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Sin Censura

Curiosa reunión semi secreta en Bogotá

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Por Eduardo Mckenzie

¿Sabe quien estuvo en Bogotá la semana pasada para discutir, comer y beber, durante varios días, bajo la protección discreta del gobierno de Juan Manuel Santos? Los voceros de los que han tratado de quitarle a Colombia el archipiélago de San Andrés y Providencia, con los resultados que todos conocemos. Esa gente poco recomendable, y sus compinches colombianos y latinoamericanos, tuvieron reuniones en la capital para coordinar acciones con agentes de fuerzas nefastas que obran en Latinoamérica. La logística de todo eso estuvo a cargo del Polo Democrático. Sus activistas estaban uniformados con chaquetas amarillas. No se sabe de dónde salió el dinero para pagar ese evento, sobre todo los pasajes de avión, los hoteles y los otros gastos de los invitados.

La docena de activistas extranjeros que vinieron a dictarles la línea al PD era gente del Partido Comunista de Cuba y del Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua, el que rechazó el tratado Bárcenas-Esguerra de 1928 y lanzó, después, el pleito contra Colombia en la Corte de La Haya. Esa gente estaba allí, en Bogotá, tranquilamente, y ningún diario, de los que se declararon escandalizados con la pérdida de una parte de nuestro mar territorial en el Caribe, se atrevió a denunciar esa presencia ni a pedir la expulsión de esa chusma. La prensa optó por rodear de silencio ese coloquio.

Hubo también representantes del Frente Farabundo Martí de El Salvador, y del PT de Brasil, del PRD de México, de la Alianza País de Ecuador y hasta de Sortu, la fachada legal de ETA.

El Partido Comunista colombiano y sus variantes –el PD, la Marcha Patriótica, la Unión Patriótica, la Alianza Verde, la Coordinadora Socialista y el Movimiento Progresistas–, fueron también anfitriones. Ellos y los citados grupos extranjeros hacen parte de un mismo núcleo internacional fundado en julio de 1990 por Fidel Castro e Ignacio Lula da Silva, quienes trataban de responder así, al menos a nivel regional, a la caída del Muro de Berlín y al derrumbe del comunismo que ya se veía en la URSS. Es lo que ellos denominan Foro de Sao Paulo (FSP). Romenio Pereira fue el representante del FSP en el “seminario” de Bogotá.

El común denominador de las discusiones del 10 y 11 de abril pasado fue el llamado “proceso de paz” en Colombia. Todos los oradores, sin excepción, estimaron que Santos debe acoger las condiciones de las Farc. Carlos Lozano, del PC colombiano, lo formuló así: “El gobierno se debe plegar a las exigencias de las FARC para firmar el acuerdo”. Andrés Álvarez, del mismo grupo, lo completó pidiendo “un acompañamiento internacional del Foro para la implementación y verificación de los acuerdos alcanzados”. Marcos Calarcá, cabecilla de las FARC, les envió un saludo en video desde Cuba. Las Farc y el Eln hacen parte de la dirección del FSP desde el primer día. La propaganda del FSP dice que el congreso anterior, en México, reunió partidos comunistas y de izquierda “de 150 países”. En Bogotá solo había un puñado de ellos.

El jefe del comunismo colombiano, Jaime Caicedo, se pronunció contra el proyecto de “zonas de ubicación” de las Farc y contra el plebiscito que Santos, según él, “quiere imponer”. Subrayó que si Santos no acoge las “reformas” que piden las Farc seguirá vigente el “régimen de contrainsurgencia”, y que no se podrán resolver los puntos más claves de las Farc: “justicia, amnistía, víctimas y narcotráfico” (léase impunidad, garantías electorales para un partido armado, zonas de reserva, tierras y narcotráfico).

Al senador comunista Iván Cepeda le correspondió lanzar el ataque más violento contra el expresidente Álvaro Uribe. La gran culpa de éste, según Cepeda, es “oponerse a la paz”, “apoyar la oposición de países como Venezuela, Ecuador y Nicaragua” y “exportar” su modelo de seguridad democrática a nivel global: “Se ha pasado de un modelo de guerras contra la izquierda a un modelo de guerra permanente global, en la cual se busca la reproducción del capital y un poder político fuerte de la derecha”, recitó Cepeda. En eso fue secundado por David Flórez, del grupo Marcha Patriótica, quien embistió también contra el Centro Democrático, el Procurador Ordóñez y Fedegan.

La unanimidad también reinó frente a otros seis temas: ganar las elecciones de 2018 en Colombia; revisión del sistema electoral; retoma de tierras como prevén los acuerdos Farc-Santos; imponer la Asamblea Constituyente; controlar y censurar la prensa y las redes sociales y, finalmente, combatir la “extrema derecha de corte fascista de Colombia”, como vociferó la dirigente del PD, Clara López. Este punto fue rabiosamente retomado por oradores como Jaime Caicedo, Nidia Solano y Aida Avella de la UP, Paola Cabezas del partido ecuatoriano y, obviamente, Omar García del PC de Cuba. Aida Avella señaló en particular a la “extrema derecha que estuvo reunida en el cumpleaños de Vargas Llosa”. Todos quieren barrer físicamente a los “anticomunistas” y “paramilitares”. En los debates esa gente no dijo cómo piensan liquidarlos. Pero le sugieren a Santos que se ocupe de eso. ¿En conciliábulos más discretos pasaron las consignas precisas?

Nadie en ese falso seminario defendió los intereses de Colombia. Sólo invocaron los intereses de las Farc y del castrismo continental, que pierde terreno en todas partes. No hubo una sola palabra en favor de las víctimas “del conflicto”, de sus derechos en la negociación de La Habana. Solo hubo la cantilena de siempre: que la “extrema derecha es un peligro para el proceso de paz por sus tentáculos en el congreso, en empresarios y actores internacionales” y que el otro peligro es “el refuerzo de las políticas neoliberales”. Y que tras la firma de la paz “se debe estar muy atento a la distribución de la tierra y su uso”.

La ceguera es idéntica ante las dificultades del FSP en el ámbito internacional. En lugar de admitir que el ex mandatario brasileño Lula y la actual presidente Dilma Rousseff pagan los escándalos de corrupción que les descubrieron, los asistentes al seminario adoptaron la línea de La Habana: lo que hay en Brasil es un “intento de golpe de Estado de la derecha reaccionaria” y hay que hacer reelegir a Lula. La miseria y la opresión que existe en Cuba desde los años 60 y la destrucción de la economía y de las libertades en Venezuela tampoco es culpa del socialismo castro-chavista. Para el FSP, eso es fruto de la “contraofensiva del imperialismo”. Los agitadores congregados en Bogotá estiman que la crisis que viven Bolivia, Ecuador, Nicaragua y El Salvador, tiene el mismo origen. Ni una gota de reflexión seria hubo sobre lo que sufren los pueblos de esos países. El léxico usado allí sale del viejo recetario del estalinismo de los años 1930. “Se deben socializar los bienes industriales en esos países” y de América Latina, recomendó el vocero del PC cubano.

Ninia Díaz contó cómo fue el proceso de paz en El Salvador y admitió en parte el fracaso de éste. En un momento, lanzó una frase que develó un objetivo central de ellos, el mismo que tratan de imponer en Colombia: “El ejército se redujo en un 51%, hay que desmontarlo”. Por algo otro tema reiterado pero falso fue el de Colombia como “el país más militarizado después de Brasil”. Como Venezuela no envió delegados al seminario, nadie pudo preguntar por la militarización de ese país con ayuda de Rusia. Idéntico frente a la compra reciente de armas pesadas de Nicaragua a Putin.

Antonio Sanguino, de la Alianza Verde, sorprendió al auditorio al tirar línea como si fuera la eminencia gris de la reunión. Estimó que el proceso de paz de Colombia busca “lograr la reinvención de las guerrillas como lucha política” y “modificar el Estado colombiano” en virtud “de los acuerdos donde tendrían participación las FARC y eventualmente el ELN”. Para eso, explicó, es indispensable acudir a una Asamblea Constituyente. Advirtió que es indispensable conformar “un gobierno de transición que permita la implementación de los acuerdos alcanzados, y buscar que los opositores al proceso no gobiernen porque pondrían en riesgo todo el proceso, por lo cual se necesita un candidato de unidad” para las presidenciales de 2018. David Flórez de Marcha Patriótica prefiere la fórmula de “gobierno de avanzada”. Para ambos ese tipo de “gobierno” deberá incluir a las Farc y al Eln y deberá excluir a los “opositores al proceso”.

Un punto final: el asunto de “la verdad” acaparó la atención de los profesionales de la mentira. Esperan que una “comisión de la verdad” diga que las Farc siempre fueron los buenos del paseo. Abordaron ese punto, en especial, Jaime Caicedo, Ninia Díaz y David Flórez. Este último hizo el indiscreto al decir: “Si queda que la izquierda es culpable de todo va a ser muy difícil para las futuras generaciones”. Lo que quiere decir que intentarán suplantar la verdad histórica por un texto acomodaticio de historiadores militantes. Ya se sabe en qué terminan esas supercherías.
Tomado del Twittshot de Eduardo Mackenzie

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Columnistas

El día en que murió nuestra libertad

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EP New York/Sin censura

Por: Níkolas Stolpkin

“La naturaleza humana no es una máquina que se construye según un modelo y dispuesta a hacer exactamente el trabajo que le sea prescrito, sino un árbol que necesita crecer y desarrollarse por todos lados, según las tendencias de sus fuerzas interiores, que hacen de él una cosa viva”. John Stuart Mill

La libertad para desplazarnos, o ejercer libremente una labor legal, quedó interrumpida por la actual pandemia y se desconoce aún para cuándo volveremos a gozar nuevamente de dicha libertad. Más que “adultos responsables” ahora las autoridades ven derechamente a las personas como a “niños”, al cual se les debe felicitar levantando un “confinamiento” o se les debe castigar imponiendo el mismo. Los “niños responsables” avanzan y los “niños irresponsables” retroceden.

¿A dónde fue a parar nuestro derecho a ejercer libremente nuestra responsabilidad, como adultos que somos? ¿Por qué ahora nos tratan como si fuéramos niños del kindergarten? ¿No podemos asumir la gravedad de un problema y al mismo tiempo asumir nuestra responsabilidad libremente? ¿Por qué tantos obstáculos a nuestra libertad? ¿Por qué la mayoría de las protestas contra las restricciones en pandemia se deben dar en países desarrollados o con niveles de vida y educación muy superiores, contrario a lo que sucede en países en vías de desarrollo o con niveles de vida y educación inferiores, donde las personas parecieran ser más obedientes o no tienen ánimos de contrariar a sus autoridades?

Todos sabemos lo dañino que puede resultar ser a la larga el consumo de alcohol, tabaco, drogas o la comida chatarra. Sabemos que está bajo nuestra responsabilidad consumir sustancias tanto legales como ilegales. Como adultos, sabemos también lo que puede resultar traspasar los límites de la legalidad y sus consecuencias. También sabemos que está bajo nuestra responsabilidad el uso o no uso del preservativo en las relaciones sexuales. Sin embargo, pareciera ser que, como adultos que somos, no estuviéramos capacitados para ejercer nuestra responsabilidad libremente con respecto al COVID-19.

¿Por qué no estamos capacitados para ejercer esa responsabilidad libremente con respecto al COVID-19, pero siempre hemos estado capacitados para ejercerla con respecto al uso de los preservativos o al consumo de alcohol, tabaco y la comida chatarra?

El alcohol, el tabaco y la comida chatarra bien sabemos que son legales y que son muy perjudiciales para nuestra salud, matando cada año a millones y millones de personas. ¿Hemos visto a las autoridades, tal como las vemos ahora, tan “preocupadas” por nuestra salud con respecto al consumo de los mismos? ¿La población ha estado siendo bombardeada constantemente con el miedo hacia el consumo del alcohol, tabaco y la comida chatarra, tal como se bombardea hoy con respecto al COVID-19 dizque “preocupados” por nuestra salud? ¿Desde cuándo la “preocupación” por la salud de las personas ha sido prioridad y merece el sacrificio de las economías? ¿Se desea primero estrangular  a las economías para después dejar que los grandes intereses puedan ofrecer sus “grandes soluciones”?

Pongamos un ejemplo muy similar al COVID-19, si lo anterior no nos parece o está fuera de lugar. Todos sabemos la existencia y peligrosidad de contraer el VIH/SIDA, y que la mayoría de los casos se da por las relaciones sexuales. Somos responsables de usar o no los preservativos en las relaciones sexuales. Sin embargo, a pesar de que el VIH/SIDA mata en promedio un millón de personas en el mundo cada año y que, actualmente, hay más de 42 millones de infectados, la economía mundial no se había visto perjudicada, ni impuesto medidas draconianas con las cuales hoy estamos sujetos respecto al COVID-19. ¿Escuchamos alguna vez de algún “confinamiento” para frenar la propagación del VIH/SIDA? ¿Escuchamos alguna vez del cierre de fronteras, aeropuertos, moteles, etcétera, para frenar el VIH/SIDA? ¿Escuchamos alguna vez de “cordones sanitarios”, toques de queda… para frenar la propagación del VIH/SIDA? Pues el VIH/SIDA sigue existiendo y aún no existe una vacuna. Tampoco se nos ha bombardeado diariamente con cifras de contagiados y muertos por el VIH/SIDA para que tengamos miedo.

¿Por qué tiene que ser distinto con el COVID-19? ¿Qué hay detrás de toda esta maquinaria propagandística? ¿Por qué se nos tiene que vender nuevamente aquello de que “el mundo ya no será como era antes”, tal como sucedería con el episodio de las Torres Gemelas del 2001? ¿Acaso todo esto se trata de importar subrepticiamente el modelo chino de control? ¿Prolongar el no ejercer nuestra libre responsabilidad tiene que ver mucho con el desembarco de los gigantes tecnológicos? ¿Acaso se trata de frenar en Occidente la creciente influencia china? ¿Es realmente una pandemia o es una gran maniobra de ingeniería social de las élites económicas para lograr ciertos objetivos permanentes, teniendo como base el miedo y así poder ejercer un completo control? Algo tiene que haber porque no es normal que la libertad, tal como la hemos conocido en Occidente, hoy quiera ser vista como una “irresponsabilidad” y la obediencia ciega (hacia las autoridades) quiera ser vista como una “responsabilidad”.

En promedio, cada año en el mundo mueren 2.8 millones de personas por el consumo de alcohol; 5 millones de personas mueren por la contaminación del aire; 9,6 millones de personas mueren por el cáncer; 2,6 millones mueren cada año por neumonía; en conjunto el consumo de alcohol, tabaco y drogas ilícitas matan cada año a 11,8 millones de personas en el mundo. La diferencia es que no nos han bombardeado permanentemente con cifras para que tengamos miedo, así como lo han hecho con el COVID-19. La diferencia es que sí nos han permitido hacer uso de nuestra responsabilidad, libremente, con respecto a aquellos. ¿No creen que si estuvieran tan “preocupados” por nuestra salud, como curiosamente les ha dado ahora, prohibirían el tabaco, el alcohol y la comida chatarra?

Y si queremos ver todo esto como una carrera de muertos, al día de hoy del presente año ya llevamos más de 971 mil muertos en el mundo por el COVID-19; más de 1,8 millones de muertos por el alcohol; más de 3,6 millones de muertos por el tabaco; más de 5,9 millones de muertos por el cáncer; más de 1,2 millones de muertos por el VIH/SIDA; más de 8,1 millones de muertos por el hambre… Sin embargo, lo que vemos es que el mundo se ha detenido o desacelerado por el COVID-19, “preocupados” dizque por nuestra salud –no por el cáncer, el VIH/SIDA, el tabaco o el alcohol, ni mucho menos por el hambre.

¿Recuperar nuestra libertad, tendrá que ser obra de rebelarse contra nuestras autoridades?

@NStolpkin

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Analista político nacional e internacional – Political Analyst – Crítico de política y Cultura Contemporánea.

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En cuatro meses de pandemia , sólo quedan cifras , muertos , contagios y miedo

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EP New York/opinión

Pandemia COVID-19: ¿Y si todos los muertos importaran?

Por: Níkolas Stolpkin

No deja de ser interesante toda esta situación que se está viviendo a nivel mundial. No estamos viviendo el escenario de una guerra mundial o de una dictadura de esas típicas Latinoamericanas del siglo pasado.  Lo que no quita que todo esto pueda tener algo de uno o de otro (cierre de fronteras, cierre de negocios, toques de queda, militares en las calles, restricciones para movilizarse, etc.). El escenario pareciera ser el mismo en todas partes (Fase 1, Fase 2, Fase 3, Fase 4…).

La presente escena pandémica es como si se tratara de la resulta útil de una guerra mundial o una dictadura, pero también la resulta “mejorada” de la “Gripe Porcina” (H1N1), más la “Guerra contra el Terrorismo” (Al Qaeda, “Estado Islámico”, ISIS). Y la labor de los Grandes Medios de Comunicación, por otra parte, pareciera ser la resulta “mejorada” de su desempeño en “La Guerra del Golfo”, “La Guerra de los Balcanes”, “La Guerra de Irak” y “Los atentados a las Torres Gemelas”. El actual bombardeo sistemático de información (propaganda) relacionado al COVID-19, hoy es un hecho. 

Algunos dirán que es “necesaria” toda la información o propaganda que los Grandes Medios difunden día a día con respecto al COVID-19 (cifras de muertos, “contagiados confirmados”, “casos activos” –pero, ojo, que no se noten mucho los “casos recuperados”) o que es “necesaria” toda la propaganda alrededor del COVID-19 (propaganda en redes sociales, radio, etc). Pero en el fondo todo se trata de conservar ciertos niveles de miedo sobre la población. Que algunos no quieran verlo, ya es otro tema. 

El miedo ya está simbolizado en una mascarilla o en conductas de un fiel “soldado” que respalda a las autoridades y asiente en todo lo que emiten los Medios oficiales. Todo disidente que se salga de los parámetros de las autoridades o de los Grandes Medios de Comunicación son un “enemigo” al cual hay que “aplastar”, censurar, ignorar o ridiculizar.

Puede que la primera vez que se nos quiso alarmar a nivel mundial con una enfermedad o virus, fuera a finales del siglo XX con el VIH/SIDA. Sin embargo, el nivel de alarma de aquella época nunca fue tanto como para detener gran parte de la economía mundial. No se cerraron fronteras, no sacaron a los militares, no cerraron los negocios, no hubieron cuarentenas o confinamientos estrictos, etc. La gente siguió viviendo sus vidas, trabajando, viajando, pero informada de la peligrosidad del VIH/SIDA. Incluso cada año se hacían campañas para prevenir el VIH/SIDA, que en el fondo eran campañas para que se vendieran preservativos, pero con el tiempo aquellas campañas se fueron apagando progresivamente. Hoy prácticamente no queda mucho o nada de las mismas.

No obstante, la peligrosidad del VIH/SIDA siguió estando. Incluso quedó en nuestro subconsciente de que para tener relaciones sexuales debíamos usar preservativos. Sólo que, no se nos siguió alarmando. ¿Se imaginan hoy si el VIH/SIDA hubiera sido la enfermedad del momento, tal como lo es hoy el COVID-19, y cerráramos negocios, fronteras, restaurantes, hoteles…? ¿Se imaginan el resultado de haber exagerado la nota tal como lo estamos haciendo ahora? 

Pues bien, hasta el día de hoy existe el VIH/SIDA y su peligrosidad. Y en lo que va del año 2020, las cifras de muertos por VIH/SIDA son superiores a las muertes por COVID-19. Sí, ya estamos bordeando los 800 mil muertos por VIH/SIDA. ¿Se nos ha querido alarmar con todas esas muertes? No, ¿verdad? Además existen actualmente más de 41 millones de contagiados por VIH/SIDA en el mundo. ¿Se nos ha querido alarmar con toda esa cifra de contagiados? No, ¿verdad? ¿Por qué? No lo sabemos.

¿Es necesario tanto escándalo por las muertes por COVID-19? ¿Por qué ahora tanto escándalo y antes no se escandalizaban por otras muertes? ¿Por qué las muertes que importan hoy son por COVID-19 y las demás no importan? ¿Qué se persigue al escandalizar la nota de ciertas cifras e ignorar otras igual o más significativas?

Claro que existe el COVID-19, no lo negamos. ¿Pero es necesario llegar a tanto escándalo y alboroto? Antes de la pandemia COVID-19, en promedio morían en el mundo 150 mil personas cada día, por distintas causas. ¿Se hacía algún escándalo por ello? Hoy en día ese promedio sigue manteniéndose desde el 2017. 

Supongamos que todas las muertes importaran… –Vamos, hagamos este ejercicio. ¿Se imaginan lo que eso podría significar si traspasáramos a todas ellas (las otras muertes) los niveles de exageración que estamos teniendo hoy con nuestras autoridades y Medios? Para empezar la actual industria alimentaria se iría hacia abajo. Lo mismo que la industria del tabaco y el alcohol. ¿Por qué nuestras autoridades y Medios no se escandalizan igualmente con las muertes por el hambre, el cáncer, el tabaco o el alcohol que cada año y día suceden? ¿Dónde están los informes diarios de aquellos? ¿Las muertes por COVID-19 son las únicas muertes que valen? 

¿Sabrá toda esa gente que se escandaliza por las muertes por COVID-19 que en lo que va del año (2020) en el mundo ya llevamos más de 5 millones de muertes por el hambre? ¿Sabrá toda esa gente que en lo que va del año en el mundo ya nos estamos acercando a los 4 millones de muertos por el cáncer? ¿Sabrá toda esa gente que en lo que va del año en el mundo ya pasamos el millón de personas muertas por el alcohol y pasamos los 2 millones de muertos por el tabaco? Y si nos pusiéramos “políticamente incorrectos”… ¿sabrá toda esa gente que en lo que va del año ya llevamos en el mundo más de 20 millones de abortos? Pero a quién le importa. Los únicos muertos que importan son por COVID-19, ¿verdad?

¿O acaso infundir miedo será el medio ideal para implantar medidas específicas que sin miedo no se podrían? ¿Estamos ante una prueba de resistencia? ¿Somos algo así parecido al perro de Iván Pávlov?

Aldous Huxley en su ensayo Nueva visita a un mundo feliz (1958) señalaba: “Todo hombre, como todo perro, tiene su propio límite individual de resistencia. La mayoría de los hombres llegan a su límite después de más o menos unos treinta días de continua tensión en las condiciones del combate moderno. Los que son más impresionables que el promedio sucumben en sólo quince días. Los más duros que el promedio pueden resistir unos cuarenta y cinco y hasta cincuenta días. Fuertes o débiles, todos acaban derrumbándose a la larga. Todo, es decir, todos aquellos inicialmente sanos. Porque, de modo bastante irónico, los únicos que pueden resistir indefinidamente la tensión de la guerra moderna son los psicopáticos. La locura individual es inmune a todas las consecuencias de la locura colectiva”.

“(…) se ha comprobado que la deliberada inducción de MIEDO, ira o ansiedad aumenta notablemente la impresionabilidad del perro. Si estas emociones se MANTIENEN a un alto nivel de intensidad por un tiempo lo bastante prolongado, el cerebro «va a la huelga». Cuando sucede esto, cabe IMPLANTAR nuevas normas de conducta con SUMA FACILIDAD.”

Podríamos entender que las demás muertes no sean tan importantes para las élites económicas y así  ellos poder salvaguardar ciertos intereses (la industria alimentaria, la industria del tabaco, la industria del alcohol, la industria química, etc.). Lo que nos gustaría saber es por qué las muertes por COVID-19 son mucho más importantes que las demás muertes, siendo que las demás muertes (por cáncer, hambre, VIH/SIDA, alcohol, tabaco),  podrían escandalizar mucho más que las muertes por COVID-19, si nos atuviéramos rigurosamente a las cifras. 

Y fíjense bien que no estamos hablando de “teorías conspirativas”, “5G”, “microchips”, ni nada de eso. Estamos hablando de cifras reales, existentes, y verificables, que cualquier persona podría ver. ¿Tan difícil es contestar a lo anterior?

@NStolpkin

FUENTES:
1. Worldometers 2. Our world in data 3. Nueva visita a un mundo feliz (1958), Aldous Huxley.

Níkolas Stolpkin

Analista político nacional e internacional – Political Analyst – Crítico de política y Cultura Contemporánea.

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Columnistas

Hay que investigar a China y OMS por los daños causados por el coronavirus , Jorge Buxadé

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EP New York/ opinión política-España

ENTREVISTA A JORGE BUXADÉ, EURODIPUTADO Y PORTAVOZ DE VOX EN EL PARLAMENTO EUROPEO

“El Gobierno de Sánchez ha actuado de una forma negligente y sin escuchar, en su momento, las voces de alarma ante la pandemia”

“Tenemos que establecer, cláramente, las responsabilidades del gobierno comunista de China en esta crisis, pero también de la OMS”

“Hay que dejar atrás la agenda política de las instituciones europeas y apostar por la salvación de millones de empresas en Europa que son las que garantizan el empleo”

“España debe exigir el respeto, como cuarta potencia económica que es, en la Unión Europea y sin olvidar los sacrificios que ha hecho el país en la industria y la agricultura”

por Ricardo Angoso

Abogado del Estado, jurista de formación, antiguo profesor de universidad y con alguna experiencia en la vida política, Jorge Buxadé es, a sus 44 años, el portavoz de VOX en el parlamento europeo tras el éxito de su formación política en las últimas convocatorias electorales y la irrupción de la misma en la vida política española y europea. También ha tenido un notorio protagonismo en los últimos meses en la vida nacional, cuando ha denunciado con vehemencia y convicción la pésima gestión del ejecutivo español en la crisis provocada por el coronavirus.

Ricardo Angoso: ¿Qué impacto tendrá esta crisis en la sociedad española y cómo juzga la gestión del ejecutivo español en la gestión de la pandemia?

Jorge Buxadé: La primera fase este gobierno ha actuado de una forma absolutamente ineficiente, por no haber respondido y atendido las alarmas que venían de numerosas partes del mundo y cuando ya la pandemia se estaba extendiendo en numerosos países. Hubo una absoluta  imprevisión a la hora de haber escuchado ese mensaje de alarma y por no haber hecho acopio de medios de protección sanitaria, tales como mascarillas y otros materiales médicos, en definitiva, de no haberse puesto en alerta y planificando un plan de choque para hacer frente a la pandemia.

Luego, en lo que respecta a la gestión política, el gobierno ha utilizado de una forma desmedida y diría que desproporcionada el estado de alarma. El estado de alarma, como hemos dicho desde VOX en numerosas ocasiones, es un procedimiento que no se puede utilizar repetidamente y sin medida, tal como ha hecho el gobierno Sánchez, y es algo que ya han dicho numerosos juristas. Aparte de estas consideraciones jurídicas, el estado de alarma no permite ni suprimir ni restringir derechos fundamentales para finalmente utilizar el mismo para que fuera una suerte de estado de excepción encubierto, ocultando la verdadera agenda política de Sánchez que pasaba, junto a otras cosas, por colocar a Pablo Iglesias en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), para regar de dinero a los medios de comunicación afines y así afianzar el control social por parte de este gobierno que no oculta ya sus fines ideológicos.

Como consecuencia de la no adopción de las medidas sanitarias adecuadas y la imprevisión a la hora de tomar decisiones que pusieran coto a la pandemia, dejaron a miles de ancianos desprotegidos en las residencias, muchos de los cuales han muerto solos y abandonados, sin asistencia ninguna. Por otra parte, el confinamiento total de toda la población española nos ha llevado a una ruina económica sin precedentes, con una economía paralizada y miles de trabajadores y empresarios realmente preocupados acerca de cuándo y cómo van a poder reiniciar sus actividades laborales. Millones de españoles ahora están con el temor de si van a conservar o no sus empleos, aparte de que  millones de ERTES -contratos de regulación de empleo temporal- se van a pagar en  el mes de junio, dejando a millones de personas sin sustento para estas semanas de terrible crisis. Esta situación, que  es un auténtico desastre, está provocando un profundo malestar en la sociedad española, cada vez más preocupada ante lo que pasa.

Como consecuencia de la misma, y como reacción ante este estado de cosas, miles de españoles están saliendo a las calles a protestar por la actual situación, exigiendo al gobierno su dimisión y lo que es más importante, libertad, en un auténtica revuelta popular que algunos llaman ya de las mascarillas.

EL PAPEL DE CHINA Y LA OMS EN LA PANDEMIA

R.A.:¿Qué opinión te merecen las acusaciones del presidente norteamericano, Donald Trump, contra China, por ocultar información, y a la Organización Mundial de la Salud, por su negligencia?

J.B.: Creo que cada hay más certezas y elementos que permiten demostrar las conexiones entre el gobierno comunista de China con la Organización Mundial de la Salud (OMS) durante esta crisis. Nosotros, desde VOX Europa, junto con el grupo de reformistas y conservadores en la cámara europea, hemos exigido que por parte de la Comisión Europea, el Consejo y la Unión Europea haya una investigación acerca de la responsabilidad del gobierno comunista chino en la propagación internacional del coronavirus que, al parecer, nació en la ciudad de Wuhan y también  por la responsabilidad de la OMS cuando no hizo caso de la alerta temprana que hacía prever la extensión de la pandemia por todo el planeta, tal como había alertado Taiwán en su momento. Creemos que este asunto se tiene que esclarecer y dilucidar. Yo creo que ahora mismo no hay evidencias claras pero si hay muchas certezas que, una detrás de otra, nos llevan a poner bajo sospecha al gobierno comunista chino y a la OMS. Por ejemplo, durante la pandemia se han vendido y comerciado numerosos productos farmacéuticos y médicos fraudulentos cuyo origen es China, principalmente, y son hechos que deben investigarse y llegar hasta el final para determinar las responsabilidades finales. Ahora mismo, lo que sí está claro es que la OMS es una organización bajo sospecha y, si de veras se la quiere darle viabilidad, habrá que dirimir las responsabilidades y depurar a sus responsables porque, si no se hace, acabará perdiendo toda su credibilidad en la escena internacional y en el campo de la salud, obviamente.

R.A.:¿Crees que Europa ha estado a la altura de las circunstancias cuando varios de sus Estados han estado gravemente afectados por la pandemia?

J.B.: La UE está actuando tarde y relativamente mal, aunque es verdad  que ahora se están hablando de algunas ayudas financieras por parte de sus miembros. Creo que tampoco se está poniendo sobre la mesa la verdadera dimensión de la tragedia sanitaria y la ruina económica a la que nos veremos abocados países como Italia, España y Francia, por citar tan solo algunos de los países más afectados por el conavirus, y, por tanto, es hora de dejar atrás la agenda política y determinar en este momento, por parte de las instituciones europeas, lo que es realmente prioritario e importante. La única solución, ante un debate político que sigue presa de la inercia del pasado, es apostar por poner nuestros recursos al servicio de salvar vidas y empleos. Hay que dejar atrás la agenda ideológica y trasladar los fondos previstos para la transición ecológica y otros asuntos a la ayuda directa a las empresas y así, entre todos, salvar los empleos de millones de trabajadores en Europa. Tenemos que salvar a millones de empresas, que ahora están en crisis, porque son las que garantizan el empleo en Europa. Otra buena medida sería que las instituciones europeas tomen decisiones rápidas ante la grave crisis y que no dejen la gestión de la misma a la espera de grandes acuerdos entre los principales Estados de la UE.

R.A.:¿Cómo valoras la gestión de la crisis de la pandemia por parte de países como Brasil, México e incluso Estados Unidos?

J.B.: Por desgracia, ha habido dos elementos; en una primera fase, por ejemplo, ha faltado una información fiable acerca de lo que estaba pasado con respecto al coronavirus, que apunta su responsabilidad a la OMS, y que, coordinadamente con el gobierno comunista chino, nos ocultaron la gravedad de lo que estaba ocurriendo y los datos acerca de lo que pasaba, eso está meridianamente claro aunque habrá que determinar las responsabilidades; y, luego, como segundo elemento, hay que tener en cuenta que los gobiernos han primado sus agendas ideológicas y sus compromisos políticos previos, e incluso sus prejuicios, al hecho de salvar vidas y de no arruinar la economía, ya que se trataba de hacer ambas cosas a la vez. Nosotros, una vez que la pandemia estalló con toda su agresividad, ya sabíamos que iba a venir y los gobiernos, en muchos lugares, tomaron medidas absolutamente erróneas, mientras que otros países, con datos y estadísticas en la mano, lo hicieron bien a la hora de gestionar el problema, como es el caso de Japón, e incluso en Europa, como es el caso de Polonia, que tomaron medidas adecuadas sin parar su economía. Cuando un país para su economía y otros siguen trabajando, los demás te van tomando la delantera y ocupan cuotas de mercado que antes tenían nosotros. Cada día que perdemos con el confinamiento, con toda nuestra economía parada, son miles de millones  de euros que se pierden para siempre, hundiendo nuestro Producto Interior Bruto (PIB), que no deja de ser una estadística, pero que significa en la práctica la ruina y el cierre de miles de empresas y el desempleo para millones de trabajadores, que contemplan como sus proyectos vitales y familiares se vienen abajo. Millones de trabajadores, por las deficientes decisiones políticas de nuestros gobiernos, que pararon nuestras economías, se van a encontrar en una situación de vulnerabilidad social y económica a cuenta de estas malas políticas, algo que, a mi entender, es inadmisible.

R.A.: ¿No cree que España debería tener un papel más relevante al que ahora no tiene en la escena europea e internacional?

J.B.: Por desgracia, como español, creo que es así y también pienso que la mayoría de los españoles somos conscientes de esa carencia. Hay numerosos ejemplos que revelan de que España no tiene el papel que debería y solamente le voy  a dar algunos ejemplos, como cuando perdimos un dinero que nos daba la UE para material sanitario y mascarillas, perdiendo un millón y medio de euros a cuenta de esta negligencia clara, y tampoco fuimos capaces de nombrar y postular a un español, tal como hemos denunciado desde VOX, para un subcomité científico que se creó en la UE para hacer propuestas y hacer frente a la amenaza que representa el coronavirus. España tuvo dos puestos a su disposición, tal como hemos sabido después, pero no fue capaz de ocuparlos porque no fue capaz de solicitarlos. ¡Qué lamentable actuación!

Hay que estar en las instituciones y dar la batalla en todos los frentes para defender los intereses nacionales de España y estar a la altura, como potencia que somos, sin complejos, en nuestras obligaciones internacionales y europeas. Tenemos un peso importante en la zona euro, siendo la cuarta economía, y, por tanto no nos debemos minusvalorar como potencia, resaltando los sacrificios que hemos hecho para estar en la UE en numerosos campos, como en la agricultura y la industria, por poner solamente dos ejemplos. España, además, es frontera de la UE y hacemos enormes sacrificios en  todos los frentes, como por ejemplo gestionando el problema de la entrada de millones de inmigrantes ilegales, y, por tanto, tenemos el derecho a exigir en las instituciones europeas el respeto debido a una nación como la nuestra.


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