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Carlos Lozano : La otra voz del conflicto armado en Colombia

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ENTREVISTA A CARLOS LOZANO

por Ricardo Angoso

@ricardoangoso

rangoso@iniciativaradical.org

 ENTRADILLA:

 Carlos Lozano es el director del semanario Voz, la verdad del pueblo, órgano oficial del Partido Comunista Colombiano y, por lo general, bien informado acerca de lo que ocurre en el interior de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y en torno a todo lo que discurre alrededor del proceso de paz entre dicha organización y el ejecutivo presidido por Juan Manuel Santos. Considerado un facilitador en las fases previas a las negociaciones, Lozano cree que la extrema derecha encarnada por el expresidente Alvaro Uribe es una férrea enemiga de la paz en Colombia.

 TITULARES:

 “Hay que buscar una paz justa para todos, tanto para las guerrillas como para el ejecutivo de Juan Manuel Santos”

 “Hay una parte del Establecimiento que se opone al proceso de paz en Colombia”

 “La historia de Colombia es una historia de la violencia ejercida desde el poder, desde el Estado como principal victimario”

 “Aquí la clase dominante colombiana ha sido muy mezquina porque aquí el conflicto está muy ligado al asunto de la tierra, al problema de los grandes latifundios, de la violencia ligada a la defensa para perpetuar la concentración de la tierra en manos de unos pocos”

 “En los acuerdos anteriores, no lo olvidemos, hubo una amnistía total. Por ejemplo, Antonio Navarro, que fue uno de los más importantes líderes del M-19, no pagó ni un día de cárcel, pese a que ahora es uno de los más críticos de todos los acuerdos que se han logrado en La Habana”

 “La paz no se puede reducir solo a la desmovilización de la guerrilla, es más, para mí, lo más importante del proceso de paz son los acuerdos sociales y políticos relativos a las causas que generaron el conflicto”

 “Creo que en esta ocasión las FARC han mostrado una voluntad política que no tenían en el pasado y estamos discutiendo ya asuntos de capital importancia que nunca antes se habían puesto sobre la mesa, como la dejación de armas”

 “Una guerrilla que lleva sesenta años de lucha, que nunca fue derrotada militarmente a pesar de los golpes duros recibidos en muchas ocasiones, no se puede pretender doblegarla de la noche a la mañana y sin una negociación. Eso no funciona así ni con las FARC ni con el mismo Ejército de Liberación Nacional”

 La Entrevista

 Ricardo Angoso: ¿Cuál ha sido el motivo por el que nuevamente se aplazó la firma definitiva de un acuerdo entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el ejecutivo que preside Juan Manuel Santos?

 Carlos Lozano: Había puntos muy importantes pendientes y que generaban grandes controversias, tales como el fin del conflicto y la implementación del mismo proceso una vez concluido, así como ver como se aplicaban los acuerdos alcanzados. No había tiempo suficiente para llegar a un gran acuerdo sobre  estos temas. Sin embargo, al haber fijado esa fecha del 23 de marzo, se generaron unas expectativas para el país y la sociedad en general de que se iba a alcanzar un acuerdo final y de que iba a llegar la paz en esa fecha. El gobierno se equivocó claramente queriendo acotar el proceso de paz a unos tiempos concretos.

 En ésta foto se observa a los principales protagonistas del conflicto armado de los últimos años en Colombia. Alvaro Uribe Vález , Juan Manuel Santos y Timochenco /centro)
 Pero también ocurre que el gobierno tiene muchas dificultades internas y la presión que tiene de la extrema derecha y de un sector del gobierno, contrarios a la solución política, le ponen en una situación muy difícil para llevar a buen término el proceso. Lo digo  porque aprobado el tema de víctimas el pasado  año volvieron a abrir el asunto para hacer unos  supuestos ajustes que finalmente eran cambios, debido a las presiones y corrientes de opinión que desde el Establecimiento le condicionaban al presidente Santos diciéndole que bajo las condiciones de ese acuerdo iba a ser muy difícil que le respaldaran en el asunto del plebiscito. Eso demoró dos meses el tomar el hilo de la discusión sobre las cuestiones pendientes porque hubo que volver al tema de las víctimas y solo hasta el mes de enero quedó aprobado en firme como ya lo está. E incluso todavía hay sectores, dentro del partido conservador y el uribismo, que siguen diciendo que este tema hay que replantearlo. Además, hay temas sobre la mesa que no eran tan sencillos y el gobierno creía que eso se resolvería rápido, cuando no era así.

 Desde que el gobierno comenzó a buscar los acuerdos con las FARC, en la parte secreta incluso de las negociaciones, se pensó que quien ponía las normas era quien estaba en el poder, es decir, el ejecutivo. Se pensaba que estaban haciendo algo bondadoso, humanitario, porque se encontraban frente a una supuesta guerrilla derrotada y que solamente el gobierno podía ofrecer a las FARC un acuerdo digno. El acuerdo digno, para este gobierno, era desmovilizarse y entregar las armas, ahí se quedaba todo. Eso fue una equivocación y el ejecutivo, en parte, sigue siendo presa de ese error porque no se logró nada el 23 de marzo en ninguna materia precisamente porque se pretendió que las FARC se sumara a decisiones tomadas por el gobierno, como el asunto de la refrendación de los acuerdos y el plebiscito. También hubo problemas en lo que se refiere a las zonas de ubicación y a las reformas en materia de orden público. 

 El gobierno tomaba decisiones unilaterales, que perdieron el sentido de bilateralidad propio en unas negociaciones políticas, y eso fundamentalmente derivó en que no se alcanzara un acuerdo en la fecha prevista. Los acuerdos deben ser entre las dos partes y no se deben tomar unilateralmente. Se dice que las FARC no quisieron, que no pusieron de su parte para alcanzar un acuerdo, como en el asunto de la dejación de armas, cuando ese tema ya había quedado definido en La Habana y fija en 60 días ese punto una vez alcanzado el acuerdo definitivo. Incluso, yo creo, que a partir de la nueva fecha fijada, el 6 de abril, se va a establecer una nueva hoja de ruta con una agenda, unas fechas definidas y unos plazos cerrados, en resumen unos tiempos y una fecha más o menos definitiva para resolver en un tiempo razonable un acuerdo final. Pero no nos debemos amarrar a una fecha cerrada, como pretende el presidente Santos, porque eso generará frustraciones y acabará abocando a nuevos fracasos ante la sociedad, debilitando definitivamente el proceso de paz. Eso de intentar ceñirse a una fecha cerrada le resta seriedad al proceso y le debilita, en términos de opinión pública, ante la sociedad.

 El presidente Santos, Sergio Jaramillo y Humberto de la Calle, del equipo negociador del Gobierno; (d) Timochenko, número uno de las FARC, Iván Márquez y Pablo Catatumbo, del equipo negociador de la guerrilla. Foto: Archivo SEMANA
 R.A.:¿No es demasiado tiempo cuatro años para encarar un proceso de estas características, habiendo tenido este largo periodo un coste alto en términos de erosión del presidente y de desilusión en una sociedad que esperaba resultados mucho antes?

 C.L.: Era difícil agilizarlo. Desde que se comenzó hace tres años y medio en Oslo, en la célebre reunión, para inaugurar la fase pública del proceso de paz, se vio que iba ser complicado, ya que las dos partes mostraron en sus discursos que tenían posiciones muy diferentes, casi antagónicas y con discrepancias muy fuertes. Estas diferencias iban a traducirse en un largo proceso de paz, como así ha sido, y en donde habría que tener paciencia y voluntad política por parte de las dos partes para mantenerse en las negociaciones. Todo eso era previsible. Me parece que el gobierno no lo entendió así y comenzó a jugar con el tiempo, las fechas y las decisiones, de carácter unilateral, claro. Y así fue como esa unilateralidad, por parte del gobierno, condujo a seguros fracasos que fueron debilitando el proceso. 

 Luego el presidente Santos, siendo quien conducía el proceso, tenía que haberlo defendido y mantener en alto la defensa del mismo, pero no lo hizo y se mostró débil haciendo concesiones a la extrema derecha contraria a la paz. Eso debilitó al proceso de la paz, aparte de que acontecimientos de fuera de la mesa, que nada tenían que ver con la naturaleza misma de la negociación, afectaron negativamente a la negociación política entre las partes. 

 Más tarde, el gobierno fracasó en que los miembros de la mesa de Unidad Nacional que le apoyaban no estuvieran claramente en favor del proceso y logrando un consenso por la paz, algo que incluso al día de hoy todavía no ha logrado. Y me refiero, por ejemplo, al Partido Conservador, que en estos momentos se debate sobre si estar o salirse de la Unidad Nacional porque no comparte el tema de la paz. El mismo vicepresidente, Germán Vargas Lleras, se ha mantenido al margen del proceso de paz, entretenido en su campaña electoral de cara a las próximas elecciones presidenciales al frente de estas megaobras de infraestructuras que se están haciendo en el país y que le sirven como buena plataforma política. Estos elementos han contribuido a debilitar el proceso mismo, aparte de la campaña de la extrema derecha y de una parte del Establecimiento que han hecho fuerza para que el proceso no saliera y oponiéndose al presidente Santos. Estos sectores exigían un rápido acuerdo a cambio de la desmovilización y la entrega de las armas a las FARC a cambio de nada. Una guerrilla que lleva sesenta años de lucha, que nunca fue derrotada militarmente a pesar de los golpes duros recibidos en muchas ocasiones, no se puede pretender doblegarla de la noche a la mañana y sin una negociación. Eso no funciona así ni con las FARC ni con el mismo Ejército de Liberación Nacional (ELN). 

 Estamos ante un desafío histórico de primera que requiere una solución política con una paz digna para todos, tanto para las guerrillas como para el ejecutivo del presidente Santos. En definitiva, hay que buscar una paz digna y justa para el país. Aquí se trata de buscar una solución que ponga fin a este largo conflicto y la prueba de que estamos ad portas de terminar este proceso, algo que se ha reconocido desde el mismo poder, como el presidente Santos, es que en estos cuatros años se avanzó mucho. Cuatro años en comparación con otros procesos de paz no es mucho tiempo, es un proceso corto en comparación con otros del mundo y de América Latina. Aquí el problema es que algunos esperaban una paz exprés que no llegó pero sí va a llegar, se ha hecho un recorrido suficiente y necesario que va a sentar las bases para que los colombianos alcancen la paz que tanto anhelamos todos. Estamos en el buen camino, pese a los contratiempos, y tengo fe en que finalmente llegará la paz.

 Grupo paramilitar (AUC) autodensas unidas de Colombia
 R.A.:¿Usted piensa como el uribismo, en el sentido de que dicen que las FARC no tienen voluntad política de alcanzar un acuerdo y dejar las armas en aras de que se logre una auténtica paz?

 C.L.: No creo que ese sea el asunto. Creo que en esta ocasión las FARC han mostrado una voluntad política que no tenían en el pasado y estamos discutiendo ya asuntos de capital importancia que nunca antes se habían puesto sobre la mesa, como la dejación de armas. Y este es el tema más complejo para un grupo guerrillero, ya que las armas son las que garantizaron que el movimiento existiera, se hiciera fuerte en algunas regiones del país y se convirtiera en una amenaza para el Establecimiento colombiano. Entonces, poner hoy a las FARC a hablar sobre la dejación de las armas, que no es la entrega, entendida como el desprendimiento de las armas por parte de esta organización pero no como una señal de derrota ni nada parecido. Si estamos ya en ese punto, en que las FARC están dispuestas a dar ese paso y el país está reconociendo ese hecho, no me cabe la menor duda de que están demostrando su voluntad política y quieren llegar hasta el final del proceso de paz.

 Lo que ocurre es que las FARC lo quieren hacer sobre la base de cierto respeto y consideración en el sentido de que quieren que se acaten los acuerdos establecidos en La Habana y que tanto el gobierno de Santos como la guerrilla deben cumplir, respetando lo firmado y lo acordado hasta ahora. Estamos en un punto, creo, de no retorno.

 R.A.:Hay gente que tiene el temor de que esta va a ser una paz con impunidad y en donde las dos partes nunca serán juzgadas por los excesos cometidos, ¿usted qué piensa de este asunto de una paz sin justicia?

 C.L.: Yo creo que el acuerdo de víctimas y justicia es muy positivo para todos porque es la síntesis de lo que ha ocurrido en el país a lo largo del conflicto. Aquí se vivió un momento complejo al comienzo del proceso porque tanto el gobierno como las voces del establecimiento colombiano exigían a las FARC todo y le apostaban a que se rindiera. La guerrilla era la única que tenía que hacer el esfuerzo de reconocer sus culpas y pedir perdón a las víctimas, pero no se hablaban de más asuntos que tenían vital importancia en el proceso. No se hablaba, por ejemplo, del Estado colombiano, que ha sido el principal victimario, y no estoy hablando de este gobierno en concreto, sino del Estado histórico colombiano. La historia de Colombia es una historia de la violencia ejercida desde el poder, desde el Estado como principal victimario.

 Por esa razón, por esa violencia ejercida desde el Estado, el tema político es tan importante, el asunto de la democracia, de la reforma electoral y política, de las garantías que deben tener los colombianos para poder actuar en condiciones de igualdad y con derechos iguales en los procesos electorales de la vida política nacional sin el temor a ser asesinados como ocurrió con la Unión Patriótica (UP) y otros grupos de la izquierda que fueron exterminados en el pasado. Esa versión unilateral de que tan solo era la guerrilla la que tenía que dar la cara a las víctimas se cayó con el acuerdo de víctimas, algo que no gustó a algunos sectores del país. 

 Y es que no es solo el Estado el que tiene que dar la cara, también tienen que responder el Establecimiento y los partidos tradicionales, el liberal y el conservador, ya que hubo caciques regionales que participaron en la creación de los grupos paramilitares y fueron responsables claros de genocidios. No olvidemos que hay caciques de los dos grandes partidos que incluso están en la cárcel y no solo por la parapolítica, sino como responsables de graves violaciones de los derechos humanos. Todo este asunto se tiene que traducir en ese acuerdo de víctimas al que se llegó en su momento. Me parece, por tanto, que va a haber justicia, aunque hay que reconocer que pueden quedar algunas parcelas de impunidad. Creo que en función de un bien supremo, que es la paz, puede que algunos victimarios no paguen por los delitos cometidos, pero esos responsables están en las dos partes y no solo en la guerrilla. 

 Aquí tenemos ese problema y esa discusión, ya que algunos piensan que todos deben de responder y pagar por sus delitos. Si se cumpliera esa premisa, le aseguro, nunca habrá paz en Colombia. Decirle a los militares y a los guerrilleros que tienen que dejar las armas y que no pueden ejercer su derecho a actuar en política y tienen que ir a la cárcel será el peor de los caminos. Por eso, la Ley de Víctimas ejerce un derecho gradual y establece una justicia restaurativa, no punitiva, y sienta las bases para lo que es un auténtico proceso de paz. 

 En los acuerdos anteriores, no lo olvidemos, hubo una amnistía total. Por ejemplo, Antonio Navarro, que fue uno de los más importantes líderes del M-19, no pagó ni un día de cárcel, pese a que ahora es uno de los más críticos de todos los acuerdos que se han logrado en La Habana. Navarro todos los días critica algo, bien a la guerrilla o al gobierno, olvidando que fue victimario y nunca respondió por las tropelías cometidas. Navarro ahora se olvida, al igual que Petro, que nunca pagaron con la cárcel por los delitos que cometieron cuando estaban en el M-19. Así son los procesos de paz: en función de un bien supremo, como es la paz,   hay que asumir ciertos costes mínimos que permitan satisfacer a las víctimas para que haya verdad, justicia y reparación y, hay sobre todo, un compromiso de no repetición pero sobre la base de que se va a priorizar, como ya he dicho antes, la paz. Todo el proceso deber caminar en dirección de una paz justa. El acuerdo de víctimas es muy importante en este proceso y prevé una justicia que reconozca los delitos. Pero debe haber reparación y no repetición de lo que ocurrió. Luego, no olvidemos, el gobierno no quiere tocar el asunto del paramilitarismo, alegando que ese fenómeno no existe y que en Colombia lo que hay son unas bandas criminales, lo que no creo que sea cierto. 

 R.A.:¿El asunto del paramilitarismo no quedó resuelto con Uribe?

 C.L.:No quedó resuelto porque Uribe lo que hizo fue llevarse a unos capos del narcoparamilitarismo extraditándolos a los Estados Unidos, mientras a otros les aplicaron el máximo de la pena, que eran ocho años, pero no se buscó ningún mecanismo de verdad, reparación y no repetición, que es lo que estamos viendo en este proceso. Ahora, el poder acuñó un nuevo término bien raro que dice que los están cometiendo en la actualidad los crímenes son los postdesmovilizados, que es algo que yo no entiendo del todo. Pero la verdad, y todo hay que decirlo, es que quien comete esos crímenes son los brazos del viejo paramilitarismo.

 R.A.:Ultimamente ha habido varias denuncias de crímenes contra activistas sociales y de derechos humanos, ¿qué hay de todo ello?

 C.L.: Todo apunta al paramilitarismo, que sigue siendo una criatura del Estado porque estas bandas están actuando bajo las mismas características de las anteriores, es decir, que siguen ligadas a políticos, pagando favores a empresarios del campo y otros caciques regionales. Hoy lo que tenemos son distintas expresiones de todo este fenómeno del paramilitarismo que no han desaparecido todavía.

 R.A.:¿Cree que las condiciones de desigualdad social y económica que padece el país mejorarán con la firma de la paz para los más desfavorecidos?

 C.L.:Es un debate largo que hay e incluso en la izquierda. Hay sectores de la izquierda que pretenden que la paz llegue cuando todos los problemas del país estén resueltos, es decir, como decía el expresidente Alfonso López Miquelsen, es la aspiración de una revolución por contrato. Pretender que en una mesa de diálogo se resuelvan todos los problemas del país,  como sugieren algunos, es un deseo imposible, claro. Aspirar a que en una mesa de diálogo donde hay una guerrilla revolucionaria sentada con el señor Santos, que es un representante del Establecimiento y el neoliberalismo, se resuelvan todos los problemas del país y haya cambios y transformaciones profundas  no es posible. Por eso, nosotros a lo que aspiramos, y en eso coincidimos con las FARC, es que se pueda llegar a un acuerdo acerca de las causas que originaron el conflicto. 

 Aquí la clase dominante colombiana ha sido muy mezquina porque aquí el conflicto está muy ligado al asunto de la tierra, al problema de los grandes latifundios, de la violencia ligada a la defensa para perpetuar la concentración de la tierra en manos de unos pocos. Eso fue así en la década de los años cuarenta y eso sigue igual en la actualidad, pese a que ahora ya no son los latifundios sino también los grandes ganaderos, que tienen miles de hectáreas en sus manos dedicadas a la ganadería extensiva; las vacas más cómodas del mundo están en Colombia, un país que paradójicamente no tiene soberanía alimentaria. Mientras no se resuelvan esos problemas, esas causas que generaron el problema, va a ser difícil avanzar. Y yo no estoy hablando de quitar las tierras o las vacas a nadie, no, eso no puede ser y no habría lugar para la paz, pero sí se puede hacer como está planteado en la agenda y en el acuerdo que hizo el gobierno con la guerrilla, siempre que haya voluntad por parte del gobierno, que ha promulgado leyes agrarias que van en contra del espíritu acordado en La Habana. 

 R.A.:¿Y qué más cambios tiene que haber?

 C.L.:Tiene que haber un cambio en la doctrina de seguridad nacional que imperó en Colombia durante años, ese anticomunismo feroz que viene de la guerra fría y ha permitido el genocidio de la UP. En definitiva, tiene que cambiar todo lo que ha ocurrido en los últimos años y que tiene que ver con la violencia que se ha ejercido desde el poder. Por eso, cuando  hablamos y nos referimos al paramilitarismo decimos que tiene que ver con que es una criatura creada por el Estado. Tuvieron distintos nombres y denominaciones, pero siempre fueron el mismo fenómeno de la violencia que se ejercía desde el Estado contra los más humildes. Por ejemplo, en los años ochenta se les llamó las Autodefensas de Colombia. Está demostrado hasta donde hubo la complicidad y la confabulación de parte de agentes del Estado en estos grupos y el propio expresidente Alvaro Uribe Vélez no es ajeno a estas bandas; fue el creador de las Convivir en Antioquía. Todo ese entramado ahora hay que desmontarlo en el proceso de paz, esos son los cambios que hay que hacer. Sumado todo ello al narcotráfico, que acabó siendo un factor y un combustible que alimentó el conflicto. Es un tema que no originó el conflicto, pues no existía en sus orígenes, sino que lo acabó atravesando y convirtiendo en un problema de todos, no en un problema que, como dice el gobierno de Santos, es solo de la guerrilla, sino también del Estado. El narcotráfico perneó al Estado y acabó eligiendo hasta presidentes, como Samper, y eligió hasta parlamentarios, como el señor Pablo Escobar, que acabó hasta de congresista.

 R.A.:Dicen los uribistas que las FARC se acabaron convirtiendo en una gran cartel de la droga, ¿es así?

 C.L.: Sí, es cierto, pero también hay parapolíticos y paramilitares, incluso dentro del uribismo, que también estuvieron implicados en el narcotráfico y participaron de ese negocio, o bien por la vía del Cartel de Calí o el de Medellín. El propio Uribe aparece en varias fotos al lado de famosos narcotraficantes. Pero los uribistas, armados de cinismo, sólo le atribuyen esta ligazón con el narcotráfico a las FARC. Y el debate que hay hoy en el país no es el de los carteles del narcotráfico sino el del peso de los herederos del tráfico de drogas en el país, que es lo que realmente habría que discutir, y el de los cultivos ilícitos, que tiene que ver con campesinos pobres que acudieron a esos cultivos que digo para poder simplemente sobrevivir. Es parte de la cadena de narcotráfico que tiene que resolverse con decisiones y apuestas sociales para reconducir el problema y no solo con la represión, como intenta el Estado. Sin embargo, los grandes carteles siguen operando y las Bacrim, las bandas criminales, siguen abriendo nuevas rutas para sacar la droga desde Colombia hasta el exterior. Eso no le llama la atención al gobierno, cuando esa fue la principal causa por la que Venezuela cerró la frontera con Colombia porque se había convertido en una vía libre para el paso de narcotraficantes hacia Venezuela.Todos estos problemas tienen que resolverse para llegar a un buen acuerdo de paz. 

 Es decir, y para resumir, si no quedan resueltos los problemas sociales y políticos en la mesa de negociaciones, impulsando desde el gobierno que los acuerdos se cumplan, va a ser muy difícil llegar a una verdadera paz. La paz no se puede reducir solo a la desmovilización de la guerrilla, es más, para mí, lo más importante del proceso de paz son los acuerdos sociales y políticos relativos a las causas que generaron el conflicto. Yo no estoy pretendiendo que cambien el modelo económico ni que el país vaya hacia una dictadura del proletariado, como dice Uribe, sino que tiene que haber una paz con democracia y justicia social, al menos en los factores originales que generaron el conflicto. Porque si no se hace así también será difícil para las FARC explicar que tras sesenta años de guerra supuestamente para intentar llegar al poder y resolver los problemas del país, dejando miles de muertos atrás, ahora entregan  las armas y que no se pudo hacer más, ¿con qué cara van a explicar a la gente que este país se sumió en una tragedia, en una guerra, para nada? 

 R.A.:¿Cuál es el escenario, que las FARC se conviertan en un partido político clásico participando en los distintos procesos electorales? ¿Y qué debe hacer la izquierda ante ese  previsible escenario?

 C.L.:Por supuesto, claro que sí, esa debe ser la meta. El objetivo final de este proceso es que quienes hicieron la política con armas argumentando que no tenían garantías para participar en la vida política, es que ahora actúen sin armas, aprovechando las nuevas condiciones que se acuerden en el proceso de paz. Es más, yo creo incluso debemos de adelantar desde la izquierda la idea de un movimiento unitario y amplio, que puede ser hasta el Frente Amplio en el que estamos trabajando. Tenemos que unirnos y ser capaces de abrir el espacio para que la guerrilla, ya desmovilizada y ya actuante en la vida política, pueda incorporarse a ese movimiento de izquierdas plural. 

 Algunos, en la izquierda, no creen que ese sea el debate, que la guerrilla debe quedar al margen, pero yo sí creo que deberían integrarse a esa gran fuerza de izquierda. Las FARC y el ELN no pueden convertirse en un ghetto político, sino que deben ser atraídos a una izquierda nueva, modernizada, no sectaria, donde no haya hegemonías de ninguna clase y donde todos los actores tengamos claras las reglas de juego y las respetemos, ese debe ser el escenario final de este proceso de paz. Yo creo que objetivo final del postconflicto debe ser que la izquierda pueda convertirse en una alternativa real en la sociedad colombiana porque de no ser así seguirán gobernando los mismos y el modelo de país tan desigual se legitimará. Y no cambiará par dar paso a un país más justo y democrático, sino que seguiremos tal como estamos. Hacer el esfuerzo de paz que estamos haciendo para que nada cambie y el país siga el mismo rumbo no puede ser, tiene que haber una posibilidad aunque sea en el mediano tiempo de que las cosas puedan cambiar. Si no es así, estamos mal y habremos fracasado en este proceso de paz.

 R.A.:Dice un representante de la derecha colombiana cercana a Uribe que las FARC solo quieren la impunidad y no pagar por sus delitos, ¿le parece cierto ese planteamiento?

 C.L.:No tiene ningún sentido. Tiene que haber una respuesta en el proceso al tema de asegurar la justicia, eso lo tengo claro y creo que casi todo el mundo lo ve así. Nadie puede pensar que la guerrilla va a hacer la paz para irse a la cárcel, esa idea es un disparate. Una guerrilla hace la paz para participar en la vida política. El acuerdo de víctimas hará posible que todo el mundo responda con verdad, justicia y reparación, pero no necesariamente con largas condenas de cárcel, pero sí van a tener que responder ante la historia, el país y las víctimas por los hechos que cometieron. Y no solamente la guerrilla, sino que el señor Uribe tendrá que responder, ya que bajo su gobierno, precisamente, no fueron unas monjas de la caridad. 

 Habrá que buscar caminos y las FARC se acabarán convirtiendo en un actor político, algo que me consta que ya están considerando sin pedir pista a nadie, ni siquiera a Marcha Patriótica. Pondrán en marcha un proyecto propio, con sus señas de identidad, quizá en coordinación con el ELN, en la perspectiva de que se conforme un proyecto unitario que se está considerando ahora y que seguro que cierta izquierda no aceptará. Pero, si realmente queremos cambiar el país por la vía política y sin armas, logrando una transformación democrática, tenemos que hacerla con un gran movimiento político no solo de la izquierda tradicional y democrática, sino contando con todos los sectores democráticos de Colombia que estén de acuerdo en unos cambios y unas reformas absolutamente necesarias y que el país requiere.

 SOBRE RICARDO ANGOSO

 Ricardo Angoso(izq) entrevista en Guatemala a Oscar Platero , militar y analista político (der)
Ricardo Angoso es un periodista español , analista de los problemas politicos y sociales a nivel mundial y ha entrevistado a politicos y militares comprometidos con los procesos democráticos de sus países. Es un amplio conocedor, además , de la realidad política europea. Ricardo lidera varias organizaciones no gubernamentales , destinadas a enrriquecer la democracia. Entre ellas, el foro “ideas para la democracia” con sedes en España y Colombia.

Agencias

El colapso financiero del Silicon Valley Bank

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EP New York  | Economía Mundial

Por Gustavo Lugo

Silicon Valley Bank, uno de los principales prestamistas del sector tecnológico, fue cerrado por los reguladores el viernes por preocupaciones sobre su solvencia.

La medida provocó una venta masiva de acciones y generó temores de que otros bancos pudieran estar en riesgo de quiebra. Fundado en 1983, el banco creció hasta convertirse en el decimosexto más grande de los EE. UU., con $ 210 mil millones en activos. A lo largo de los años, según los informes, su lista de clientes creció para incluir algunos de los nombres más importantes en tecnología de consumo como Airbnb, Cisco, Fitbit, Pinterest y Square.

El miércoles por la noche, SVB anunció que planeaba recaudar $ 2 mil millones para “fortalecer (su) posición financiera” después de sufrir pérdidas en medio de la desaceleración más amplia en el sector tecnológico. También indicó que había visto un aumento en los clientes de inicio que retiraban sus depósitos. Al mismo tiempo, el banco señaló que sus títulos habían perdido valor como resultado de las tasas de interés más altas.

El jueves por la mañana, las acciones de SVB comenzaron a experimentar una venta masiva, más tarde ese día, el director ejecutivo de SVB, Gary Becker, suplicó a los inversores tecnológicos que “mantuvieran la calma”. Dijo que el único peligro que se le presentaba a SVB era si “todos se decían unos a otros que SVB está en problemas”. Eso parece haberse transformado en una profecía autocumplida, con los gigantes tecnológicos, incluido Peter Thiel, advirtiendo a los fundadores de nuevas empresas que reduzcan su exposición a SVB, al final del día, las acciones de SVB habían caído un 60%.

El viernes por la mañana, CNBC informó que SVB no había podido recaudar el efectivo que esperaba reunir y estaba buscando un comprador a medida que las salidas de depósitos continuaban acelerándose.

El banco incluso llamó al Departamento de Policía de Nueva York el viernes por la mañana cuando los clientes comenzaron a hacer fila afuera de sus oficinas de Park Avenue para obtener su dinero, pero los oficiales que llegaron al lugar se fueron después de determinar que “no había nada criminal”, dijo un portavoz de la policía de Nueva York.

Para el mediodía del viernes, los reguladores bancarios estatales y federales de California habían visto suficiente y anunciaron que se harían cargo de los depósitos de SVB y pondrían al banco en suspensión de pagos, y  según la FDIC, esta es la segunda mayor quiebra bancaria en la historia de Estados Unidos, detrás del colapso de Washington Mutual en septiembre de 2008.

Antes del cierre, algunos analistas bancarios descartaron las preocupaciones sobre un posible “contagio” derivado de los problemas de SVB que podrían desestabilizar el sector bancario, aunque sin descartar la posibilidad de que el banco quiebre.

“Creemos que la liquidación fue exagerada ya que los bancos grandes tienen mucha más liquidez que los bancos más pequeños, están más diversificados con modelos comerciales más amplios, tienen mucho capital, están mucho mejor administrados con respecto al riesgo y tienen mucho supervisión de los reguladores”, dijo el viernes el analista de JPMorgan Vivek Juneja en una nota a los clientes.

EL DESPLOME DE SILICON VALLEY BANK SE SIENTE A NIVEL GLOBAL

La quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) este viernes no solo ha sembrado la incertidumbre financiera en EE.UU., también ha tenido consecuencias alarmantes que ya se están haciendo visibles en distintas partes del mundo.

En el Reino Unido, la filial del SVB está a punto de declararse insolvente, ya ha cesado su actividad y no acepta nuevos clientes. Más de 250 directores ejecutivos de empresas tecnológicas británicas han firmado una carta dirigida al ministro de Hacienda británico, Jeremy Hunt, en la que piden la intervención del Gobierno, según una copia vista por Reuters.

“La reciente noticia de que SVB va a declararse insolvente representa una amenaza existencial para el sector tecnológico británico”, dice la carta. “Este fin de semana la mayoría de nosotros, como fundadores de empresas tecnológicas, estamos haciendo cuentas para ver si somos potencialmente insolventes desde el punto de vista técnico”.

Al parecer, esto es solo el comienzo, puesto que SVB también tenía sucursales en Alemania, China, Dinamarca, India, Israel y Suecia. Los empresarios británicos advierten de que la quiebra del banco podría acabar con las ‘startups’ de todo el mundo si no interviene el Gobierno.

También ha puesto en alerta a los empresarios tecnológicos de Asia. “No hay que subestimar el impacto del incidente del SVB en la industria tecnológica”, señalaron en una nota los analistas de China International Capital Corp., dirigidos por Liu Zhengning, sin embargo, el banco estatal chino Shanghai Pudong Development Bank, empresa conjunta al 50 % con el SVB Financial Group, aseguró este sábado que sus operaciones son “sólidas” y afirmó que su balance es independiente del de su socio estadounidense.

De otro lado, el ministro de Finanzas de Corea del Sur declaró este domingo que el país sigue de cerca cualquier repercusión de la quiebra del SVB en los mercados surcoreanos, a pesar de las opiniones de los expertos de que la insolvencia del prestamista no se extendería a otros sistemas financieros.

SVB, a través de su entidad matriz, posee inversiones en algunas de las ‘startups’ tecnológicas más importantes de la India, como Bluestone, Carwale, InMobi y Loyalty Rewardz. Por lo tanto, no se puede descartar un impacto directo en la puesta en marcha india y en la nueva economía, señala el medio The Hindu Businessline.

 

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Agencias

China propone plan de paz para Ucrania tras un año de guerra

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EP New York| Guerra de Ucrania

¿Qué propone China para traer la paz a Ucrania?

TAIPÉI, Taiwán — Un año después del inicio de la guerra de Rusia contra Ucrania, China presentó una propuesta de 12 puntos para poner fin a la contienda.

La propuesta se hace luego del reciente anuncio de que China está tratando de actuar como mediador en la guerra que ha revitalizado unas alianzas occidentales consideradas por Beijing y Moscú como rivales. El máximo diplomático de China indicó que el plan se presentará en una conferencia de seguridad esta semana en Múnich, Alemania.

Con la propuesta, el gobierno del presidente Xi Jinping reitera la postura oficial China de ser neutral, a pesar de bloquear los esfuerzos en Naciones Unidas para condenar la invasión. El documento repite las afirmaciones rusas de que los gobiernos occidentales son culpables de la invasión del 24 de febrero de 2022 y critica las sanciones a Rusia.

Durante la reunión en Múnich, el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken manifestó su escepticismo sobre la postura de Beijing antes de la revelación del plan. Dijo que China ha brindado una ayuda no letal en apoyo a la campaña bélica del presidente ruso Vladimir Putin y señaló que Estados Unidos cuenta con información de inteligencia de que Beijing está “analizando brindar apoyo letal”. China calificó la acusación de “difamación” y subrayó que carece de pruebas.

¿QUÉ ES LO QUE PROPONE CHINA?

La propuesta de China exige un alto el fuego, negociaciones de paz y el fin de las sanciones contra Rusia.

China responsabilizó de las sanciones a otros “países relevantes”, pero sin nombrarlos. Estos países, afirma, “deben dejar de abusar de las sanciones unilaterales” y “hacer su parte para reducir la crisis de Ucrania”.

Muchos de los 12 puntos son muy generales y no ofrecen propuestas específicas.

Sin mencionar ni a Rusia ni a Ucrania, señala que debe defenderse la soberanía de todos los países. No especificó cómo sería para Ucrania y la tierra que le fue arrebatada desde que Rusia se apoderó de Crimea en 2014.

La propuesta también condena una “mentalidad de Guerra Fría”, un término que suele referirse a Estados Unidos y la OTAN, la alianza militar de Estados Unidos y Europa. “La seguridad de una región no debe lograrse reforzando o ampliando bloques militares”, se lee en la propuesta. Antes de la invasión, Putin exigió la promesa de que Ucrania no se uniera al bloque.

Otros puntos incluyen un alto el fuego, conversaciones de paz, protección para los prisioneros de guerra y detener los ataques contra civiles, sin ofrecer más detalles, así como mantener seguras las plantas de energía nuclear y facilitar las exportaciones de granos.

“El tono básico y el mensaje fundamental de la política es bastante prorruso”, afirmó Li Mingjiang, profesor de Política Exterior China y Seguridad Internacional en la Universidad Tecnológica Nanyang de Singapur.

¿CHINA APOYA A RUSIA EN LA GUERRA CONTRA UCRANIA?

China ha hecho afirmaciones contradictorias con respecto a su postura. Considera que Rusia fue provocada a tomar medidas luego de la expansión de la OTAN hacia el este, pero también ha manifestado su neutralidad en la guerra.

Antes del ataque de Rusia, Xi y Putin acudieron a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno del año pasado en Beijing y emitieron una declaración de que sus gobiernos tenían una amistad “sin límites”. Desde entonces, China ha ignorado las críticas de Occidente y ha reafirmado ese compromiso.

Putin ha dicho esperar que Xi visite Rusia en los próximos meses. China aún no ha confirmado eso.

China “trata de mantener una postura de ambos sentidos”, declaró Blinken el domingo en la cadena NBC. “Públicamente, se presenta como un país que lucha por la paz en Ucrania, pero en privado, como ya dije, en los últimos meses hemos visto el abastecimiento de ayuda no letal destinada directamente a ayudar e instigar el esfuerzo de guerra de Rusia”.

¿CHINA HA DADO APOYO A RUSIA?

El apoyo de China a Rusia ha sido más que nada retórico y político. Beijing ha ayudado a evitar los intentos de condena a Moscú en Naciones Unidas. No hay evidencia pública de que actualmente esté entregando armas a Rusia, pero Estados Unidos ha afirmado que China de antemano está brindando apoyo no letal y podría hacer más.

En la conferencia en Múnich, Blinken dijo que a Estados Unidos le ha preocupado desde hace tiempo que China proporcione armas a Rusia. “Tenemos información que nos preocupa, que estén considerando brindar un apoyo letal a Rusia”, aseguró. Blinken agregó que dijo al enviado chino a la reunión, Wang Yi, que “esto sería un problema grave”.

El jefe de la OTAN dijo el miércoles que había visto algunas señales de que el gobierno de China podría estar listo para proporcionar armas a Rusia y advirtió que estaría apoyando una violación del derecho internacional.

Las fuerzas rusas y chinas han realizado simulacros conjuntos desde la invasión, siendo la más reciente una con la Armada sudafricana en una ruta de navegación frente a la costa sudafricana.

El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, expresó dudas sobre la posibilidad de que China envíe ayuda letal a Rusia.

“Creo que si China los ayuda… no será con armamento. Serán otras cosas como vestimenta”, dijo Reznikov en Kiev el lunes.

Con información de AP | EFE

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Agencias

Putin rompe temporalmente tratado nuclear con EE.UU.

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EP New York | tratado nuclear

Peligra último tratado de armas nucleares entre EEUU y Rusia

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha anunciado este martes la suspensión unilateral del cumplimiento por parte de su país del START III o Nuevo START, último tratado de desarme y de no proliferación nuclear que estaba aún vigente entre Rusia y EEUU. También ha anunciado que Rusia “debe estar preparada para realizar ensayos nucleares si Estados Unidos los lleva a cabo primero”. 

WASHINGTON — El anuncio hecho el martes por el presidente ruso, Vladimir Putin, de que Moscú suspenderá su participación en el último tratado restante para el control de armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia tendrá un impacto inmediato en el seguimiento de las actividades nucleares rusas por parte de Washington.

La decisión de Putin de suspender la cooperación rusa con las inspecciones de ojivas nucleares y misiles contempladas por el tratado sigue a la cancelación por parte de Moscú a fines del año pasado de las conversaciones que tenían como objetivo salvar un acuerdo que ambas partes se acusaron mutuamente de ignorar.

En su discurso sobre el estado de la nación al pueblo ruso, Putin dijo que Moscú abandonaba el tratado debido al apoyo de Estados Unidos a Ucrania, y acusó a Washington y sus aliados de la OTAN de trabajar abiertamente para destruir a Rusia.

Estados Unidos ya se había alejado del tratado. Durante el gobierno del presidente Donald Trump, Estados Unidos se negó a entablar negociaciones para extenderlo, acusando a Moscú de cometer violaciones flagrantes. Sin embargo, cuando el presidente Joe Biden asumió el cargo en 2021, su gobierno firmó una extensión de cinco años.

Este es un vistazo al Nuevo START y lo que significa el anuncio de Rusia para el monitoreo de las armas nucleares de Estados Unidos y Rusia:

¿QUÉ ES EL TRATADO NUCLEAR RUSIA-EEUU?

El Nuevo START —llamado formalmente Tratado entre los Estados Unidos de América y la Federación de Rusia sobre medidas adicionales para la reducción y limitación de las armas ofensivas estratégicas— fue firmado por el gobierno del presidente Barack Obama en 2010 y entró en vigor en febrero de 2011 como un pacto de 10 años. El tratado obligaba tanto a Rusia como a Estados Unidos a comprometerse a tener comunicaciones periódicas sobre el estado de sus arsenales nucleares, permitir inspecciones periódicas in situ y cumplir con los límites en la cantidad de ojivas desplegadas y no desplegadas que cada uno mantendría.

Esos límites incluyen: 700 misiles balísticos intercontinentales (ICBM, por sus siglas en inglés) desplegados, misiles balísticos lanzados desde submarinos (SLBM) desplegados y bombarderos nucleares desplegados; 1.550 ojivas nucleares en los ICBM desplegados, SLBM desplegados y bombarderos desplegados; 800 lanzadores ICBM, lanzadores SLBM y bombarderos, tanto desplegados como no desplegados.

Horas después del discurso de Putin y a pesar de que el mandatario ruso suspendió la participación en el pacto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijo que el Kremlin respetaría los límites de las armas nucleares.

El Ministerio de Relaciones Exteriores agregó que Rusia también continuará intercambiando información sobre lanzamientos de prueba de misiles balísticos según acuerdos anteriores con Estados Unidos.

¿QUÉ SIGNIFICARÁ LA SUSPENSIÓN PARA LAS INSPECCIONES NUCLEARES Y EL INTERCAMBIO DE INFORMACIÓN?

Desde que se firmó el Nuevo START, Rusia y Estados Unidos han permitido que los equipos de cumplimiento del otro gobierno realicen 328 inspecciones in situ de sus reservas y, lo que es más importante, las dos naciones han cooperado en el intercambio de datos y han hecho 25.311 notificaciones sobre el estado de sus programas, informó el Departamento de Estado norteamericano.

El anuncio de Putin y la aclaración posterior del Ministerio de Relaciones Exteriores parecían indicar que las inspecciones están suspendidas permanentemente, pero no aclararon qué intercambio de datos y qué notificaciones podrían continuar.

Estados Unidos obtendrá sus primeras pistas el 1 de marzo, cuando se supone que ambas partes volverán a intercambiar datos sobre el número agregado de sus fuerzas nucleares, precisó Hans Kristensen, director del proyecto de información nuclear de la Federation of American Scientists (Federación de científicos estadounidenses).

Estados Unidos y Rusia también han estado intercambiando mensajes diarios sobre movimientos y ejercicios, lo que ha ayudado a aclarar a ambas potencias nucleares las acciones de la otra, apuntaron tanto Kristensen como William Alberque, director de estrategia, tecnología y control de armas del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.

“Hay notificaciones que llegan todos los días”, dijo Alberque. Del lado estadounidense, esos mensajes formateados de computadora son procesados por un equipo militar-civil en el Centro Nacional para la Reducción de Riesgos Nucleares del Departamento de Estado.

Si Rusia deja de proporcionar notificaciones, “inmediatamente vamos a comenzar a perder datos para poder rastrear exactamente cuántas armas estratégicas tienen y si están o no en el lugar que se supone que deben estar, y si están actuando o no de la manera en que se supone que deben hacerlo”, alertó Alberque.

¿QUÉ PASÓ ANTES DEL ANUNCIO DE PUTIN?

En marzo de 2020, Estados Unidos y Rusia pausaron las inspecciones de los sitios militares de ambas partes bajo el Nuevo START debido a la propagación del coronavirus. La comisión de Estados Unidos y Rusia que supervisa la implementación del tratado se reunió por última vez en octubre de 2021, pero luego Rusia suspendió unilateralmente su cooperación con las disposiciones de inspección del tratado en agosto de 2022 en protesta por el apoyo de Estados Unidos a Ucrania.

Se suponía que esas reuniones se habían reanudado en Egipto a fines de noviembre, pero Rusia las canceló abruptamente sin ofrecer una razón específica, según funcionarios estadounidenses.

A fines de enero, el gobierno de Biden informó al Congreso que Rusia no estaba cumpliendo con los términos del acuerdo al negarse a permitir inspecciones en su territorio y al no aceptar nuevas conversaciones sobre la reanudación de esas verificaciones.

En ese momento, el Departamento de Estado advirtió que “Rusia tiene un camino claro para volver al pleno cumplimiento” el pacto y que todo lo que tenía que hacer era aceptar las nuevas inspecciones.

¿CÓMO RESPONDERÁ EL GOBIERNO DE BIDEN?

Ahora dependerá del gobierno de Biden decidir cómo responder, es decir, básicamente si continúa cumpliendo con su parte del tratado.

El martes, el secretario de Estado Antony Blinken calificó la medida rusa de “profundamente desafortunada e irresponsable”.

“Observaremos atentamente para ver qué hace realmente Rusia”, declaró. “Por supuesto, nos aseguraremos de que, en cualquier caso, estemos en una postura adecuada para la seguridad de nuestro propio país y la de nuestros aliados”.

El mes pasado, el Departamento de Estado informó que no podía certificar que Rusia estaba cumpliendo con el Nuevo START debido a su negativa a permitir inspectores in situ el año pasado. Ahora que Rusia rechazó el tratado por completo, existe el riesgo de una acumulación de armas atómicas de ambos países.

“Tanto Estados Unidos como Rusia han planificado meticulosamente sus respectivos programas de modernización nuclear basándose en el supuesto de que ninguno de los dos países superará los niveles de fuerzas dictados actualmente por el Nuevo START”, explicó la Federación de Científicos Estadounidenses en un informe de febrero en el que se examinaron los riesgos en caso de que ambas partes no renovaran el tratado.

“Sin un acuerdo después de 2026, esa suposición desaparecería inmediatamente; probablemente ambas partes caerían en la desconfianza mutua ante un menor número de datos verificables, y nuestro discurso estaría dominado por el peor de los casos, sobre cómo crecerían los arsenales de ambos países en el futuro”.

Con información de AP | EFE

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