Connect with us

Latinoamérica

Mas dudas que certezas en el informe político y económico de Maduro

Published

on

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ratificó este domingo su compromiso con el diálogo para superar el conflicto político con la oposición y confirmó que esta semana los mediadores retomarán los esfuerzos para descongelar la negociación.

“Estamos preparados para cumplir con mi palabra empeñada en 2017: consolidar el diálogo político con factores contrarrevolucionarios”, expresó el mandatario en la presentación de su informe anual de gestión ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). La próxima semana, precisó, vienen los facilitadores de Unasur y el Vaticano. “Los recibiré con los brazos abiertos. Estoy comprometido con el diálogo”, subrayó Maduro.

La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) congeló la negociación -que inició en octubre- el pasado 6 de diciembre, cuando debía realizarse una tercera ronda de conversaciones, al acusar al gobierno de incumplir acuerdos.

La MUD exigía un adelanto de las elecciones presidenciales, previstas para 2018, algo que el chavismo descarta. Venezuela atraviesa una aguda crisis económica, con una inflación que, según el FMI, cerró 2016 en 475%, y una severa escasez de alimentos y medicinas. A la presentación del informe anual del presidente asistió el nuncio apostólico, Aldo Giordano, representante del Vaticano en el país.

El mandatario entregó su memoria y cuenta al TSJ y no al Parlamento -como establece la Constitución- luego de que el máximo tribunal lo autorizara, por considerar que la Asamblea legislativa, de mayoría opositora, está en desacato a la justicia y sus decisiones son nulas.

La MUD acusa al TSJ de servir a los intereses del chavismo.

Maduro aseguró que el gobierno merece una calificación de “siete y ocho” -en una escala del uno al 10- en el cumplimiento de los acuerdos de la negociación, y opinó que la oposición “no llega a uno”, pues nunca avanzó en la superación del desacato de la Asamblea a las decisiones de la justicia.

Latinoamérica

Más allá del secuestro del padre del futbolista Días , ELN y sus exigencias al gobierno de Petro

Published

on

EP New York | Latinoamérica | Colombia

BOGOTÁ — “Fueron jornadas bastante difíciles porque hubo mucha cabalgata, tocó caminar demasiado, subir y bajar muchas montañas buscando la manera de que me tuvieran seguro”, Lui Manuel Díaz.

Así recordó sus 12 días de secuestro el padre del futbolista Luis Díaz en su primera conferencia de prensa el viernes desde su casa familiar en Barrancas, un pequeño pueblo al noreste de Colombia donde fue secuestrado y al que regresó la víspera tras ser liberado por la guerrilla Ejército de Liberación Nacional.

Las caminatas en la Serranía, una zona de cadenas montañosas donde por décadas han tenido presencia grupos armados, se extendieron hasta por 12 horas.

“Lo que sí sé es que estaba lejos de La Guajira (colombiana)… De eso sí estoy seguro, que estuve cerca, muy cerca a la frontera” con Venezuela, relató Luis Manuel Díaz Jiménez, padre del futbolista de la selección Colombia y del club inglés Liverpool.

Según Díaz Jiménez, la guerrilla no exigió dinero a su familia para liberarlo y en cautiverio le dijeron que “estuviera tranquilo que pues a mí no me iba a pasar nada, sabiendo ellos que yo era una persona muy humilde y querida en mi pueblo por la labor que hago”, dijo en referencia a la escuela de fútbol que lidera.

Pese a su secuestro, Díaz Jiménez dijo apoyar que los diálogos con la guerrilla continúen y abogó por la libertad de todos los secuestrados para que como él regresen al seno de su familia.

Tras su liberación, el jefe negociador del gobierno colombiano en la mesa de paz con el ELN consideró que la exigencia de dejar de secuestrar puede acelerar el proceso de diálogo, al tiempo en que descartó la suspensión de las conversaciones con la guerrilla.

“El hecho desafortunado del secuestro puede convertirse en un elemento positivo porque puede acelerar este proceso. Podemos llegar al fin del conflicto durante este gobierno, tenemos que tener en cuenta que la metodología que estamos abordando es: acuerdo hecho, acuerdo que se implementa”, aseguró el viernes Otty Patiño, jefe de la delegación de paz del gobierno a The Associated Press en una entrevista telefónica.

El gobierno del presidente Gustavo Petro, primero de izquierda en el poder, negocia con el ELN desde noviembre de 2022 y pactó un cese al fuego bilateral desde agosto de 2023. Se trata del sexto intento del Estado colombiano de alcanzar la paz desde 1964, cuando el grupo se alzó en armas bajo la inspiración de la revolución cubana.

El secuestro de Díaz Jiménez a manos de hombres armados en Barrancas, al noreste del país, dejó los diálogos con la guerrilla en una situación crítica y provocó que el gobierno exigiera la eliminación del secuestro como práctica.

Patiño detalló que tienen conocimiento de 24 denuncias de secuestros por parte del ELN desde el 3 de agosto, de las cuales 19 han sido establecidas como “posiblemente ciertas”, sin embargo, no saben con certeza cuántas personas fueron secuestradas con anterioridad y están en poder de la guerrilla.

El gobierno, según explicó Patiño, suponía que el fin del secuestro hacía parte del acuerdo del cese al fuego vigente en el que quedó expreso el respeto del Derecho Internacional Humanitario. El ELN, sin embargo, no lo interpretó de la misma manera.

Para el jefe negociador, abandonar el secuestro es “una exigencia nacional y urgente” que pasa a ser el primer punto a tratar en la mesa de negociación.

“La práctica del secuestro ha hundido procesos enteros, ha sido un elemento que ha generado odios inmensos contra otras organizaciones como las FARC, que no han podido levantar cabeza todavía de ese tema así hayan firmado el acuerdo de paz”, aseguró Patiño, cofundador de la extinta guerrilla M-19, la misma en la que militó Petro durante su juventud.

En Colombia el secuestro ha dejado huella en la sociedad. Millones de colombianos salieron a manifestarse en 2008 contra los secuestros que cometían las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). En ese entonces circulaban imágenes de secuestrados encadenados y encerrados con alambres de púas en medio de la selva. Las FARC firmaron en 2016 un histórico acuerdo de paz con el Estado y ahora rinden cuentas por el secuestro y otros delitos ante un tribunal de paz.

Patiño aseguró que la delegación gubernamental supo que el ELN tenía secuestrado a Díaz Jiménez antes de que la guerrilla lo admitiera y sólo asumieron su responsabilidad después de que el gobierno los señalara como los autores, dando inicio al proceso de liberación.

El ELN no permitió la liberación de Díaz Jiménez hasta tanto se retiraran las tropas del Ejército de la Serranía del Perijá, donde lo mantuvieron cautivo en la frontera con Venezuela. Según Patiño, el ELN no llevó al padre del futbolista hasta Venezuela, sino que lo mantuvo en territorio colombiano.

“La fuerza pública hizo un despliegue muy rápido para copar la zona y los tuvieron permanentemente en jaque. Por supuesto, actuaron prudentemente para que la presión no fuese a generar un desenlace trágico”, indicó Patiño.

El jefe negociador del gobierno descartó suspender la mesa de negociación con el ELN tras el secuestro y liberación de Díaz Jiménez.

“Sería un acto de suma irresponsabilidad nuestra abandonar la mesa. Por el contrario, hay que mirar la mesa como un instrumento para exigir el fin del secuestro y ser voceros de ese clamor nacional”, apuntó.

Con información de AP .

 

Continue Reading

Agencias

Elecciones regionales de Colombia. ¿Derrotado el petrismo?

Published

on

EP New York | Colombia | elecciones  regionales

Agencias

Bogotá—– conclusiones de los resultados de las elecciones regionales celebradas en Colombia (y cómo queda el presidente Petro)

Galán le dijo a Petro: “Bogotá se respeta”

Las elecciones regionales de este domingo 29 de octubre pusieron de manifiesto una verdad histórica en Colombia: este es, ante todo, un país fragmentado.

Ningún partido, político o movimiento se puede considerar gran vencedor o gran perdedor de las elecciones que eligieron 1.102 alcaldías y 32 gobernaciones: hubo, en realidad, un poco de todo y las variables de cada elección respondieron a dinámicas locales más que nacionales.

En general los colombianos, preocupados por la seguridad y la economía familiar, según las encuestas, optaron por opciones que aspiran a la estabilidad, a lo conocido, a resolver sus líos diarios más que a cambiar de fondo al país.

Algunos tomaron eso como un voto de castigo al presidente, Gustavo Petro, pero la cosa es más compleja: el petrismo tuvo una derrota simbólica en Bogotá, pero es un movimiento sin mucha experiencia ni proyección nacional a nivel local y regional.

Petro ha recibido un llamado de atención de parte de los colombianos, aunque mantiene entre un 30% y un 40% de aprobación en las encuestas.

Lo cierto es que, como suelen decir los politólogos colombianos, unas elecciones regionales no se pueden leer con los ojos de las elecciones presidenciales: lo local no es lo nacional.

Y este año no fue la excepción.

En la alcaldía de Bogotá, por ejemplo, barrió un viejo conocido de la centroizquierda, Carlos Fernando Galán, que combina propuestas nuevas con un tímido continuismo de Claudia López, la saliente alcaldesa con quien perdió hace cuatro años. Galán es hijo del asesinado dirigente liberal Luis Carlos Galán.

En Medellín ganó un exalcalde, Federico Gutiérrez, lo que significó, de alguna manera, la vuelta al poder del uribismo. En Barranquilla ganó el oficialismo, en Cali ganó la oposición y en Bucaramanga un viejo poder con cara de nuevo, de bukelista.

En las gobernaciones, mientras tanto, los poderes tradicionales ligados al empresariado de cada región, los famosos “clanes políticos“, demostraron que están lejos de perder su influencia.

Y así, cada elección fue un mundo. Además porque este año se añadió una nueva variable: participaron 35 partidos distintos, un récord histórico en un país que hace 30 años solo sabía de dos partidos.

Dicho lo anterior, estas elecciones arrojan algunas conclusiones sobre el momento político que vive Colombia. Y acá resumimos cuatro.

1. Petro no ha puesto las bases del petrismo

En las generales de 2022, Petro hizo historia al convertirse en el primer presidente de izquierda en el país. Además, en el Congreso, su movimiento, el Pacto Histórico, fue la fuerza mayoritaria.

Sin embargo, en estas regionales el PH pasó de agache: no ganó ni apoyó al vencedor de ninguna de las ciudades grandes, mantuvo el poder en solo dos gobernaciones (Nariño y Magdalena) y no será mayoría en ninguna de las asambleas departamentales o concejos municipales.

El PH, que no es un partido sino una coalición, llegó dividido a estas elecciones y no presentó candidatos fuertes en las alcaldías más sonadas del país.

Su candidato en Bogotá, el exsenador y libretista Gustavo Bolívar , perdió la puja por el segundo puesto ante un sofisticado tecnócrata de centroderecha sin recorrido político, Juan Daniel Oviedo.

Petro prometió a los colombianos acabar con la pobreza, la desigualdad y la violencia. Para eso, necesita sentar las bases de un partido robusto, formal y eficiente que tenga presencia en todo el sistema político colombiano.

Ese cometido sigue pendiente.

2. Bogotá, el bastión del progresismo, elige lo seguro

A pesar de tener cierto apego por el progresismo, Bogotá siempre ha sido un electorado indefinible.

De hecho, es usual que la capital esté presidida por un político opuesto a quien está en la presidencia. Ocurre ahora con Claudia López y posiblemente será así con Galán.

El alcalde electo ganó en la tercera oportunidad que se presentaba, y lo hizo con el apoyo de votantes de todas las corrientes y partidos nuevos así como con los vinculados a la vieja política.

Galán representa una conjunción de posturas que prometen eficiencia, seguridad y sentido común sin mucha ideología. Además, se apoya en el legado de su padre, un político asesinado por los narcos que prometía modernizar el liberalismo.

Su partido, el Nuevo Liberalismo, tuvo un pésimo resultado en las legislativas y presidenciales del año pasado, pero ahora arrasó en la alcaldía de Bogotá. Una prueba más de que regionales y presidenciales son mundos diferentes.

3. El antipetrismo es variopinto

Aunque Petro recibió un llamado de atención, su oposición tampoco se puede declarar la gran vencedora de estas elecciones.

La mayoría de los candidatos que ganaron se mostraron críticos con el presidente, pero la diversidad entre ellos hace difícil pensar que son parte de un mismo movimiento.

Y es que durante las campañas la postura sobre Petro no fue la principal variable: jugaron más las obras de infraestructura, los problemas de seguridad, el acceso a la educación y la salud, y las lógicas clientelares locales.

Todos los alcaldes de las grandes ciudades serán ahora opositores a Petro: en Bogotá ganó la centroizquierda tradicional, en Medellín venció la derecha uribista y en Cali y Barranquilla ganaron las centroderechas empresariales.

Pero eso no quiere decir que todos son parte de un mismo frente que amenaza la gobernabilidad de Petro.

La relación Bogotá-nación siempre ha sido difícil. Lo fue con Claudia López. Lo será con Galán.

4. Los barones regionales y los partidos tradicionales están vigentes

En las regionales de hace cuatro años los resultados mostraron una tendencia nacional: la mayoría de los elegidos eran figuras nuevas, alejadas de los partidos tradicionales que han gobernado el país por décadas.

Este año, sin embargo, la tendencia es la inversa: en la mayoría de alcaldías y gobernaciones ganaron políticos asociados a estructuras de partido tradicionales, con fuertes vínculos a las empresas y una manera utilitarista, más que ideológica, de hacer política.

Cada región de Colombia tiene su propio poder económico y político. Usualmente son familias, o grupos de familias, con negocios que han desarrollado una filial política.

Petro se acercó a muchas de ellas para ganar la presidencia, y ahora las tendrá de nuevo en el poder, motivo por el cual algunos analistas vaticinan una mejor ejecución de los recursos: pudo haber recibido un golpe, dicen, pero también puedo haber ganado eficiencia.

Por la accidentalidad de su geografía y por el desarrollo desigual y excluyente de sus regiones, Colombia siempre ha sido un país de poderes locales. Estas elecciones lo demostraron una vez más.

BBC.

Continue Reading

Agencias

Debutante Noboa gana elecciones en Ecuador

Published

on

EP New York | Latinoamérica

Debutante Daniel Noboa gana elecciones de Ecuador y gobernará en minoría ante crisis de violencia

QUITO  — El joven empresario Daniel Noboa, sin mayor experiencia política ni en el manejo del Estado, ganó las elecciones presidenciales y se apresta a afrontar uno de los mayores desafíos en la historia reciente de Ecuador: solucionar la violencia rampante ligada al narcotráfico que mantiene en jaque a la economía y a la sociedad.

Con 35 años, la edad mínima para postularse a la presidencia, tuvo un breve paso de dos años como legislador en la Asamblea, que fue disuelta en mayo por el presidente Guillermo Lasso cuando se impulsaba un juicio político para destituirlo en medio de acusaciones de corrupción en el sector energético.

El debutante en los comicios presidenciales desplazó con 52,30% votos a su contrincante, la abogada de izquierda Luisa González, que obtuvo un 47,70%, escrutadas más del 98% de las actas. La victoria de Noboa frustra el anhelo de la Revolución Ciudadana, el partido del expresidente Rafael Correa (2007-2017), de retornar al poder.

La noche del domingo González reconoció en un mensaje público su derrota en la segunda vuelta electoral y felicitó a su contendiente.

La analista política Grace Jaramillo, de la universidad British Columbia, en Vancouver, dijo en diálogo con The Associated Press que para que el nuevo mandatario triunfe “debe sobrevivir políticamente” en un escenario adverso dominado por la fuerza política del expresidente Correa en la Asamblea, donde tiene alrededor de medio centenar de legisladores.

Manifestó que, para ello, Noboa debe actuar en varios frentes simultáneamente y “el primero sin duda es la seguridad, estableciendo autoridad sobre los aparatos de seguridad del Estado y especialmente tomando control efectivo del sistema de prisiones”. Noboa ”necesita hacer una demostración contundente”, dijo.

En la primera vuelta electoral, el ahora presidente electo no aparecía en las encuestas y tampoco en la mira de sus siete rivales de entonces, entre otros factores, porque no confrontaba. Llevaba un discurso que hablaba de seguridad, empleo para los jóvenes o libre ingreso a las universidades públicas, lo que le permitió conectar con esos electores.

Tras conocer su triunfo en el balotaje, en una corta aparición pública Noboa aseveró que “empezamos a trabajar por ese nuevo Ecuador”, a reconstruir un país que ha sido gravemente golpeado “por la violencia por la corrupción y por el odio. Desde mañana empieza a trabajar la esperanza”.

“La gente espera resultados, no quiere propuestas, en lo político y en economía, y para eso no tiene tiempo, debe hacer una ejecución rápida, simultánea en varios sectores”, dijo la analista y comentó que también es prioritario que Noboa busque una amplia coalición de varios partidos en la Asamblea para darle gobernabilidad a su gestión.

El empleado privado Adolfo Galindo, de 38 años, aseveró a AP que lo más urgente es la seguridad “porque uno ya no puede salir a la calle, anda con miedo, los negocios han cerrado y se siente temor en todas partes” por eso “exigimos seguridad, paz, que metan mano dura contra el crimen”.

El partido del nuevo mandatario, Acción Democrática Nacional, es reciente en la arena política de Ecuador, por lo cual el presidente electo “debe buscar y conseguir buenos operadores políticos, económicos, sin importar si son de otros partidos, que sepan qué hacer y cómo moverse en el Estado”, para garantizar una buena gestión, señaló Jaramillo.

El ama de casa Margarita Flores aseveró que los ecuatorianos “queremos trabajo y paz… mis hijos no encuentran trabajo y por más que dejan carpetas nadie les llama”, señaló ”¿para qué estudian los chicos si no van a poder trabajar?”.

Noboa, heredero de la fortuna de un emporio que incluye el negocio de las bananas, entró a la contienda sin mayor experiencia política previa y se coló inesperadamente en la segunda vuelta presidencial.

Ganó en su primer intento, en unos comicios con más del 82% de participación, en los que cosechó el respaldo de las provincias de la cordillera andina ecuatoriana y de buena parte de la Amazonía. González fue la más votada en la zona costera, en las provincias más sacudidas por la violencia y la acción del narcotráfico como Guayas, Esmeraldas y Manabí.

Noboa se autodefine como un defensor de la libertad de empresa y con vocación de servicio social.

González, otra debutante en la carrera presidencial, ofreció los votos de su partido, que ostenta la mayor bancada del legislativo con cerca de 50 escaños, para los proyectos del nuevo mandatario que no sean privatización o reducción de derechos.

El analista de la universidad Andina, Gustavo Isch, destacó que pese a ser derrotada en las elecciones Revolución Ciudadana se mantiene como la mayor fuerza política orgánica del país y que “la mano extendida de González a Noboa, para trabajar en consenso, está condicionada” por temas en los que el correísmo difiere radicalmente con el nuevo presidente.

“Asuntos como la impunidad y la corrupción u otros como las estrategias de reactivación económica, serán determinantes en la definición de la nueva coyuntura”, añadió el experto.

Noboa llega al poder con un bloque legislativo de 13 asambleístas de un total de 137 legisladores. El gobierno de Lasso también lidió durante su corto mandato con una Asamblea de mayoría opositora que, frecuentemente, frenó sus proyectos legislativos.

El próximo mandatario solo tendrá 18 meses para tratar de enderezar el país, agobiado por la violencia desatada de grupos criminales que han multiplicado exponencialmente delitos como la extorsión, el secuestro, los robos y los asesinatos.

La embajada de Estados Unidos en Ecuador emitió un comunicado de reacción ante los resultados electorales asegurando que seguirá trabajando con el presidente saliente durante la etapa de transición y ofreció colaboración a Noboa.

El analista y catedrático de la universidad privada UTE, Juan Francisco Camino, afirmó a AP que un eventual gobierno de Noboa debe priorizar desde el inicio un detallado análisis del presupuesto del Estado y la ejecución de cada uno de los ministerios para ver los recursos con los que cuenta y de manera urgente “comenzar el proceso de transición por sectores, como el económico, seguridad y el político”.

Entre las propuestas de Noboa en campaña están la mano dura contra el crimen organizado. Noboa ofreció militarizar los puertos, aeropuertos y las principales vías de Ecuador y retomar el control en las cárceles del país.

Su plan Fénix —como denomina a la propuesta de crear un sistema centralizado de inteligencia y prevención del delito— se ha convertido en su bandera y contempla más dotación y más moderna para la fuerza pública, como uniformes de alta resistencia balística, armas, drones y cámaras de reconocimiento facial. No ha especificado con qué recursos pondrá en marcha ese plan.

AP News

 

Continue Reading
Advertisement

Title

Categories

Trending

Copyright © 2020 Enfoque Periodístico. Created by Conectya.

shares