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Enfoque Mundial

NYT revela impuestos fiscales del presidente Donald Trump

Francisco

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EP New York/agencias

Revelaciones fiscales sobre Trump podrían dañar su imagen
WASHINGTON — Las revelaciones de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pagó apenas 750 dólares en impuestos federales el año que se presentó a las elecciones, y que en muchos otros no pagó nada amenazaban con socavar un pilar de su atractivo entre los trabajadores poco cualificados y abrir una vía de ataque para su rival demócrata, Joe Biden, la víspera de su primer debate presidencial.

Trump lleva décadas construyéndose una imagen de empresario de gran éxito, e incluso escogió “magnate” como su nombre clave para el Servicio Secreto. Pero The New York Times reveló el domingo que en 2016 pagó apenas 750 dólares en impuestos federales sobre los ingresos en 2016, el año que ganó las elecciones, y en 2017, su primer año en el cargo.

En 10 de los 15 años previos no pagó nada en impuestos, principalmente porque reportó haber perdido más dinero del que había ganado, según el Times, que tuvo acceso a datos de declaraciones fiscales de varios años, una información que el presidente trató de mantener privada en una larga batalla legal.

El reporte se publicó en un momento especialmente precario para Trump. La campaña republicana está teniendo problemas para hacer frente a las críticas a la gestión de la pandemia por parte del presidente. Además, la publicación ofrece a Biden una línea fácil para atacarle en el debate del martes. Y dado que el voto por correo ya está abierto en algunos estados y queda apenas un mes para los comicios, Trump podría quedarse sin tiempo para darle la vuelta a su campaña.

“Donald Trump necesita que estas elecciones vayan sobre Joe Biden como candidato”, dijo el veterano consultor republicano Alex Conant. “Esto mantiene la atención directamente sobre la personalidad de Trump y el caos antes de la noche más importante de la campaña, el debate”.

Por supuesto, Trump ha afrontado -y sobrevivido- a revelaciones devastadoras que habrían hundido a cualquier otro político. La más llamativa fue la publicación de una cinta de “Access Hollywood” en octubre de 2016, en la que se oía a Trump presumir sobre besar y manosear a mujeres sin su consentimiento. El video se publicó apenas dos días antes de que Trump se enfrentara a la entonces candidata demócrata, Hillary Clinton, en su segundo debate, y en el momento se consideró como una sentencia de muerte para su campaña.

En este punto de la campaña, cuando ya se está votando en muchos estados y quedan muchos votantes indecisos, no está claro que cualquier nuevo descubrimiento sobre Trump vaya a marcar una diferencia. El apoyo al mandatario se ha mantenido bastante estable en los últimos años, según los sondeos realizados durante su presidencia.

Sin embargo, los reportes fiscales golpean el corazón del atractivo de Trump, especialmente entre votantes de clase trabajadora en estados como Pensilvania, Wisconsin y Michigan, que le impulsaron a la presidencia en 2016. Unos dos tercios de los votantes blancos sin titulación universitaria apoyaron a Trump, según un análisis del Pew Research Center, frente a apenas 2 de cada 10 personas no blancas sin titulación universitaria.

De hecho, una encuesta de Gallup en febrero de 2016 mostró que los republicanos que querían que Trump obtuviera la candidatura del partido mencionaron su experiencia como empresario como el segundo motivo más importante para apoyarle, solo por detrás de su condición de persona ajena a la carrera política.

Incluso hoy, cuando se pregunta a sus votantes por los motivos de su apoyo, suelen señalar a su éxito en los negocios como prueba de su perspicacia. Y suelen repetir el argumento del mandatario de que renunció a unas condiciones muy buenas para servir como presidente, poniendo ese sacrificio como prueba de que se presentó al cargo no por interés propio, sino porque le importa mejorar las vidas de personas como sus votantes.

Pero la imagen de un hombre que vuela en aviones privados de una propiedad de lujo a otra y que paga menos impuestos que millones de estadounidenses con estilos de vida mucho más modestos podría provocar un rechazo similar al que enfrentó en 2012 el candidato republicano Mitt Romney cuando se le grabó en un acto privado de recaudación de fondos diciendo que el 47% de estadounidenses que no paga impuestos sobre sus ingresos “depende del gobierno” y nunca le votaría.

“Mi trabajo no es preocuparme de esa gente. Nunca les convenceré de que deben asumir una responsabilidad personal y ocuparse de sus vidas”, dijo Romney.

En torno a la mitad de los estadounidenses no pagan impuestos sobre la renta, aunque el pago medio en 2017 fue de casi 12.200 dólares, según el Servicio Interno de Impuestos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (IRS por sus siglas en inglés).

Los demócratas se apresuraron a aprovechar la noticia. La tienda online de la campaña de Biden ya vendía pegatinas con el mensaje “Yo pagué más impuestos sobre la renta que Donald Trump” el domingo por la noche.

El líder demócrata del Senado, Chuck Schmer, tuiteó un emoji pidiendo a sus seguidores que alzaran la mano “si pagaron más en impuestos federales que el presidente Trump”.

“Por eso ocultaba sus declaraciones fiscales. Porque todo el tiempo no estaba pagando impuestos. Pero vosotros sí”, añadió el senador demócrata por Connecticut Chris Murphy.

Y el representante Richard Neal, demócrata por Massachusetts, presidente del Comité de Formas y Medios de la cámara baja, dijo que el reporte destacaba la importancia de la demanda de los representantes demócratas contra el gobierno de Trump exigiendo acceso a las declaraciones de impuestos de Trump.

“Este reporte arroja luz sobre la experiencia enormemente diferente que tiene la gente con poder e influencia cuando interacciona con el Servicio Interno de Impuestos del Departamento del Tesoro en comparación con el contribuyente estadounidense medio”, dijo en un comunicado.

Además de las noticias sobre los pagos anuales de Trump, el Times determinó que muchos de sus negocios más conocidos, incluidos sus circuitos de golf, habían reportado enormes pérdidas y que, mientras libraba una difícil batalla por la reelección sus finanzas se veían en una situación especialmente complicada debido a los “cientos de millones de dólares en deudas que van a vencer y que ha avalado personalmente”.

Trump también está siendo auditado debido a una devolución de impuestos de 72,9 millones de dólares, que podría costarle más de 100 millones de dólares si el IRS falla en su contra, señaló el diario.

Biden ha redoblado hace poco sus esfuerzos por mostrar a Trump como un charlatán que ha mentido a sus votantes de clase trabajadora. En cambio, Biden intenta presentar sus orígenes de clase media.

El líder demócrata ha descrito las elecciones como “Scranton contra Park Avenue”, enfrentando la localidad donde creció en Pensilvania con Manhattan, donde Trump construyó su imperio corporativo y su carrera en televisión.

“Esto claramente encaja con ese contraste que ha mostrado Biden”, dijo Joe Trippi, veterano estratega de varias campañas presidenciales demócratas.

Trippi dijo que de cara al debate, Biden tiene algo concreto que mostrar cuando intente ganarse al pequeño grupo de votantes aún indecisos.

“Ganas unos pocos puntos con los votantes de clase trabajadora y hablamos de que Biden gane en lugares como Ohio”, dijo Trippi.

Conant, que trabajó en la campaña del senador de Florida Marco Rubio en 2016, señaló que Trump se puso muy a la defensiva cuando Rubio, en un debate de las primarias, dijo que el magnate “estaría vendiendo relojes en Manhattan” si no hubiera heredado millones de dólares de su padre, Fred.

Trump agitó el dedo índice gritando “No, no, no, no” e intentó interrumpir a Rubio, insistiendo en que había pedido un préstamo. “Eso no es así”, dijo.

“Mientras esta campaña gire en torno a Trump”, dijo Conant. “Va a perder”.

Con inf. de AP.

Agencias

Huelga de estibadores en EE.UU. podría provocar escasez y carestía

Francisco

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EP NEW YORK | EE.UU

Por Gustavo Lugo | sdp

Se inició la huelga en los puertos este primer dia del octubre, con alrededor de 50.000 miembros con un impacto que afectará  las importaciones y exportaciones de Estados Unidos, teniendo en cuenta la variedad de productos que entran y salen a través de los puertos, y los efectos que puede tener, se cree que no afecten la temporada navidena. Regularmente el 70% de la mercancia que los minoristas almacenan para las fiestas ya se envían a través de los puertos para esta época del año, y si la huelga se prolonga no se sabe hasta donde puede afectar.

Después de la pandemia la economía lentamente comenzó a recuperarse y ésta huelga podria retrasar el nivel de recuperación, los puertos involucrados incluyen el puerto de Nueva York y Nueva Jersey, el tercer puerto más grande del país por volumen de carga manejada. También incluye puertos con otras especialidades.

Una primera huelga a gran escala en casi 50 años, deteniendo el flujo de aproximadamente la mitad del transporte marítimo del país después de que las negociaciones para un nuevo contrato laboral fracasaran por los salarios. La huelga detiene todos los suministros, desde alimentos hasta envíos de automóviles a través de docenas de puertos desde Maine hasta Texas, en una interrupción que, según advirtieron los analistas, le costará a la economía miles de millones de dólares por día, amenazará los empleos y potencialmente avivará la inflación.

El sindicato de la Asociación Internacional de Estibadores, que representa a los casi 50.000 trabajadores portuarios, había estado negociando con el grupo empresarial Alianza Marítima de Estados Unidos (USMX) un nuevo contrato de seis años antes de la fecha límite de la medianoche del lunes, La ILA dijo en un comunicado el martes que
<span;>cerró todos los puertos desde Maine hasta Texas a las 12:01 a.m. después de no llegar a ningun acuerdo tras la propuesta final de USMX hecha el lunes, agregando que la oferta estaba “muy por debajo de las demandas de sus miembros para ratificar un nuevo contrato”.

El líder de la ILA, Harold Daggett, ha dicho que empleadores como el operador de buques portacontenedores Maersk (MAERSKb.CO) y su APM Terminals North America no han ofrecido aumentos salariales adecuados ni han aceptado demandas para detener los proyectos de automatización portuaria que amenazan los empleos.

El USMX dijo en un comunicado el lunes que había ofrecido aumentar los salarios en casi un 50%, frente a una propuesta anterior. Mientras tanto, Daggett dijo que el sindicato está presionando para lograr un aumento salarial del 61,5%, según CNBC.

Solo hay que esperar que las negociaciones continúen y se llegue a un buen acuerdo y no afecte el bolsillo de millones de consumidores.

 

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Agencias

FBI incauta documentos y dispositivos personales del Alcalde de Nueva York , Eric Adams

Francisco

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EP NEW YORK | MANHATTAN

Por Gustavo Lugo | SDP

NUEVA YORK — Agentes del FBI entraron en la residencia oficial del alcalde de Nueva York el jueves en la mañana y le incautaron su teléfono, horas antes de la publicación de cargos penales contra el demócrata.

El alcalde, Eric Adams, fue acusado por un jurado investigador de cargos penales que aún no se han revelado, según dos personas familiarizadas con el asunto que hablaron con The Associated Press bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a comentar el asunto de forma pública.

“Agentes federales aparecieron  en Gracie Mansion en un esfuerzo por crear un espectáculo (otra vez) e incautar el teléfono del alcalde Adams (otra vez)”, dijo el abogado de Adams, Alex Spiro, en un comunicado, añadiendo que el alcalde no ha sido arrestado. “Despacharon a una docena de agentes para recoger un teléfono cuando nosotros lo hubiéramos entregado con gusto”.

Al amanecer del jueves se vio a agentes federales entrando en la residencia del alcalde en Manhattan, con varios vehículos marcados de las fuerzas federales de seguridad estacionados delante.

La fiscalía estadounidense en Manhattan ha declinado hacer comentarios sobre la investigación. Un vocero del alcalde declinó responder de inmediato a preguntas el jueves por la mañana.

En un discurso grabado en su residencia oficial, Adams prometió hacer frente a cualquier cargo en su contra y afirmó que se le había convertido en un “objetivo” en un caso “basado en mentiras”.

“Lucharé contra esto con cada onza de mi fuerza y espíritu”, afirmó.

De momento no estaba claro qué leyes Adams está acusado de infringir o cuándo deberá comparecer ante la corte.

Las acusaciones vienen luego de unas semanas extraordinarias en la ciudad de Nueva York, en que investigadores federales han escrutado a varios allegados de Adams con una serie de allanamientos, citaciones y renuncias.

Se cree que las autoridades federales están realizando múltiples investigaciones en torno a Adams y sus más altos asesores, familiares de esos asesores, ante denuncias de recaudación irregular fondos de campaña y de tráfico de influencia en el departamento de policía y en el departamento de bomberos.

Solo en las últimas dos semanas, anunciaron sus renuncias el comisionado de policía y el director del sistema de escuelas.

Agentes del FBI incautaron los artefactos electrónicos de Adams hace casi un año como parte de una investigación enfocada, al menos en parte, en contribuciones de campaña y la relación de Adams con el gobierno de Turquía. Debido al secreto sumarial, se desconoce si la investigación actual es por lo mismo.

A inicios de septiembre, agentes federales incautaron los teléfonos del comisionado de policía, el director del sistema educativo y dos vicealcaldes y otras figuras dentro y fuera de la alcaldía. Todos han negado haber cometido falta alguna.

Con información de AP

 

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Agencias

Lo que se sabe del segundo atentado a Trump

Francisco

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EP NEW YORK | EE.UU.

Trump y la era moderna de la violencia política

En el centro de la actual erupción de violencia política se encuentra Trump, una figura que parece inspirar a la gente a lanzar amenazas o emprender acciones tanto a su favor como en su contra.

Pocos días después de que el expresidente Donald Trump difamara a los inmigrantes en televisión nacional con historias falsas sobre migrantes haitianos que comían perros, gatos y mascotas en un pueblo de Ohio, alguien empezó a amenazar con detonar bombas en escuelas, el ayuntamiento y otros edificios públicos, forzando evacuaciones y provocando una ola de miedo.

Días después, dijeron las autoridades, un hombre que se describió a sí mismo en internet como un descontento antiguo partidario de Trump se dirigió con un rifle semiautomático al campo de golf del expresidente en Florida, evidentemente con la intención de disparar. Solo se vio frustrado cuando un atento agente del Servicio Secreto le descubrió y abrió fuego primero.

Así está la situación en 2024. En menos de una semana, el que fuera comandante en jefe y pudiera serlo otra vez en el futuro, ha sido a la vez una aparente inspiración y un supuesto objetivo de la violencia política que ha ido adquiriendo cada vez más forma en la política estadounidense de la era moderna. Las amenazas de bomba y los intentos de asesinato se han convertido en parte del entorno, impactante y horrible, pero no tanto como para forzar una verdadera hora de la verdad nacional.

“Una de las cosas que más me preocupan ahora mismo es la normalización de la violencia política en nuestro sistema político. Va en aumento”, dijo en una entrevista el representante Jason Crow, demócrata por Colorado y miembro de un grupo de trabajo bipartidista que ya está investigando el intento de asesinato del 13 de julio contra Trump. “Ahora estamos en el segundo en apenas dos meses y esto solo muestra hasta qué punto esto se ha vuelto omnipresente”.

Tanto el presidente Joe Biden como la vicepresidenta Kamala Harris emitieron declaraciones condenando el más reciente incidente, pero la campaña continuó sin interrupciones. Apenas cuatro horas después de que Trump fuera conducido en caravana fuera del club de golf para su protección, su equipo financiero envió un correo electrónico a su lista de recaudación de fondos con un botón para hacer clic y hacer una donación. “¡Mi determinación solo se fortalece tras otro atentado contra mi vida!”, dijo Trump en el correo electrónico. Los correos electrónicos de recaudación de fondos de Harris también continuaron.

Trump, quien tan recientemente como el debate de la semana pasada con Harris culpó a los demócratas por el tiroteo en un mitin en Butler, Pensilvania, que hirió su oreja en julio, atribuyó el atentado del domingo al presidente y a la vicepresidenta también, argumentando que el sospechoso detenido estaba actuando en respuesta a sus ataques políticos.

“Se creyó la retórica de Biden y Harris, y actuó en consecuencia”, dijo Trump a Fox News el lunes. “Su retórica está provocando que me disparen, cuando yo soy quien va a salvar al país, y ellos son quienes están destruyendo el país, tanto desde dentro como desde fuera”.

Incluso mientras se quejaba de que los demócratas le habían convertido en blanco al calificarlo de ser una amenaza para la democracia, repetía su propia afirmación de que “son personas que quieren destruir nuestro país” y les llamó “el enemigo interno”, un lenguaje ciertamente no menos provocador que el utilizado sobre él.

De hecho, en cuestión de horas, su campaña envió por correo electrónico una lista de citas de Biden, Harris y otros demócratas atacando a Trump con frases como “una amenaza para nuestra democracia” y “una amenaza para esta nación”, sin señalar que la semana pasada, durante el debate, el expresidente dijo que “ellos son la amenaza para la democracia”.

Uno de los partidarios más prominentes y vocales de Trump llegó al punto de cuestionar por qué Biden y Harris no han sido blanco de asesinatos. “Y nadie está ni siquiera intentando asesinar a Biden/Kamala”, escribió en internet Elon Musk, multimillonario propietario de redes sociales.

Más tarde, Musk borró el mensaje y lo calificó de broma, pero la Casa Blanca respondió. “Solo se debe condenar la violencia, nunca fomentarla ni bromear sobre ella”, dijo Andrew Bates, portavoz de la Casa Blanca. “Esta retórica es irresponsable”.

La historia estadounidense ya ha estado marcada en el pasado por periodos de violencia política. Cuatro presidentes en ejercicio han sido asesinados en el cargo, y otro fue tiroteado y gravemente herido. Un expresidente también fue tiroteado y sobrevivió, y muchos otros que vivieron en la Casa Blanca han sido objetivos. Pero dos atentados contra la vida de un expresidente en el plazo de dos meses no deja de ser llamativo, especialmente en el fragor de unas elecciones en las que es uno de los principales candidatos a su antiguo cargo.

Quizás la analogía más cercana podría ser la del entonces presidente Gerald Ford, quien sobrevivió a dos intentos de asesinato en poco más de dos semanas en 1975. Pero lo más inquietante es que los intentos de asesinar a Trump recordaron para muchos a 1968, cuando Martin Luther King Jr. y Robert Kennedy fueron abatidos con dos meses de diferencia. Aquellos asesinatos se produjeron en un momento de violencia generalizada en las calles estadounidenses, en medio de una sensación de resquebrajamiento de los lazos sociales, algo que también preocupa hoy a muchos líderes.

En el centro de la actual erupción de violencia política se encuentra Trump, una figura que parece inspirar a la gente a lanzar amenazas o emprender acciones tanto a su favor como en su contra. Durante mucho tiempo ha favorecido el lenguaje de la violencia en su discurso político, animando a sus seguidores a golpear a los que interrumpen, amenazando con disparar a los saqueadores y a los inmigrantes indocumentados, burlándose de un ataque casi mortal contra el esposo de la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes y sugiriendo la ejecución de un general al que consideraba desleal.

Aunque Trump insiste en que su encendido discurso a sus partidarios el 6 de enero de 2021 no fue responsable del posterior saqueo del Capitolio, ese día se resistió a las peticiones de sus asesores y de su propia hija para que hiciera más por detener el asalto. Incluso dio a entender que la multitud podría tener razón al querer ahorcar a su vicepresidente, y desde entonces ha considerado patriotas a los atacantes, a los que podría indultar si vuelve a ser elegido.

Trump no se detiene a reflexionar sobre el impacto de sus propias palabras. La semana pasada, sus falsas acusaciones contra los inmigrantes haitianos durante su debate con Harris fueron seguidas rápidamente por amenazas de bomba que pusieron patas arriba la vida en Springfield, Ohio, y él no hizo nada para desalentarlas. Tras 33 amenazas de bomba, el gobernador de Ohio dijo el lunes que las fuerzas del orden realizarían inspecciones diarias en las escuelas de la ciudad.

A la pregunta de un periodista de si denunciaba las amenazas de bomba, respondió con evasivas. “No sé qué ha pasado con las amenazas de bomba”, dijo. “Sé que ha sido tomada por migrantes ilegales, y eso es algo terrible que ha sucedido”.

Los críticos de Trump también han empleado en ocasiones el lenguaje de la violencia, aunque no de forma tan extensa y reiterada en los más altos niveles. Los aliados del expresidente distribuyeron en internet un video recopilatorio de varios opositores a Trump diciendo que les gustaría darle un puñetazo en la cara o cosas por el estilo. Algunas de las voces más extremas en las redes sociales se burlaron o minimizaron el encuentro en el campo de golf de Florida. Los aliados de Trump a menudo denuncian lo que llaman el síndrome de enajenación Trump, la idea de que sus críticos le desprecian tanto que han perdido la cabeza.

La ira, por supuesto, ha sido durante mucho tiempo la fuerza animadora de la etapa política de Trump, tanto la ira que despierta entre sus partidarios contra sus rivales como la que genera entre sus oponentes, quienes llegan a detestarlo. Las predicciones de que pudiera replantearse eso tras escapar por muy poco de la muerte en Butler resultaron efímeras. A la mitad de su discurso de aceptación en la Convención Nacional Republicana, cinco días después, volvía a ser él mismo.

Pero es una medida de hasta qué punto la violencia política se ha convertido en parte de la cultura estadounidense moderna —no aceptada, quizás, pero cada vez más esperada— que el más reciente incidente puede no suponer más diferencia que el primero. La conmoción causada por el tiroteo de Butler se disipó con relativa rapidez cuando la atención se centró en otros acontecimientos. La conmoción de este podría durar igual de poco.

Publicado en NYT.

Peter Baker es el corresponsal jefe de la Casa Blanca para en NYT.

 

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