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De la rutina del cuartel a la selva política

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“¿Cómo puede haber paz en un país que pasó de 40.000 hectáreas de cultivos de coca a 200.000?”

“Todos los días hay atracos y hechos violentos en todo el país, es evidente que reina el descontrol y la violencia desmesurada porque no hay autoridad”

ENTREVISTA AL GENERAL LEONARDO BARRERO

por Ricardo Angoso

ricky.angoso@gmail.com

@ricardoangoso

El general Leonardo Barrero es, a sus 57 años, un buen conocedor de su país y un hombre que ha cambiado la rutina de los cuarteles por la selva de la política. En el año 2013, por decisión del presidente Juan Manuel Santos, llegó a la comandancia de las Fuerzas Militares, en reemplazo del general Alejandro Navas, y desde su puesto como jefe de operaciones conjuntas del Comando General de las Fuerzas Militares. Así, llegó al puesto más importante en las Fuerzas Militares sin haber sido antes comandante del Ejército. Seis meses después fue destituido en un gesto que el general Barrero considera que tenía una clara intencionalidad política. De ahí saltó al Centro Democrático de la mano del expresidente Alvaro Uribe y se presentó como candidato a la gobernación del Cauca en el año 2015, donde obtuvo 25.000 votos. Ahora es candidato al Senado por el mismo partido y define su compromiso con la sociedad como “sincero, honesto y recto”.

Ricardo Angoso: ¿Cómo fue su salida del ejército y por qué?

General Leonardo Barrero: Utilizaron una grabación mía antigua que era una conversación, en la que yo empleé algunas palabras soeces, sobre el trato que la justicia había dado a un militar en un caso muy concreto. Esa grabación es filtrada a la revista Semana y se me acusa de que estoy afectando la majestad de la justicia, ni más ni menos. Pero yo creo que el trasfondo era otro bien distinto y tenía más que ver con mi concepción de que la fuerza pública  debía tener visibilidad en la defensa del Estado en el territorio, algo que como comprobé después iba claramente en contravía con el proyecto de dar fuerza y titularidad a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Y luego ocurrió un acto en el Ministerio de Defensa con el presidente de la República, Juan Manuel Santos, en donde yo le agradezco a la máxima autoridad del Estado los comentarios que había hecho en el sentido de que el papel de la fuerza pública, del Ejército, no se iba a negociar de ningún modo en La Habana y que eso era lo que mantenía unida a las tropas y les daba espíritu de servicio. Entonces, Santos se mira con el Ministro de Defensa de entonces, en un gesto extraño, y a los quince días me sacan del cargo. 

EL PROCESO DE PAZ

R.A.:Ahora, ya con una perspectiva de los acuerdos de paz entre el gobierno de Santos y las FARC, ¿cuál es su opinión y su análisis sobre los mismos?

G.L.B.: Son unos acuerdos a destiempo y que no había necesidad de hacerlos. O al menos no haberlos hecho en esas condiciones, haciendo renuncias fundamentales sobre el papel del Estado y ofreciendo claramente la impunidad. Si el Estado no se arrodilló en el 2002, cuando estábamos secuestrados en las ciudades y las fuerzas criminales tenían más de 40.000 hombres, cuando no se podía ni transitar por todo el país, ¿por qué ahora se tenía que arrodillar ante siete mil guerrilleros para conseguir beneficios políticos y jurídicos para aquellos que han cometido crímenes de lesa humanidad? E incluso para acabar despenalizando el narcotráfico y para legalizar sus fortunas -las de los terroristas- en el exterior. Entonces, pienso, en esas condiciones no había ninguna necesidad de firmar un acuerdo. Yo creo que el mejor camino hubiera sido seguir apostando a la política de seguridad democrática, generando confianza en la gente, y con los resultados que esa buena dirección aportó a la economía. 

Al final, los acuerdos sólo han servido para fortalecer el trabajo político de las FARC con recursos del Estado a través de varios programas que incluso cuentan con el apoyo internacional. Se les ha dado un papel institucional que les ha fortalecido y veremos en el futuro, incluso, como las FARC consiguen controlar algunas alcaldías. Además, el proceso se ha hecho de una forma desesquilibrada porque les otorgó una participación política a las FARC, mientras que a algunos que hemos trabajando de forma honesta toda la vida nos cuesta mucho conseguirlo y otros se han quedado en el camino, como por ejemplo el general Mendieta.

De repente, estos señores que llevan destruyendo el país durante años, atrasando el campo, ya que ellos son los verdaderos causantes del subdesarrollo del agro y de que la gente no invierta en la agricultura, se acaban convirtiendo en los adalides del país, incluso de la moral y la ética, otorgándolos asientos en el Senado y en la Cámara de Representantes. Creo, en definitiva, que ha habido un acto de absoluto desequilibrio y de agravio con aquellos que tuvieron un comportamiento ejemplar durante años y que han cumplido con la Ley. No creo que el mensaje enviado a la sociedad haya sido el mejor con este proceso y la lectura que hago es, por supuesto, negativa.

R.A.:Además, la percepción que uno tiene es que la amenaza terrorista y la inseguridad siguen ahí a pesar del proceso de paz, ¿qué opinión tiene acerca de los ataques, atentados y aumento de la inseguridad de estas últimas semanas?

G.L.B.: Nada de nada ha cambiado. Incluso los ataques parecen haberse multiplicado. Los informes de las Naciones Unidas ya alertan del actual estado de cosas. Lo que ha ocurrido es que cada espacio territorial de desmovilización de la guerrilla han surgido grupos disidentes que siguen ejerciendo la violencia. A este problema se le viene a sumar que en esas zonas de violencia conviven el narcotráfico, la minería ilegal y bandas criminales que operan sin control. Luego el Ejército de Liberación Nacional (ELN) sigue muy activo, incluso con más capacidad que antes, y sin descartar que en algunos casos haya habido un simple cambio de brazalete. También hay luchas por el control de las rutas del narcotráfico y otros conflictos territoriales que explican muchas de las matanzas que se han producido últimamente. Mucha gente cree que está habiendo más violencia, más muertos, que antes de los acuerdos de paz. El mensaje ha sido claro: cuando una regala la autoridad del Estado y su legitimidad a cambio nada, sólo consigue la impunidad y la violencia. 

LA INSEGURIDAD EN COLOMBIA

R.A.:Otro aspecto alarmante es que pese a los acuerdos de paz, las tasas de homicidios siguen siendo muy altas y la inseguridad está llegando a niveles preocupantes, ¿qué está pasando?

G.L.B.: ¿Cómo puede haber paz en un país que pasó de 40.000 hectáreas de cultivos de coca a 200.000? El motor que mueve e inspira a casi todas estas actividades criminales es el narcotráfico, no cabe duda. Tampoco hay políticas desde el gobierno de la nación para erradicar esos cultivos ilícitos y se han propagado como nunca antes en Colombia. En esas circunstancias, sin que nadie actúe, es muy difícil que las cosas cambien. 

R.A.:¿Cree que, en general, habría que haber continuado con las políticas de Uribe en esta materia?

G.L.B.: El presidente Uribe lo demostró en su momento que sus políticas eran exitosas. Cuando Uribe tomó las riendas del país, y todos éramos escépticos, tuvo la voluntad política de generar el cambio y nos demostró con hechos que era posible. Vimos luz al final del túnel, devolvió al país la confianza  en las instituciones y la seguridad. Recuperamos la legitimidad y el respeto. Hoy lo que único que se ve es el desorden en todos los aspectos de la vida diaria. La gente no respeta a las autoridades ni a la policía, se irrespetan a los agentes del orden, la justicia no actúa ni hace nada y nada funciona adecuadamente. El país necesita una reestructuración a fondo. El orden debe volver al país y la nación reclama el regreso de la seguridad democrática. Hace falta que haya una mayor conexión y colaboración entre la fuerza pública y las autoridades regionales para devolverle a los ciudadanos la tranquilidad y la seguridad. Esa recuperación de la seguridad irá acompañada del regreso de la inversión privada a esas zonas del país.

R.A.:¿Qué medidas se deberían tomar para mejorar la seguridad pública?

G.L.B.: La inseguridad es una realidad que está en la calle, que está latente, y no una percepción de los medios, como dijo el presidente Santos. Está en la calle y no se puede ocultar. Hace unos días en el exclusivo barrio de Rosales, en Bogotá, a una  señora le pegaron tres tiros en la cara por robarle un carro. Todos los días hay atracos y hechos violentos en todo el país, es evidente que reina el descontrol y la violencia desmesurada porque no hay autoridad. Creo que se envío un mensaje equivocado a la sociedad, en el sentido de que unos criminales fueron autorizados a entrar en política y lograr la impunidad sin pagar los crímenes perpetrados. Se perdió autoridad moral y ahora es el momento de reorientar al país por otra senda. 

R.A.:¿Qué piensa de la corrupción galopante que sufre Colombia?

G.L.B.:Hay que reconocer, y así lo percibo en el trato con la gente, que hay un desprecio total por la clase política. La gente dice que todos los políticos son iguales, que son unos ladrones. Incluso desconfían de la gente que nunca estuvo en política, como es mi caso, y te dicen a la cara que la gente entra en política para robar. Yo frente a eso pretendo presentar argumentos sólidos y concretos, explicando las cosas y haciendo ver a la gente que ese discurso fue el que acabó triunfando en Venezuela con los desastrosos resultados que todos conocemos. En Venezuela les prometieron que acabarían con la corrupción y miren en qué acabó convertido ese país. Podemos estar ad portas de un proceso parecido al de Venezuela, y eso me preocupa mucho. Por ese motivo, para conjurar esa amenaza, estoy en política.

R.A.: ¿Cuál es el balance de la gestión de Santos?

G.L.B.: El presidente Uribe transmitió al país un mensaje de compromiso y de confianza, algo que se notó desde el primer día. Un discurso que movilizó a la gente y cambió el país. La amenaza terrorista decreció, el país se posicionó en la economía internacional, se recuperó la imagen de Colombia en el mundo, se le devolvió a la gente el orgullo de ser colombiano y, en definitiva, la nación percibió un cambio profundo y radical en la mejor de las direcciones. Hoy, sin embargo, el mensaje es bien distinto. La gente desprecia a la clase política, los jóvenes solo quieren irse del país, el que tiene dinero en el último país en donde invertiría, aunque fuera colombiano, es  en Colombia porque no hay seguridad real en las calles ni jurídica para hacer negocios. Los impuestos crecen, se derrocha el dinero público, la corrupción aumenta y así habría muchos más elementos negativos que resaltaría. Hay desmotivación del inversionista, pero también inseguridad jurídica junto a grandes cargas tributarias. ¿Quién va a invertir en esas circunstancias en Colombia?

DE LA MILICIA A LA POLITICA

R.A.:¿Qué le motivó como militar a entrar en política?

G.L.B.:Yo como comandante militar estuve muy implicado en el trabajo rural y desempeñamos algunos trabajos muy exitosos en las áreas en las que estuve destinado en su momento. Muchas veces los políticos no comprendían nuestro trabajo ni tampoco las necesidades de la comunidades. Nos convertimos en articuladores con muy buenos resultados entre el sector privado, las necesidades de la comunidad, los dineros públicos y el sector privado. Las comunidades nos reconocieron esos trabajos y generamos productividad, desarrollo y confianza allá donde trabajábamos.  Se generaron semillas de cambio. 

Durante el gobierno de Uribe conseguimos que la seguridad fuera de la mano del desarrollo social del campo colombiano. Esa quizá fue mi primera aproximación a la política pero sin ningún interés electoral ni público, sino por el simple hecho de servir a la sociedad desde posición militar. Fue un trabajo silencioso, de compromiso con la comunidad a la que servía. Cuando me pasé al retiro, algunos sectores me reclaman para que continuase con ese trabajo y el presidente Uribe me llama para participar en unas elecciones a la gobernación del Cauca por su partido, Centro Democrático. Así nació este vínculo afectivo con la gente y también mi disposición a comprometerme con mi trabajo al servicio de la sociedad. También creo que hay comprometerse en la lucha contra las amenazas que se ciernen sobre el país, denunciando cómo se pretende imponer el socialismo del siglo XXI y unas políticas fracasadas que han llevado al desastre a Venezuela. Por esos motivos, milito en el partido de Uribe y he tomado esta decisión patriótica, como otros muchos militares, de liderar un proyecto político al servicio de la nación. Estoy en una campaña austera, correcta y recta, tal como es mi proyecto político.

R.A.:Finalmente, ¿como militar cambiaría el modelo de Fuerzas Armadas colombiano?

G.L.B.: Creo que las Fuerzas Armadas colombianas han venido a ser, históricamente, lo que tienen que ser y han sido. Son unas fuerzas muy preparadas, efectivas, experimentadas y muy conectada con las comunidades, con la sociedad, en donde actúa, esa es una de las particularidades de la fuerza pública colombiana. 

 

Ricardo Angoso periodista , analista internacional. Profundo conocedor de la política mundial.

 

Agencias

Fiesta , música y colorido en el festival “independencia orgullo colombiano”

Francisco

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EP NEW YORK | Festival independencia orgullo colombiano

Por Gustavo Lugo | Queens | New York

Por más de una década Alexandra Aristizabal y su grupo de trabajo, han traído el Festival Independencia Orgullo Colombiano, al condado de Queens, mas exactamente al HALL DE LA CIENCIA. Este año miles de colombianos y otras comunidades se hicieron presentes para disfrutar de una tarde llena de colorido, música, danzas, platos típicos, y celebrar un año mas de la independencia colombiana.

Comerciantes, empresarios, personajes de la vida pública y medios escritos y hablados, eran participes y testigos del magno evento, la sorpresa de la tarde fue del alcalde de Nueva York, ERIC ADAMS que al ritmo de la cumbia colombiana demostró sus habilidades para las danzas ganándose los aplausos y la ovación del publico.

Hay que honrar a los artistas que dieron lo mejor de ellos, su profesionalismo, su carisma y el amor incondicional a los colombianos y la comunidad latina del area triestatal.

Artistas locales y extranjeros entregaron al público lo mejor de su repertorio en los diferentes géneros musicales.

Las hermanas Laura y Diana (duo posadas), presentaron el lanzamiento de su sencillo titulado “Mucho Pa’ El”, que muestra la esencia y pasión que caracteriza a Posadas, y narra un historia de despecho pero que no termina ahi, sino con el renacer de una mujer empoderada, libre y más fuerte, cansada de las mentiras y malos tratos.

El duo Posadas fue creado en el 2020.

De otro lado , Anthony lopez, hijo de reconocido Pastor Lopez, y Nelson Henriquez jr, viajaron desde Colombia a presentar la representativa cumbia y uno de los proyectos es hacer un mix con los éxitos de Pastor Lopez volumen dos, el primero lleva el nombre de herencia tropical, igual que la orquesta que los acompaña en esta gira por Estado Unidos, dos jovenes talentosos que por su sangre corre el legado de sus padres.

Una vez mas el Festival Independencia Orgullo Colombiano (FIOC), que dirije Alexandra Aristizabal se poseciona en uno de los mejores festivales latinos de Nueva York.

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Agencias

Biden renuncia a candidatura presidencial y respalda a Kamala Harris

Francisco

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EP NEW YORK. | ELECCIONES EE.UU. 2024

Joe Biden se retira de la contienda presidencial

El presidente de EE. UU. anunció que no buscaría la reelección. Indicó por escrito que retirarse era “por el bien de mi partido y del país”.

El presidente Joe Biden, de 81 años, abandonó su candidatura a la reelección y sumió en el caos la contienda presidencial de 2024 el domingo, cediendo a la implacable presión de sus aliados más cercanos para que abandonara la carrera en medio de profundas preocupaciones de que es demasiado mayor y frágil para derrotar al expresidente Donald Trump.

Después de tres semanas de negativas, a menudo airadas, a dar un paso al lado, Biden finalmente cedió ante un torrente de encuestas devastadoras, llamados urgentes de legisladores demócratas y señales claras de que los donantes ya no estaban dispuestos a pagar para que continuara.

La decisión de Biden pone un abrupto fin a una crisis política que comenzó cuando el presidente protagonizó un calamitoso debate contra Trump el 27 de junio. Pero para el Partido Demócrata, la retirada de Biden desencadena una segunda crisis: con quién reemplazarlo y, específicamente, si organizarse en torno a la vicepresidenta Kamala Harris o iniciar un rápido esfuerzo para encontrar a alguien más para ser el candidato del partido.

El anuncio de Biden, que se encuentra aislado con covid, se produjo apenas tres días después de que Trump pronunciara un discurso incendiario y cargado de insultos para aceptar la nominación de su partido y tener la oportunidad de volver a la Casa Blanca para un segundo mandato. Trump, que lleva años preparándose para la revancha con Biden, se enfrentará ahora a un contrincante demócrata diferente —y hasta ahora desconocido—, cuando solo quedan 110 días para el día de las elecciones.

Esto es lo que hay que saber:

• Permanencia en el cargo:

Biden ha dicho que no renunciará a la presidencia y que tiene intención de terminar su mandato aunque deje en manos de otros el intento de derrotar a Trump. En los próximos meses, se enfrenta a la guerra en curso en Ucrania y a los esfuerzos cada vez más desesperados por alcanzar un acuerdo para poner fin a los combates entre Israel y Hamás en Gaza.

• Una primicia política:

Ningún presidente estadounidense en ejercicio había abandonado una carrera tan tarde en el ciclo electoral. La Convención Nacional Demócrata, en la que Biden iba a ser nominado formalmente por 3939 delegados, comenzará el 19 de agosto en Chicago. Eso deja menos de un mes para que los demócratas decidan quién debe reemplazar a Biden en la candidatura y poco menos de cuatro meses para que esa persona monte una campaña contra Trump.

• Kamala Harris bajo los reflectores.

La decisión del presidente pone a la vicepresidenta bajo un renovado escrutinio; algunos demócratas argumentan que ella es la única persona que puede desafiar eficazmente a Trump a estas alturas de las elecciones. Y dicen que el partido se fracturará si se considera que los líderes demócratas han pasado por alto a la primera vicepresidenta negra. Pero otros argumentan que el Partido Demócrata debería evitar una coronación, especialmente dadas las debilidades políticas de Harris en los últimos tres años y medio.

• La edad es una de las principales preocupaciones:

El intento de reelección de Biden se vio frenado por la preocupación que suscitaba su edad y su capacidad física y mental para desempeñar el cargo. Incluso antes del debate, las encuestas mostraban constantemente que la gente pensaba que era demasiado viejo, y la mayoría —también de los demócratas— querían que alguien más joven fuera presidente. Biden nació durante la Segunda Guerra Mundial y fue elegido senador por primera vez en 1972, antes de que nacieran dos tercios de los estadounidenses de hoy. Biden tendría 86 años al final de su segundo mandato.

• El momento del debate:

La Casa Blanca y los asesores más cercanos a Biden negaron durante años que su edad tuviera algún impacto en su capacidad para hacer su trabajo. Pero el debate con Trump a finales de junio, que vieron más de 50 millones de personas, puso claramente de manifiesto sus limitaciones. Se mostró frágil, vacilante, confuso y disminuido, y fue incapaz de presentar argumentos contra Trump, un delincuente convicto que intentó anular las últimas elecciones presidenciales.

Agencias / NYT

 

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Articulos Destacados

Trump , convención republicana y deportación masiva

Francisco

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EP NEW YORK  | Convención republicana

¿Trump podría cumplir su promesa de deportar a millones de migrantes?

Donald Trump promete el mayor programa de deportaciones de la historia de Estados Unidos. Los costos y los obstáculos serían enormes, según los expertos.

Cuando Donald Trump se postuló a las elecciones presidenciales de 2016, prometió construir un muro para cerrar la frontera y evitar que los delincuentes entraran en el país. Esta vez su campaña tiene un objetivo nuevo: un programa de deportación masiva sin precedentes en el país.

La plataforma de su partido, ratificada en la convención republicana de Milwaukee, promete el “mayor esfuerzo de deportación de la historia de Estados Unidos”, y la inmigración fue el tema de la reunión del martes.

¿Qué se necesitaría para deportar a millones de personas? ¿Es posible?

¿Cuántos inmigrantes están en el país de manera ilegal?

Había 11 millones de inmigrantes viviendo en Estados Unidos sin permiso legal en 2022, según los últimos cálculos del gobierno, y más de 8 de cada 10 llevan más de una década en el país. Trump dijo durante el debate del mes pasado que había 18 millones, lo que carece de fundamento.

Con el fin de huir de la agitación política y económica, los migrantes de países como Venezuela han cruzado la frontera en cifras récord durante el gobierno de Biden.

¿Quiénes serían los deportados y qué tan fácil sería expulsarlos?

Trump y la plataforma republicana han hecho declaraciones muy generales, pero hasta ahora han ofrecido muy pocos detalles sobre la operación que pretenden realizar.

El expresidente ha sugerido que cualquier inmigrante que carezca de estatus legal podrá ser expulsado.

La plataforma del partido afirma que se daría prioridad a “los criminales más peligrosos”.

También dice: “El Partido Republicano se compromete a enviar a los extranjeros ilegales de vuelta a su casa y a expulsar a quienes hayan violado nuestras leyes”.

El consenso entre los expertos en inmigración y exfuncionarios de seguridad nacional es que los obstáculos logísticos, legales, burocráticos y de costos harían prácticamente imposible realizar las deportaciones masivas que pretende Trump en el lapso de un mandato presidencial de cuatro años.

“Incluso si contara con un Congreso dispuesto a promulgar reformas legislativas drásticas y a asignar las decenas de miles de millones necesarios, no hay forma de que un sistema de este tipo pueda estar plenamente operativo en un plazo de cuatro años”, afirmó John Sandweg, funcionario de seguridad nacional en el gobierno de Barack Obama.

¿Qué otros obstáculos habría?

Los inmigrantes que han vivido durante años en el país tienen protección legal y derecho a un proceso jurídico justo.

En los últimos años, quienes han entrado de manera ilegal en el país han sido procesados en la frontera y luego puestos en libertad con órdenes de comparecer ante la corte para las audiencias de deportación. Mientras sus casos se tramitan en la corte de inmigración, lo que suele tardarse varios años más, tienen derecho a permanecer en Estados Unidos.

“Trump tendría que triplicar el tamaño de las cortes de inmigración para lograr algo que se acerque a los números de los que está hablando”, dijo Sandweg. “Incluso así, necesitaría financiación para construir nuevos juzgados, contratar personal de apoyo y formar a los jueces”.

Varias décadas de escasez de fondos y un gran número de solicitudes de asilo han agravado los retrasos.

“Un individuo debe recibir una orden de deportación; un presidente no podría simplemente ignorar eso”, afirmó Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Nacional durante el gobierno de Obama. “Se necesitaría un cambio en la ley, y el Congreso tendría que ser un socio activo en esto”.

¿Hay suficiente personal, instalaciones, aviones y otros medios de transporte para una operación de deportación?

Durante el gobierno de Trump, hubo unas 936.000 deportaciones, según datos oficiales. Hasta febrero, el gobierno de Biden había expulsado a unas 340.000 personas.

Para identificar y detener a millones de personas en el interior del país se necesitarían decenas de miles de agentes de inmigración más, aseguró Napolitano.

Trump ha dicho que recurriría a la Guardia Nacional y a otros recursos del ejército para ejecutar su plan.

Las fuerzas del orden locales podrían ser delegadas para identificar a las personas sin estatus legal y entregarlas al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés), lo que ya ha ocurrido en el pasado en algunas localidades.

Pero Chicago, Denver, Los Ángeles y Filadelfia son solo algunas de las ciudades que se niegan a colaborar con el ICE, por temor a que esa cooperación promueva la elaboración de perfiles raciales y lleve a los inmigrantes que han cometido delitos menores, como infracciones de tráfico, a procedimientos de deportación.

“Habrá zonas que no quieran tener nada que ver con esto”, señaló Michael Neifach, experto en seguridad fronteriza que fue asesor jurídico principal del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas durante el gobierno de George W. Bush.

Toda persona que pudiera ser deportada potencialmente es retenida en un centro de detención, y en el actual ejercicio fiscal, el Congreso financió la detención de 41.500 inmigrantes diarios con un costo de 3400 millones de dólares, una cifra que tendría que aumentar exponencialmente.

¿Dónde hay margen para que Trump acelere el ritmo de las expulsiones?

Un nuevo gobierno de Trump podría acelerar las deportaciones poniendo fin a programas que el gobierno de Biden introdujo.

Por ejemplo, desde 2022, a unas 500.000 personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela se les ha permitido volar a Estados Unidos y vivir y trabajar durante dos años, siempre que tengan un patrocinador financiero. Biden también ha permitido que casi 700.000 migrantes que pidieron cita en una aplicación móvil puedan cruzar la frontera por un puerto de entrada oficial y recibir permisos de trabajo.

“Trump podría apretar el interruptor y revocarlo”, dijo Neifach. Pero, añadió, muchos de los migrantes podrían presentar solicitudes de asilo y pasar a engrosar las cortes saturadas.

¿Habría alguna excepción entre los deportados?

Trump no ha abordado si ejercería alguna discreción o haría alguna excepción.

Más de un millón de estadounidenses están casados con una persona sin estatus legal, y una gran parte de los inmigrantes tienen hijos que son ciudadanos estadounidenses.

“Cuando se habla de ese tipo de cifras y de presencia de las fuerzas del orden, a fin de cuentas hay que pensar: ¿qué le hace eso a la atmósfera del país?”, comentó Napolitano, exsecretaria de Seguridad Nacional.

Publicado en NYT

 

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