único y de difícil repetición, aunque ya ha dejado sentado que crecimiento económico y tecnológico no requiere democracia liberal. Prefiere a los regímenes autoritarios, a los que no pide cuentas, sino contrapartidas económicas. La vigilancia de los ciudadanos/usuarios se da en todos los sistemas, aunque el uso que se hace de ella difiere. ¿Exporta China tecnoautoritarismo, con sistemas de vigilancia, censura y represión avanzados? Sin duda. Aunque también lo hace EEUU (y varios países occidentales). Si China exporta IA de reconocimiento facial a través de cámaras (a menudo con tecnología estadounidense), EEUU no se queda atrás. Una diferencia, según un reciente estudio de Brookings, es que estas exportaciones chinas se reparten entre democracias fuertes y débiles (56 % vs. 46 %), mientras EEUU lo hace más hacia las fuertes (76 % vs. 24 %).

La guerra fría comenzó con EEUU gozando de superioridad nuclear y la URSS de superioridad convencional en una Europa tomada como rehén de esta competición. Un equilibrio precario. Luego, con el desarrollo por ambos de sus capacidades nucleares, se llegó a la disuasión mutua asegurada (la Doctrina MAD) y a la paridad nuclear. Con el auge de China, las cosas cambian. Si China, como parece, está ampliando de forma significativa su arsenal nuclear para llegar a 1.500 cabezas en 2035, frente a las 3.700 de EEUU y a las 4.500 de Rusia en la actualidad, la disuasión cambiará por completo, por mucho que Pekín diga mantener la doctrina de que no será el primero en usarlas (no first use). Como indica el analista Andrew Krepinevich, la disuasión basada en la paridad funcionaba entre dos, pero la paridad deja de tener sentido entre tres. Habrá, sin embargo, potencial suficiente para destruir el planeta varias veces. Deberá repensarse por completo la ecuación nuclear –base del orden mundial–, más aún cuando Vladímir Putin ha sacado a Rusia del único gran acuerdo de control de armamentos nucleares que quedaba, el Nuevo Start. Habrá que pensar, como poco, en triadas. Más complejidad. Más inestabilidad.

No es, pues, una nueva guerra fría. Pero sí una situación de dependencia mutua y de profunda competencia entre una superpotencia que quiere seguir prevaleciendo y otra que quiere seguir ascendiendo. Un pulso polidimensional (con dimensiones que se alimentan entre sí). El término “nueva guerra fría” es facilón, y por eso se usa. ¿Entonces qué? ¿“Lucha existencial” para lo que queda de siglo, como la ha calificado el republicano Mike Gallagher, de la nueva comisión bipartita de la Cámara de Representantes de EEUU para combatir la competencia china? Esperemos que no. Para Rana Foroohar, analista de Financial Times,China y EEUU están atrapados en una “codependencia destructiva”. Puede valer. Pero habrá que encontrar una mejor definición de esta competencia interdependiente. No son tiempos de simplismos.

Publicado en

El País de España

Andrés Ortega

Andrés Ortega Klein (Madrid, 1954) es escritor, analista y periodista. Ha sido en dos ocasiones (1994-1996 y 2008-2011) Director del Departamento de Análisis y Estudios del Gabinete de la Presidencia del Gobierno. Ha tenido una larga carrera en periodismo como corresponsal en Londres y Bruselas y columnista y editorialista de El País

 

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Agencias

Putin rompe temporalmente tratado nuclear con EE.UU.

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EP New York | tratado nuclear

Peligra último tratado de armas nucleares entre EEUU y Rusia

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha anunciado este martes la suspensión unilateral del cumplimiento por parte de su país del START III o Nuevo START, último tratado de desarme y de no proliferación nuclear que estaba aún vigente entre Rusia y EEUU. También ha anunciado que Rusia “debe estar preparada para realizar ensayos nucleares si Estados Unidos los lleva a cabo primero”. 

WASHINGTON — El anuncio hecho el martes por el presidente ruso, Vladimir Putin, de que Moscú suspenderá su participación en el último tratado restante para el control de armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia tendrá un impacto inmediato en el seguimiento de las actividades nucleares rusas por parte de Washington.

La decisión de Putin de suspender la cooperación rusa con las inspecciones de ojivas nucleares y misiles contempladas por el tratado sigue a la cancelación por parte de Moscú a fines del año pasado de las conversaciones que tenían como objetivo salvar un acuerdo que ambas partes se acusaron mutuamente de ignorar.

En su discurso sobre el estado de la nación al pueblo ruso, Putin dijo que Moscú abandonaba el tratado debido al apoyo de Estados Unidos a Ucrania, y acusó a Washington y sus aliados de la OTAN de trabajar abiertamente para destruir a Rusia.

Estados Unidos ya se había alejado del tratado. Durante el gobierno del presidente Donald Trump, Estados Unidos se negó a entablar negociaciones para extenderlo, acusando a Moscú de cometer violaciones flagrantes. Sin embargo, cuando el presidente Joe Biden asumió el cargo en 2021, su gobierno firmó una extensión de cinco años.

Este es un vistazo al Nuevo START y lo que significa el anuncio de Rusia para el monitoreo de las armas nucleares de Estados Unidos y Rusia:

¿QUÉ ES EL TRATADO NUCLEAR RUSIA-EEUU?

El Nuevo START —llamado formalmente Tratado entre los Estados Unidos de América y la Federación de Rusia sobre medidas adicionales para la reducción y limitación de las armas ofensivas estratégicas— fue firmado por el gobierno del presidente Barack Obama en 2010 y entró en vigor en febrero de 2011 como un pacto de 10 años. El tratado obligaba tanto a Rusia como a Estados Unidos a comprometerse a tener comunicaciones periódicas sobre el estado de sus arsenales nucleares, permitir inspecciones periódicas in situ y cumplir con los límites en la cantidad de ojivas desplegadas y no desplegadas que cada uno mantendría.

Esos límites incluyen: 700 misiles balísticos intercontinentales (ICBM, por sus siglas en inglés) desplegados, misiles balísticos lanzados desde submarinos (SLBM) desplegados y bombarderos nucleares desplegados; 1.550 ojivas nucleares en los ICBM desplegados, SLBM desplegados y bombarderos desplegados; 800 lanzadores ICBM, lanzadores SLBM y bombarderos, tanto desplegados como no desplegados.

Horas después del discurso de Putin y a pesar de que el mandatario ruso suspendió la participación en el pacto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijo que el Kremlin respetaría los límites de las armas nucleares.

El Ministerio de Relaciones Exteriores agregó que Rusia también continuará intercambiando información sobre lanzamientos de prueba de misiles balísticos según acuerdos anteriores con Estados Unidos.

¿QUÉ SIGNIFICARÁ LA SUSPENSIÓN PARA LAS INSPECCIONES NUCLEARES Y EL INTERCAMBIO DE INFORMACIÓN?

Desde que se firmó el Nuevo START, Rusia y Estados Unidos han permitido que los equipos de cumplimiento del otro gobierno realicen 328 inspecciones in situ de sus reservas y, lo que es más importante, las dos naciones han cooperado en el intercambio de datos y han hecho 25.311 notificaciones sobre el estado de sus programas, informó el Departamento de Estado norteamericano.

El anuncio de Putin y la aclaración posterior del Ministerio de Relaciones Exteriores parecían indicar que las inspecciones están suspendidas permanentemente, pero no aclararon qué intercambio de datos y qué notificaciones podrían continuar.

Estados Unidos obtendrá sus primeras pistas el 1 de marzo, cuando se supone que ambas partes volverán a intercambiar datos sobre el número agregado de sus fuerzas nucleares, precisó Hans Kristensen, director del proyecto de información nuclear de la Federation of American Scientists (Federación de científicos estadounidenses).

Estados Unidos y Rusia también han estado intercambiando mensajes diarios sobre movimientos y ejercicios, lo que ha ayudado a aclarar a ambas potencias nucleares las acciones de la otra, apuntaron tanto Kristensen como William Alberque, director de estrategia, tecnología y control de armas del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.

“Hay notificaciones que llegan todos los días”, dijo Alberque. Del lado estadounidense, esos mensajes formateados de computadora son procesados por un equipo militar-civil en el Centro Nacional para la Reducción de Riesgos Nucleares del Departamento de Estado.

Si Rusia deja de proporcionar notificaciones, “inmediatamente vamos a comenzar a perder datos para poder rastrear exactamente cuántas armas estratégicas tienen y si están o no en el lugar que se supone que deben estar, y si están actuando o no de la manera en que se supone que deben hacerlo”, alertó Alberque.

¿QUÉ PASÓ ANTES DEL ANUNCIO DE PUTIN?

En marzo de 2020, Estados Unidos y Rusia pausaron las inspecciones de los sitios militares de ambas partes bajo el Nuevo START debido a la propagación del coronavirus. La comisión de Estados Unidos y Rusia que supervisa la implementación del tratado se reunió por última vez en octubre de 2021, pero luego Rusia suspendió unilateralmente su cooperación con las disposiciones de inspección del tratado en agosto de 2022 en protesta por el apoyo de Estados Unidos a Ucrania.

Se suponía que esas reuniones se habían reanudado en Egipto a fines de noviembre, pero Rusia las canceló abruptamente sin ofrecer una razón específica, según funcionarios estadounidenses.

A fines de enero, el gobierno de Biden informó al Congreso que Rusia no estaba cumpliendo con los términos del acuerdo al negarse a permitir inspecciones en su territorio y al no aceptar nuevas conversaciones sobre la reanudación de esas verificaciones.

En ese momento, el Departamento de Estado advirtió que “Rusia tiene un camino claro para volver al pleno cumplimiento” el pacto y que todo lo que tenía que hacer era aceptar las nuevas inspecciones.

¿CÓMO RESPONDERÁ EL GOBIERNO DE BIDEN?

Ahora dependerá del gobierno de Biden decidir cómo responder, es decir, básicamente si continúa cumpliendo con su parte del tratado.

El martes, el secretario de Estado Antony Blinken calificó la medida rusa de “profundamente desafortunada e irresponsable”.

“Observaremos atentamente para ver qué hace realmente Rusia”, declaró. “Por supuesto, nos aseguraremos de que, en cualquier caso, estemos en una postura adecuada para la seguridad de nuestro propio país y la de nuestros aliados”.

El mes pasado, el Departamento de Estado informó que no podía certificar que Rusia estaba cumpliendo con el Nuevo START debido a su negativa a permitir inspectores in situ el año pasado. Ahora que Rusia rechazó el tratado por completo, existe el riesgo de una acumulación de armas atómicas de ambos países.

“Tanto Estados Unidos como Rusia han planificado meticulosamente sus respectivos programas de modernización nuclear basándose en el supuesto de que ninguno de los dos países superará los niveles de fuerzas dictados actualmente por el Nuevo START”, explicó la Federación de Científicos Estadounidenses en un informe de febrero en el que se examinaron los riesgos en caso de que ambas partes no renovaran el tratado.

“Sin un acuerdo después de 2026, esa suposición desaparecería inmediatamente; probablemente ambas partes caerían en la desconfianza mutua ante un menor número de datos verificables, y nuestro discurso estaría dominado por el peor de los casos, sobre cómo crecerían los arsenales de ambos países en el futuro”.

Con información de AP | EFE

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