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Ciencia y Tecnología

Primera imagen de un Agujero negro

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EP New York/ agencias

SANTIAGO DE CHILE, 10 ABR – La primera prueba de la existencia de un “agujero negro” en el Cosmos se obtuvo hoy con el Event Horizon Telescope (EHT), un conjunto global de ocho radiotelescopios terrestres que opera bajo el marco de una colaboración internacional.

Los científicos revelaron el hallazgo en conferencias simultáneas en varios países donde se puede apreciar un agujero negro súper masivo y su sombra. “La imagen obtenida confirma la presencia de un agujero negro en el centro de Messier 87, una galaxia masiva que habita Virgo, un cúmulo de galaxias cercano a nosotros”, destacó en Santiago de Chile el Observatorio Alma. Precisó que el agujero negro se encuentra a 55 millones de años luz de la Tierra y tiene una masa 6.500 millones de veces superior a la de nuestro Sol.

El EHT reúne telescopios de distintas partes del globo que forman un telescopio virtual del tamaño de la Tierra dotado de una sensibilidad y una capacidad de resolución sin precedentes. El EHT es el resultado de años de colaboración internacional, y brinda a los científicos una nueva manera de estudiar los objetos más extremos del Universo, predichos por la relatividad general de Einstein, durante el centenario del experimento histórico que confirmó la teoría por primera vez.

“Estamos dando a la Humanidad la primera imagen de un agujero negro; es una puerta de salida de nuestro Universo”, manifestó Sheperd S. Doeleman, del Centro de Astrofísica Harvard & Smithsonian y director de proyecto del EHT. “Este es un hito en astronomía, una proeza científica sin precedentes lograda por un equipo de más de 200 investigadores”, resaltó.

Los agujeros negros son objetos cósmicos extraordinarios, caracterizados por tener una masa enorme en un tamaño muy compacto. La presencia de estos objetos afecta su entorno de maneras extremas, curvando el espacio-tiempo y súper calentando todo el material circundante.

“Si está inmerso en una región luminosa, como un disco de gas brillante, se espera que el agujero negro produzca una zona oscura similar a una sombra, algo que había sido predicho por la relatividad general de Einstein y que nunca habíamos visto antes”, apuntó Heino Falcke, de la Universidad Radboud (Países Bajos), director del Consejo Científico del EHT. “Esta sombra, causada por la curvatura gravitacional y la captura de luz por el horizonte de eventos, revela mucho acerca de la naturaleza de estos objetos fascinantes, y nos permitió medir la enorme masa del agujero negro de M87”, añadió.

Gracias al uso de diferentes métodos de calibración y obtención de imágenes, se pudo revelar la presencia de una estructura circular alrededor de una zona oscura -la sombra del agujero negro- en múltiples observaciones independientes realizadas por el EHT.

La creación del EHT fue un enorme desafío que requirió modernizar y conectar una red mundial de ocho telescopios existentes en distintos emplazamientos a gran altitud. Estas instalaciones se encuentran en volcanes de Hawái y México, en montañas de Arizona (Estados Unidos) y en la Sierra Nevada de España, en el desierto de Atacama, en Chile, y en la Antártica.

“ALMA, al ser el telescopio milimétrico más grande del mundo, fue clave en esta colaboración”, afirmó Sean Dougherty, director del Atacama ALMA. “Realmente ayudó a garantizar una calibración de alta calidad de los datos de cada uno de los otros telescopios del conjunto, lo que dio como resultado las fantásticas imágenes del EHT”, aseveró.

Para el director del EHT, “hemos logrado algo que se creía imposible hace tan solo una generación”, “Los avances tecnológicos y la construcción de nuevos radiotelescopios en el último decenio permitieron a nuestro equipo armar este nuevo instrumento, diseñado para ver lo invisible”, celebró Doeleman.

Andres Couve, ministro de Ciencia y Tecnología de Chile, consideró que el anuncio dado hoy “es un ejemplo de colaboración internacional, hoy la ciencia es el vehículo para que el mundo también se una en misiones y en causas comunes como esta, que fue obtener esta imagen bellísima”.

“A partir de este momento incorporamos una nueva imagen en nuestra cultura. Tal como en algún momento se incorporó la imagen de una galaxia o la imagen de Marte que son parte de nuestra cultura, hoy incorporamos la imagen de un agujero negro que nos va a acompañar para siempre”, festejó. (ANSA).

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IA y cambio climático , las dos cajas de pandora que aterran al mundo

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EP New York. | Ciencia y Tecnología

Estamos ante dos grandes cajas de Pandora: la IA y el cambio climático

El diccionario Merriam-Webster señala que una “caja de Pandora” puede ser “cualquier cosa que parezca ordinaria, pero que puede producir resultados perjudiciales impredecibles”. Últimamente, he pensado mucho en las cajas de Pandora, porque los >Homo sapiens< estamos haciendo algo que nunca habíamos hecho: levantar las tapas de dos cajas gigantes de Pandora al mismo tiempo, sin tener ni idea de lo que podría salir de ahí.

Una de estas cajas de Pandora se denomina “inteligencia artificial” y la ejemplifican programas como ChatGPT, Bard y AlphaFold, los cuales son testigos de la capacidad de la humanidad para confeccionar por primera vez, y como si fuese la obra de un dios, algo que se acerca a la inteligencia general y supera por mucho la capacidad cerebral con la que evolucionamos de manera natural.

La otra caja de Pandora se llama “cambio climático” y con ella los humanos estamos por primera vez conduciéndonos, nuevamente, como si fuésemos unos dioses, de una época climática a otra. Hasta ahora, ese poder estaba limitado en gran medida a las fuerzas naturales relacionadas con la órbita de la Tierra alrededor del Sol.

Para mí, mientras levantamos las tapas al mismo tiempo, la gran pregunta es: ¿qué tipo de regulaciones y ética debemos implementar para manejar lo que salga gritando de las cajas?

Admitámoslo, no comprendimos cuánto se iban a usar las redes sociales para socavar los dos pilares de cualquier sociedad libre: la verdad y la confianza. Así que, si abordamos la inteligencia artificial generativa con la misma negligencia —si volvemos a seguir el imprudente mantra de Mark Zuckerberg en los albores de las redes sociales, “muévete rápido y rompe cosas”—, qué te puedo decir: vamos a romper cosas más rápido, con más fuerza y más profundidad de lo que nadie puede imaginar.

“Nos faltó imaginación cuando se desataron las redes sociales y luego no logramos responder con responsabilidad a sus consecuencias inimaginadas una vez que permearon las vidas de miles de millones de personas”, me dijo Dov Seidman, fundador y presidente de HOW Institute for Society y LRN. “Perdimos mucho tiempo —y nuestro camino— pensando de manera utópica en que solo podían salir cosas buenas de las redes sociales, al conectar a la gente y dándole voz. No podemos permitirnos fracasos similares con la inteligencia artificial”.

Así que existe “un imperativo urgente —tanto ético como regulatorio— para que estas tecnologías de inteligencia artificial solo se utilicen para complementar y elevar lo que nos hace singularmente humanos: nuestra creatividad, nuestra curiosidad y, en el mejor de los casos, nuestra capacidad para tener esperanza, ética, empatía, determinación y colaborar con otros”, agregó Seidman (miembro del consejo del museo que fundó mi mujer, Planet Word).

“El adagio de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad nunca ha sido más cierto. No podemos permitirnos otra generación de tecnólogos que proclamen su neutralidad ética y nos digan: ‘Oye, solo somos una plataforma’, cuando estas tecnologías de inteligencia artificial están permitiendo tipos exponencialmente más poderosos y profundos de empoderamiento e interacción humana”.

Por estas razones, le pedí su opinión a James Manyika, quien dirige el equipo de tecnología y sociedad de Google, así como Google Research —donde se lleva a cabo gran parte de la innovación en inteligencia artificial—, sobre la promesa y el desafío de esta tecnología.

“Debemos ser audaces y responsables al mismo tiempo”, dijo.

“La razón para ser audaces es que, en muchos ámbitos distintos, la inteligencia artificial tiene el potencial de ayudar a la gente con las tareas cotidianas, de enfrentar algunos de los mayores desafíos de la humanidad —como, por ejemplo, la atención médica— y lograr nuevos descubrimientos e innovaciones científicos, así como mejoras de productividad que llevarán a una mayor prosperidad económica”.

Manyika agregó que lo hará “dándole acceso a gente de todas partes a la suma del conocimiento mundial: en su propia lengua, en su modo de comunicación preferido, por medio de texto, voz, imágenes o código” en un teléfono inteligente, la televisión, la radio o un libro electrónico. Mucha más gente podrá obtener la mejor ayuda y las mejores respuestas para mejorar su vida.

Sin embargo, Manyika agregó que también debemos ser responsables y citó varias inquietudes. En primer lugar, estas herramientas deben estar alineadas por completo con los objetivos de la humanidad. En segundo lugar, en las manos equivocadas, estas herramientas podrían hacer un daño enorme, tanto si hablamos de la desinformación como de cosas que se pueden falsificar a la perfección o del hackeo. (Los malos siempre son los primeros en adoptarlas).

Por último, “hasta cierto grado, la ingeniería va a la cabeza de la ciencia”, explicó Manyika. Es decir, ni siquiera las personas que construyen los llamados grandes modelos lingüísticos en los que se basan productos como ChatGPT y Bard entienden por completo cómo funcionan ni el alcance total de sus capacidades”. Manyika agregó que podemos diseñar sistemas de inteligencia artificial de una capacidad extraordinaria, a los que se les pueden enseñar unos pocos ejemplos de aritmética, un lenguaje poco común o explicaciones de chistes y luego, con una precisión asombrosa, pueden empezar a hacer muchas más cosas tan solo con esos fragmentos. En otras palabras, todavía no sabemos por completo cuántas cosas más, buenas o malas, pueden hacer estos sistemas.

Por lo tanto, necesitamos cierta regulación, pero debe hacerse con cuidado y de manera iterativa. La talla única no les quedará a todos.

¿Por qué? Bueno, si lo que más nos preocupa es que China supere a Estados Unidos en el ramo de la inteligencia artificial, debemos acelerar nuestra innovación en inteligencia artificial, no ralentizarla. Si queremos democratizar de verdad la inteligencia artificial, tal vez queramos que su código sea abierto. No obstante, el código abierto puede ser explotado. ¿Qué haría el grupo del Estado Islámico con el código? Así que debemos pensar en el control de armas. Si nos preocupa que los sistemas de inteligencia artificial agraven la discriminación, las violaciones de la privacidad y otros daños sociales divisivos, como lo hacen las redes sociales, debemos tener regulaciones ahora.

Si queremos aprovechar todas las mejoras de productividad que se esperan de la inteligencia artificial, debemos centrarnos en crear nuevas oportunidades y redes de seguridad para todos los asistentes jurídicos, investigadores, asesores financieros, traductores y las personas que trabajan en tareas de repetición que podrían ser remplazados hoy y tal vez los abogados y programadores que serían remplazados mañana. Si nos preocupa que la inteligencia artificial se vuelva superinteligente y empiece a definir sus propios objetivos, sin tener en cuenta el daño humano, debemos detenerla de inmediato.

Este último peligro es tan real que, la semana pasada, Geoffrey Hinton, uno de los diseñadores pioneros de los sistemas de inteligencia artificial, anunció que iba a abandonar el equipo de inteligencia artificial de Google. Hinton señaló que, en su opinión, Google estaba actuando de manera responsable en el despliegue de sus productos de inteligencia artificial, pero que quería tener la libertad para hablar sobre todos los riesgos. “Es difícil ver cómo se puede evitar que los malos la utilicen para cosas malas”, le dijo Hinton a Cade Metz, del Times.

Si sumamos todo, el resultado es que, como sociedad, estamos a punto de tener que decidir sobre algunas concesiones muy importantes mientras introducimos la inteligencia artificial generativa.

Y la regulación gubernamental por sí sola no nos salvará. Tengo una regla sencilla: mientras más rápido sea el ritmo del cambio y más poderes divinos desarrollemos los humanos, más importará todo lo antiguo y lento; todo lo que aprendiste en la escuela dominical o de dondequiera que tomes una inspiración ética, importará más que nunca.

Porque, mientras más modifiquemos la escala de la inteligencia artificial, mayor debe ser la modificación de la escala de la regla dorada: trata a los demás como quieras que te traten. Porque, debido a los poderes cada vez más divinos que nos estamos otorgando, ahora podemos afectarnos los unos a los otros más rápido, barato y profundo que nunca.

Cambio Climático

Sucede lo mismo con la caja de Pandora climática que estamos abriendo. Como explica la NASA en su sitio web: “En los últimos 800.000 años, ha habido ocho ciclos de glaciaciones y periodos más cálidos”. La última edad de hielo terminó hace unos 11.700 años y le dio paso a nuestra era climática actual —conocida como Holoceno (que significa “totalmente reciente”)—, la cual se caracteriza por tener estaciones estables que permitieron una agricultura estable, la construcción de comunidades humanas y, a final de cuentas, la civilización como la conocemos hoy.

“La mayoría de estos cambios climáticos se les atribuyen a variaciones muy pequeñas en la órbita de la Tierra que modifican la cantidad de energía solar que recibe nuestro planeta”, señala la NASA.

Bien, pues despídete de eso. Ahora hay un debate intenso entre los ecologistas —y los expertos en geología de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas, la organización profesional responsable de definir las eras geológicas y climáticas de la Tierra— en torno a si los humanos hemos salido del Holoceno para entrar en una nueva era, llamada Antropoceno.

Ese nombre proviene “de ‘antropo’, que significa ‘hombre’, y ‘kainos’, que significa ‘nuevo’, porque la humanidad ha causado extinciones masivas de especies vegetales y animales, ha contaminado los océanos y ha alterado la atmósfera, entre otros impactos duraderos”, detalla un artículo publicado en Smithsonian Magazine.

Los científicos del sistema terrestre temen que esta era creada por el hombre, el Antropoceno, no tenga ninguna de las estaciones predecibles del Holoceno. La agricultura podría convertirse en una pesadilla.

Sin embargo, aquí es donde la inteligencia artificial podría ser nuestra salvadora: acelerando los avances en la ciencia de los materiales, la densidad de las baterías, la energía de fusión y la energía nuclear modular segura que permitan a los seres humanos gestionar los impactos del cambio climático que ahora son inevitables y evitar los que serían inmanejables.

No obstante, si la inteligencia artificial nos brinda un mecanismo para amortiguar los peores efectos del cambio climático —si, de hecho, la inteligencia artificial nos da una oportunidad—, será mejor que lo hagamos bien. Es decir, con regulaciones inteligentes para modificar con rapidez la escala de la energía limpia y con valores sostenibles a escala. Si no difundimos una ética de la conservación —una reverencia por la naturaleza y todo lo que nos da sin costo, como el aire y el agua limpios—, podríamos acabar en un mundo en el que la gente se sienta con derecho a conducir por la selva ahora que su Hummer es totalmente eléctrico. Eso no puede ocurrir.

En conclusión: estas dos grandes cajas de Pandora se están abriendo. Que Dios nos salve si adquirimos poderes divinos para partir el mar Rojo, pero no logramos modificar la escala de los Diez Mandamientos.


Thomas L. Friedman es columnista de Opinión del NYY sobre temas internacionales y ha ganado tres premios Pulitzer. Es autor de siete libros

 

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Agencias

OMS declara el fin de la pandemia Covid-19

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EP New York | Covid-19 |OMS

Pandemia de COVID ya no es emergencia sanitaria declara la OMS

GINEBRA — La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló el viernes que el COVID-19 ya no califica como una emergencia global, marcando un final simbólico a la devastadora pandemia de coronavirus que desencadenó confinamientos que alguna vez fueron impensables, trastornó economías en todo el mundo y cobró la vida de al menos 7 millones de personas.

La OMS declaró al COVID-19 una emergencia sanitaria por primera vez hace más de tres años. La agencia de salud de Naciones Unidas indicó que a pesar de que la fase de emergencia había terminado, la pandemia no ha llegado a su fin y destacó picos recientes en contagios en el sureste asiático y Medio Oriente.

La agencia afirma que miles de personas siguen muriendo por el virus cada semana y millones más aseguran que todavía sufren los efectos debilitantes a largo plazo de la enfermedad.

“Es con gran esperanza que declaro el fin de COVID-19 como una emergencia sanitaria mundial”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

“Eso no significa que el COVID-19 haya terminado como una amenaza para la salud mundial”, advirtió, y agregó que no dudará en convocar nuevamente a expertos para reevaluar la situación en caso que el COVID-19 “ponga en peligro a nuestro mundo”.

Tedros añadió que la pandemia ha tenido una tendencia a la baja durante más de un año y reconoció que la mayoría de los países ya han vuelto a la vida previa al virus.

Lamentó el daño que el COVID-19 causó a la población global y dijo que el virus ha arrasado con negocios y sumido a millones en la pobreza. Tedros también subrayó que es muy probable que se hayan registrado al menos 20 millones de muertes por COVID-19, mucho más que los 7 millones reportados oficialmente.

“El COVID ha cambiado nuestro mundo y nos ha cambiado a nosotros”, comentó, advirtiendo que aún persiste el riesgo de nuevas variantes.

Cuando la agencia de salud de la ONU declaró por primera vez que el coronavirus era una crisis sanitaria internacional el 30 de enero de 2020, aún no se llamaba COVID-19 y no se registraban brotes considerables fuera de China.

Más de tres años después, el virus ha causado unos 764 millones de contagios en todo el mundo y unas 5.000 millones de personas han recibido al menos una dosis de la vacuna.

En Estados Unidos, la declaración de emergencia de salud pública por el coronavirus expirará el 11 de mayo, cuando terminen las amplias medidas para contener al virus, incluyendo los mandatos de vacunación. Muchos otros países, incluidos Alemania, Francia y Gran Bretaña, retiraron muchas de sus disposiciones contra la pandemia el año pasado.

Información de AP

 

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Agencias

Lo que debemos saber sobre la inteligencia artificial (IA)

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EP New York | Ciencia y tecnología

Por : Gustavo Lugo

La inteligencia artificial (IA) se volvió viral en 2023, impulsada por la aparición de chatbots de siguiente nivel como ChatGPT de OpenAI y Bard de Alphabet (NASDAQ: GOOGL) (NASDAQ: GOOG). Estos modelos conversacionales de IA han renovado el interés público en la IA a medida que el futuro se nos viene encima a una velocidad vertiginosa.

Los pronosticos ven un potencial de ventas resultante de estas ganancias tecnológicas, pero Ark Investment Management de Cathie Wood estima que el software de IA podría representar una oportunidad de ingresos de 14 billones de dólares para 2030, mientras los multimillonarios han estado comprando acciones a un ritmo frenético, y salirle al paso a la IA, como si el mundo se fuera a acabar  mañana.

Y no vamos tan lejos, el inversionista multimillonario y administrador de fondos de cobertura Seth Klarman una figura enigmática en Wall Street y un antiguo defensor de la inversión de valor. Klarman dirige Baupost Group, que tiene más de $30 mil millones en activos bajo administración, lo que lo convierte en uno de los fondos de cobertura más grandes. MarketWatch lo ha llamado “uno de los mejores administradores de dinero de todos los tiempos”.

QUE ES (IA), INTELIGENCIA ARTIFICIAL.

La inteligencia artificial (IA), en el contexto de las ciencias de la computación, es una disciplina y un conjunto de capacidades cognoscitivas e intelectuales expresadas por sistemas informáticos o combinaciones de algoritmos cuyo propósito es la creación de máquinas que imitan la inteligencia humana para realizar tareas, y que pueden mejorar conforme recopilan información, a diferencia de la inteligencia sintética, la inteligencia artificial no tiene como finalidad reemplazar a los humanos, sino mejorar significativamente las capacidades y contribuciones de estos.

Se hizo presente poco después de la Segunda Guerra Mundial con el desarrollo de la Prueba de Turing, mientras que el término fue acuñado en 1956 por el informático John McCarthy en la Conferencia de Dartmouth.

En la actualidad, la inteligencia artificial abarca una gran variedad de subcampos, estos van desde áreas de propósito general, aprendizaje y percepción, a otras más específicas como el reconocimiento de voz, el juego de ajedrez, la demostración de teoremas matemáticos, la escritura de poesía y el diagnóstico de enfermedades.

Por otro lado, el desarrollo y aplicación de la inteligencia artificial en muchos aspectos de la vida cotidiana también ha propiciado la creación de nuevos campos de estudio como la roboética y la ética de las máquinas que abordan aspectos relacionados con la ética en la inteligencia artificial y que se encargan de analizar cómo los avances en este tipo de tecnologías impactarían en diversos ámbitos de la vida, así como el manejo responsable y ético que se les debería dar a los mismos, además de establecer cuál debería ser la manera correcta de proceder de las máquinas y las reglas que deberían cumplir.

En respuesta al fervor provocado por ChatGPT, Alphabet presentó rápidamente a Bard, pero un par de errores de alto perfil opacaron su presentación, recordemos que Alphabet ha estado usando IA en segundo plano durante años y tiene un deposito de herramientas a su disposición, algunas de las cuales respaldan la búsqueda de Google, mejoran la calidad de las fotos en el teléfono Pixel y atraen a innumerables clientes de Google Cloud a la era de la IA, por lo que lo mejor está por venir.

En el ambito militar, el Comando Central del Ejército de EE.UU. (CENTCOM) ve a la inteligencia artificial (AI) como una herramienta para el rápido procesamiento de los datos.

Los soldados del futuro seran robots, el empleo de robots autónomos inteligentes en escenarios de combate, en las calles y todo lugar cambiara las reglas del juego en los conflictos internacionales.

¿En qué punto se encuentra la robótica aplicada al ámbito militar? ¿Será habitual ver este tipo de máquinas en el futuro en los campos de batalla?.

Esto significa que la IA no estaría facultada para adoptar decisiones a cargo de los humanos, sino que su actividad apoyaría a los líderes en la toma de estas, como fue el caso de Los “perros robots” que el FDNY usó tras el colapso del estacionamiento en Manhattan, sorprendiendo a todos, y se trato de “Digi-Dog”, una nueva tecnología que emula la altura y forma de un canino, incluyendo las cuatro patas, su objetivo principal es apoyar en labores de búsqueda y rescate, durante derrumbes y otros siniestros como lo ocurrido en Manhattan, colandose entre los escombros y localizando personas que estén atrapadas, de modo que los funcionarios del FDNY puedan ubicarlas y rescatarlas, ademas de evitar que alguno de los bomberos exponga su vida en un colapso mayor.

El futuro de nosotros esta en la (IA), inteligencia artificial, y lo que nos falta por ver esta a la vuelta de la esquina.

 

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