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“Proceso de paz” , un acuerdo para legitimar la impunidad de los terroristas : J.O.G

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“El pueblo colombiano no cree en el denominado proceso de paz y muestra muchas dudas con respecto al mismo, ya que la mayor parte de los colombianos consideran que fue un acuerdo solamente firmado para legitimar la impunidad de los terroristas”

ENTREVISTA A JOSÉ OBDULIO GAVIRIA, SENADOR DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA POR EL CENTRO DEMOCRÁTICO

por Ricardo Angoso

ricky.angoso@gmail.com

@ricardoangoso

Titulares:

 “El pueblo colombiano no cree en el denominado proceso de paz y muestra muchas dudas con respecto al mismo, ya que la mayor parte de los colombianos consideran que fue un acuerdo solamente firmado para legitimar la impunidad de los terroristas”

 

“Santos se plegó al populismo en la economía y copió formas que han sido desastrosas en toda América Latina. Santos ha tenido claros errores, como un discurso antiempresarial y una política impositiva a las empresas que ha generado desestímulo y desconfianza”

 

“Según informaciones recientes se ha llegado a que Colombia tenga unas 188.000 hectáreas cultivadas de coca, teniendo el deshonroso rércord de ser el país del mundo que más cultivos tiene. Somos el primer exportador y productor de coca del mundo por obra y gracia de esta política errónea con respecto al problema que representa”

Entradilla:

Considerado en tiempos como el “Rasputín de Casa Nariño” -sede de la presidencia de la República de Colombia-, el senador del Centro Democrático José Obdulio Gaviria siempre se ha caracterizado por no tener pelos en la lengua y decir lo que piensa, en un país no tan habituado a contar las verdades. En esta entrevista, realizada en Bogotá hace apenas unos días, José Obdulio denuncia el actual estado de cosas que padece el país y la “farsa” de un proceso de paz que sólo busca la impunidad de los terroristas.


Ricardo Angoso:¿Cómo examinas la marcha del proceso de paz, hacia dónde vamos?

José Obdulio Gaviria:Para mí, el problema radica en que Colombia no ha tenido un proceso de paz, aquí lo que tenemos es una problema muy antiguo que radica en la existencia de organizaciones de carácter terrorista de extrema izquierda creadas en un principio por el Partido Comunista y que después generaron algunas disidencias, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el M-19, el EPL y otras menores. Pero las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) eran propiamente el brazo armado del Partido Comunista. Prácticamente, durante cuarenta años, décadas se puede decir, no hubo una política de combate o enfrentamiento con las FARC, sino que se empleo el apaciguamiento o la búsqueda de una solución negociada con este grupo y no de enfrentamiento directo con los terroristas.

En el 2002, sin embargo, con el presidente Uribe al frente, hubo una rectificación de esta política, un cambio de rumbo, que dio unos grandes resultados, como fue el repudio nacional masivo a este grupo, su rechazo internacional y su aislamiento, a pesar que las FARC seguían dedicadas al tráfico de cosa y eso les daba enormes recursos. No fueron desmanteladas totalmente, pero fue muy debilitada su estructura criminal y casi el grupo es aniquilado. Se luchó decididamente contra las FARC y se consiguieron rápidos y exitosos resultados.

R.A.:¿Y qué ocurrió después?

Después, en el 2010, el presidente Juan Manuel Santos es elegido para continuar con esa política desarrollada durante ocho años con grandes esfuerzos y buenos resultados sobre el terreno. Santos gana de una forma democrática, portando esa herencia del presidente Uribe, pero después hace todo lo contrario a la política anterior, dando aliento político a las FARC y legitimándolas, incluso las institucionaliza y las convierte en parte del debate político. Y luego, para colmo de males, firma con las FARC un pacto de absoluta impunidad y acepta unos parámetros de juego con las mismas que acaban aceptando crímenes como el secuestro, la extorsión, el asesinato, los actos terroristas, la destrucción de infraestructuras y de la economía nacional y tantos actos más. Mas tarde, de un plumazo, por obra de Santos, todos esos actos enumerados aparecen borrados en el expediente criminal de las FARC. Para Santos, de repente, todos esos actos criminales se convirtieron en movimientos políticos relacionados con la insurgencia. Ese acuerdo político al que se llegó es ilegítimo y nosotros lo venimos denunciando en todos los foros.  Pero, además, cuando Santos intentó autoexaltarse por haber apoyado ese acuerdo político con las FARC se encontró con el rechazo del país al acuerdo en el plebiscito y con la victoria del “no” en el mismo.

 Por todos estos motivos que le estoy explicando, es por lo que el pueblo colombiano no cree en el denominado proceso de paz y muestra muchas dudas con respecto al mismo, ya que la mayor parte de los colombianos consideran que fue un acuerdo solamente firmado para legitimar la impunidad de los terroristas. A ese aspecto de la impunidad hay que añadir la claudicación ante los terroristas, ante una fuerza de extrema izquierda, vista la perspectiva de lo que está pasando en Venezuela y en otros países, donde ese tipo de organizaciones llegaron al gobierno y fueron un desastre absoluto. Los colombianos no quieren ir por ese camino y así se lo han hecho saber al presidente Santos en las urnas.

R.A.:¿Y qué ha pasado con el tráfico de drogas ligado a las FARC?

J.O.G.: Se firmó un acuerdo sobre ese asunto en el 2013 y parece que los resultados no han sido los mejores. Colombia había conseguido, según las Naciones Unidas y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, reducir el cultivo de coca de unas 180.000 hectáreas a unas 48.000 pero con la firma de la paz, que afianza la política de la no fumigación aérea y el abandono de la destrucción de cultivos incluso por la vía mecánica, hizo que se expandieran los cultivos. Y según informaciones muy recientes se ha llegado a que el país tenga unas 188.000 hectáreas, teniendo el deshonroso rércord de ser el país del mundo que más cultivos tiene. Somos el primer exportador y productor de coca del mundo por obra y gracia de esta política errónea con respecto al problema que representa el cutivo y el tráfico de coca. Con un problema añadido: que esa organización que hoy tiene un estatuto político, -las FARC-, que incluso se sienta en el legislativo de la República por la dádiva que le entregó el presidente Santos, es la que coordina la siembra, recogida, producción y distribución de la cocaína en todo el mundo. Es algo inaudito, inaceptable e insólito no sólo desde el punto de vista de las Leyes internacionales sino de la misma ética, algo que a algunos no parece importales mucho.

R.A.:Tampoco la gestión del gobierno, en lo que se refiere a la situación económica y social, parece la más adecuada, ¿qué impresión tiene de cómo van las cosas en Colombia?

J.O.G.:Santos se plegó al populismo en la economía y copió formas que han sido desastrosas en toda América Latina. Santos ha tenido claros errores, como un discurso antiempresarial y una política impositiva a las empresas que ha generado desestímulo y desconfianza. Sectores, como el agropecuario, no ven el futuro claro, no saben hacia ddebemos añadir la retirado muchiesas FARC-, cutivo y el trtados Unidos ya no descarta utilizar la f de izquierda y en favor de lónde irán las cosas, y se ha provocado una caída en el precio de las propiedades ligadas a la tierra. En el sector petrolero, que con el presidente Uribe tuvo grandes avances, hoy está abandonado y no ha vuelto a explorar, ha perdido un enorme potencial y sólo tenemos reservas para cinco años, en un claro ciclo descendiente sin que vislumbren cambios en esas políticas. Y algo parecido pasa con la minería, otra política fracasada de este gobierno que no supo enfocarla. Tampoco crecieron las exportaciones, la confianza inversionista extranjera se ido menguando hasta el punto que se han retirado muchísimas empresas extranjeras que han llegado a desmontar sus plantas industriales de Colombia. A eso le debemos añadir la inflación galopante y otros elementos negativos que dibujan un cuadro económico realmente complejo y adverso.

R.A.:¿Crees que la confusión política que vive el país, con esa profusión de candidatos para las próximas elecciones presidenciales, se clarificará en los próximos meses?

J.O.G.:Nosotros, en Colombia, no tenemos un sistema bipartidista  ni siquiera de tres partidos, y, por lo tanto, la confusión es mayor. Yo creo que todavía las corrientes reales no se han expresado en sus dimensiones reales, valga la redundancia. Pienso que existen dos grandes corrientes en el país y que se manifestaron en el plebiscito en el que ganó el “no”: la primera de esas corrientes está liderada por el presidente Uribe y afines, como los conservadores independientes no ligados al Partido Conservador, que está entregado a las políticas del presidente Santos; y, en la otra parte, están los grupos que están con el oficialismo y que defendían el “sí” en el plebiscito organizado para legitimar los acuerdos con las FARC.

En el uribismo, en el Centro Democrático, no hay confusión porque se han establecido unos mecanismos y una metodología para organizar las primarias en las que se definirá el candidato. Dentro de esa metodología se han organizado y se están organizando una serie de foros en las provincias y regiones para que los candidatos se conozcan. Nosotros, el Centro Democrático, tendremos definido nuestro candidato en los próximos meses entre los cinco que están en liza, con posibilidades incluso de que sean más pues hay dos que están con procesos pendientes que pueden resueltos en los próximos meses. Incluso creo que a nuestra alianza se podrían sumar otros dos candidatos del centro y la derecha, como Alejandro Ordoñez y Marta Lucía Ramírez, que también están entre los precandidatos y que quizá podrían unirse a nosotros en una segunda vuelta.

Luego, con respecto al oficialismo, pienso que el Partido Liberal, el de la U, que es el del presidente Santos, y Cambio Radical incluido, pienso que irán unidos bajo un mismo candidato. La lógica diría que el candidato que aglutinaría a ese bando sería el vicepresidente de la República con Santos, Germán Vargas Lleras. Y la izquierda, que en Colombia ha sido históricamente muy marginal, muy pequeña, pero que ahora se encuentra que con la revitalización que le ha dado Santos, sobre todo a través de la incorporación de las FARC a la vida política, podría llegar a tener una cierta fuerza e incluso llegar a una segunda vuelta compitiendo con el Centro Democrático y con un candidato propio.

R.A.:Sin embargo, ¿no cree que la batalla en  la escena internacional con respecto al proceso de paz la ganó Santos en lugar de Uribe?

J.O.G.:El tiempo es el mejor juez para juzgar estas cosas en su justa dimensión. En lo que respecta al Premio Nobel de la Paz otorgado a Santos, solo tengo que decir que Santos es un gran comprador de méritos más que un hombre meritorio. Yo creo que más pronto que tarde se va a saber que el asunto fue planeado con mucho tiempo de antelación y con elementos sobre la mesa que señalan que hay una relación entre la participación de Noruega en los negocios del petróleo en Colombia y el otorgamiento de ese Premio Nobel a Santos. Evidentemente, la idea de que la paz es mejor que la guerra caló en la escena internacional y jugó en favor de Santos, pero creo que el mundo, a la larga, reflexionará sobre lo que realmente ocurrió en Colombia y comprenderá que aquí lo que hubo fue una claudicación ante las FARC. Creo que esta política nunca hubiera sido aceptada en Europa o en los Estados Unidos, es un hecho realmente inaceptable que no tiene justificación de ningún tipo. Por ejemplo, la coyuntura norteamericana ya no le es tan favorable a Santos y hay cierto escepticismo hacia las medidas tomadas por esta administración. Creo que la percepción con respecto al proceso cambiará en los próximos años.

R.A.:¿Cómo valora la evolución de la seguridad pública en el país?

J.O.G.:Es toda una filosofía de este gobierno, en la cual la seguridad no es un elemento constituitivo de las funciones del Estado, sino que tratan de convencer a los ciudadanos, contra toda lógica, que sólo deben portarse adecuadamente. Se ha aplicado una teoría liberal en la que el Estado solo tiene que garantizar el bienestar de los ciudadanos y no su seguridad, generando, así, el desestímulo de las fuerzas y cuerpos de seguridad. La justicia es un desastre, siendo Colombia uno de los países del mundo donde reina una mayor impunidad. Las cárceles prácticamente se abandonaron y el hacinamiento en algunas de ellas llega al 400% y al 500%, pero ninguno de esos elementos, que tienen desde luego su incidencia en la seguridad pública, parecen preocuparle al presidente Santos. Y, sin embargo, están aumentados los hechos delictivos, como la extorsión, un fenómeno en alza en el país.

R.A.:¿Cómo percibes los cambios que están operando en la región y, especialmente, la situación de Venezuela?

J.O.G.:El socialismo del siglo XXI, como modelo político para América Latina, se ha convertido en una caricatura porque un régimen que ha llevado a la hambruna a Venezuela no tiene ninguna presentación; no es que haya desabastecimiento, es que no hay nada que comer. Hablamos de hambruna real. Por no hablar de Argentina, donde los Kirchner llevaron al país a unos pésimos indicadores económicos en todos los órdenes. Entonces, obviamente, nadie se atreve a defender esos supuestos “logros” salvo pequeños grupos de extrema izquierda que todavía operan en Colombia y algunos líderes, como Gustavo Petro, Piedad Córdoba o Iván Cepeda. Ya hoy en Colombia casi nadie defiende al Foro de Sao Paulo o la lucha armada de las FARC, son políticas absolutamente desacreditadas ante la ciudadanía y la opinión pública del continente.

El régimen de Venezuela no tiene defensa alguna, es absolutamente repudiable y en su fase terminal está mostrando su peor cara irrespetando los derechos humanos. Ha roto ya con todos los modos democráticos, no celebra elecciones porque no le convienen y las perdería y ha vaciado de contenidos a todas las instituciones, habiendo destruido la esencia misma de la democracia. Maduro, junto con su régimen, están absolutamente desprestigados; cualquier opción política que lo defendiera en Colombia obtendría un resultado de favorabilidad menor incluso que el del presidente Santos, cuya pésima popularidad se encuentra en estos momentos en algo menos del 12%.

Lectura recomendada: Es de izquierda el régimen de Maduro?

Agencias

Fiesta , música y colorido en el festival “independencia orgullo colombiano”

Francisco

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EP NEW YORK | Festival independencia orgullo colombiano

Por Gustavo Lugo | Queens | New York

Por más de una década Alexandra Aristizabal y su grupo de trabajo, han traído el Festival Independencia Orgullo Colombiano, al condado de Queens, mas exactamente al HALL DE LA CIENCIA. Este año miles de colombianos y otras comunidades se hicieron presentes para disfrutar de una tarde llena de colorido, música, danzas, platos típicos, y celebrar un año mas de la independencia colombiana.

Comerciantes, empresarios, personajes de la vida pública y medios escritos y hablados, eran participes y testigos del magno evento, la sorpresa de la tarde fue del alcalde de Nueva York, ERIC ADAMS que al ritmo de la cumbia colombiana demostró sus habilidades para las danzas ganándose los aplausos y la ovación del publico.

Hay que honrar a los artistas que dieron lo mejor de ellos, su profesionalismo, su carisma y el amor incondicional a los colombianos y la comunidad latina del area triestatal.

Artistas locales y extranjeros entregaron al público lo mejor de su repertorio en los diferentes géneros musicales.

Las hermanas Laura y Diana (duo posadas), presentaron el lanzamiento de su sencillo titulado “Mucho Pa’ El”, que muestra la esencia y pasión que caracteriza a Posadas, y narra un historia de despecho pero que no termina ahi, sino con el renacer de una mujer empoderada, libre y más fuerte, cansada de las mentiras y malos tratos.

El duo Posadas fue creado en el 2020.

De otro lado , Anthony lopez, hijo de reconocido Pastor Lopez, y Nelson Henriquez jr, viajaron desde Colombia a presentar la representativa cumbia y uno de los proyectos es hacer un mix con los éxitos de Pastor Lopez volumen dos, el primero lleva el nombre de herencia tropical, igual que la orquesta que los acompaña en esta gira por Estado Unidos, dos jovenes talentosos que por su sangre corre el legado de sus padres.

Una vez mas el Festival Independencia Orgullo Colombiano (FIOC), que dirije Alexandra Aristizabal se poseciona en uno de los mejores festivales latinos de Nueva York.

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Agencias

Biden renuncia a candidatura presidencial y respalda a Kamala Harris

Francisco

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EP NEW YORK. | ELECCIONES EE.UU. 2024

Joe Biden se retira de la contienda presidencial

El presidente de EE. UU. anunció que no buscaría la reelección. Indicó por escrito que retirarse era “por el bien de mi partido y del país”.

El presidente Joe Biden, de 81 años, abandonó su candidatura a la reelección y sumió en el caos la contienda presidencial de 2024 el domingo, cediendo a la implacable presión de sus aliados más cercanos para que abandonara la carrera en medio de profundas preocupaciones de que es demasiado mayor y frágil para derrotar al expresidente Donald Trump.

Después de tres semanas de negativas, a menudo airadas, a dar un paso al lado, Biden finalmente cedió ante un torrente de encuestas devastadoras, llamados urgentes de legisladores demócratas y señales claras de que los donantes ya no estaban dispuestos a pagar para que continuara.

La decisión de Biden pone un abrupto fin a una crisis política que comenzó cuando el presidente protagonizó un calamitoso debate contra Trump el 27 de junio. Pero para el Partido Demócrata, la retirada de Biden desencadena una segunda crisis: con quién reemplazarlo y, específicamente, si organizarse en torno a la vicepresidenta Kamala Harris o iniciar un rápido esfuerzo para encontrar a alguien más para ser el candidato del partido.

El anuncio de Biden, que se encuentra aislado con covid, se produjo apenas tres días después de que Trump pronunciara un discurso incendiario y cargado de insultos para aceptar la nominación de su partido y tener la oportunidad de volver a la Casa Blanca para un segundo mandato. Trump, que lleva años preparándose para la revancha con Biden, se enfrentará ahora a un contrincante demócrata diferente —y hasta ahora desconocido—, cuando solo quedan 110 días para el día de las elecciones.

Esto es lo que hay que saber:

• Permanencia en el cargo:

Biden ha dicho que no renunciará a la presidencia y que tiene intención de terminar su mandato aunque deje en manos de otros el intento de derrotar a Trump. En los próximos meses, se enfrenta a la guerra en curso en Ucrania y a los esfuerzos cada vez más desesperados por alcanzar un acuerdo para poner fin a los combates entre Israel y Hamás en Gaza.

• Una primicia política:

Ningún presidente estadounidense en ejercicio había abandonado una carrera tan tarde en el ciclo electoral. La Convención Nacional Demócrata, en la que Biden iba a ser nominado formalmente por 3939 delegados, comenzará el 19 de agosto en Chicago. Eso deja menos de un mes para que los demócratas decidan quién debe reemplazar a Biden en la candidatura y poco menos de cuatro meses para que esa persona monte una campaña contra Trump.

• Kamala Harris bajo los reflectores.

La decisión del presidente pone a la vicepresidenta bajo un renovado escrutinio; algunos demócratas argumentan que ella es la única persona que puede desafiar eficazmente a Trump a estas alturas de las elecciones. Y dicen que el partido se fracturará si se considera que los líderes demócratas han pasado por alto a la primera vicepresidenta negra. Pero otros argumentan que el Partido Demócrata debería evitar una coronación, especialmente dadas las debilidades políticas de Harris en los últimos tres años y medio.

• La edad es una de las principales preocupaciones:

El intento de reelección de Biden se vio frenado por la preocupación que suscitaba su edad y su capacidad física y mental para desempeñar el cargo. Incluso antes del debate, las encuestas mostraban constantemente que la gente pensaba que era demasiado viejo, y la mayoría —también de los demócratas— querían que alguien más joven fuera presidente. Biden nació durante la Segunda Guerra Mundial y fue elegido senador por primera vez en 1972, antes de que nacieran dos tercios de los estadounidenses de hoy. Biden tendría 86 años al final de su segundo mandato.

• El momento del debate:

La Casa Blanca y los asesores más cercanos a Biden negaron durante años que su edad tuviera algún impacto en su capacidad para hacer su trabajo. Pero el debate con Trump a finales de junio, que vieron más de 50 millones de personas, puso claramente de manifiesto sus limitaciones. Se mostró frágil, vacilante, confuso y disminuido, y fue incapaz de presentar argumentos contra Trump, un delincuente convicto que intentó anular las últimas elecciones presidenciales.

Agencias / NYT

 

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Articulos Destacados

Trump , convención republicana y deportación masiva

Francisco

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EP NEW YORK  | Convención republicana

¿Trump podría cumplir su promesa de deportar a millones de migrantes?

Donald Trump promete el mayor programa de deportaciones de la historia de Estados Unidos. Los costos y los obstáculos serían enormes, según los expertos.

Cuando Donald Trump se postuló a las elecciones presidenciales de 2016, prometió construir un muro para cerrar la frontera y evitar que los delincuentes entraran en el país. Esta vez su campaña tiene un objetivo nuevo: un programa de deportación masiva sin precedentes en el país.

La plataforma de su partido, ratificada en la convención republicana de Milwaukee, promete el “mayor esfuerzo de deportación de la historia de Estados Unidos”, y la inmigración fue el tema de la reunión del martes.

¿Qué se necesitaría para deportar a millones de personas? ¿Es posible?

¿Cuántos inmigrantes están en el país de manera ilegal?

Había 11 millones de inmigrantes viviendo en Estados Unidos sin permiso legal en 2022, según los últimos cálculos del gobierno, y más de 8 de cada 10 llevan más de una década en el país. Trump dijo durante el debate del mes pasado que había 18 millones, lo que carece de fundamento.

Con el fin de huir de la agitación política y económica, los migrantes de países como Venezuela han cruzado la frontera en cifras récord durante el gobierno de Biden.

¿Quiénes serían los deportados y qué tan fácil sería expulsarlos?

Trump y la plataforma republicana han hecho declaraciones muy generales, pero hasta ahora han ofrecido muy pocos detalles sobre la operación que pretenden realizar.

El expresidente ha sugerido que cualquier inmigrante que carezca de estatus legal podrá ser expulsado.

La plataforma del partido afirma que se daría prioridad a “los criminales más peligrosos”.

También dice: “El Partido Republicano se compromete a enviar a los extranjeros ilegales de vuelta a su casa y a expulsar a quienes hayan violado nuestras leyes”.

El consenso entre los expertos en inmigración y exfuncionarios de seguridad nacional es que los obstáculos logísticos, legales, burocráticos y de costos harían prácticamente imposible realizar las deportaciones masivas que pretende Trump en el lapso de un mandato presidencial de cuatro años.

“Incluso si contara con un Congreso dispuesto a promulgar reformas legislativas drásticas y a asignar las decenas de miles de millones necesarios, no hay forma de que un sistema de este tipo pueda estar plenamente operativo en un plazo de cuatro años”, afirmó John Sandweg, funcionario de seguridad nacional en el gobierno de Barack Obama.

¿Qué otros obstáculos habría?

Los inmigrantes que han vivido durante años en el país tienen protección legal y derecho a un proceso jurídico justo.

En los últimos años, quienes han entrado de manera ilegal en el país han sido procesados en la frontera y luego puestos en libertad con órdenes de comparecer ante la corte para las audiencias de deportación. Mientras sus casos se tramitan en la corte de inmigración, lo que suele tardarse varios años más, tienen derecho a permanecer en Estados Unidos.

“Trump tendría que triplicar el tamaño de las cortes de inmigración para lograr algo que se acerque a los números de los que está hablando”, dijo Sandweg. “Incluso así, necesitaría financiación para construir nuevos juzgados, contratar personal de apoyo y formar a los jueces”.

Varias décadas de escasez de fondos y un gran número de solicitudes de asilo han agravado los retrasos.

“Un individuo debe recibir una orden de deportación; un presidente no podría simplemente ignorar eso”, afirmó Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Nacional durante el gobierno de Obama. “Se necesitaría un cambio en la ley, y el Congreso tendría que ser un socio activo en esto”.

¿Hay suficiente personal, instalaciones, aviones y otros medios de transporte para una operación de deportación?

Durante el gobierno de Trump, hubo unas 936.000 deportaciones, según datos oficiales. Hasta febrero, el gobierno de Biden había expulsado a unas 340.000 personas.

Para identificar y detener a millones de personas en el interior del país se necesitarían decenas de miles de agentes de inmigración más, aseguró Napolitano.

Trump ha dicho que recurriría a la Guardia Nacional y a otros recursos del ejército para ejecutar su plan.

Las fuerzas del orden locales podrían ser delegadas para identificar a las personas sin estatus legal y entregarlas al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés), lo que ya ha ocurrido en el pasado en algunas localidades.

Pero Chicago, Denver, Los Ángeles y Filadelfia son solo algunas de las ciudades que se niegan a colaborar con el ICE, por temor a que esa cooperación promueva la elaboración de perfiles raciales y lleve a los inmigrantes que han cometido delitos menores, como infracciones de tráfico, a procedimientos de deportación.

“Habrá zonas que no quieran tener nada que ver con esto”, señaló Michael Neifach, experto en seguridad fronteriza que fue asesor jurídico principal del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas durante el gobierno de George W. Bush.

Toda persona que pudiera ser deportada potencialmente es retenida en un centro de detención, y en el actual ejercicio fiscal, el Congreso financió la detención de 41.500 inmigrantes diarios con un costo de 3400 millones de dólares, una cifra que tendría que aumentar exponencialmente.

¿Dónde hay margen para que Trump acelere el ritmo de las expulsiones?

Un nuevo gobierno de Trump podría acelerar las deportaciones poniendo fin a programas que el gobierno de Biden introdujo.

Por ejemplo, desde 2022, a unas 500.000 personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela se les ha permitido volar a Estados Unidos y vivir y trabajar durante dos años, siempre que tengan un patrocinador financiero. Biden también ha permitido que casi 700.000 migrantes que pidieron cita en una aplicación móvil puedan cruzar la frontera por un puerto de entrada oficial y recibir permisos de trabajo.

“Trump podría apretar el interruptor y revocarlo”, dijo Neifach. Pero, añadió, muchos de los migrantes podrían presentar solicitudes de asilo y pasar a engrosar las cortes saturadas.

¿Habría alguna excepción entre los deportados?

Trump no ha abordado si ejercería alguna discreción o haría alguna excepción.

Más de un millón de estadounidenses están casados con una persona sin estatus legal, y una gran parte de los inmigrantes tienen hijos que son ciudadanos estadounidenses.

“Cuando se habla de ese tipo de cifras y de presencia de las fuerzas del orden, a fin de cuentas hay que pensar: ¿qué le hace eso a la atmósfera del país?”, comentó Napolitano, exsecretaria de Seguridad Nacional.

Publicado en NYT

 

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