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Llegada masiva de inmigrantes , prueba de fuego para Biden

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EP EE.UU./Inmigración

La llegada masiva de menores in­mi­grantes, otra prueba de fuego para Biden

La llegada a Estados Unidos de centenares de menores inmigrantes -más de 4.000 se encuentran bajo custodia de la Patrulla Fronteriza- se ha convertido en otra prueba de fuego para la administración del presidente Joe Biden y está copando parte del debate político en el país.

Como una “angustia humana” más que una crisis han calificado esta situación congresistas republicanos, mientras medios locales alertan sobre el crecimiento exponencial de los registros de ingreso de menores que cruzan sin sus padres o un representante la frontera con México, aunque sin alcanzar las cotas de 2019.

Sin embargo, varios expertos consultados consideran que ésta no es aún una crisis de gravedad, y recuerdan que los datos de entrada de indocumentados estaban en mínimos debido a la pandemia y ahora han repuntado.Sin embargo, varios expertos consultados consideran que ésta no es aún una crisis de gravedad, y recuerdan que los datos de entrada de indocumentados estaban en mínimos debido a la pandemia y ahora han repuntado.

¿QUÉ PASA EN LA FRONTERA?

En las últimas semanas, un creciente número de menores de edad no acompañados ha empezado a pasar desde México hasta territorio estadounidense pese al cierre de la frontera por las restricciones de la pandemia.

El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, señaló el martes en un comunicado que bajo el Gobierno de Biden no se está expulsando a los pequeños -como sí lo ordenó su antecesor, Donald Trump-, pero sí a las familias y a los adultos solteros.El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, señaló el martes en un comunicado que bajo el Gobierno de Biden no se está expulsando a los pequeños -como sí lo ordenó su antecesor, Donald Trump-, pero sí a las familias y a los adultos solteros.

Adriana Cadena, coordinadora estatal de la organización Reform Immigration for Texas Alliance (RITA, en inglés), explicó a Efe que los menores llegan a los puentes o puestos fronterizos entre ambos países, donde son procesados y posteriormente trasladados a albergues.

“Hay menos acceso, por ejemplo, a saber exactamente qué está pasando con los niños”, afirmó Cadena, quien señaló que, por ejemplo, se desconoce cuándo tiempo pasa entre el momento en que un niño es recibido en el punto de entrada en la frontera y hasta que se encuentra con sus familiares.

Mayorkas ha admitido que no siempre se cumple el plazo de 72 horas establecido por ley para que los menores procesados por la Patrulla Fronteriza queden bajo custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), ya que esa agencia “no ha tenido la capacidad de admitir la cantidad de niños no acompañados” que están recibiendo.

En cualquier caso tanto Mayorkas como Cadena indicaron que la mayoría de los niños que pasa la frontera tiene sus padres o un familiar inmediato que lo reciba en EE.UU.En cualquier caso tanto Mayorkas como Cadena indicaron que la mayoría de los niños que pasa la frontera tiene sus padres o un familiar inmediato que lo reciba en EE.UU.

El secretario de Seguridad Nacional, el primer hispano e inmigrante al frente del Departamento, admitió no obstante que quizás estén en camino de que las cifras de personas que llegan al país indocumentadas sea la mayor “en los últimos 20 años”.

LAS CIFRAS NO MIENTEN

Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que divulga las estadísticas mensuales de detenciones en la frontera con México, en febrero pasado sus agentes encontraron 100.414 inmigrantes irregulares, de los cuales un 9,4 % (9.457) eran menores de edad.

Ese número supone un aumento del 61,4 % con respecto a enero, cuando fueron procesados 5.858 inmigrantes menores.

Ese mismo mes se contabilizaron 78.442 “encuentros” -como los define la CBP- de inmigrantes indocumentados.

La cadena CBS reveló, citando registros gubernamentales, que 4.200 pequeños permanecían en instalaciones de detención de corto plazo de la Patrulla Fronteriza, y que casi 3.000 de los niños no acompañados bajo cuidado de la CBP habían superado el período de 72 horas de detención.La cadena CBS reveló, citando registros gubernamentales, que 4.200 pequeños permanecían en instalaciones de detención de corto plazo de la Patrulla Fronteriza, y que casi 3.000 de los niños no acompañados bajo cuidado de la CBP habían superado el período de 72 horas de detención.

El último gran repunte en las estadísticas de detenciones data de mayo de 2019, cuando 132.856 personas que pasaron de forma irregular la frontera fueron aprehendidas por las autoridades migratorias, de las cuales 11.475 eran menores de edad no acompañados.

¿HAY UNA CRISIS?

Para el profesor asistente de la American University Ernesto Castañeda-Tinoco “no hay una crisis verdadera a nivel numérico” aunque sí subrayó el debate político que está suscitando, con los republicanos acusando a los demócratas de ser “débiles” en el control de la migración, mientras Joe Biden busca, también en este asunto, “verse diferente” a su predecesor, Donald Trump.

“El Gobierno de Biden es nuevo, está entrando y todavía no tiene una política, más que nada no tiene un proceso en pie para manejar a los niños y las familias que están llegando. Hay un problema tecnocrático de procesar los casos”, advirtió Castañeda.”El Gobierno de Biden es nuevo, está entrando y todavía no tiene una política, más que nada no tiene un proceso en pie para manejar a los niños y las familias que están llegando. Hay un problema tecnocrático de procesar los casos”, advirtió Castañeda.

Explicó que el sistema migratorio estadounidense tiene muchos años “con pocos jueces, con pocos trabajadores sociales”, y la mayoría del personal se ha destinado a la Patrulla Fronteriza.

Para Castañeda, el panorama actual es una herencia de la pasada Administración, porque “Trump destruyó el sistema de asilo, destruyó la manera humana de tratar” a los menores inmigrantes no acompañados.

Por eso considera que no hay una crisis generada porque “la gente quiera cruzarse la frontera de manera ilegal o estén brincado”, sino que estos niños y sus familias se están “entregando activamente”, están más bien “pidiendo asilo”.

Tampoco cree que las cifras supongan “ninguna sorpresa”, sino que son un contraste con respecto al año pasado , cuando a raíz de la pandemia cayó el número de indocumentados que cruzaba, debido al cierre de la frontera y al programa que devolvió a México a los solicitantes de asilo.

“Cuando se ven los datos, la Patrulla Fronteriza aprehendió más personas en 2000 o 2001, cuando arrestaron alrededor de 1,6 millones de personas en un año. No estamos llegando a ese número”, afirmó Shaw Drake, abogado de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) en Texas, para quien lo sucedido ahora “es el resultado de un sistema completamente roto por Trump”.

Precisamente, el expresidente estadounidense acaba de criticar duramente la estrategia de su sucesor y en una entrevista en Fox News el martes dijo que esta crisis “se va a poner peor”.

Con inf. de EFE

Agencias

Nuevo chantaje nuclear de Putin alerta a occidente

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EP New York | Rusia vs Ucrania

Entre el ajedrez y el chantaje: las nuevas amenazas nucleares de Vladimir Putin

El líder de Rusia sabe que sus oponentes, liderados por el presidente Joe Biden, son los que más temen una escalada del conflicto.

El presidente Vladimir Putin ha amenazado con recurrir al arsenal de armas nucleares de Rusia en tres ocasiones durante los últimos dos años: una vez al comienzo de la guerra contra Ucrania hace dos años, otra cuando estaba perdiendo terreno y de nuevo el jueves, cuando percibe que está mermando las defensas de Ucrania y la determinación estadounidense.

En todos los casos, la beligerancia ha servido para el mismo propósito. Putin sabe que sus oponentes, liderados por el presidente Joe Biden, son los que más temen una escalada del conflicto. Incluso las bravatas nucleares sirven para recordarles a sus numerosos adversarios sobre los riesgos de presionarlo demasiado.

Pero el discurso, equivalente al Estado de la Unión de EE. UU., que Putin pronunció el jueves también contenía algunos elementos nuevos. No solo señaló que redoblaba su “operación militar especial” en Ucrania. También dejó claro que no tenía intención de renegociar el último gran tratado de control de armamentos en vigor con Estados Unidos —que expira en menos de dos años—, a menos que el nuevo acuerdo decida el destino de Ucrania, presumiblemente con gran parte del mismo en manos de Rusia.

Algunos lo llamarían ajedrez nuclear, otros chantaje nuclear. En la insistencia de Putin acerca de que los controles nucleares, y la existencia continuada del Estado ucraniano deben decidirse de manera conjunta, está implícita la amenaza de que el líder ruso estaría encantado de dejar expirar todos los límites actuales sobre las armas estratégicas desplegadas. Eso lo liberaría para usar tantas armas nucleares como quisiera.

Y aunque Putin dijo que no tenía interés en emprender otra carrera armamentística, algo que contribuyó a la bancarrota de la Unión Soviética, la implicación era que Estados Unidos y Rusia, que ya se encuentran en un constante estado de confrontación, volverían a la peor competencia de la Guerra Fría.

“Estamos tratando con un Estado —dijo, refiriéndose a Estados Unidos— cuyos círculos dirigentes están emprendiendo acciones abiertamente hostiles contra nosotros. ¿Y qué?”.

“¿Van a discutir seriamente con nosotros temas de estabilidad estratégica”, añadió, utilizando el término para referirse a los acuerdos sobre controles nucleares, “mientras que al mismo tiempo intentan infligir, como ellos mismos dicen, una ‘derrota estratégica’ a Rusia en el campo de batalla?”.

Con esos comentarios, Putin subrayó uno de los aspectos distintivos y más inquietantes de la guerra en Ucrania. Una y otra vez, sus altos mandos militares y estrategas han hablado del uso de armas nucleares como el próximo paso lógico si sus fuerzas convencionales resultan insuficientes en el campo de batalla, o si necesitan ahuyentar una intervención occidental.

Esa estrategia es coherente con la doctrina militar rusa. Y en los primeros días de la guerra en Ucrania, asustó claramente al gobierno de Joe Biden y a los aliados de la OTAN en Europa, quienes dudaron en proporcionar misiles de largo alcance, tanques y aviones de combate a Ucrania por temor a que esto desencadenara una respuesta nuclear o hiciera que Rusia atacara más allá de las fronteras de Ucrania, en territorio de la OTAN.

En octubre de 2022, surgió un segundo aspecto sobre el posible uso de armas nucleares por parte de Rusia, no solo por las declaraciones de Putin, sino por informes de los servicios de inteligencia estadounidenses que sugerían que podrían utilizarse armas nucleares en el campo de batalla contra bases militares ucranianas. Tras unas semanas de tensión, la crisis disminuyó.

En el año y medio transcurrido desde entonces, Biden y sus aliados han ido confiando cada vez más en que, a pesar de todas las fanfarronadas de Putin, no quería enfrentarse a la OTAN y sus fuerzas. Pero cada vez que el dirigente ruso invoca sus poderes nucleares, se desencadena una oleada de temor de que, si se le lleva demasiado lejos, podría demostrar su voluntad de hacer estallar un arma, tal vez en un lugar remoto, para hacer retroceder a sus adversarios.

“En este entorno, Putin podría volver a agitar el sable nuclear, y sería una tontería descartar por completo los riesgos de escalada”, escribió recientemente en Foreign Affairs William J. Burns, director de la CIA y exembajador de EE. UU. en Rusia cuando Putin asumió inicialmente el cargo. “Pero sería igualmente insensato dejarse intimidar innecesariamente por ellos”.

En su discurso, Putin presentó a Rusia como el Estado agredido y no como el agresor. “Ellos mismos eligen los objetivos para atacar nuestro territorio”, dijo. “Empezaron a hablar de la posibilidad de enviar contingentes militares de la OTAN a Ucrania”.

Esa posibilidad fue planteada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, esta semana. Mientras la mayoría de los aliados de la OTAN hablan de ayudar a Ucrania a defenderse, dijo, “la derrota de Rusia es indispensable para la seguridad y la estabilidad de Europa”. Pero la posibilidad de enviar soldados a Ucrania fue descartada de inmediato por Estados Unidos, Alemania y otros países (Macron le hizo el juego a Putin, según algunos analistas, al exponer las divisiones entre los aliados).

Sin embargo, Putin puede haber intuido que era un momento especialmente propicio para sondear cuán profundos eran los temores de Occidente. La reciente declaración del expresidente Donald Trump de que Rusia podía hacer “lo que le diera la gana” a un país de la OTAN que no contribuyera con los recursos necesarios para la defensa colectiva de la alianza, y de que él no respondería, se hizo sentir profundamente en toda Europa. También lo ha hecho la negativa del Congreso, hasta ahora, para proporcionar más armas a Ucrania.

Es posible que el dirigente ruso también estuviera respondiendo a las especulaciones de que Estados Unidos, preocupado porque Ucrania parece encaminada a la derrota, podría proporcionar misiles de mayor alcance a Kiev o confiscar los 300.000 millones de dólares de activos rusos congelados desde hace tiempo que ahora se encuentran en bancos occidentales y entregárselos al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, para que compre más armas.

Cualquiera que haya sido el detonante, el mensaje de Putin fue claro: considera la victoria en Ucrania como una lucha existencial, fundamental para su gran plan de restaurar la gloria de los días en que Pedro el Grande gobernó en el apogeo del Imperio ruso. Y cuando una lucha se considera una guerra de supervivencia y no una guerra de elección, el salto a discutir el uso de armas nucleares es pequeño.

Su apuesta es que Estados Unidos se dirige en la otra dirección, volviéndose más aislacionista, más reacio a enfrentarse a las amenazas de Rusia y, desde luego, sin mostrar interés frente a las amenazas nucleares rusas como hicieron los presidentes John F. Kennedy en 1962 o Ronald Reagan en los últimos días de la Unión Soviética.

El hecho de que los actuales dirigentes republicanos, que habían suministrado armas a Ucrania con entusiasmo durante el primer año y medio de guerra, hayan atendido ahora los llamados de Trump para cortar ese flujo puede ser la mejor noticia que Putin ha recibido en dos años.

“Cada vez que los rusos recurren a la beligerancia nuclear, es señal de que reconocen que aún no tienen la capacidad militar convencional que creían tener”, declaró el jueves en una entrevista Ernest J. Moniz, ex secretario de Energía del gobierno de Obama y actual director ejecutivo de la Iniciativa contra la Amenaza Nuclear, una organización que trabaja para reducir las amenazas nucleares y biológicas.

“Pero eso significa que su postura nuclear es algo en lo que confían cada vez más”, dijo. Y “eso amplifica el riesgo”.


Publicado en NYT por David E. Sanger periodista del Times durante más de cuatro décadas

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Agencias

Putin exhorta a EE.UU. a que presione a Ucrania a mesa de diálogo

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EP New York. | Entrevista a Vladimir Putin | agencias

Putin exhorta a EEUU a que impulse a Ucrania a la mesa de diálogo

El presidente ruso Vladímir Putin aprovechó una entrevista con Tucker Carlson, expresentador de Fox News, para exhortar a Washington a reconocer los intereses de Moscú y persuadir a Ucrania de acudir a la mesa de negociaciones.

Putin también señaló que Rusia está dispuesta a negociar un posible intercambio de prisioneros en el que quedaría en libertad el reportero del Wall Street Journal Evan Gershkovich, quien fue detenido en marzo pasado por cargos de espionaje que él niega. También dejó entrever que Moscú quiere que uno de sus agentes detenido en Alemania sea excarcelado.

La mayor parte de la entrevista, dada a conocer el jueves, giró en torno a Ucrania, donde la guerra está a punto de cumplir dos años. Putin repitió sus afirmaciones de que su invasión a ese país —que Kiev y sus aliados consideran un acto de agresión no provocado— era necesaria para proteger a la población rusoparlante en Ucrania y evitar que esa nación se convirtiera en una amenaza para Rusia al unirse a la OTAN.

Putin se refirió al rechazo del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy a negociar con el Kremlin. Alegó que depende de Washington dejar de suministrar armas a Ucrania y convencer a Kiev —al que llamó “satélite” de Estados Unidos— de sentarse a negociar.

“Nunca hemos rechazado negociar”, declaró Putin. “Le deberían decir al actual gobierno ucraniano que se detenga y acuda a la mesa de negociaciones”.

Putin advirtió que Occidente jamás tendrá éxito en infligir un “revés estratégico” a Rusia en Ucrania, y rechazó las acusaciones de que Moscú esté tramando planes para atacar a Polonia y otras naciones de la OTAN.

Fue la primera entrevista que Putin concede a una figura de la prensa occidental desde el inicio de su invasión a gran escala a Ucrania hace dos años.

El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, trató de minimizar el impacto de la entrevista de Carlson antes de que fuera transmitida: “Recuerden, están escuchando a Vladímir Putin. Y cualquier cosa que tenga que decir debe tomarse con un grano de sal”.

Putin ha limitado en gran medida su contacto con los medios internacionales desde que ordenó la invasión a Ucrania en febrero de 2022. Las autoridades rusas han restringido a la prensa independiente, obligando a que algunos medios rusos dejen de operar, bloqueando a otros y ordenando la salida del país de varios reporteros extranjeros. Dos periodistas de organizaciones noticiosas estadounidenses —Gershkovich de The Wall Street Journal y Alsu Kurmasheva de Radio Free Europe/Radio Liberty— se encuentran encarcelados.

Cuando Carlson le preguntó si Rusia liberaría a Gershkovich, Putin dijo que Moscú está abierto a las negociaciones, pero reiteró que el reportero se encuentra acusado de espionaje, cargo que Gershkovich ha negado.

“Fue detenido en flagrancia cuando estaba obteniendo secretamente información confidencial”, dijo Putin sobre Gershkovich, y aladió que no descarta que el reportero pudiese volver a su país.

“No existe un tabú para resolver el asunto”, dijo. “Estamos listos para resolverlo, pero existen ciertas condiciones que se discuten en estos momentos entre los servicios especiales. Pienso que se puede llegar a un acuerdo”.

Mencionó a un hombre que se encuentra encarcelado en un “país aliado de Estados Unidos” por “liquidar a un bandido” que mató a soldados rusos durante los combates en el Cáucaso: “Puso sobre un camino a nuestros soldados que habían sido tomados como prisioneros y luego condujo un vehículo sobre sus cabezas. Hubo un patriota que lo liquidó en una de las capitales europeas”.

Putin no mencionó nombres, pero parecía referirse a Vadim Krasikov, un ruso que cumple cadena perpetua en Alemania después de ser declarado culpable de asesinar a plena luz del día a Zelimkhan “Tornike” Khangoshvili, un ciudadano georgiano de etnia chechena en 2019.

Los jueces alemanes que condenaron a Krasikov dijeron que había actuado por órdenes de las autoridades federales rusas, quienes le dieron una identidad y pasaporte falsos y los recursos para llevar a cabo el ataque.

El Wall Street Journal reiteró en un comunicado que Gershkovich “es un periodista, y el periodismo no es un crimen”, añadiendo que “cualquier caracterización de lo contrario es ficción absoluta”.

“Nos entusiasma ver el deseo de Rusia de llegar a un acuerdo que traiga a Evan a casa, y esperamos que esto conduzca a su rápida liberación y regreso con su familia y a nuestra redacción”, indicó el periódico.

Con información de AP noticias.

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Agencias

Trump debe pagar 83,3 millones a E. Jean Carroll en juicio por difamación

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EP New York. | Manhattan

Por Gustavo Lugo | agencias

Un jurado federal ordenó a Donald Trump pagar más de 83 millones de dólares en daños y perjuicios por difamar a la escritora E. Jean Carroll, propinando al expresidente un golpe financiero y legal iniciando a consolidar la nominación republicana para las elecciones presidenciales de noviembre.

La decision del jurado de Manhattan se produjo después de un juicio en el que Carroll acusó a Trump de destrozar su reputación mientras era presidente al negar sus acusaciones de agresión sexual. La nueva indemnización opaca los 5 millones de dólares que otro jurado federal otorgó a Carroll el año pasado después de encontrar a Trump responsable de agredirla sexualmente en la década de 1990 y luego difamarla cuando lo negó en 2022.

El jurado integrado por siete hombres y dos mujeres llegó a su veredicto el viernes después de menos de tres horas de deliberación. Trump, de 77 años, que había asistido al juicio ese mismo día, no estuvo en la sala del tribunal para el anuncio. Carroll, de 80 años, tomó de la mano a sus abogados antes de que se leyera el veredicto y luego los abrazó.

Carroll dijo que el veredicto fue “una gran victoria para cada mujer que se levanta cuando la derriban, y una gran derrota para cada matón que ha tratado de mantener a una mujer abajo”.

Pero Trump en un comunicado calificó el veredicto de ridículo y dijo que apelaría. “Nuestro sistema legal está fuera de control y se está utilizando como arma política”, afirmó.

El nuevo veredicto cubre declaraciones que Trump hizo durante su mandato en la Casa Blanca en las que dijo que Carroll, autora y ex columnista de la revista Elle, inventó el ataque para generar publicidad para su nuevo libro.

Sus abogados pidieron alrededor de 12 millones de dólares para reparar su reputación, al menos otros 12 millones de dólares por angustia emocional, además de daños punitivos inusualmente altos destinados a detener los comentarios despectivos de Trump sobre Carroll, que ha seguido expresando en las redes sociales y en apariciones de campaña mientras los procedimientos estaban en curso.

Finalmente, el jurado concedió a Carroll un total de 83,3 millones de dólares en daños compensatorios, de los cuales 11 millones fueron para reparar su reputación. El panel le otorgó 65 millones de dólares en daños punitivos después de descubrir que Trump actuó maliciosamente.

El juicio actual, a diferencia del anterior, estuvo marcado por apariciones frecuentes de Trump, quien no estaba obligado a asistir pero sí la mayoría de los días, en lo que parecía ser una elección estratégica para aprovechar sus problemas legales para reunir a sus partidarios en las campañas para la nominación presidencial republicana de 2024.

El caso es uno de media docena contra Trump y sin precedentes para la carrera presidencial de 2024. En los próximos días, se espera que un juez de Nueva York se pronuncie sobre las reclamaciones civiles del fiscal general del estado de que Trump mintió sobre su riqueza para obtener mejores condiciones de los banqueros. El expresidente también se enfrenta a cuatro acusaciones penales distintas.

Trump calificó el veredicto de “absolutamente ridículo” en una publicación en Truth Social. “Estoy totalmente en desacuerdo con ambos veredictos y apelaré”.

 

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