EP New York/ Washington/ Agencias/ Los republicanos aprobaron éste miércoles 20 de dic. una histórica reforma al sistema de impuestos, dando al presidente Donald Trump su primera gran victoria legislativa. Los legisladores la dejaron lista para que Trump la promulgue, dando luz verde a un esquema que beneficiará generosamente a los ricos y a las grandes corporaciones y dando ventajas más modestas a las familias de ingresos medios y bajos.
La medida contó con el voto opositor de los demócratas y tuvo luz verde después de algunas modificaciones del Senado para superar ciertas incongruencias en el procedimiento fruto de la prisa. Ahora sólo falta la firma del mandatario, prevista antes de Navidad. Trump invitó hoy a la Casa Blanca a diputados y senadores republicanos, llegados desde el Capitolio en autobuses especiales, para celebrar la reforma. Se trata del primer, y hasta ahora único, éxito político y significativo de Trump en su primer año de presidencia.
Esta reforma, altamente impopular, es el primer gran triunfo legislativo del Partido Republicano bajo el mandato de Donald Trump. Los críticos alegan que el paquete de medidas aumentará el déficit, que es una concesión a los millonarios y afectará directamente a los que menos ganan. Pero los republicanos aseguran que los recortes de impuestos a las corporaciones, las medianas empresas y los individuos darán un impulso al crecimiento económico del país.
Tras la aprobación, el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, aseguró a los republicanos que pagarán un alto precio en las elecciones legislativas de 2018 por esa “terrible legislación” . “La sustancia y las encuestas están tan podridas que dentro de un año los republicanos se echarán esta factura en vergüenza por votar por el sí esta noche”, afirmó.
En una repetición de la votación en la Cámara de Representantes, necesaria debido a una pequeña falla de procedimiento, se aprobó la iniciativa que afectará la contribución fiscal de todos los estadounidenses, pero que mayormente implica grandes recortes para las grandes empresas y las personas de mayores ingresos.
Los demócratas se opusieron firmemente a la iniciativa, por considerar que beneficia a los sectores acaudalados a expensas de los más pobres. El resultado fue de 224 a favor y 201 en contra, en una votación que ocurrió pocas horas después de que el Senado diera su visto bueno según las ajustadas líneas partidistas.
La compleja legislación es una combinación de dos versiones: una aprobada por la Cámara de Representantes y una aprobada por el Senado. De manera permanente reduce la tasa impositiva para las corporaciones de 35% a 21% y reduce los gravámenes para los más acaudalados. Recorta los impuestos para los demás también, pero mucho menos y solo de manera temporal. La deducción estándar aplicada a dos tercios de las familias del país se duplica a 24.000 dólares para parejas casadas, pero ello caduca en ocho años.
La deducción de 1.000 dólares por hijo se duplica a 2.000 dólares, con un recorte de hasta 1.400 dólares para quienes deben pocos o ningún impuesto. Los padres tendrán que suministrar el número de Seguro Social del hijo para recibir esa reducción, una medida diseñada para evitar que la medida sea aprovechada por quienes residen en el país ilegalmente.
La legislación también elimina una parte importante de la reforma al sistema de salud aprobada bajo la presidencia de Barack Obama: la exigencia de que todos los estadounidenses tengan seguro de salud o sufran una penalidad. Es una medida que busca privar de fondos a la reforma de salud, una ambición conocida de los republicanos.
¿Triunfo fiscal de Trump?
“Al reducir los impuestos y reformar un sistema roto, estamos inyectando combustible de los misiles en el motor de nuestra economía. Estados Unidos está volviendo a ganar nuevamente y vamos a crecer como nunca antes. Los días más brillantes aún están por venir”, declaró luego el magnate. La Casa Blanca afirma que la reforma costará mucho dinero también a Trump, pero según algunos expertos ganará al menos 22 millones de dólares.
En cualquier caso, se trata de una verdadera revolución fiscal, la primera tan amplia llevada a cabo en tiempos de la globalización. Trump y los republicanos están convencidos de que la reforma, aún aumentando la deuda, se va a pagar sola, al incrementar los ritmos de crecimiento sostenidos por la economía estadounidense, al crear más puestos de trabajo y al hacer regresar a Estados Unidos las empresas que se han trasladado a otros países.
La ley, sin embargo, genera inquietud tanto en China como en Europa. La reforma fiscal “plantea algunas preocupaciones que expresamos en la carta enviada junto con otros colegas a las autoridades estadounidenses la semana pasada”, comentó el vicepresidente de la Comisión de la Unión Europea, Valdis Dombrovskis.
En esa carta, enviada tras las críticas de los ministros de Finanzas de Alemania, Francia, Italia, España y el Reino Unido, se solicitaba a Estados Unidos que asegure que la reforma “respeta las obligaciones de la OMC y no conduce a situaciones que de hecho sean discriminatorias para la UE”.