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Blog de Sucesos y Noticias

Elecciones Chile: Un “embarazo” no deseado

Francisco

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EP New York/ opinión

Por: Níkolas Stolpkin
Chile pronto tendrá un nuevo presidente. Tanto Gabriel Boric como José Antonio Kast, tienen grandes posibilidades de llegar a la presidencia. Si bien las encuestas que han surgido después de la primera vuelta han podido dar cierta ventaja al primero por sobre el segundo, no hay que olvidar que quien ganó en la primera vuelta fue José Antonio Kast (Partido Republicano) con un 27,91% de los votos frente a Gabriel Boric (Coalición Apruebo Dignidad) con un 25,83%. Más aún, no hay que obviar el hecho siguiente: desde la vuelta a la democracia (1989), en cinco elecciones presidenciales consecutivas (Ricardo Lagos 1999-2000, Michelle Bachelet 2005-2006, Sebastián Piñera 2009-2010, Michelle Bachelet 2013, Sebastián Piñera 2017), todo candidato que ha ganado en primera vuelta siempre ha ganado en segunda vuelta. ¿Ahora podría ser distinto?
Tampoco deberíamos ver a los actuales candidatos como una “sorpresa” dentro del escenario político actual. Los presentes candidatos a la presidencia claramente tomaron fuerza en el pasado “estallido social” de octubre de 2019. Por un lado tenemos al candidato de derecha José Antonio Kast, contrario significativamente a aquel “estallido social”; y, por otro lado, tenemos al candidato de izquierda Gabriel Boric quien apoyó de cierta manera el “estallido social”, o por lo menos en sus manifestaciones. Ambos ubicados en los extremos de la política chilena, habría que verlos como productos que emergen de aquellos acontecimientos o que tomaron cierta fuerza significativa por aquellos eventos.
Después que en la primera vuelta quedaron sepultadas las tradicionales fuerzas políticas y emergieron las presentes, pareciera ser que, para algunos, las presidenciales se tratara de un embarazo no deseado desde la óptica generacional antigua; y para otros, pareciera ser un embarazo deseado desde la óptica generacional con más frescura.
Llama la atención, además, que a algunos les guste mirar estas elecciones presidenciales como si se tratara de la época en que había que elegir entre el “SÍ” y el “NO” del plebiscito de 1988, lo cual está muy alejado de la realidad. Esto no se trata de elegir entre las caricaturas propagandísticas del “comunismo” y el “fascismo”, con las cuales ambos bandos gustan meter miedo. Esto no se trata de eso. Para ver mejor estas elecciones, hay que ir a octubre del año 2019 cuando explotó el denominado “estallido social”, que fue primero frenado en parte por el “Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución” (15 de noviembre), para luego ser frenado en seco por la actual pandemia. La mayoría de los chilenos, todavía ven con mucha frescura los hechos acontecidos en el pasado “estallido social”; no están con el recuerdo vivo de la dictadura de Pinochet. La dictadura pasó a ser un recuerdo no tan lejano para los que la vivieron; pero para las nuevas generaciones que nacieron o se criaron en democracia, la dictadura pasada pasó a ser algo indiferente.
Por tanto, no hay que ver las presentes elecciones desde la simpleza de ir a votar contra el “comunismo” o votar contra el “fascismo”. Todo aquello no es más que la forma simplona de meter miedo en las personas para captar votos. Y ambos bandos han metido suficiente mano a estas técnicas primitivas de la propaganda política. Pero en el fondo, y no de manera explícita sino de manera subconsciente, lo que estas elecciones representan es votar contra el pasado “estallido social” (representado por Kast) o votar a favor de aquellas manifestaciones con sus respectivas cuotas de violencia (representado por Boric).
Simpatizantes del pasado “estallido social” versus los que estuvieron en contra, es así como debiéramos ver estas elecciones presidenciales. Las presentes elecciones ya no se trata de votar en contra de los que estuvieron apoyando a la dictadura de Pinochet o votar a favor de los que ganaron el “NO” en el plebiscito de 1988. Ya entramos a otros tiempos. Habría que recordar que esa derecha que colaboró con la dictadura, ya ha ganado dos elecciones presidenciales con Sebastián Piñera (actual presidente).
Hay que entender, o aceptar, que a muchos ciudadanos les incomodaron los hechos ocurridos en el pasado “estallido social”. No por nada tenemos los candidatos que tenemos para estas presidenciales. En estas elecciones muchos se verán empujados a elegir por alguien el cual le pueda garantizar paz, tranquilidad y seguridad, y que no se puedan repetir nuevamente aquellos hechos, aún muy frescos en la memoria colectiva. Otros optarán por un candidato que les pueda garantizar que no retrocederán en sus actuales derechos y que irán por otros nuevos.
Y si atendemos a los números de la primera vuelta, el candidato de derecha, José Antonio Kast, tiene muchas posibilidades de ganar las elecciones presidenciales, queramos o no. Si los cálculos no fallan, una buena parte de los votos que obtuvo el ex candidato presidencial del Partido de la Gente, Franco Parisi (12,80%), se podrían ir hacia José Antonio Kast, sumado a los votos que obtuvo el ex candidato presidencial Sebastián Sichel (12,79%), representante de la coalición de derecha Chile Vamos.
La percepción que se tiene al observar a la dirigencia del Partido de la Gente (PDG), es que aquellos tienen más inclinación hacia la derecha de un José Antonio Kast que hacia la izquierda de un Gabriel Boric, aunque declaren ser “ni de izquierda ni de derecha”. Lo mismo podríamos decir de los simpatizantes de Franco Parisi. Pero Parisi debería tener algo muy claro: si desea proyectarse para una nueva carrera presidencial, lo aconsejable sería que no se inclinara públicamente hacia ningún candidato o que no apoyara públicamente a ninguno de los dos candidatos, ni como persona ni como partido, aunque juegue a aquello de la “democracia digital” con sus militantes, y que dé total libertad a todos los simpatizantes que votaron por él en primera vuelta. De lo contrario, podría repetirse la misma situación que le sucedió a Marco Enríquez-Ominami cuando en las presidenciales 2009-2010 como candidato independiente le dió personal y públicamente su apoyo al ex candidato presidencial Eduardo Frei (Concertación), además de darle libertad de acción a sus votantes. Y todos sabemos en qué terminó todo.
Y por último… Si atendemos a las fortalezas y debilidades de los presentes candidatos, Gabriel Boric se ve muy complicado frente a José Antonio Kast, desde el ámbito de la percepción visual o el lenguaje corporal. La juventud de Gabriel Boric (35), si bien puede ser una fortaleza, también podría ser una debilidad frente a la madurez de un José Antonio Kast (55). La inseguridad, la impulsividad, el constante titubeo y cambio de discurso del candidato Gabriel Boric, podrían jugarle muy en contra frente a la serenidad y seguridad del candidato José Antonio Kast. Y es que da la impresión que a Gabriel Boric le hace falta más preparación frente a su rival con más kilometraje político. La mayor fortaleza de Boric frente a su rival, quizá sea su juventud y pasión. La frialdad, la falta de emoción y pasión de José Antonio Kast son sus mayores debilidades.

Níkolas Stolpkin

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Agencias

Fiesta , música y colorido en el festival “independencia orgullo colombiano”

Francisco

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EP NEW YORK | Festival independencia orgullo colombiano

Por Gustavo Lugo | Queens | New York

Por más de una década Alexandra Aristizabal y su grupo de trabajo, han traído el Festival Independencia Orgullo Colombiano, al condado de Queens, mas exactamente al HALL DE LA CIENCIA. Este año miles de colombianos y otras comunidades se hicieron presentes para disfrutar de una tarde llena de colorido, música, danzas, platos típicos, y celebrar un año mas de la independencia colombiana.

Comerciantes, empresarios, personajes de la vida pública y medios escritos y hablados, eran participes y testigos del magno evento, la sorpresa de la tarde fue del alcalde de Nueva York, ERIC ADAMS que al ritmo de la cumbia colombiana demostró sus habilidades para las danzas ganándose los aplausos y la ovación del publico.

Hay que honrar a los artistas que dieron lo mejor de ellos, su profesionalismo, su carisma y el amor incondicional a los colombianos y la comunidad latina del area triestatal.

Artistas locales y extranjeros entregaron al público lo mejor de su repertorio en los diferentes géneros musicales.

Las hermanas Laura y Diana (duo posadas), presentaron el lanzamiento de su sencillo titulado “Mucho Pa’ El”, que muestra la esencia y pasión que caracteriza a Posadas, y narra un historia de despecho pero que no termina ahi, sino con el renacer de una mujer empoderada, libre y más fuerte, cansada de las mentiras y malos tratos.

El duo Posadas fue creado en el 2020.

De otro lado , Anthony lopez, hijo de reconocido Pastor Lopez, y Nelson Henriquez jr, viajaron desde Colombia a presentar la representativa cumbia y uno de los proyectos es hacer un mix con los éxitos de Pastor Lopez volumen dos, el primero lleva el nombre de herencia tropical, igual que la orquesta que los acompaña en esta gira por Estado Unidos, dos jovenes talentosos que por su sangre corre el legado de sus padres.

Una vez mas el Festival Independencia Orgullo Colombiano (FIOC), que dirije Alexandra Aristizabal se poseciona en uno de los mejores festivales latinos de Nueva York.

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Agencias

Biden renuncia a candidatura presidencial y respalda a Kamala Harris

Francisco

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EP NEW YORK. | ELECCIONES EE.UU. 2024

Joe Biden se retira de la contienda presidencial

El presidente de EE. UU. anunció que no buscaría la reelección. Indicó por escrito que retirarse era “por el bien de mi partido y del país”.

El presidente Joe Biden, de 81 años, abandonó su candidatura a la reelección y sumió en el caos la contienda presidencial de 2024 el domingo, cediendo a la implacable presión de sus aliados más cercanos para que abandonara la carrera en medio de profundas preocupaciones de que es demasiado mayor y frágil para derrotar al expresidente Donald Trump.

Después de tres semanas de negativas, a menudo airadas, a dar un paso al lado, Biden finalmente cedió ante un torrente de encuestas devastadoras, llamados urgentes de legisladores demócratas y señales claras de que los donantes ya no estaban dispuestos a pagar para que continuara.

La decisión de Biden pone un abrupto fin a una crisis política que comenzó cuando el presidente protagonizó un calamitoso debate contra Trump el 27 de junio. Pero para el Partido Demócrata, la retirada de Biden desencadena una segunda crisis: con quién reemplazarlo y, específicamente, si organizarse en torno a la vicepresidenta Kamala Harris o iniciar un rápido esfuerzo para encontrar a alguien más para ser el candidato del partido.

El anuncio de Biden, que se encuentra aislado con covid, se produjo apenas tres días después de que Trump pronunciara un discurso incendiario y cargado de insultos para aceptar la nominación de su partido y tener la oportunidad de volver a la Casa Blanca para un segundo mandato. Trump, que lleva años preparándose para la revancha con Biden, se enfrentará ahora a un contrincante demócrata diferente —y hasta ahora desconocido—, cuando solo quedan 110 días para el día de las elecciones.

Esto es lo que hay que saber:

• Permanencia en el cargo:

Biden ha dicho que no renunciará a la presidencia y que tiene intención de terminar su mandato aunque deje en manos de otros el intento de derrotar a Trump. En los próximos meses, se enfrenta a la guerra en curso en Ucrania y a los esfuerzos cada vez más desesperados por alcanzar un acuerdo para poner fin a los combates entre Israel y Hamás en Gaza.

• Una primicia política:

Ningún presidente estadounidense en ejercicio había abandonado una carrera tan tarde en el ciclo electoral. La Convención Nacional Demócrata, en la que Biden iba a ser nominado formalmente por 3939 delegados, comenzará el 19 de agosto en Chicago. Eso deja menos de un mes para que los demócratas decidan quién debe reemplazar a Biden en la candidatura y poco menos de cuatro meses para que esa persona monte una campaña contra Trump.

• Kamala Harris bajo los reflectores.

La decisión del presidente pone a la vicepresidenta bajo un renovado escrutinio; algunos demócratas argumentan que ella es la única persona que puede desafiar eficazmente a Trump a estas alturas de las elecciones. Y dicen que el partido se fracturará si se considera que los líderes demócratas han pasado por alto a la primera vicepresidenta negra. Pero otros argumentan que el Partido Demócrata debería evitar una coronación, especialmente dadas las debilidades políticas de Harris en los últimos tres años y medio.

• La edad es una de las principales preocupaciones:

El intento de reelección de Biden se vio frenado por la preocupación que suscitaba su edad y su capacidad física y mental para desempeñar el cargo. Incluso antes del debate, las encuestas mostraban constantemente que la gente pensaba que era demasiado viejo, y la mayoría —también de los demócratas— querían que alguien más joven fuera presidente. Biden nació durante la Segunda Guerra Mundial y fue elegido senador por primera vez en 1972, antes de que nacieran dos tercios de los estadounidenses de hoy. Biden tendría 86 años al final de su segundo mandato.

• El momento del debate:

La Casa Blanca y los asesores más cercanos a Biden negaron durante años que su edad tuviera algún impacto en su capacidad para hacer su trabajo. Pero el debate con Trump a finales de junio, que vieron más de 50 millones de personas, puso claramente de manifiesto sus limitaciones. Se mostró frágil, vacilante, confuso y disminuido, y fue incapaz de presentar argumentos contra Trump, un delincuente convicto que intentó anular las últimas elecciones presidenciales.

Agencias / NYT

 

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Articulos Destacados

Trump , convención republicana y deportación masiva

Francisco

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EP NEW YORK  | Convención republicana

¿Trump podría cumplir su promesa de deportar a millones de migrantes?

Donald Trump promete el mayor programa de deportaciones de la historia de Estados Unidos. Los costos y los obstáculos serían enormes, según los expertos.

Cuando Donald Trump se postuló a las elecciones presidenciales de 2016, prometió construir un muro para cerrar la frontera y evitar que los delincuentes entraran en el país. Esta vez su campaña tiene un objetivo nuevo: un programa de deportación masiva sin precedentes en el país.

La plataforma de su partido, ratificada en la convención republicana de Milwaukee, promete el “mayor esfuerzo de deportación de la historia de Estados Unidos”, y la inmigración fue el tema de la reunión del martes.

¿Qué se necesitaría para deportar a millones de personas? ¿Es posible?

¿Cuántos inmigrantes están en el país de manera ilegal?

Había 11 millones de inmigrantes viviendo en Estados Unidos sin permiso legal en 2022, según los últimos cálculos del gobierno, y más de 8 de cada 10 llevan más de una década en el país. Trump dijo durante el debate del mes pasado que había 18 millones, lo que carece de fundamento.

Con el fin de huir de la agitación política y económica, los migrantes de países como Venezuela han cruzado la frontera en cifras récord durante el gobierno de Biden.

¿Quiénes serían los deportados y qué tan fácil sería expulsarlos?

Trump y la plataforma republicana han hecho declaraciones muy generales, pero hasta ahora han ofrecido muy pocos detalles sobre la operación que pretenden realizar.

El expresidente ha sugerido que cualquier inmigrante que carezca de estatus legal podrá ser expulsado.

La plataforma del partido afirma que se daría prioridad a “los criminales más peligrosos”.

También dice: “El Partido Republicano se compromete a enviar a los extranjeros ilegales de vuelta a su casa y a expulsar a quienes hayan violado nuestras leyes”.

El consenso entre los expertos en inmigración y exfuncionarios de seguridad nacional es que los obstáculos logísticos, legales, burocráticos y de costos harían prácticamente imposible realizar las deportaciones masivas que pretende Trump en el lapso de un mandato presidencial de cuatro años.

“Incluso si contara con un Congreso dispuesto a promulgar reformas legislativas drásticas y a asignar las decenas de miles de millones necesarios, no hay forma de que un sistema de este tipo pueda estar plenamente operativo en un plazo de cuatro años”, afirmó John Sandweg, funcionario de seguridad nacional en el gobierno de Barack Obama.

¿Qué otros obstáculos habría?

Los inmigrantes que han vivido durante años en el país tienen protección legal y derecho a un proceso jurídico justo.

En los últimos años, quienes han entrado de manera ilegal en el país han sido procesados en la frontera y luego puestos en libertad con órdenes de comparecer ante la corte para las audiencias de deportación. Mientras sus casos se tramitan en la corte de inmigración, lo que suele tardarse varios años más, tienen derecho a permanecer en Estados Unidos.

“Trump tendría que triplicar el tamaño de las cortes de inmigración para lograr algo que se acerque a los números de los que está hablando”, dijo Sandweg. “Incluso así, necesitaría financiación para construir nuevos juzgados, contratar personal de apoyo y formar a los jueces”.

Varias décadas de escasez de fondos y un gran número de solicitudes de asilo han agravado los retrasos.

“Un individuo debe recibir una orden de deportación; un presidente no podría simplemente ignorar eso”, afirmó Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Nacional durante el gobierno de Obama. “Se necesitaría un cambio en la ley, y el Congreso tendría que ser un socio activo en esto”.

¿Hay suficiente personal, instalaciones, aviones y otros medios de transporte para una operación de deportación?

Durante el gobierno de Trump, hubo unas 936.000 deportaciones, según datos oficiales. Hasta febrero, el gobierno de Biden había expulsado a unas 340.000 personas.

Para identificar y detener a millones de personas en el interior del país se necesitarían decenas de miles de agentes de inmigración más, aseguró Napolitano.

Trump ha dicho que recurriría a la Guardia Nacional y a otros recursos del ejército para ejecutar su plan.

Las fuerzas del orden locales podrían ser delegadas para identificar a las personas sin estatus legal y entregarlas al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés), lo que ya ha ocurrido en el pasado en algunas localidades.

Pero Chicago, Denver, Los Ángeles y Filadelfia son solo algunas de las ciudades que se niegan a colaborar con el ICE, por temor a que esa cooperación promueva la elaboración de perfiles raciales y lleve a los inmigrantes que han cometido delitos menores, como infracciones de tráfico, a procedimientos de deportación.

“Habrá zonas que no quieran tener nada que ver con esto”, señaló Michael Neifach, experto en seguridad fronteriza que fue asesor jurídico principal del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas durante el gobierno de George W. Bush.

Toda persona que pudiera ser deportada potencialmente es retenida en un centro de detención, y en el actual ejercicio fiscal, el Congreso financió la detención de 41.500 inmigrantes diarios con un costo de 3400 millones de dólares, una cifra que tendría que aumentar exponencialmente.

¿Dónde hay margen para que Trump acelere el ritmo de las expulsiones?

Un nuevo gobierno de Trump podría acelerar las deportaciones poniendo fin a programas que el gobierno de Biden introdujo.

Por ejemplo, desde 2022, a unas 500.000 personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela se les ha permitido volar a Estados Unidos y vivir y trabajar durante dos años, siempre que tengan un patrocinador financiero. Biden también ha permitido que casi 700.000 migrantes que pidieron cita en una aplicación móvil puedan cruzar la frontera por un puerto de entrada oficial y recibir permisos de trabajo.

“Trump podría apretar el interruptor y revocarlo”, dijo Neifach. Pero, añadió, muchos de los migrantes podrían presentar solicitudes de asilo y pasar a engrosar las cortes saturadas.

¿Habría alguna excepción entre los deportados?

Trump no ha abordado si ejercería alguna discreción o haría alguna excepción.

Más de un millón de estadounidenses están casados con una persona sin estatus legal, y una gran parte de los inmigrantes tienen hijos que son ciudadanos estadounidenses.

“Cuando se habla de ese tipo de cifras y de presencia de las fuerzas del orden, a fin de cuentas hay que pensar: ¿qué le hace eso a la atmósfera del país?”, comentó Napolitano, exsecretaria de Seguridad Nacional.

Publicado en NYT

 

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